Por su rostro puedo definir que tiene al menos 23 años, sus ojos eran verdes, pero era un verde seductor y su cabello rubio como hilos dorados.

Por alguna razón, no puedo quitar mi mirada de él...

Es tan... Extraño. La mirada de ese hombre atraviesa mi alma, no en el sentido romántico, yo no puedo tener sexo con semtimientos con mis clientes. Los sentimientos de por sí ya son molestos, no los incluiría en lo que me encanta, mi vida lujuriosa, por supuesto.

Me dí cuenta de que aquel rubio giró el resto de su cuerpo y sus pies comenzaron a avanzar hacía mí. De alguna forma, desde el fondo ansiaba que se acercara más, que nuestras pieles se rozaran, que tuvieramos un contacto visual profundo. Pero no, no voy a permitir que mis sentimientos se involucren en mi estilo de vida.

— ¿cómo te llamas?— preguntó, ¡no me dí cuenta que ya estaba frente a mí! Su voz era algo ronca, pero bastante apasionante. Sus ojos detonaban seriedad, por lo tanto, creo que no debo tomármelo mucho a juego esta plática.

— Marinette— dije sin titubear. No me permitiría tartamudear, nunca. Tengo que demostrar seguridad. Eso es una de las cosas que me gustan de los hombres, a ellos les encanta lo difícil, solo tengo que finjir que soy algo difícil de lograr y ellos caen a mis pies, bueno, aunque a las mujeres también les gusta lo difícil. Chicos/as anoten este truco, talvez les funcione con el chico/a que les gusta.

— ya veo— comentó con algo de desinterés. Oh no, este hombre es algo más complicado.

— ¿y el tuyo?— pregunté con el mismo tono que él había utilizado.

— Adrien— contestó. Es un... Bonito nombre.

Se formó un incómodo silencio, que molestia, se sentía algo pesado el ambiente, ¡y este tipo no ayudaba para nada! Solo me hace sentir presionada, es como si él supiera todo lo que he hecho, aunque no me molesta, todo es juego y dinero, casi como el famoso juego de cartas que también se usa para apuestas, Poker.

— ¿por qué me preguntaste mí nombre?— pregunté con algo de molestia, traté de no hacerla notar pero creo que fue bastante evidente.

— por curiosidad— respondió mirando al horizonte. Este oji-verde es hermoso, pero muy serio. Una personalidad bastante difícil de entender. Me agrada.

No pude evitar sonreír ante mi pensamiento.

— oí que eres una puta— mencionó de repente, ¡ese maldito comentario provocó un ambiente aún más incómodo y más pesado! Mi sonrisa se desvaneció.

— "Puta" es una palabra muy fuerte ¿no crees?— dije con evidente enojo, no se atrevan a compararme con una puta.

— Cállate. No me importa si lo eres o no. Solo admítelo— dijo con el ceño fruncido, este tipo de verdad es extraño, un extraño lindo.

— no soy una puta. Soy una chica de 19 años que quiere vivir su vida, eso es todo— dije dándole la espalda al extraño ese.

— ¿más bien no eres una chica de 19 años que quiere vivir su vida acostandose con viejos solo para conseguir dinero de una manera más "divertida"?— corrigió el rubio. Giré un poco mi cabeza y lo miré por el rabillo de mi ojo derecho. Él tenía una sonrisa algo burlona, como si dijera: "tengo razón, ¿no?"

— ¿cómo sabes eso, hijo de puta?— le hablé con enojo y algo de amenaza. Realmente no me importa ser vulgar al hablar cuando estoy enojada.

— oye, oye. Cálmate— dijo para tranquilizarme— vaya que eres estúpida— comentó con una pequeña risa.

— ¡dímelo de una jodida vez!— le grité agarrándolo del cuello de su camisa. Estabamos bastante cerca, como a cinco centímetros, cualquiera que nos viera juraría que nos fueramos a dar un beso.

— ...— Adrien suspiró— cuándo fuiste al edificio del viejo ese, yo estaba en el ascensor. Parece que no te diste cuenta, bueno, yo iba cubierto, así que no te culpo. Ví que marcaste el último número, era el penthouse de ese tipo. Ese abuelo tiene mala fama de contratar jovencitas para "servicios especiales". Te miré, y miré la forma en que ibas vestida y arreglada, hay me di cuenta de que eras una de esas jovencitas que él contrataba— explicó con lujo de detalles, este tipo si que es observador.

Me callé por un momento. No quiero tener mala fama, pero ya la tengo, al menos entre los abuelos pervertidos.

— ¡sí! ¡Sí hago eso! ¡¿Estás feliz ahora?!— admití gritando con molestia. Pensaba mantener mi orgullo, pero a este punto era sumamente ridículo.

— casi feliz— dijo pero le tomé muy poca importancia.

— estoy harta de esta conversación— expresé— ¿qué demonios quieres?— le pregunté cruzándome de brazos y desviando la mirada.

— quiero que te acuestes conmigo— respondió sin ninguna duda, totalmente seguro de ello.

— ¡¿eh?!— exclamé. No me molestaría acostarme con él, es decir, ¡mirénlo! ¡Es hermoso! Pero es raro que quiera esto así tan de... Repente.

— no te preocupes, te pagaré muy, muy bien— dijo para tratar de convencerme.

— no lo dudo. Se vé que eres multimillonario. Me refiero es... ¿Por qué yo?— cuestioné bajándo la mirada.

— porque me interesaste desde el primer momento— respondió sin más. Espero que sea interés corporal y nada más.

Pienso que va a ser igual que esas otras veces con esos ancianos, tendré que finjir y sentir la asquerosidad de ser manoseada por unas manos arrugadas. Aunque en este caso, unas manos jovenes.

— espera... ¿Por qué esa ambición de que sea yo?—pregunté seriamente.

— te diré la verdad. Tengo el deseo de monopolizarte, que seas de mi propiedad— confesó con una sonrisa  algo coqueta.

— ¿monopolizarme? ¿A mí? Puff, por favor, no te hagas ilusiones- dije ríendome a carcajadas, reí tanto que empezaban a caer lágrimas de mis ojos y a doler mi panza.

— solo espera a que te penetre un par de veces y verás como cambias de opinión— dijo con una risa ladeada y burlona.

— eso lo veremos—

— entonces... ¿Trato?— preguntó extendiendo su mano. Me lo pensé un poco, pero, ¿qué más dá?

— trato— dije finalmente y estreché su mano. Ambos nos miramos retadoramente, pero al mismo tiempo con cómplicidad.

POV NORMAL

Lo que nuestros protagonistas no sabían era que ambos eran como un espejo. Ambos estaban ingresados en ese mundo de lujuria y pasión desmedida. Ahora ambos están en el mismo juego y al mismo tiempo.

Una conexión más allá del entendimiento de los demás. Los dos pensaron al mismo tiempo la siguiente frase:

"Juguemos, Adrien"

"Juguemos, Marinette"

¡Hola! Segundo cap, a mí parecer va muy bien la historia, si hay algún error ortográfico no duden en mencionármelo. Si les gustó el capitulo regalenme una estrellita que saben que me ayuda mucho. Se despide dilunar. Besito (*3*)