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Capitulo 5

Laura Port

—Toma. —comento Aidan a mi detrás, por lo que me voltee para mirarlo.

Él me lanzó un casco el cuál pude atrapar torpemente.

—¿A dónde iremos? —pregunté mientras me levantaba, sacudiendo mi trasero y viendo como varias hojas caían en el suelo al mis pies estar sostenidos en el suelo.

—¡Una sorpresa! —quitó su casco y bajó de la moto para ayudarme a colocar el mío. —Luego de eso te llevaré a casa. —terminó de decir y asentí.

Con seguridad se montó en la moto nuevamente, la prendió y mientras me hacía una seña para que me acercara, me dedicó una sonrisa.

Subí con mucho cuidado a la motocicleta, pudiendo sentir como todo mi cuerpo temblaba al motor estar en marcha.

Aceleró y mi cuerpo se fue hacia atrás, por lo que le agarré fuertemente de su cintura y pegué mi cara a su espalda. La velocidad en la que íbamos era alta y los pelos se elevaban molestándome en los ojos. Mi corazón latía a mil, era demasiada adrenalina para mí.

—Llegamos. —dijo y mi cuerpo aún temblaba, y, mientras mantenía mis ojos cerrados, él se movió en su lugar.

Bajé cuidadosamente y éste me quitó aquel casco, dejándome ver una hermosa vista.

Estábamos en la playa.

—¿Por qué me has traído aquí? —pregunté mirando a mi alrededor, la brisa pegajosa movía mi cabello y podía sentir como mis pies se adentraban en una arena fría.

—El mar me relaja y quise compartirlo contigo. —cuando me vine a dar cuenta mis pies tocaban el agua salada. Aidan había dejado su motor a una distancia lejana de la orilla y se encontraba ésta vez a mi lado.

Estuvimos sentados en una roca por varias horas, hasta que me me animé en preguntarle algo que me causaba mucha intriga.

El silencio ya estorbaba.

—¿Por qué lo hiciste?

—No se a que te refieres. — evadiendo mi pregunta miró la luna, echando su cuerpo hacia atrás y adentrando sus manos firmemente en aquella roca.

—¿Por qué me ayudaste?

—Mike es un imbécil, no por eso deja de ser mi amigo pero no te merecías lo que te hizo —dijo mientras me miraba y luego devolvía su vista a la luna.

—¿Y entonces por qué Damon te ayudo? ¿Por qué el Bad Tríp? —intenté seguir mis preguntas pero fui interrumpida por mi celular.

Lo miré enfadada, pero al ver quién era le pedí disculpas para contestarlo.

—¿Laura dónde estás? —se escuchó en la otra línea.

—Jazzmin estoy bien. No te preocupes.  —me puse de pie para alejarme y camine por la suave arena, alejandome de Aidan para hablar más calmadamente —Aidan está conmigo. —dije y su voz se sintió confusa.

—¿Laura, dónde estás? —repitió, ¿preocupada?

—Un poco lejos, ya no me encuentro en la fiesta. —le respondí

—Lo se, me enteré de lo que te paso y siento no haber estado allí  para ayudarte, pero Mike nos encerró a Cloe y a mí en el cuarto de baño. —dijo y su voz se notó algo extraña. —Pero de igual manera, ¿Dónde estás? Quiero dormir sabiendo que estás bien —volvio a insistir.

—No te preocupes Jazzmin, cuando llegue a casa te llamo. —dije y colgué la llamada.

Puse mi celular en la arena y me di la vuelta. Todo estaba oscuro y no había rastro de Aidan, o tan siquiera del motor. Pareciera que estaba metida dentro de la mismísima boca de un lobo.

¿Me había engañado?

Mis ojos se aguaron, y agachandome coloqué mi cabeza sobre mis rodillas. Estaba sola en aquel lugar desierto, desamparada y sin salida hasta que amaneciera o encontrara una manera de salir de aquel sitio.

—Ey Laura, ¿Que te pasa? —se oyó a lo lejos en la oscuridad.

Mi semblante cambió al ver a Aidan agarrando su celular, el cuál traía una linterna que alumbraba el lugar.

—Pense que te habías marchado.

—No mereces llorar más. —me dijo acercándose, mientras limpiaba mis lágrimas y se sentaba a mi lado. —Mientras este a tu lado, te prohíbo volver a llorar. Además estaba haciendo pis. —chistoso se acercó a mi, dejándome colocar mi cabeza sobre su hombro y ambos volvimos a reír.

—Entonces... — balbucee mientras proseguia. —¿Por qué el Bad Tríp? — curiosa, una vez más le pregunté.

—Creo que son demasiadas preguntas por hoy, Laura. —se levantó del suelo y se dirigió a su moto. —Vamos, te llevaré a casa. —encendiendo el foco de su moto prosiguio a volver a tirarme el casco, el cual no logré atrapar y cayó al suelo. —Eres un poco torpe sabes. — reafirmó. —Enana y torpe.

—No me llames así.

Posicioné mi trasero en el asiento trasero de aquella moto nuevamente y este arrancó repentinamente, pero ya mis brazos se encontraban abrazando su cintura. Recosté mi cabeza a su espalda y la moví mientras la acariciaba. Esto se sentía muy bien. Está vez la adrenalina de la alta velocidad no me molestó, solo quería que el viaje nunca terminará.

—¿Esta todo bien por allá atrás? —grito Aidan y moví mi cabeza para hacerle saber que si. —Me alegro. —dijo y continuó.

Se estacionó en el parque, ese parque que quedaba cerca de mi casa y se bajó de la moto, donde actoseguido hice lo mismo.

—Bueno, tengo entendido que vives cerca de aquí. —me dijo mientras quitaba su casco y su pelo ondeo un poco con el casual viento que pasó en ese momento.

—Unas cuántas cuadras. —dije y señale la dirección de mi edificio para que ambos comenzaramos a caminar. —Es aquí. —ambos nos paramos en frente de mi hogar.

—Te acompañaré hasta casa. —me dijo y parqueo su moto en una esquina de la acera.

—No te molestes, puedo llegar sola.

—Hasta que no estés dentro de tu departamento no estaré tranquilo. —ambos entramos en el ascensor. —Este edificio me suena.

—De seguro es por qué es el mismo de Mike. —dije irónica y al abrirse las puertas del elevador estaba ahí parado, justo en su puerta como si nos estuviera esperando.

Me bajé del ascensor, Aidan me entregó una mirada inocente y con pena intenté despedirme cordialmente luego de todo lo que había hecho por mi.

—Hasta mañana Aidan. Gracias por todo. —le dije y le di un beso en el cachete, mientras buscaba mi llave y me adentraba en la casa.

No quería saber nada de Mike.




Aidan Belk

Me había llevado una grata sorpresa al enterarme que Laura y Mike compartían edificio y pasillo, por lo que prácticamente eran vecinos.

Vi como se adentro en su departamento, para dirigir mi vista a Mike, quien andaba hablar de una buena vez.

—¿Ahora te dedicas a rescatar niñatas? —me dijo, mientras aún se mantenía recostado al marco de su puerta.

—No debiste de hacerle eso a la chica. —contesté enfadado.

—Solo fue una broma.

—Llegaste demasiado lejos.

—¿Olvidalo sí? —me pidió y asentí. —Eres el mejor bro. —terminó de decir, para entrar a su casa y yo me adentré en el ascensor dirigirme a la mía.

~Al día siguiente~

Laura Port

Estaba en el aula, mis amigas me contaban con más detalles todo lo que había pasado ese día en la fiesta, pero la verdad no tenía ni ganas de tocar el tema ya que no quería ver a Mike en lo que me quedaba de vida.

Y eso sería demasiado para mí.

—Mala suerte Laura, es tu vecino. —Me dije a mi misma en mis pensamientos.

Flashback

Me baje del ascensor para mirar a mi izquierda por instintos y allí estaba él, recostado en el marco de la puerta como si supiera que justo venía para casa. Su mirada era fría y tenía odio.

Parecía que quería asesinarme.

Abrí rápidamente la puerta y me dirigí al cuarto de papá a informarle que estaba en casa y que no me había quedado en casa de las chicas.

Papá siempre tenía razón.

Me quité el vestido y me di una corta ducha para ponerme algo más cómodo, mi pillama. Me recosté en la cama sin prender el aire ya que aún temblaba del frío  contenido en la piscina, el sereno que había cogido en la playa y el viento del motor en marcha.

Pensar nuevamente en Aidan me hizo querer escribir sobre eso en mi diario, pero no. No lo hice. Ya era una amenaza que Mike siempre quisiera tomar mi mochila y si veía lo que traía encima si que estaría muerta. El pequeño diario se encontraba encima de la cómoda, no tenía porque esconderlo ya que nadie me revisaba.

Fin del Flashback

Tocó el timbre del receso y juro que ya lo necesitaba, además de que moría de hambre y tenía unas inmensas ganas de ir al baño.

—Que comeremos hoy. —dijo Cloe mientras las tres salíamos del aula.

—Lo que sea, tengo demasiada hambre —espeto la otra chica para que le gruñiera un poco el estómago.

—Yo igual, pero necesito ir al baño antes de ir a la cafetería.

—Nosotras te esperaremos allí. — Jazzmin me hizo una seña y asenti para correr al baño, entrando en este y rápidamente me adentré en un privado.

Pude notar que mientras hacia mis necesidades alguien se adentró en el baño haciendo unos ruidos muy extraños. Subí mi braga y coloqué bien mi saya, abriendo la puerta del baño donde me encontraba, y logrando ver a Mike con aquella chica que le acompañaba en la fiesta.

La chica estaba sentada sobre el lavabo con sus piernas abiertas mientras que Mike tenía sus pantalones en el suelo y la penetraba.

Los dos estaban teniendo sexo y al verme se cubrieron.

—¿Te gusta mirar lo que nunca vas a probar? —dijo Mike enfadado.

—Ni siquiera quiero estar contigo. Y si no quieres que miren no lo hagas en un baño público. —enfadada salí lo más rápido que pude del baño para no tener que ver más.

Caminé a toda prisa por los pasillos, mientras me dirigía a la cafetería en donde me esperaban mis amigas, pero al tener la sensación de que alguien me seguía intenté caminar más de prisa.

Laura el siguió follando en el baño, tu no eres importante. —me dijo mi subconsciente y me calmé un poco.

Mientras más me acercaba a la cafetería más segura me sentía ya que habían varias personas alrededor por lo que itenté caminar, pero se me hacía imposible. Alguien me aguantaba por el hombro y al voltarme lo pude ver.

Era Mike y no se veía nada contento.

—¿Por qué me espiabas? —dijo mientras me tomaba de la blusa y me elavaba un poco.

—Lo siento, la verdad no te estaba espiando, yo ya estaba en el baño haciendo pis. —dije con mucho miedo ya que en sus ojos había demasiada furia.

—¿Por qué mierda entraste al baño? —dijo nuevamente.

Acaso este chico era tonto.

—Ya te dije que estaba haciendo pis, no era mi intención interrumpir tu follación. —le dije nuevamente pero aún así tenía miedo.

Mike me puso contra la pared, a mi alrededor habían varias personas pero era como si Mike y yo fuéramos invisibles. A nadie le importaba.

Joder ayuda.

—Mi paciencia se agota Port. —dijo encajado llamándome por mi apellido.

—Si vas a hacerme algo hazlo de una vez. Mi corazón se me va a salir del pecho de lo asustada que estoy. —le confesé ya que no toleraba sentirme así y él solo me soltó haciéndome caer al suelo.

—¿Sabes que me jode la pura existencia? —preguntó enojado y yo negué entre lágrimas. —Se que con el primer puñetazo que te dé, caerás muerta y eso no es lo que quiero. Yo quiero verte sufrir, suplicar. —dijo y río sinicamente.

—Lo siento por eso. —baje mi cabeza al suelo y este me tomó duro del mentón haciendo que lo mirara.

—"Lo siento". —dijo enfadado. —No quiero escuchar esa puta palabra de tu boca nunca más. ¿Entendiste? —dijo y asenti temblorosa. —Un día vendré enfadado Port y ese día si te tropizas en mi camino no tendré piedad. ¿Captaste? —me preguntó y afirme con la cabeza con los ojos aún aguados. —Te he preguntado algo Port. —dijo más enfadado.

—Si Mike. —dije con la voz hecha un hilo.

—Asi me gusta. —hizo un mohin para soltar mi rostro y marcharse.

Yo volví al baño, seque mis lágrimas y me calmé un poco para poder ir a donde me esperaban las chicas y no tener que explicar el compartamiento de Mike.

Realmente me daba miedo la nueva actitud que tenía Mike sobre mi. Nunca pensé que unas simples palabras del pasado hicieran nacer esa bestia que había en sus adentros.

Pero.... ¿Cómo podría evitarlo?

•••

Damon Style

La última vez que había visto a Laura había sido en la fiesta. No hbai tenido la oportunidad de explicarle el por qué de las cosas y me sentía frustrado de que todo hubiese sido prácticamente culpa nuestra, ya que permitimos que los planes de Mike surgieran tan y como lo había planeado.

Estaba en la clase de música, Aidan tenía sus auriculares puestos y Mike aún no llegaba al igual que Laura.

¿Dónde estarían?

Me puse a tocar uno que otro instrumento en lo que llegaba el profesor, ya que este tampoco se encontraba en el salón.

Pude escuchar su risa resonar entre los pasillos en lo que caminaba al instrumento deseado, era dulce y a la vez cálida, por lo que me voltee en vez de seguir caminando hasta el instrumento que deseaba.

—Luego nos vemos. —le dijo a sus amigas mientras se despedían y entraba cordialmente.

Aidan automáticamente quitó sus cascos y se dirigió a ella, pero fui más rápido y pude encontrar una conversación, dejando de lado a un Aidan furioso.

—¿Podemos hablar? —le pregunté

—Si claro, que pasa. —me dijo con su típica sonrisa

—Quería explicarte lo de la fiesta. —le dije y cuando comencé a hablar llegó el profesor.

—Mejor después ¿Sí? —dijo, pasando su mano por mi hombro para dar dos toques encima de este.

—Que tal si quedamos después de clases y vamos al parque. —le propuse rápidamente y asintió con una sonrisa, logrando formar otra en mis labios.

•••

Laura Port

Mike no se había presentado a la clase de música luego del incidente de los pasillos, por lo que para mí era mucho mejor, pero de igual manera siempre había un inconveniente de por medio.

Al estar en el mismo grupo tendríamos que hacer un acto por algo que no recuerdaba, ya que mientras el profesor explicaba de lo que trataba por mi mente solo pasaba lo que había pasado con Mike en días anteriores.

Solo supe que me tocaría cantar y la verdad se me da muy bien pero solo canciones en español, ya que mi antigua nacionalidad era el lenguaje más práctico. El profesor me encargó a tres ayudantes, que obviamente eran mis mismos compañeros. Aidan y Damon me ayudarían a practicar la canción con el piano y la guitarra, ya que era un trabajo en equipo necesitábamos coordinación, y para mí mala suerte quien me tendría que enseñar la letra era Mike.

¿Por qué el destino me lo seguia poniendo en el medio? La verdad tenía bastante miedo y me arrepentía de haberme inscrito en esta clase, estar cerca del Bad Trip para mí era lo peor, y más cuando estaba en la mira de todos.

El fin de clases se hizo presente, tomé mi mochila y la colgué en mi espalda. Mis amigas se despidieron de mi y se marcharon hacia sus casas, mientras yo me encontraba sentada en un banco del patio de la escuela, esperando a Damon.

Pasaban los minutos y ninguno de ellos salía, era como si se hubieran extinguido. No sabía por qué me seguía ajuntando con los miembros del Trip si sabía que me iría mal y Mike me lo había advertido.

Mi vista se hizo a un lado y los pude notar, los cinco chicos caminaban uno al lado del otro, como si de una película se tratara y está de más decir quién iba en el centro.

—¿Que haces aquí? ¿Me sigues vigilando, enana? —Dijo Mike de mala gana y los otros chicos se me miraron mientras Damon se acercaba a mi.

—Laura se va conmigo. —dijo para tomarme de la mano y salir de aquel lugar.

¡¡¡De la que me había salvado!!!

•••

Nos encontrábamos nuevamente debajo de aquel gran árbol que quedaba en lo último del maravilloso parque. Cómo siempre estaba desolado y no entendía el por qué, ya que era demasiado majestuoso.

—¿De qué querías hablar? —dije para romper el silencio, en verdad no me molestaba pero si tenía mucha curiosad sobre el tema.

—Quería aclararte lo de la fiesta. —dijo y continuó. —No tuve nada que ver con eso. —apenado tomó mis manos y asentí con una sonrisa

—Se que todo fue culpa de Mike, no te culpes más. —respondí y pase mi mano por su muslo para consolarlo.

Era demasiado tierno.

—¿Te puedo hacer una pregunta? — este asintió con la cabeza. —¿Por qué el Bad Trip? —le hice la misma pregunta que días anteriores le había hecho a Aidan y pues obtuve la misma reacción.

—Laura son cosas de las que no puedo hablar. —fue su respuesta.

—Lo entiendo. —le dije. —¿Te gusta mucho este lugar? —comente para calmar el tenso ambiente que se había formado.

—Pues si, es mi lugar especial. Este parque me relaja y quise compartirlo contigo. —dijo y me acordé de las palabras de Aidan al hablarme del mar.

¿Acaso todos ellos tenían un lugar especial?

Llegó la hora de marcharnos estaba feliz por el buen rato que había pasado con Damon, y la buena vibra que siempre me transmitía cuando estábamos juntos.

Pasé por en frente de aquella cafetería y decidí tomarme un capuchino. Tomé mi orden y me senté en una de las mesas a esperar.

—¿Laura? —escuche mientras mantenía mi cabeza recostada en el cristal que daba a la parte de afuera.

—¿Steph? —dije emocionada y me pare de mi asiento instantáneamente. —¿Que haces aquí? Que guapo estás. —decía demasiado emocionada.

—Tu si que estás guapa Laura Port, cómo has crecido. —me dijo y no pude evitar sonrojarme.

—¿Que haces acá? —le volví a preguntar.

—Estoy de paso con mi familia. Me voy mañana, solo vine a dar una vuelta por la cuidad y me llegue a esta cafetería. Algo me decía que entrara y pues te encontré después de varios años. —dijo y ambos reímos, eran demasiados recuerdos junto a mi buen amigo Steph.

—Te pediré un capuchino, espérame aquí. —le dije y me encaminé demasiado concentrada a la barra para pedir la nueva orden y no me percaté de que había chocado con alguien.

—Lo siento. —dije instantáneamente luego del choque.

Mierda. —fueron mis pensamientos al él mirarme sin ninguna expresión y yo bajé mi mirada.

—¿Que mierda te sucede? —dijo entre dientes en mala gana.

—Lo siento, estaba distraída y solo venía a hacer un pedido. —susurre asustada.

—Escúchame bien Laura. —dijo mirándome a la cara. —Estoy hasta la puta madre de tu jodida presencia. —dijo enojado. —mas te vale que... —fue interrumpido.

—¿Sucede algo aquí? —dijo Steph y Mike me dió una mirada para luego darle una a él.

—Nada que te importe. —le contestó mientras le daba una mirada de muerte.

—Me importa más de lo que tú crees. O la sueltas o te rompo tu jodida cara. —le respondió Steph y Mike me soltó mientras me empujaba sobre él.

—Atrévete. —Mike se posiciono delante de él, tomando una postura firme.

—Claro que me atreveré. —dijo Steph, dispuesto a pegarle una paliza en medio de su cara

—Steph, basta. —dije deteniendolo, mientras me metía en medio de la discusión  y tomaba su mano para marcharnos del lugar. —Solo vámonos. —le jale de la mano mientras nos marchabamos.

—Cuando te vuelva a ver tratarla así te juro que te partire la cara, estúpido. —fueron las últimas palabras de Steph antes de salir de aquel lugar.

—Te estaré esperando. —le contestó burlonamente Mike.

—¿Quien mierda es ese chico? —Steph enojado me jalo de la mano, una vez afuera —¿Por qué te trata así? —volvio a decir aún más enojado.

—Es alguien de la escuela, no le des importancia. —le respondí para calmarlo. —Y no se que le pasó nunca antes me había tratado así. —le mentí.

—No quiero que te metas en problemas por qué no estaré aquí para defenderte. —dijo Steph mientras acariciaba mi mejilla.

—Algun día estarás nuevamente. —le dije y nos fundimos en un bello abrazo que juro que hubiese querido que durará más pero el tiempo se nos limitó demasiado.

—Te amo Laura. —dijo Steph para montarse en el taxi que le esperaba para irse al aeropuerto.

—Yo también Te amo. —le respondí mientras que con mi mano le despedía.

•••

Estaba en casa, acostada y sonriente pues   le había contado a papá sobre Steph, y éste se puso muy contento.

Steph era muy especial para nuestra familia.

Mientras acomodaba los libros para el día siguiente siento que lo celular vibra un poco y me dispongo a abrirlo.

Cuida tu trasero mañana, si te veo ahí mismo quedarás. 
~Mike

¿Cómo había conseguido mi número?

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