Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prevención de desastres

Sábado, 22 de noviembre

07:57 p.m.

No es difícil encontrar a nuestros amigos.

Si no seguimos el ruido que hacen Aaron y Michelle mientras discuten por algo, podemos ir tras el rastro de baba que dejan las admiradoras de Santiago. Ataviado en un smoking está logrando que la mitad de las chicas de la recepción se le queden mirando encandiladas.

Junto a ellos, Susana se dedica a morirse de risa por algo que Leonardo acaba de susurrarle al oído. Se ven completamente hermosos.

Saludamos a todos, e intento no reírme de la cara de la novia de Santiago. ¿Era Flavia o Solange? ¿Quizás Belén? Es difícil llevar la cuenta de todas, así que me siento agradecida cuando resulta que no nos han colocado en la misma mesa. Aaron, Michelle, Daniel y Mirella, se van con ellos, pero prometen encontrarnos luego. Fernando ha terminado en la mesa de "los solteros", y le deseamos suerte.

Encontramos nuestra mesa rápidamente y ya que los demás todavía no han llegado, nos dedicamos a criticar todo lo que podemos.

—Estoy anotando ideas para mi boda —dice Susana de forma optimista—. Número uno: nadie tiene permitido vestir de blanco.

—¿Eso no es una regla para todas las bodas? —Pregunto.

—Al parecer a algunas no les importa —responde ella, señalándome con la cabeza a dos chicas cerca de la barra que tienen largos vestidos completamente blancos.

—Quizás podemos bañarlas en vino, como símbolo de nuestra amistad con Tania —sugiero.

—No es una mala idea.

Sin embargo, en la media hora que nos toma planear cómo hacer que parezca un accidente, el presentador anuncia que la boda está a punto de comenzar.

La música empieza a sonar y unos segundos después, Tania aparece en la entrada. Se ve radiante en su vestido, de la mano de su padre y estoy segura de que si no fuera porque lo puso en Facebook, nadie notaría que está embarazada.

Me emociona verla caminar orgullosa hacia el altar, y que Pedro y ella pronuncien sus votos mirándose a los ojos con algo que, si no es amor, es una imitación de primera calidad.

Aplaudo y grito emocionada con el beso final, y también mientras realizan su primer baile de esposos. A mi lado Susana se remueve inquieta, esperando que terminen con la ceremonia. Afortunadamente, solo tienen un par de tíos y los discursos son cortos.

Llegamos a la parte de comida y bocaditos justo cuando mi estómago se pone a rugir. Odio cuando hace eso.

El resto de nuestra mesa incluye parejas de la universidad, y solo conozco a dos personas, así que nos dedicamos a ignorarnos mutuamente.

—Aquí va otra idea —dice Susana—, tendremos un mejor postre en nuestras bodas. Con este pedazo de pastel no se llena ni mi Barbie.

—Voy a robarme una bandeja de chocolates de la cocina —propone Leonardo— ¿quieres agregar algo más?

Susana suspira.

—Deja de ser tan perfecto, me va a remorder la conciencia si te engaño.

—Entonces no me engañes —concluye Leonardo.

—Lo consideraré si me traes esas bolitas rellenas de queso que sirvieron al inicio.

—Haré que lo considere aún más si le agregas un par de brownies —intervengo.

Leonardo se toma unos segundos para inventarse un plan creíble y finalmente decide que fingirá ser el hermano de la novia que ha llegado tarde a la boda desde Alemania, y está desesperado por conseguirle todos sus bocaditos favoritos para que no lo odie.

—A veces pienso que te has confundido de carrera y debiste ser actor —comenta Gabriel cuando Leonardo regresa triunfante con la bandeja de comida.

—Nah, es solo cuestión de tener un buen plan...y quizás de saber un poco de alemán. Solo no lo ves porque no eres tan inteligente.

Intento ofenderme en nombre de mi novio y empezamos una pequeña guerra de comida. Gabriel y yo nos declaramos vencedores cuando él acierta una bolita de queso en los lentes de Leonardo.

1 año y siete meses atrás

Kristal nos pide que vayamos a su casa después de clases y estoy casi segura de por qué, ya que no invita a Susana.

—¿Cómo fue? —Pregunta Alicia en cuanto cerramos la puerta de su habitación.

Kristal se sienta con cuidado sobre su cama.

—No estuvo mal —dice arrancando los hilos sueltos de sus sábanas—. Pero definitivamente no es el hombre de mi vida. Fue mejor que Samuel en todo caso.

—Cualquiera es mejor que ese tipo.

—¿Hay alguna razón por la que debamos incluirlo en nuestra lista de muerte? —Pregunto con cuidado.

—No lo creo, simplemente pasó. Estábamos viendo una película, me le tiré encima y estuve dudando un buen rato, pero dejé que llegara hasta el final. Se lo dije cuando ya tenía hasta el condón puesto, y trató de ser cuidadoso, aunque igual me dolió un poco. Terminó rápido...como unos diez minutos creo, pero no fue tan terrible.

Le da a Alicia una sonrisa de disculpa y ella se ríe.

—No seas tonta, estoy feliz por ti —asegura.

—Tampoco sabía moverse, creo. No me gustó tanto como pensaba.

—Es otro tonto sin experiencia —reclama Alicia—, pero ya nos encargaremos de encontrar a alguien que valga la pena.

—Sigo sangrando, aunque son solo unas gotas, ¿eso es normal?

—No —dice Alicia dándole una mirada extrañada—, pero vas a sangrar un poco cuando vuelvas a hacerlo.

—Bueno...a mí me pasó que sangré un par de días —interrumpo yo, contenta de saber que no fue culpa de Gabriel que eso sucediera.

—Oh, entonces quizás depende de cada persona —concluye Alicia, sin darle demasiada importancia—, ¿pasó algo más?

—Bueno, al inicio estaba dudando porque no fue muy amable.

—¿A qué te refieres?

—Es un desconsiderado. Intenté hacerle una mamada y él solo se quejó de que estaba usando mucho los dientes. ¿Qué le pasa? Debería agradecer que soy una chica que está dispuesta a hacerlo.

—Es verdad —la anima Alicia—. Qué idiota.

—¿Verdad que sí? Cualquier chico moriría por encontrar alguien como yo, que quiere probar de todo, incluso he leído sobre cómo tienes que chupar sus bolas porque eso los mata...¿y consigo al único idiota que se queja?

—Supongo que no todos pueden ser como en los videos porno —bromea Alicia.

Kristal y Alicia se consuelan mutuamente con la idea de que su Christian Grey está allí afuera, esperando por ellas. Son mis amigas, así que espero de todo corazón que estén en lo cierto.

Me despido una hora después, cuando ella ya ha organizado un plan para terminar con Fernando en menos de tres meses y siento un poco de pena por el amigo de Gabo.

Sin embargo, no le digo nada cuando nos encontramos, son los problemas de nuestros amigos, no los nuestros.

Trato de no sentirme mal porque mis amigas sean las más interesadas en descubrir cosa sobre sexo, y quien está en el hotel con un chico completamente dispuesto sea yo.

—¿Nunca hemos hablado de pornografía, verdad? —Le suelto a Gabriel justo después de que dejo mi bolso sobre la mesa de noche.

Mi novio me devuelve una mirada completamente sorprendida y le cuesta tres intentos recuperar el habla:

—Pues...¿no? ¿Quieres hablar de eso?

Me alegra que no me pregunte por qué.

—No sé, solo pensaba...no somos como uno de esos videos. ¿Te gustaría que lo fuéramos?

—No lo sé, es como que te diga que me gustan las películas de artes marciales. No significa que quiera verte lanzando patadas al aire.

—Podríamos probar alguna vez si quieres...intento hacerlo mejor para ti.

—¿Y qué hay de ti? —Pregunta él.

—Yo...bueno, realmente no veo casi nada. Quizás cinco veces al año o algo así.

—Y tú no esperas que yo haga lo que sea que ves en esos videos, ¿verdad? —Niego con la cabeza y se me escapa una risita—. No te preocupes Lu, la mayoría de veces que hago algo solo, simplemente pienso en ti, es mucho mejor.

Le devuelvo la mirada, sorprendida, y su expresión cambia a aterrorizado de repente.

—Soy un idiota —me asegura—, no debí decir eso. Mierda. Realmente no me di cuenta de que...a veces hablo sin filtro. Lu, lo siento tanto, yo...

Lo callo con un beso.

—Eres completamente adorable. Es muy lindo que hagas eso, me siento halagada.

—Eres tan rara —murmura él dándome golpecitos en la sien con el índice. Pero al mismo tiempo me abraza y suspira contra mi cabello, lo que reconozco como una señal de que está aliviado porque haya reaccionado tan bien. Siento que después de su relación con Ruth, Gabriel vive en un pequeño trastorno de estrés postraumático. Siempre está preocupado con que yo reaccione mal a algo y termine con él. Me ha mencionado un par de veces que para Ruth todo tenía que ser perfecto, pero tengo curiosidad por saber qué hacía cuando las cosas no salían a su modo. Claramente no era nada bueno.

—Soy rara pero así me amas —le aseguro. Lo jalo conmigo y rodamos en el colchón.

—Cuidado con el ruido —murmura él.

—No estamos en tu casa —le recuerdo.

En su habitación tenemos que ser muy cuidadosos con eso, porque si nos movemos demasiado, la cama empieza a moverse de lugar.

El sexo es todo sobre el movimiento. O sea, en la mitad de los videos porno que he visto, la chica se queda allí echada, gimiendo y gritando, pero he descubierto que en la vida real es más fácil desconcertar a tu novio si tú también haces algo.

Quizás por eso es que me aburro rápido de la posición del misionero, que me hace casi imposible moverme. Estar arriba es lo mejor, aunque en ese caso es Gabriel el que tiene problemas, así que nos vamos turnando. Lo que le dije a Rita el otro día es la pura verdad: todos mis años bailando reggaeton rinden sus frutos porque sé cómo mover las caderas con ritmo.

Gabriel tiene una sonrisa de felicidad que hace desaparecer el mundo.

—¿Sabes? Me mintieron en Ciencias Ambientales diciendo que esta zona del mundo no había tornados —me muevo más rápido y él cierra los ojos mientras termina su comentario—. Y también en la clase de prevención de desastres...pero nunca he estado tan feliz de que me hayan mentido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro