Lunes, 10 de noviembre

10:12 p.m.

Hablar con Susana me ha quitado un peso de encima y le doy vueltas al tema de la prueba de embarazo con cada farmacia que dejo atrás en mi camino.

Sin embargo, llego a casa sin haberme atrevido a entrar ni una sola vez.

—¿Dónde estabas, cariño? —Mamá quita la vista de los comerciales en la televisión para saludarme con una gran sonrisa—. ¿Ya cenaste?

—Salí con Susana para algunas compras.

Para distraerla, le cuento la historia de Susana con los esmaltes y mamá nombra unas cinco formas en las que ella hubiera muerto de vergüenza.

—Comimos unos helados para tranquilizarnos, así que no tengo mucha hambre. Iré a mi cuarto.

—Por supuesto, Lu.

No es que nunca le haya guardado un secreto a mamá, pero la culpabilidad me acecha de todos modos: las personas mayores tienen una habilidad increíble para detectar embarazos.

Mi celular no ayuda.

6 Días de retraso

Me pregunto cómo se habrá sentido Tania cuando le pasó lo mismo. De repente, tengo un mensaje que parece perfectamente cronometrado para este momento.

Kristal: Hola Lu! Irás a la boda de Tania y Pedro?

Yo: Hola Kris! Claro que sí, parece que saldrá muy bien. Incluso tienen un local con piscina.

Kristal: Ah sí

Kristal: Pero has visto su fb, no?

¿Qué tan difícil puede ser ocultar un embarazo? Puede que intenten negarlo pero a diferencia de hace treinta años, cuando era la prueba de que habías conseguido todo en la vida, hoy es un símbolo de fracaso.

Yo: Lo del bebé? Creo que todo el mundo lo sabe!

Kristal: Q vergüenza, no sé ni q regalarles

Yo: Creo que elegiré el decantador de vinos de la lista

Kristal: Pucha, si te desanimas, me avisas y le compro eso

Siempre la misma Kristal, intentando que la gente decida por ella y luego decidiendo sumarse. Supongo que puedo ayudarla, solo por esta vez.

Yo: Si quieres compra eso y yo veo algo más con Gabo. Van a necesitar un montón de cosas con ese bebé en camino.

Kristal: Pfff, al menos ella tenía novio. Una vez se me retrasó una semana cuando acababa de terminar con Tony. Fue una pesadilla!

Yo: Jajajajaja

Yo: Qué locura

Yo: Bueno, te veré allí.

Kristal: Perfecto! Saludos a Gabo, realmente es genial saber que siguen juntos, es un gran chico!

No me digas.

Kristal: Si algún día lo dejas ir, quiero ser la primera en saber!!

Ponte a la fila, querida.

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2 años y cuatro meses atrás

—No lo sé, me estoy aburriendo de Tobías. Ya no es lo mismo.

Alicia le da a Kristal un abrazo comprensivo mientras Susana y yo intercambiamos una mirada divertida.

Ni siquiera entiendo cómo empezaron a salir dos personas tan obviamente incompatibles.

—Hay muchos chicos mejores allá afuera —intenta ayudar Susana— y mucho más lindos.

—Exactamente —se suma Alicia—, te mereces solo lo mejor. Deberías dejarlo mañana mismo.

—Gabriel tiene un amigo guapo que puedo presentarte —intento bromear, pensando en Fernando y sus músculos que quizás llamen la atención de Kristal.

Automáticamente, ella y Alicia ruedan los ojos y me enfrentan.

—Ok, vamos a hablar de esto.

—¿Qué? —Replico, sorprendida.

—Ese chico, Gabriel.

—¿Qué tiene? —Siento que corro riesgo de sonrojarme y trato de repetirme mentalmente las estrategias de precios—. Es solo un amigo.

Estrategia de precio descremado, precio promocional...

—Lucía, llevas semanas diciendo: Gabriel dijo esto, Gabriel dijo lo otro, Gabriel opina...eso no es solo un amigo.

—Cuando hablo con otras personas, también las menciono a ustedes, ¿qué tiene de raro?

—Que últimamente no nombras a nadie, excepto a él.

—No creo, se lo están imaginando en sus mentes de casamenteras.

Empiezo mentalmente con las estrategias de producto y las diferentes matrices para mantener una expresión seria

—Tendrás que admitirlo alguna vez —dice Kristal—. No es lindo, pero podría funcionar...¿cómo es su amigo?

Me echa una mirada resignada, como si no se fiara de mi buen gusto.

Empiezo a hablarle de Fernando y se alegra un poco cuando le muestro su foto en Facebook. Me asegura que es lindo y me pide que arme una reunión con todos para conocerlos.

Le aseguro que lo intentaré y luego hago notar que ella y Alicia están veinte minutos tarde para su clase, con lo que por fin se van.

En cuanto estoy segura de que no volverán, me volteo hacia la única que queda.

—¿En verdad he estado comentando esas cosas sobre Gabriel?

Susana suelta una risita.

—De verdad. Así que...¿te gusta?

Y entonces miro a Susana, en el flequillo que nunca cambia, con sus lentes de chica estudiosa y una mirada comprensiva.

—¿Lu?

Tomo una profunda inhalación y asiento.