Myoui Mina

- ¡Solo busquenme un maldito supresor y dejen de decir estupideces! - grito hecha una furia.

Se preguntarán, ¿A quién le digo eso? ¿Que esta pasando? ¿Y porque estoy tan enfadada? Bueno, todavía tengo mucho tiempo para contarles.

Yo. Myoui Mina nací un 24 de marzo de 1987, fui la gran alegría de mi padre en ese momento, el quería una niña alfa y yo era esa gran niña. Desde antes de nacer mi futuro ya estaba predestinado, sería la sucesora de mi padre en su consorcio del hospital y nada podía impedirlo. Tenia dos hermanos igual alfas, Mino que me llevaba 5 años y Yuta que me llevaba 8, los dos eran hijos de otra madre, una mujer que estuvo casada con mi padre en un matrimonio arreglado.

Crecí en San Antonio Texas toda mi infancia y parte de mi adolescencia hasta que mi padre puso su consorcio en Corea del sur exactamente en Apgujeong, mis padres y yo nos mudamos allá, Aunque ya teníamos una casa y desde que tengo memoria Mino y Yuta viven allí, pero la verdad no me llevaba muy bien con ellos, me odiaban por ser la consentida de mi padre y porque iba heredar lo que le pertenecía a Yuta.

Pero bueno, esa era otra historia.

A la semana de estar en Corea mi padre me matriculó en una de las mejores preparatorias de Seúl. "Hanlim Apgujeong high"

A la mañana siguiente ya estaba montada en mi Bentley negro que papá me regaló por mis grandiosos 15, extravagante pero era lo que alguien como yo merecía.

Arranque alejándome de mi casa llegando rápidamente a la preparatoria, le enseñé mi tarjeta de estudiante al porterucho y me dejó pasar algo que cada estudiante debía hacer para entrar, después de todo era una institución privada. Me bajé del auto ya estacionado con algunas miradas encima. el papel de la chica nueva me quedaba genial, aproveché para ver mi celular iba muy bien de tiempo pero aún esperaba a-...
Ni si quiera lo pude pensar cuando un Jepp amarillo super llamativo llegó haciendo escándalo al verme.

- ¡Mina! - grito Jeongyeon bajándose de su auto, parecía demasiado desaliñada y cuando se acercó a mi puede saber porque.

Odio el olor y todo lo que tenga que ver con el alcohol, es más soy alérgica.

- Jeong, ¡Son literal las ocho de la mañana y estas tomada! - digo tapandome la nariz y alejandola.

Le parece chistoso porque suelta una gran carcajada.

- ¡Me encanta el puto exceso! - grita acercándose y pasa su brazo por mis hombros.

Yoo Jeongyeon es la hija de un amigo de mi papá, su padre es un Chef gourmet muy reconocido en China, Corea y por supuesto Estados Unidos donde obvio la conocí. nos hicimos amigas desde que teníamos no se. Diez? Si bueno.. pero ella me hacia muy feliz, ser su amiga sin duda era un privilegio, las dos somos alfas por esa razón también nos entendimos muy bien.

- ¿Tanto bien hace Corea? Mirate te ves más alegre. - dije al separarnos, ella solo esbozó una gran sonrisa.

- Corea es lo máximo no me quejo de San Antonio pero, las omegas aquí son uff!. Tienen los cuerpos delgados que a mi me gustan, y sacuden la cama muy bien. - puso una cara pícara codeandome, me río ante sus comentarios.

- Bueno, bueno ¿Y donde esta la heredera del Shampoo? - pregunte después de quitarmela de encima.

- No debe tardar en llegar - responde poniéndose unos lentes de sol.

Cuando dijo eso un auto gris BMW se mete a una velocidad impresionante incluso me hago un poco para atrás. Sabemos que es ella porque da un par de vueltas quemando las llantas de su auto.

Se detiene y luego sale Park Jihyo haciendo como si estuviera mareada aunque no lo está.

Park Jihyo hija de una omega que dueña de una marca de Shampoo, a ella la conocí porque mi madre y la de Jihyo son buenas amigas, yo se la presente a Jeongyeon, y a los 12 las tres éramos inseparables.

A Jihyo le encantan las carreras de autos incluso a ganado varias, su sueño es salir en un cameo en la película Fast and Furious, pero por desgracia aún no lo consigue.

- ¡Amigas mías! - Jihyo nos saluda con un abrazo y en vez de cerveza ella huele a cigarrillos mezclado con su olor a alfa.

- Entonces ¿Entramos? - digo agarradolas bruscamente por los hombros.

- Claro. - responden las dos al unísono.

Las chicas nos miran como si fuéramos un fino trozo de carne y eso me hace caminar más erguida mostrando mi atributo más grande.

En ese momento recuerdo algo importante.

- ¿Ya me apuntaste al Club Jihyo? se me olvido preguntarte. - digo con curiosidad hacia ella.

- Si, en realidad mi omega te apunto. - dice mientras manda un mensaje en su celular

También una de las cosas que nos unió más fue el vóleibol, a las chicas les gusta tanto como a mi y en lo personal siempre me encantó, la verdad es que estoy pensando dedicarme a eso, pero aún no estoy muy segura.

- Esa Jeon es toda una cerebrito... que pereza salir con alguien así. - habla esta vez Jeong.

Si no fuera porque se lo que trama Jihyo con ella, ya estuviera defendiendo a la tal Somi esa.

- Pues si, pero solo unos meses más y la termino. Aunque no crean ella se sabe mover bien. - dice Park mordiéndose el labio.

- ¡Agh! No quiero saber tus experiencias sexuales. - me quejo.

- ¡Apoco ya te la tiraste!
¡Eres toda una loquilla! - Jeongyeon se burla de ella y Jihyo tambien se ríe asintiendo.

Estamos por pasar una gran fuente de agua que es realmente hermosa y oigo a varios alumnos murmurar pero no le tomo atención. No es hasta que siento varias miradas que giro mi cabeza en la dirección que creo que vienen. Hay demasiadas chicas mirándome y todas parecen modelos de una pasarela, tienen ropa a la moda acompañadas de unas falditas que solo les llegan hasta las nalgas, y son increíblemente guapas. Las miro a cada una de ellas hasta que a mi amiga Jeongyeon se le ocurre silvarles.

- Adiós Hermosa~ -Alaga a una en particular, Se que es la de en medio que parece ser la abeja reina. Ella solo pone los ojos en blanco y le saca el dedo de
en medio.

Jeongyeon siempre se va por la más popular, le gustan ese tipo de chicas.

- ¡Que huevos eh! - le digo aún viendo a todas la hermosuras.

- Todo sea por Im, ella va a ser mi esposa aunque todavía no lo sabe. -

- ¡Ni en un millón de años! - se burla de ella Jihyo y Jeongyeon se pone seria.
- ¡Vamos! tiene novio y aparte te odia. - dice como si fuera obvió.

-Del odio al amor hay un primer paso. -

- Si, pero sabes que ella te odia de verdad. -

- ¡Ash! Lo que sea. - la empuja y yo me río de su pequeña pelea.

De pronto un dolor intenso se va a mi miembro y empiezo a sentir calor.
¿¡Que demonios porque estaba entrando en celo!? Me detengo y empiezo a hiperventilar las chicas sienten mi olor y me siento mareada, estoy a punto de perder el equilibrio pero por suerte Jihyo me toma rápidamente en sus brazos.

- ¡Mina como se te ocurrió venir hoy! ¿¡Acaso no sabías que iba a venir tu maldito celo?! - Jihyo me agarra pasando un brazo por mis hombros y Jeongyeon copeea su acción.

- ¡N-no.. se supone... que venia en dos meses... -. Apenas puedo levantar mis pies. Siempre había tenido fuerza para llevar mi celo, pero este es diferente.. me siento como un espagueti sin nada de fuerzas.

- ¿Segura? no tenías que venir hoy por ser tu primer día. -. Me llevan a un tipo de campo que por la impresión se que es el campo de fútbol.

- ¡S-se lo que digo Jihyo!... - Le reclamó enojada. Mi erección empieza a doler.

Me sientan en una de las bancas y luego Jeongyeon se sorprende. Parece que recordo algo.

- Oye.. no será que encontraste a tu pareja destinada, es imposible que te llegue antes el celo. - dice algo pensativa.

Jihyo abre los ojos también sorprendida. Yo la miro como si estuviera diciendo una estupidez, una locura.

- ¡Eso es cierto! - dice con un tono burlesco Jihyo.

- ¡Predestinada! ¡No seas tonta! solo los niños y las personas que viven en las nubes creen en esas tonterías, son cuentos, las parejas destinadas son muy escasas. - digo ésta vez un poco menos acalorada.

- Vamos, entonces como lo explicas. según tu, tu celo no venia hoy. -

- Pude haberme confundido las personas cometemos errores Jeongyeon. - le recuerdo.

- ¿Entonces hace cuánto fue tu último celo? - pregunta esta vez Jihyo entrecerrando los ojos.

No quiero contestarle porque se que talvez tengan razón.

- ¿Eh no se..? Ya fue hace tiempo.. - digo desviando la mirada nerviosa.

- Dilo Mina, O si no.. te vamos a apretar las bolas. - amenaza Jeongyeon acercándo su mano peligrosamente a mi miembro.

- ¡Esta bien!, ¡Esta bien!. Fue hace un mes... - digo avergonzada.

Las dos se ríen y se juntan de las manos

-¡Predestinada!~ ¡Predestinada!~. - Jihyo y Jeongyeon ahora se habían puesto a cantarme y hacer un baile en círculos a mi alrededor.

Los celos de los alfas venían cada dos meses por lo que obviamente mi celo estaba adelantando cosa que nunca pasaba, así que había encontrado a mi maldita predestinada.. Pero yo no podía tener una omega, yo no era ese tipo de chicas que están en una relación y todas esas cursilerias, a mi me encantaba estar con muchas chicas, no estar exclusivamente solo con una. Tener una predestinada significa renunciar a toda la diversión.

-¡Predestinada!~ ¡Predestinada!~. - Seguian cantando mientras pensaba una forma de deshacerme de la omega esa. No puedo escucharlas más.. mi enojo se sube por mi cabeza.

- ¡Solo busquenme un maldito supresor y dejen de decir estupideces! - grito hecha una furia.

Al fin paran y Jeongyeon dice aun riéndose la muy tonta, que va ir ella por el supresor a la enfermería mientras Jihyo se queda haciéndome compañía.

De todas las personas tenía que ser yo..

Sabia que mi loba se iba a entristecer después de todo hemos estado juntas en todas las vidas, aunque había personas que rechazaban a sus parejas destinadas porque su parte humana no
sentia lo mismo que el lobo y eso era lo que planeaba hacer, debía encontrar y rechazar a esa chica de imediato, ¡Predestinada! ¡Ugh que va!..