Volvemos a vernos... (44)
Desaparecieron introduciéndose en su piel, lo cual te sorprendió muchísimo, pero luego recordaste que su especialidad era de metal.
- El brazo...- musitaste sujetándolo, te miró fijamente, después se acercó y te tomó del hombro contrario a la herida.- ¿Dónde están los demás?
- Todo fue muy rápido... Álex destruyó gran parte de las hordas, Keenan y Kenai están de apoyo y curando las heridas...- te acompañó a través de la niebla hasta que lograsteis salir de la nube de vapor que poco a poco se disipaba.
- ¡_____!- al verte Keenan se acercó corriendo a ver tu brazo.- ¿Qué diablos te ha pasado?
- Ese vampiro me pilló cuando no estaba pendiente, en medio de la explosión, no veía nada, tomó la ventaja.
Hizo una mueca dolorida con el rostro y después colocó sus manos con cuidado rodeando tu brazo entero con los dedos, tomándolo con excesivo cuidado, después de todo estaba roto y no quería hacerte más daño del que ya te hacía de por sí; y empezó a regenerar tu brazo de forma rápida.
- ¿Bert todavía sigue ahí dentro?- preguntó el pelinegro.
- ¿Tyrkelige?
Hizo un breve silencio, sus pómulos tomaron un sutil rojizo que no se notó, después asintió con seguridad.
- Los dos os metisteis ahí y no sé nada de él.
- ¡Yorg! Dispersa la niebla...- dijo el Atxa, este asintió con la cabeza y con un movimiento del brazo la niebla entera se dispersó hacia el aire liberando el campo entero de batalla.
Pudiendo ver la enorme masacre que había en el interior de la misma. Abristeis los ojos en shock, sabíais que habría muerte, mucha muerte, pero no esperabais aquello, desde luego que no... Tragasteis saliva.
- William, regresa, no pierdas más tiempo aquí...- él asintió con la cabeza y se marchó.- ¿Cuánto más a tardar?
- Fue una ruptura complicada... Tiene que recuperarse bien o podría volver a romperse, y ya te digo yo que quieres pasar por eso otra vez...- recriminó el otro, bufaste con molestia.- No bufes, tienes suerte de que puedo curarlo rápido.
Giraste los ojos hacia el campo de batalla y tus pupilas se encogieron al ver al pelinegro de ojos verdes, a ese vampiro de mierda que te había casi arrancado el brazo, frente al albino peleando ferozmente. Tenías que acudir y terminar el trabajo que habías dejado a medias, tenía que encargarte de él; ayudar a Tyrkelige y a William y acabar con ese vampiro.
- Rápido.
- No puedo ir más rápido.
- Tyrkelige necesita ayuda.
- Tiene a William.
- No es suficiente.- recriminaste.- Hay que darle apoyo, todo lo que se pueda.
- _____, cálmate.
Giraste tus ojos hacia la pelea, un arma metálica abrió tus ojos en shock por la belleza y los detalles de dicho arma: una guadaña con escarcha y hielo, abriste los ojos en shock al ver al moreno creando dicha arma desde cero, solo a través del brillo de sus manos materializando un arma de dos metros y medio; y como cuando el albino tomó el arma ésta se llenó de escarcha y hielo y se volvió un arma formidablemente hermosa. El pelinegro se creó un par de espaldas un poco menos sofisticadas, con un poco menos de detalle, claramente eran afiladas y llegaban al metro y medio cada una; lo que te sorprendía es que tuviera la fuerza suficiente para tomar las dos al mismo tiempo; y ambos atacaron directamente como dúo. Ambos habían peleado y entrenado antes juntos, se notaba demasiado... La forma en la que se movían dejaba ver claramente que no era la primera vez que habían peleado, y sin lugar a dudas, fuera de la ironía de que estaban peleando con el objetivo de matar al rival, era hermoso. Simplemente era hermoso ver la coordinación que ambos poseían y como se movían paralelos hasta que se interseccionaban aunque parecía imposible visto desde un punto de vista matemático. La forma en la que el albino impulsaba al otro con el arma para lanzarlo por los aires como si fuese una mera hoja de un árbol; como uno atacaba desde el aire y el otro al frente.
Simplemente no podías dejar de mirar.
- Ya está...- dijo Keenan.
Moviste el brazo, estaba como nuevo. Le sonreíste y asentiste con la cabeza, tomaste una lanza y corriste de nuevo al campo de batalla para ayudar a los demás.
- ¡_____!- exclamó Alexandra.- vamos, ven conmigo, vamos a la parte delantera, estamos presionando al enemigo...- asentiste y los dos corristeis a lo largo del campo de batalla.- Tenemos la ventaja de que ya esperábamos el ataque...
- ¿Cómo está la situación? ¿Los magos o los guerreros escasean?
- Mal con ambos, pero con los magos es medianamente más decente, algo así- dijo ella llegando a una roca en la que visteis a todos peleando.- Los guerreros de tierra escasean por momentos, tenemos que darle apoyo con los magos de tierra y estos quedan vulnerables porque los magos de fuego, agua y viento están peleando.
- ¿Entonces le doy apoyo a los magos de tierra y a los guerreros?
- Sí.- asintió con la cabeza con firmeza.- Buena suerte...- apoyó una mano en tu hombro.- Y no mueras, por lo que más quieras.- aquello último parecía una súplica.
- Descuida, puedes confiar en mí.
Dicho esto ella se unió a los magos y tú te uniste a los guerreros de tierra para protegerlos en caso de que alguien los atacase desde los alto y que pudieran continuar sin problemas, también para atender a los heridos.
Pero es que simplemente no podías dejar de pensar en la pelea que estaban teniendo William y Tyrkelige. Sabías que Tyrkelige era fuerte, verdaderamente era alguien muy fuerte, después de todo, ganásteis la batalla anterior gracias a él, pero, simplemente no podías dejar de preocuparte. Provocando un despiste en plena pelea que pudo haber resultado fatal de no ser que te defendieron en el último segundo. Sacudiste la cabeza. Te concentraste en el enfrentamiento, en tu presente, en ti; no podías despistarte de nuevo, podría resultar fatal para ti, no querías morir, desde luego que no querías ser una víctima más de la guerra.
No querías ser un número más en la lista de muertos.
No permitirías que alguien te convirtiese en un mero número.
Lucharías.
Lucharías y defenderías el Reino Ceniza como si fueses alguien más que verdaderamente pertenece allí.
Pelearías por aquellas personas que te importaban, por todos aquellos que te dieron un hogar al llegar a aquellas tierras.
No permitirías que alguien perturbase la paz del reino.
No no querías que nadie pereciera,
Nadie perecería mientras tu mantuvieras tus dos pies en el suelo, tu lanza en alto y tus poderes todavía existieran, pelearías, no es que fueses ahora como Eren y solo pensases en pelear, en superarte, en dejar atrás todo lo que te importa y volverte un ser irreconocible para tu propia familia, pero tenías claro que pelearías, lucharías, defenderías y no permitirías que nadie superase los límites impuestos.
Nadie tocaría las murallas doradas del castillo Ceniza.
No mientras tu estuvieras con vida.
- ¡_____, cuidado, están repitiendo la táctica aérea!- giraste tus ojos hacia el cielo y viste como una enorme nube de criaturas voladoras.
Murciélagos gigantes que cargaban con duendes armados con lanzas y botellas de pociones con a saber qué efectos podrían tener. Tragaste saliva lentamente, después miraste a Álex, ella asintió con la cabeza y le alzaste un enorme muro que le sirviera como como plataforma y así pelear al usar el fuego contra los seres. Haciendo esto quedaba vulnerable ante los ataques, pero al mismo tiempo bien defendida gracias a ti y los escudos que se desintegraban cuando eran golpeados pero que así evitaban que Alexandra fuese herida.
- Álex, ¡Tenemos un grave problema!- exclamó Keenan apareciendo entre las personas que peleaban de forma fiera al lado de Alexandra desde el suelo y hechizos a larga distancia.
Lo miraste fijamente con los ojos llenos de confusión, él estaba aterrado, incluso pálido. Tragaste saliva con miedo. Cuando ella acabó con la oleada aérea bajaste el gran muro en el que ella estaba subida y miró a su hermano en busca de la respuesta.
- Ese vampiro ha heri. . .
Después de escuchar aquellas palabras dejaste de procesar, dejaste de escuchar, dejaste de razonar, tus ojos se abrieron en shock y una gran impotencia recorrió cada centímetro de tu cuerpo. Frunciste el ceño amenazantemente y después corriste como si tuvieras la muerte persiguiéndote y endureciste tus puños al ver al contrario. Él, al verte, sonrió con sorna.
- Volvemos a vernos...
__________________________________________________________________________
Actually... Estuve transcribiendo por completo la historia durante toda la tarde del día anterior (Día 27 de mayo del 2021) y pensaba que me daría tiempo a poder publicar un primer capítulo, pero parece ser que no.
Hoy seguramente si podré acabar de transcribirlo todo a wattpad y empezar a publicar...
Cuándo veáis este mensaje será como :00000000
HAADADHDGAJASJA
Okay, ahora, en referencia al capítulo... Pos... La verdad...
El tremendo párrafo Willert me dió la vida <:
Necesitaba a William y Tyrkelige siendo gay, peleando juntos y siendo bellos <3
uwu
XD
okay, ya paro...
Aquí las opiniones --------------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1530 Palabras]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro