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Os lo dije... (31)

Pero al mismo tiempo le parecía una decisión honorable y valiente morir junto a su pueblo en la guerra y no escondido en el palacio como muchos gobernantes hacían.

La primera oleada de magos de Ceniza resistía firme, y fue acompañada por la segunda oleada en la que, literalmente, Kenai entró en combate de forma ágil y sin que se notara que ya tenía cierta edad. Sus habilidades y su magia especializada en la naturaleza y la curación le permitían tener enfrentamientos que podrían durar días enteros sin cansarse pues se estaba regenerando continuamente.

Keenan admiraba esa habilidad de su padre.

Lamentablemente él no era capaz de persistir en una curación continua y repetitiva, aquella habilidad que tenía su padre era por su mitad orco que le unía a la naturaleza y le permitía pelear durante largos ciclos al mismo tiempo que usaba la magia de forma continua para regenerarse en heridas, fuerza, habilidad o resistencia.

Simplemente siendo una máquina de matar verdaderamente buena y con muy pocos puntos débiles.

Los únicos puntos débiles que podía tener eran los que Silver cubría, pues eran los ataques a distancia que él desviaba por sus habilidades de fuego y telekinesis.

Eran un dúo verdaderamente formidable y no te extrañaba nada que Keenan y Álex estuvieran tan orgullosos de sus padres.

Aquella batalla tenía el objetivo de ser un ataque rápido como un rayo, que los enemigos no tuvieran ningún tipo de oportunidad en defenderse, pero viendo que los habían estado esperando y que habían evacuado a los civiles solo les quedaba usar las trampas y las tretas que tenías guardadas y que no usaron en Göttin. Repentinamente el ejército enemigo empezó a retirarse, casi como si se hubieran rendido viendo que el ataque por sorpresa no había funcionado. Esto no hizo bajar la guardia ni a Silver y a Kenai, que rápidamente mandaron a todos los hombres a rodear el castillo, siendo la primera oleada la que se encargaría y vigilaría el sur, la segunda oleada la que vigilaría el oeste y la tercera la que vigilaría el norte. Era imposible que vinieran por el este, porque el bosque era tan denso y peligroso que cualquiera que entrase allí no saldría jamás. De todas maneras mandaron a una minúscula parte de cada oleada a vigilar el este. Ambos gobernantes vigilaban la parte suroeste, la que tenía más posibilidades de ser atacada, pues era el único blanco que podría tener peligro y por el que podría acceder.

No tenían una mala corazonada, aquella misma noche vieron una nube que cubría la luna y no era más que un ejército aéreo, que venía liderando a un ejército de tierra, reptilianos, acababan de mandar un ejército de tengus y reptilianos, lo cual no es que fuese como una broma pero si lo parecía. El fuego podría deshacerse tan rápido como aparecieron aquellas criaturas, así que los magos cuya especialidad era el fuego crearon un muro versátil de fuego y aquellos que atravesaran dicho muro recibirían ataques directos de magos cuya especialidad era la tierra para empujarlos hacia el fuego de nuevo.

La oleada fue sofocada sorprendentemente rápido.

Lo cual hizo sospechar a los gobernantes, pero puso muy felices a los guerreros. Impidieron las celebraciones y las fiestas adelantadas, porque aquello no podía haber sido todo, Göttin y el Reino del suroeste no eran así.

Y tanto que no lo era.

Un terremoto sacudió la tierra cuando empezaba a amanecer.

Algo que, desde luego, no era normal en Ceniza.

De lo más profundo de la tierra apareció una enorme serpiente similar a una cobra gigante y que aplacó a la primera oleada de guerreros dejando a la gran mayoría muy malheridos.

- Ahora empieza el verdadero enfrentamiento...

- Estoy de acuerdo...

La verdadera batalla comenzó de forma brutal y sangrienta. Aquella enorme criatura era torpe, de movimientos lentos, pero muy poderosa porque sus golpes eran mortales, iba acompañada por millones de criaturas esqueléticas que parecían wendingos o undeads con parte de musculatura, órganos y piel, ridículamente débiles a los cuales acababa matando ella misma por dichos golpes al moverse por el campo de batalla.

Aún así, el desafío se encontraba en derrotar a la enorme criatura antes de que esta matase, aplastase o mutilase a todos los soldados de Ceniza.

Aquello no sería agradable y la verdad es que no querías que hubiera millones de entierros por culpa de aquella criatura gigante aparentemente creada y mandada por el ejército del suroeste como ofensiva aparentemente final. Pero había algo que no cuadraba para Silver... ¿Dónde estaba el ejército que mandaron la primera vez que ordenaron retirarse? ¿Por qué no estaba atacando junto a aquella criatura gigante? Lo más probable es que estuvieran reservando fuerzas para atacar en caso de que sus guerreros se quedasen sin energías o sin personas con las que pelear.

Lo cual podría ser muy rápido.

Sobre todo por la velocidad con la que sus hombres estaban cayendo a manos de aquella criatura gigante.

Silver no iba a permitir eso.

- Vamos a quitarnos a esa cosa de en medio, cúbreme...- el gobernante se bajó del caballo dejando su cama sobre el mismo corcel, el rubio oro también se bajó del caballo y asintió con la cabeza.

Cuando los guerreros rezagados vieron que el gobernante avanzaba hacia la criatura con paso firme y seguro abrieron los ojos en shock y se retiraron para darle espacio, porque sabían perfectamente que si él se acercaba a una pelea era porque iba a liar una buena. La enorme serpiente, al no encontrar más presas abrió el gran abanico de cobra y miró a la minúscula figura del gobernante y se acercaba dejando a dos o tres metros por detrás al rubio oro. Lo aplacó directamente viendo que parecía ser un oponente digno que no retrocedía ni huía por su imponente figura.

Inmediatamente se arrepintió de aquello y cuando quiso retroceder fue demasiado tarde.

Una enorme estructura arbórea y de barro creó un enorme escudo, todo esto por producto de Kenai, sus ojos brillaban con intensidad en azul y morado, parpadeaban por todo el poder que estaba usando. Una vez creada la estructura de abanico fue cuando abriste los ojos en shock al ver como en el interior o delante de aquella estructura algo estaba literalmente ardiendo en una bola de fuego luminosa y parpadeante, intermitente y hacía retroceder a la serpiente.

No supiste en qué momento parpadeaste.

Porque cuando perdiste menos de una décima de segundo el campo de batalla que tenías delante de tus narices, viste a la enorme serpiente literalmente envuelta en llamas zarandeándose de lado a lado, sus gritos agónicos y, sobre todo, la grotesca y desagradable imagen que tenías delante de tus ojos al estar quemándose viva. Miraste a Keenan, después a Álex, ambos estaban con los ojos abiertos en shock, sus expresiones no reflejaban nada más que shock y en parte horror, miraste el campo de batalla viendo a la increíblemente microscópica figura de Silver al lado de la serpiente como levitaba gracias a sus poderes de telekinesis y como el fuego se volvía más y más intenso, más brillante, y finalmente con movimiento brusco del brazo los gritos de la criatura se silenciaron de golpe.

Las llamas se sofocaron repentinamente.

La criatura ahora tenía tonos azabache, marrones, quemados, tostados, churruscado, el olor a quemado se podía oler desde aquel balcón. Movió de nuevo el brazo hacia un lado para crear una corriente de aire tenue y la serpiente, junto con todos los undead y todos los acompañantes de dicho ser se desintegraron como si jamás hubieran estado allí, sus cenizas volaron esparciéndose y moviéndose por el aire de forma aleatoria hasta desaparecer al hacerse demasiado pequeñas o estar demasiado lejos. El enorme escudo de barro, ramas y naturaleza desapareció lentamente como si fuese el crecimiento inverso de las plantas. Todo para que al mismo tiempo el gobernante de Ceniza dejase de levitar y tocase el suelo con los pies una vez más.

Aun así el enfrentamiento aún no había acabado.

Y lo supieron cuando la mirada enamorada que ambos reyes se dedicaron cambió a una llena de pánico y otra muda y en shock de un segundo a otro.

Todo esto junto al olor de la sangre que llenó el campo de batalla más de lo que ya lo había llenado hasta ese momento por toda la muerte y toda la destrucción que hubo.

Y... Junto a esto... Los gritos de los infantes llamando a su padre al ver tal tragedia sin haberla podido detener al estar demasiado lejos.

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Os lo dije...

...

Nah...

Aquí se dan apapachos / Abrazos ------------>

Aquí se dan cajas de pañuelos ----------------->

Aquí se dan armas para matar a la autora ----------------->

Todavía no he terminado de haceros sufrir, por eso os estoy dando las armas :3

Ahora mismo soy como Isiyama... :3

Aquí las opiniones ----------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1497 Palabras]

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