Capítulo 5——— Gemma.

Mientras Andy jugaba a la pelota con Elton, su perrito. Sunny le mandaba un mensaje de texto a Ryan Dove Ghofflin.

"Te eh visto hoy, estabas muy guapo".

Lo había leído, pero no había respondido.

La chica de revista adolescente se mordía la uña de su pulgar con ahínco, mientras sorbia de una taza de té francés.

– Andy, tu amigo se hace el misterioso. Voy a resolverlo a lo Sherlock Holmes y su compañero Watson.

Así es, la pequeña Sunny tenía una costumbre extraña de hablar sola mientras hacía algo que de verdad le interesaba o le causaba verdadera intriga.

Entonces sin pensarlo dos veces la chica envía otro mensaje de texto o SMS.

"Tu cabello es bonito, a mi hermano le encantaría cortarse el pelo parecido".

Tenía un hermano de hecho pero lo que acababa de decir figuraba en su lista como: "Frases menos correctas para ligar ". Y se lamentó por esto. Ryan en su foto de perfil lucía un aspecto casi adorable, con una mano en su abundante cabello negro mientras acariciaba a un pequeño animal peludo. Juraría que era un hamster. De igual modo se veía adorable casi como un chico normal que no lastimaría ni a una mosca.

Pasaron 30 minutos y ella seguía frente al teclado de su teléfono celular viendo caritas sonrientes y emojis exóticos. Cómo un pulpo nadando o cosas de la naturaleza.

(🐙🌊🌲🌻)

Hasta que llegó una contestación de parte del mencionado.

"Hola, lo siento por lo de hoy. Sé que eres la chica a la que golpee sin querer con la pelota".

¿Qué?.
Ah, la foto de mi perfil.
¡Pero esa chica no soy yo!.

*Volviendo a Andy.
Estaba picando la pelota contra el muro de mi casa de dos pisos mientras Elton dormía la mona en su casita para perros. Entonces pensé en Sunny y en qué le pase el número de teléfono de un dichoso compañero.

¿Le habrá escrito?, quisiera saber. Porque las amigas se cuentan todo y a pesar de que empezamos a serlo hace poco menos de medio año, ella se ah vuelto como alguien con quién de verdad divertirse y salir a hacer cosas increíbles. Cómo ir a un supermercado y comprar revistas para colorear o tomar refrescos de edición limitada.

Una vez tomamos prestado el carrito de un supermercado para subir dentro y empujar sobre las rueditas y andar.

Realmente ese día me gustó, nada salió mal y ni siquiera me preocupaba por cosas por las que de verdad deberías preocuparte.

Sunny es alguien divertida, es como una parte que le faltaba a mi vida. Emilia ahora está de novia y parece que le cuesta salir un poco más a fiestas de universidad como antes o incluso compartir secretos y cotillear. La extraño un poco, quizás hasta mucho. Pero estamos bien. Lewis también aporta a mi felicidad, está ahí cada vez que lo necesito. Le da estabilidad y tranquilidad a todo lo que toca y lo moldea. De forma que me veo con una sonrisa estampada de mema en toda la cara cada vez que se va de casa lo veo por aquí.

Todavía no eh conocido a sus padres y él si conoció a mamá. La primera vez fue aquella que se quedó a dormir y cuando desperté tenía un montón de pelo rojo metido en la nariz. Y le estornude rociando moco por dónde mirases. Mucho moco.

Creo que nunca conté aquello. Y ahora que lo veo bien, es realmente un bombón. Cómo un tío bonito salido de una película de vaqueros cowboy mezclado con Ronald Weasley pero más majo. Es como un modelo edición buenorra.

La última vez que nos vimos fue ayer a medianoche. Entró por la ventana, y tuvimos mucho sexo. Sexo de verdad. Y cuando de verdad te gusta la persona, lo disfrutas el triple. Es hasta aterrador.

¡Y ahora estoy jodida!.

Me canso de rebotar el balón y lo dejo tirado en la hierba para correr hacía adentro a por un vaso de agua.

¡Agua!.