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🛑Este capítulo contiene escenas sexuales no consensuadas entre un adulto y un menor, con esto no apruebo ni promuevo estás prácticas ni mucho menos intentó romantizar este tipo de acciones

Leer bajó su propio criterio🛑




El corazón de Ikki latía con fuerza mientras observaba la patrulla frente a sus ojos alejarse con Esmeralda dentro, tenía tantas preguntas que no sabía que hacer exactamente en ese momento, estaba hiperventilando mientras intentaba formular un plan rápido para tomar acciones en pro de defender a su hermano menor pero... ¿Por dónde iniciaba?, ¿Qué haría?, ¿A quién recurriría?...

A pesar de que el ambiente era caótico por todo lo que acababa de ocurrir una rápida idea (aunque ilegal) vino a su mente, ir directamente a la casa de Esmeralda y registrar incluso por debajo de los suelos algo que le diera una pista sobre el paradero de Shun quien seguía siendo desconocido pero las incontables vibraciones en el bolsillo de su saco proveniente de su celular y los comentarios entre sus compañeros de trabajo por lo que acaba de ocurrir lo dejaban inmóvil y entre un dilema que debía de resolver lo más pronto posible, podía quedarse, conversar y atender las llamadas o podía ir a la casa de Esmeralda antes de que la clausuraran impidiendo su entrada. Suspiró un momento, su mente no podía procesar todo como él quería, respiro nuevamente y sin pensarlo mucho apagó su teléfono, paso desapercibido por sus compañeros y abordó su auto para dirigirse de inmediato a la casa de la rubia.

Condujo a gran velocidad hasta llegar, abrió la puerta forzando la cerradura ahora sin ningún temor que alguien lo viera o reportara, entró y encendió la luz ignorando los cuatro años de escuela universitaria donde le enseñaban a actuar con cautela; ingresó sin ningún temor a la vivienda, registrando y desacomodado todo a su paso, tiró los sillones para revisar debajo de ellos, sacó los libros de los estantes, aventó la vajilla de la alacena, desacomodo las camas e Inclusive revisó tanto en el baño como en el patio pero no podía encontrar más que lo que ya sabía que poseía Esmeralda.

Se arrodilló un momento para tomar aire y tranquilizarse a pesar de que a su mente venía la imagen de aquella mujer burlándose de él hace apenas unos momentos atrás, buscar en la casa de Esmeralda había sido de algún modo inútil al no haber realmente nada más, intuyó que había tomado una mala elección al ir allá y ahora debía volver y a pesar de no querer regresar por su repentina desaparición por fuerza mayor debía hacerlo.

Dejó la casa desordenada, no se molestó en arreglarla y de ese modo abordó su auto para volver con el resto de sus compañeros pero al volver contrario a lo que creyó no había nada, prendió su celular y llamó a Hyoga luego de no encontrarlo en ningún lugar, cuando fue recibida la llamada su amigo respondió pero por el ruido de fondo Ikki supuso que no estaba cerca.

—¿Qué pasó?— respondió Hyoga al recibir la llamada

—¿Estas con Esmeralda? —preguntó— ¿Dónde estás en sí?

—¿Con Esmeralda?, Shion nos dio el permiso de retirarnos, estoy en mi casa—

—¿Y el interrogatorio quien lo está haciendo?, ¿Mu?— inquirió

—No, el mismo Shion lo está realizando en compañía de Docko —contestó— No permitió que nadie lo hiciera más que ellos.

 El hecho de que ellos (Shion y Docko) fueran los que estuvieran realizando el interrogatorio no significaba algo bueno para Ikki ya que la oportunidad de poder preguntar sobre su hermano desaparecía; intentó controlar sus emociones, colgó la llamada y volvió a abordar su auto pero sin la intención de arrancar sino solo para pensar en algo. Revisó la hora en su reloj, era algo tarde pero en su mente se había planteado la idea de visitar a Pandora con la única finalidad de poder conseguir alivio al contarle lo que estaba pasando ya que desde que Shun había desaparecido no había podido conseguir ni un segundo de calma, no era necesario tomar café para permanecer despierto durante las noches, con su propia preocupación y ansiedad bastaban para mantenerlo despierto pero eso a su salud poco a poco le iba afectando. Se recargó de su asiento ocultando su rostro con sus dos manos mientras contenía la respiración para luego exhalarla lentamente, después de un rato de análisis dedujo que no podía ir con Pandora en ese momento.

Después de un momento de espera dentro de su auto que le sirvió para relajarse luego del pequeño enojo que había sentido después de enterarse de que el interrogatorio se había llevado a cabo sin ellos, encendió el motor y se fue a su casa, condujo lentamente por la carretera ya sin ningún propósito más que el de llegar; entró a su hogar y encendió la luz encontrando todo tal cual lo había dejado, no había rastro de nadie más que él, cerró la puerta tras suyo y fue directamente a su habitación sin embargo al subir las escaleras centró su vista en la habitación de su hermano durante un momento, sabía que al entrar no lo encontraría a él pero su salud mental se deterioraría aún más al saber que su hermano ya no estaba ahí, suspiró y fue a su cuarto, resignado a poder encontrarlo en lo que quedaba del día pero prometiéndose que al despertar realizaría de una vez por todas su denuncia.

Tal y como lo había pensando, a la mañana siguiente al ir a trabajar, en lugar de ir a la oficina fue a visitar a Mu para denunciar la desaparición de Shun; llegó y se sentó en la silla frente al escritorio, con una carpeta amarilla en sus manos y con un rostro que mostraba lo poco que había dormido. Mu lo observó curioso mientras terminaba de prepararse un café en una esquina del cubículo, regresó a su silla frente a su computadora y algunos archivos junto con su café en su mano izquierda, tomó asiento y viendo directo a su compañero realizó la primera pregunta.

—Ikki, ¿Necesitas algo?—  preguntó en primera instancia dando luego un sorbo a su café

El detective dejó la carpeta sobre el escritorio, no dijo nada por un momento mientras abría la carpeta exponiendo el porque de su visita, el primer documento mostrado era la identificación de estudiante de su hermano acompañado de una fotografía de Shun —Vengo a reportarlo como desaparecido— informó con un nudo en la garganta, jamás creyendo que pronunciaría tales palabras intentando controlar su mente para no verse "débil" frente a Mu

Mu observó la foto y la identificación brevemente para luego observar con desconcierto a su amigo, asimilando silaba por silaba las palabras mencionadas —¿Cómo desaparecido— cuestiono sin creer lo que escuchaba sin embargo la expresión de Ikki le informaba que era correcto

—Vestía traje blanco, salió durante la noche de mi casa aproximadamente como a las seis-siete de la noche, mide 1.64, tiene 15 años.... llevaba consigo un broche de mariquita en su saco— explicó ignorando la pregunta anterior pero a la vez afirmándola con su nueva respuesta

El hijo de Shion anotó cada una de las características descritas por el detective, hizo algunas preguntas que Ikki respondió con claridad cada pregunta que su amigo le había hecho con el fin de poder obtener respuestas de Shun lo más rápido posible aunque sabía que proporcionar dichos datos a la policía no servía de mucho ya que al igual que muchos casos similares, el reporte de su hermano tarde o temprano sería archivado junto con el resto sin embargo, la esperanza que tenía en que se tomara importancia a la situación de Shun por el simple hecho de ser familiar de un integrante de la policía prevalecía en él causando un poco de alivio en que a lo mejor su caso sí sería resuelto. 

Había pensado que una vez que terminará de reportar la desaparición mínimamente su estado mejoraría pero ocurrió lo contrario a lo que pensó, llegó a sentir un vacío por dentro, su cuerpo se sentía tan pesado incluso como para ponerse de pie e irse a su oficina, su vista se centraba únicamente en la fotografía de su hermano en el escritorio, foto que mostraba a Shun con una leve sonrisa... Sonrisa que quizá nunca volvería a ver si sus suposiciones eran ciertas.

Apretó sus puños con fuerza por debajo del escritorio para darse fuerza así mismo impidiéndole derramar lágrimas o mostrarse vulnerable frente a Mu o los otros policías que empezaban a llegar, agradeció la atención y se levantó de la silla para ir ahora a la oficina y seguir con el caso; entró a la habitación, por primera vez estaba solo en ese cuarto durante la mañana, revisó algunas cosas solo por matar el tiempo ya que realmente no tenía cabeza para trabajar o hacer cualquier otra cosa que no estuviera relacionada a la búsqueda de su hermano, se acercó en un momento dado al escritorio de Hilda donde tenía sobre la mesa y al lado del teclado de la computadora una pequeña libreta de anotaciones que abrió y leyó por curiosidad aprovechando que ella no estaba presente, leyó las primeras páginas que eran como una pequeña introducción de lo que ya se sabía pero conforme leía y avanzaba el tema se deformaba...

Una página lo obligó a sentarse, una página en específico de la libreta lo obligó a tomar asiento siendo está hoja un pequeño dibujo de una chica de largo cabello castaño, con un vestido blanco que llegaba abajo de sus rodillas y una ausencia de zapatos que era compensada por unas calcetas blancas. El dibujo fue como un flasback que apareció en su mente al comparar dicho garabato con el dibujo de la princesa Andrómeda encontrado en la habitación de su hermano, pasó la página del dibujo intentando encontrar alguna explicación del porqué y tal como lo pensó, detrás de la hoja ahí estaba, un pequeño texto explicando un poco el garabato de la página anterior.

“Me sorprendí al verla, una muñeca de porcelana que se aproximó a la cafetería, con su expresión melancólica y aura depresiva pero elegante que prefería guardar silencio y que ocupaba servilletas como medio de comunicación, una muñeca rota.”

Explicó de manera casi metafórica Hilda dejando algo confundido a Ikki pero con la claridad de que el dibujo era de alguien real, de una persona que coexistía con los demás y que probablemente se pudiera tratar de la misma chica que él vio en el centro comercial; aunque el texto era corto, pasando la página vió que a partir de ese encuentro aparentemente inesperado todas las anotaciones de la psicóloga trataban de esa “muñeca”.

“Verla comunicarse con preocupación, volteando su vista a ambas direcciones, golpeando el suelo levemente con su pie derecho mientras pequeñas gotas de sudor aparecían en su frente daba la ilusión de que estaba más tensa que cualquier otra persona que pude haber visto antes.”

“Su aura inocente escondía un secreto oscuro que reflejaba que el color blanco que portaba no significaba del todo su pureza, sino un acto metafórico por querer recuperarla, sus lágrimas y su pánico no fueron desapercibido, verla alterada llamó la atención de cualquiera... Algo le ocurría, verla con ese hombre tampoco podía significar algo bueno.”

“Un simple toque en su mano fue motivo de estrés y paranoia en la muñeca de porcelana, ella escondía algo, seguí su rastro cuando estaba lista para regresar a casa... La muñeca igual que todos tenía secretos, su mayor secreto, no era una muñeca...”

Fue lo último que Hilda mencionó dejando en duda a Ikki, sus escritos estaban llenos de metáforas que él apenas y entendía por muy simples que estuvieran, esperó paciente a qué todos llegarán para empezar a trabajar, cuando todos se reunieron al cabo de unos minutos formuló la pregunta que había estado esperando desde la noche anterior...

—¿Qué se habló en el interrogatorio de Esmeralda?—

Pronunció a su equipo de trabajo que al igual que él, desconocían la respuesta al no estar presentes, Hyoga informó que no era posible saberlo recordándole que solo Shion y Docko habían estado presentes en el interrogatorio de Esmeralda.
Aunque un poco frustrado, Ikki no tuvo de otra más que aceptar que de momento no obtendría la información que necesitaba sin embargo aclaró que tarde o temprano esa información tendría que ser compartida si no querían que el caso se estancara.

Todos siguieron trabajando apesar de que el ambiente no era del todo agradable, se intentó especular acerca de Esmeralda pero debían de ser cautelosos por si alguien fuera los escuchara pero aunque el tema de conversación era la rubia, Ikki no mostró interés en la conversación y no fue hasta el descanso para comer cuando finalmente se mostró un poco mas activo sin embargo esto tenía un porqué y el motivo por el cual había salido “de su trance” solo era para hablar con Hilda sobre el cuaderno que había visto en su escritorio durante la mañana.

Dejó que todos salieran primero para poder quedarse a solas con la psicóloga y poder hablar más tranquilos en caso de que la joven que era descrita pudiera ser alguien peligroso, Hilda intuía pobremente las intenciones de su compañero, ella aún no conseguía una prueba física que el detective pudiera ver para acreditar su testimonio... Lo cual sería un conflicto mayor al no saber cómo Ikki reaccionaria.

—¿Tienes un momento?— preguntó el detective intentando no sonar tan preocupado o alterado, animando a una conversación

—Depende —aclaró mirando de reojo su cuaderno en la mesa— ¿Para qué?

—Perdón, se que no debí ver tu libreta sin embargo... —no terminó de momento su oración al ir por el cuaderno en cuestión y abrirlo en la página donde Hilda había dibujado a la joven— Me pareció interesante

—¿Interesante?.... ¿La conoces?— preguntó arqueando una ceja viendo que Ikki aún desconocía la identidad de la chica, tomó asiento cerca de él mientras pedía que le entregará su cuaderno

—Llegué a verla un día en el centro comercial, fue raro observarla y por un momento pensé...— se detuvo para después de un momento en dónde se mantuvo observando el dibujo, entregó finalmente el cuaderno

—¿Pensaste qué?— volvió a animar para hacerlo hablar, intentando que él mismo fuera quien dijera la respuesta

—...Se trataba de una víctima más, ya sabes, por como actuaba. —respondió sentándose cerca de Hilda— Intenté obtener respuestas sobre ella pero nunca volví a verla pero veo que tú también llegaste a conocerla

Hilda se quedó un momento callada, mirando con una expresión seria y distante a Ikki, tratando de pensar si ya había llegado el momento de decirle lo que sabía o no; suspiró profundo tomándose un breve momento para aclarar ideas y estructurar una afirmación que fuera digerible tanto para que Ikki pudiera asimilar así como para que ella pudiera decir.

—La conozco, la encontré un día y me llamó la atención como no tienes idea... La seguí y sí, descubrí que su apariencia era falsa— dijo en un principio notando la intriga pero a la vez la curiosidad en la expresión de su compañero

—¿Falsa?, ¿Cruzaste palabras con ella?... ¿Dónde se vieron?— preguntó con interés buscando a su alrededor algo donde poder escribir, sabía que sí lograba encontrarla podía interrogarla ya que en el fondo intuía que ella tenía algo que ver con la organización

—No hablamos como tal, no hizo falta —respondió— Solo que “Ella” no es lo que crees... “Ella” es “Él”

Dijo en primera estancia viendo tanto el asombro como la confusión en Ikki, Hilda hubiera deseado que el detective hubiera descifrado el pequeño acertijo pero es que era casi improbable que lo hiciera ya que ¿Quién pensaría en un familiar en este tipo de situaciones?, ella suspiro al ver qué Ikki esperaba una respuesta, se mordió los labios un momento y se dejó caer en el respaldo de su asiento antes de dar la última respuesta.

—¿Y bien...?—

—Ikki... Esa chica vive contigo, es más cercana a ti de lo que crees —respondió siendo aún indirecta esperando que esa respuesta bastará y cuando notó como el semblante de su amigo empezaba a cambiar para formarse uno de cierta preocupación comprendió que el tema había quedado de cierto modo claro— No tengo pruebas físicas para demostrar que estoy en lo correcto, por tal motivo no te había dicho nada... Había estado buscando en todos estos días algo de información pero ahora que ya lo sabes... Creo que puedes confirmarlo por ti mismo, pregúntale, se que te responderá con la verdad.

El detective se tomó un tiempo para poder asimilar la información y tomó unos minutos más para que pudiera responder, aguanto de manera inconciente su respiración mientras tallaba su cien intentando creer que Hilda se había equivocado de persona; negó ante el comentario de la psicóloga con lentitud, sin dar de momento explicación alguna pero dejando en claro solo con su mirada de que no podría preguntarle.

Hilda intentó hablarle siguiendo el mismo tema de conversación pero el detective solicitó un momento de silencio mientras se ponía de pie y giraba su vista a otro lado intentando limpiar su vista húmeda —No puedo preguntarle— aclaró cuando su respiración y pulso se controlaron aunque esa pequeña frase le dolió más que cualquier otra

—¿Por qué no?, Estoy segura que si tú le preguntas él te responderá— volvió a decir desconociendo la situación por la que Ikki estaba atravesando

El detective bajó un momento la mirada para no tener que seguir viendo a Hilda ahora que este tema era mencionado —Él no está, acabo de declararlo como desaparecido— respondió sin querer dar alguna otra explicación, notando ahora él el asombro de Hilda al pronunciar dichas palabras que lograron resonar en todo la oficina.

Hilda se mantuvo en silencio un momento pero cuando estaba a nada de responder, el detective volvió a intervenir con un nuevo comentario: —Sabes que acusar a alguien es algo grave, ¿Tienes pruebas como para decir que mi hermano era esa muchacha?— refutó con cierto aire de molestía que hasta el momento no había mostrado hasta ese momento.

—Te dije que no, no tengo como tal algo que compruebe lo que digo sin embargo yo lo ví— respondió con calma y serenidad para que el conflicto no llegara a peores situaciones.

El detective guardó sus cosas rechazando permanecer otro instante en la oficina, Hilda lo observó e intentó intervenir pero de nada sirvió ya que Ikki estaba convencido en marcharse del edificio. Antes de que la hora de comida terminara, él se fue dejando a la psicóloga sola en la oficina sin embargo sus motivos para marcharse tenían una justificación, abordó su auto y sin querer pensar en ese momento condujo hasta su casa donde apenas y pudo estacionar bien su auto, cerró la puerta por inercia y abrió la puerta de su casa.

Dejando las llaves en la cerradura y con la puerta abierta permitiendo que los vecinos y gente que caminaban cerca pudieran ver dentro de su casa caminó a paso veloz hasta el segundo piso con el objetivo de entrar al cuarto de su hermano, encontrando una distopía total tal y como lo había encontrado días atrás, tragó saliva al ver solo con su mirada todo el desorden de la habitación intentando crear un porque, ¿Qué intención había tenido Shun como para dejar su cuarto en ese estado?.

Suspiro cerrando un momento sus ojos, imaginando y creyendo que Hilda podía estar equivocada sin embargo con todo lo que estaba pasando ahora dudaba de todo, entró al cuarto con lentitud y se dirigió al armario que de por sí ya se encontraba vacío, la ropa yacía en el suelo y aunque algunas prendas lograban llamar su atención, lo que su vista captó en primer lugar fue el conjunto blanco que su hermano había ocupado para la cena con Pandora y a la que se había unido después Saga y compañía, contempló el conjunto viendo la calidad de la tela pero sobre todo el diseño, figurando el de alguien de  menor edad... Había pasado desapercibido de cierto modo este detalle aquel día pero ahora lo notaba y de cierto modo le preocupaba, dejó la ropa en la cama y siguió buscando hasta que muy al fondo del armario vió dos bolsas, una blanca y otra negra.

Sacó ambas bolsas al exterior, abrió la blanca al ser más grande que la otra, al abrirla sintió su corazón detenerse en conjunto con su respiración, un hermoso vestido de seda blanco yacía en el interior junto con una peluca café, dejó de momento la bolsa en el suelo y se puso de pie intentando recuperar aliento ya que sentía que en ese mismo momento y lugar podía desmayarse al sentir que su presión bajaba con la reciente información... Él mismo había visto a la joven castaña ser parcialmente abusada aquel día en que fue al centro comercial, no sabía del todo si sus suposiciones eran verdad pero de acuerdo a su forma de actuar era muy probable sin embargo no podía aceptar del todo lo que acababa de ver ya que confirmaba lo que Hilda había mencionado. Tuvo que tomar aire varias veces antes de poder continuar, tanto la irá como la tristeza invadía su cuerpo pero no podía dejar las cosas tal cual estaban ahora que había descubierto algo importante.

Tragó saliva y con cuidado sacó todo lo de la bolsa blanca, coloco el vestido en la cama, la peluca la peinó contemplando un peinado simple que adornaba con un moño del mismo color, sacó unas calcetas y unos zapatos de piso pero los zapatos lucían bastante nuevos, casi como si no los hubiera usado... Contempló con delicadeza el conjunto completo sintiendo como poco a poco su corazón se fracturaba al pensar en un evento horrible que su hermano había protagonizado. No quería dejarse llevar por sus emociones ni sentimientos pero no podía ver durante mucho tiempo la ropa o tan siquiera el cuarto en sí ya que imaginaba lo peor. Suspiro nuevamente en un intento de seguir reprimiendo sus lágrimas, haciéndose a la idea mentalmente en que debía de ser fuerte pero antes de ir por la fotografía que había tomado de la joven en el centro comercial quiso abrir la otra bolsa, era más pequeña y ligera que la anterior sin embargo había algo que lo incitaba a dejarla tal cual la había encontrado.

Tragó saliva y tomó la bolsa, se sentó en el sillón y abrió con lentitud dicho objeto, viendo el uniforme de su hermano dentro de la bolsa junto con una larga camiseta, sacó primero el uniforme encontrándolo totalmente roto, tanto el pantalón como la camisa (pero sobre todo está) tenían manchas de sangre y tierra, miró con cierta preocupación y angustia dichas prendas al ver el estado en el que estaban pero la camiseta grande en color blanco le aterró, manchas de comida, humedad, tierra, sangre decoraban toda la camiseta siendo el color escarlata el que predominaba... Dejó las prendas dentro de la bolsa que por un instante se cayó al suelo al perder fuerza en sus manos, coloco sus codos en sus rodillas e inclinó hacía adelante su cuerpo para tocar con sus manos su cabello, apenas y podía respirar, su corazón latía tan rápido que incluso podía sufrir un paro cardíaco de no regularse pronto, su mirada solo estaba clavada en el interior de la bolsa que ahora permanecía en el suelo.

¿En qué momento?, ¿A qué hora?....

¿Dónde estaba él?

Por mucho que intentaba tranquilizarse la angustia podía con él, su ansiedad estaba en niveles tan elevados que inconscientemente su cuerpo temblaba y por mucho que intentaba regular su respirar no podía; cerró sus ojos y sujetó con fuerza su cabello a modo de poder encontrar de cierto modo algo de calma ahora que sabía que su hermano sea donde estuviera corría peligro, respiró hondo y a su mente solo pudo llegar la imagen de alguien... De Seiya.

Se levantó de inmediato, guardó los objetos que había encontrado en sus respectivas bolsas y las llevó con él hasta su auto para ahora visitar a Seiya, a lo mejor él podía informarle algo por minimo que fuera; condujo a toda velocidad hasta la casa del joven, bajó del auto y tocó el timbre agradeciendo que el tiempo de respuesta fuera corto y que fuera el mismo Seiya quien había abierto la puerta. Su primera impresión al verlo lo desconcertó, parecía como si el castaño lo hubiera estado esperando, en la cara del menor reflejaba una expresión de indiferencia pero al mismo tiempo de cierto alivio por ver que finalmente Ikki se había hecho presente, Seiya dejó entrar al detective sin embargo comentó que no era necesario que bajará las bolsas que permanecían dentro del auto dando la ilusión de que él ya sabía lo que contenían.

—Tardaste un poco en venir, empezaba a preocuparme— informó el castaño pero en lugar de sonar como algo gracioso sonó como si estuviera molesto

—¿Estabas esperándome?— cuestionó ansioso de poder de una vez hablar con él

—Shun me dijo que vendrías rápido, se equivocó.— respondió mientras entraba junto a Ikki a su habitación

—¿Él te lo dijo?, ¿Cuándo lo viste?— preguntó regresando a él un poco de calma que luego desapareció cuando Seiya ignoró sus preguntas y en su lugar buscó entre su escritorio un folder

—Esto es para ti, me encargó que te lo diera... Yo... Lo ví... pero solo porque tú hermano me dio la autorización —aclaró con cierta seriedad— Recomiendo que tomes asiento

Ikki tomó el documento viendo superficialmente antes de abrirlo, miró con duda a Seiya mientras se sentaba en la silla del escritorio del joven; bajó su vista hacía la carpeta en sus manos y sin saber de qué se trataba la abrió sin embargo al hacerlo se puso frío al leer las primeras palabras en negritas y mayúsculas:

“INFORME MÉDICO"

Buscó una respuesta con Seiya que no encontró de momento, de dispuso a leer el informe notando que al parecer su hermano estaba bien de salud y además no poseía alguna enfermedad de transmisión sexual... Hizo una pausa al leer lo último, él no había pedido que se le realizará ese tipo de exámenes, estuvo a nada de dejar de leer de no ser por una nota del médico al final de la hoja que le llamó su atención.

“Debido a su comportamiento y al ser menor de edad, el hospital preguntó al paciente sobre la realización de estudios para determinar alguna enfermedad de transmisión sexual en el joven; se intentó informar a las autoridades al suponer que se trataba de un caso de abuso sexual sin embargo el joven impidió la acción informando que todo había sido consensuado, se llamó a su familiar para informarle lo que ocurría y su tío confirmo el testimonio del joven aclarando que el chico no había presentado algún tipo de abuso.”

Ikki cerró la carpeta con miles de pensamientos cursando su mente, era demasiada información para él sin embargo dos cosas sobresalían por encima de las demás, “abuso” y “aquel tío”... Seiya interrumpió su análisis mental sobre la información que acababa de leer pero en lugar de enojarse por eso se cayó al escucharlo hablar.

—Intenté convencerlo para que te dijera pero no lo hizo—

—Explicate, que es eso... De... “abuso” —reclamó— Tu sabes algo, ¿No es así?

Dijo con cierto enfado dejando el folder de lado, Seiya guardó silencio por breves momentos sin embargo luego asintió con culpa ante la pregunta realizada por el detective.

—Fue la noche del 16 de Abril, venía con mi hermana después de una fiesta cuando encontré a Shun inconciente en un callejón lejos de la ciudad, fuí a ayudarlo pero lucía mal... Estaba pálido, su cuerpo sangraba y estaba helado, no podía ponerse de pie por sí solo a pesar de haber despertado. Intenté llamar a la ambulancia pero Shun me lo impidió, solo lo ayudé a subir al auto de mi hermana—

Ikki guardó silencio un momento, su malestar se evidenciaba ahora más, su boca entre abierta y su semblante de angustia y tristeza eran más que evidentes, lentamente negó ante las afirmaciones que Seiya estaba diciendo cómo si eso sirviera para cambiar algo.

—Ibamos a llevarlo a tu casa por la gravedad en la que estaba pero él no quería, entró como... ¿En crisis? Cuando le dije que pronto se reuniría contigo, lo trajimos para acá, él no podía caminar bien pero aún así quiso caminar por su cuenta hacía el baño, tomó una larga ducha, le presté uno de mis uniformes mientras el otro lo metí en la bolsa negra que traes, cuando salió del baño luego de un largo rato se quedó dormido en mi cama —dijo haciendo una pausa al notar el semblante del detective que por mucho que quería aparentar neutralidad le era imposible— No quiso comer nada, no me dijo nada hasta que a media noche me pidió que lo llevara contigo... Luego me contó todo

—¿Qué te dijo?— preguntó con su voz ahogada

—Que lo habían agredido sexualmente, no me dijo quien pero me dijo que era alguien peligroso —informó— Me pidió que no te comentará nada hasta que no vinieras a preguntarme, quise hacerlo antes pero...

—¿Pero qué?— cuestionó con enojo dejándose llevar por sus emociones

—Se lo prometí —mencionó omitiendo que aquello pudo haber sido su última voluntad— El documento médico que recibiste antes era falso... Shun lo pagó con lo que ganaba.

—¿Ganaba cómo?, Él no trabajaba— preguntó poniéndose de pie al no poder permanecer sentado ni un minuto más

—Se reunía con sus agresores... Ya sabes para que... Así conseguía dinero y con ello pagó el documento falso a... Aldebaran—

La cólera invadió su cuerpo y mente al escuchar el nombre de Aldebaran, él estaba involucrado y nunca le había mencionado nada a pesar de que para eso le pagaba mes con mes, limpió sus ojos húmedos e intentó controlar su irá solo porque estaba frente a un menor de edad en una casa ajena a la suya. Respiró varias veces buscando alivio a pesar de sentir un vacío horrible en su pecho, cuando se mejoró un poco volvió a tomar asiento frente al castaño para pronunciar lo que sería su última pregunta.

—¿Qué hay de la ropa blanca?, No la camiseta, la otra ropa— cuestionó pero vio que Seiya desconocía la respuesta debido a la expresión que había puesto

—No se de que me hablas —respondió— Hubo demasiadas cosas que Shun no me quiso contar

El detective se puso de pie, tomó la carpeta nuevamente y se acercó a la puerta de la habitación agradeciendo la información que le había brindado, no quiso decir o preguntar nada más al intuir que el niño no sabría cómo responder a las próximas preguntas; salió de la casa y volvió a subirse a su auto, condujo solo un poco para luego volver a estacionarse pero esta vez lejos de la casa del castaño. Apretó con fuerza el volante ocupando sus dos manos, se inclinó hacía delante juntando su frente hacía sus manos, cerró sus ojos y se mordió los labios... Sintió un momento como sus mejillas empezaban a humedecerse, su corazón palpitaba y el temblor en su cuerpo incrementaba conforme pensaba en lo que había pasado, recordando pobremente aquel día 16 de Abril donde su hermano había llegado a su casa durante la noche, mal vestido y desorientado, se culpó y maldijo entre lágrimas y sollozos por no darse cuenta antes y aunque no podía culpar a alguien que no fueran los agresores en cuestión, un odio resentido crecía en contra de Aldebaran por haberle ocultado algo así y más si se trataba de su hermano... De Seiya lo entendía, era un niño al final de cuentas pero Aldebaran ya era un adulto, sabía de la gravedad de las cosas y del asunto y ni siquiera se digno a mandarle un mensaje explicando la situación.

Cuando logró estabilizarse encendió el auto y condujo a toda prisa a la casa de Aldebaran pero su odio incrementó cuando sus empleados le informaron que había salido y no sabían que día volvería, maldijo a grandes voces a su supuesto amigo, su coraje era mayor que él que incluso la impotencia que sentía se combinaba con el sentimiento de odio causando solo más ansiedad en él. Después de un rato regresó a su casa, estaba devastado por lo que había descubierto que no sabía cómo reaccionar, ponerse a llorar en la sala era un desperdicio de tiempo pero en sí, todo lo que hiciera sería un desperdicio de tiempo ya que en el dudoso caso de que Shun estuviera involucrado con la organización la cosa seguiría estancada al no presentarse él en el trabajo.

Quería jalar de su cabello, quería golpear todo lo que se atravesaba en su camino y maldecir incluso a su propia madre por todo lo que estaba pasando, no podía encontrar nada que lo ayudara o que le sirviera para la búsqueda de su hermano son embargo había algo que le ayudaba para olvidar momentáneamente el dolor...

(...)

En la estación de policías, al rededor de las cinco de la tarde de hicieron presentes Shion y Docko quienes como si nada hubiera pasado fueron a la oficina de Shion para dialogar sobre lo que había ocurrido con Esmeralda, ambos sentían que aún no era el momento para revelar la poca información que la joven les había brindado.

Shion preparó dos tazas con café, una se la dio a Docko mientras él se quedaba con otra y volvía a sentarse en su silla detrás del escritorio, ambos se notaban bastantes serios de momento, parecía que no tenían ganas de hablar de nada hasta que finalmente Docko pronunció palabra.

—La conversación fue grabada, en unos días mandaré a alguien a investigar los lugares donde menciono que estaban algunas jóvenes— Dijo Docko dejando de momento la taza de café en el escritorio de su amigo

—Ella solo era una empleada más tal como pensábamos, la mente maestra aún sigue libre...— respondió ignorando de momento el comentario de Docko

—Faltan más cosas por descubrir, sabes que no quiso contarnos todo, una vez que confiese sus actos será llevada a juicio—

—No creo que hable más, parece que lo que nos dijo fue todo —respondió— Si no se logra descubrir nada nuevo de aquí hasta que el mes de Septiembre terminé se dará “carpetazo” al asunto, Esmeralda asumirá todos los cargos y será llevada a juicio por sus crimenes como la mente detrás de todo esto

—Estas tomando acciones precipitadas, el juicio de Paradox no se transmitió pero el de Esmeralda será distinto... Todo Japón lo verá, ¿Qué crees que ocurra cuando la gente observé que a pesar de que la criminal fue arrestada los crimenes continúan?— intentó refutar pero Shion negó

—Se seguirían atendiendo los casos pero serán tomados como algo ... “normal”... No es lo mejor pero en todo este tiempo no se ha podido avanzar realmente, aún no hablo con los demás sin embargo les daré hasta fin de mes para que me muestren aunque sea un nuevo avance de la investigación, si no hay nada nuevo el caso sera archivado como archivo muerto y Esmeralda será llevada a juicio—

Shion dictaminó notando la inconformidad en Docko sin embargo no había mucho que él pudiera decir, después de la pequeña plática Docko optó por retirarse a su cuarto de hotel sin embargo antes de irse visitó a Mu en su departamento para entregarle algo que intuía le serviría.

Docko bajó las escaleras metiendo sus manos dentro de las bolsas de su saco para asegurarse de que el objeto seguía ahí, vió de reojo mientras para asegurarse que nadie observaba, sabía que Shion estaba demasiado ocupado como para revisar las cámaras y alguien ajeno no le prestaría atención a él sabiendo que era amigo íntimo del jefe, con esta ventaja se acercó hasta Mu agradeciendo que estaba de cierto modo desocupado solo revisando uno que otro archivo en su organizador detrás de él; llegó al cubículo donde tomó asiento en la silla frente al escritorio y esperó a que el joven se desocupara.

—Lamento haberlo hecho esperar, no puedo irme sin antes arreglar todo esto —dijo Mu tomando asiento frente a Docko— ¿Puedo ayudarle en algo?

—No mucho sin embargo quiero que tengas esto —respondió sacando de la bolsa del saco un pequeño broche en forma de mariquita que dejó a mitad del escritorio— Le pertenecían a Esmeralda, logré hacer que me lo entregará el guardia de su celda cuando la obligaron a ponerse el uniforme

Mu tomó el accesorio un momento para verlo a detalle luego dirigió su vista hacía el castaño —¿Por qué me lo da a mi?— cuestionó dejando el broche en la mesa

—Por qué si se lo entregó a tu padre él lo va a guardar en una bolsa plástica que jamás volverá a tocar —dijo— Tu estás aquí, atendiendo día con día a las personas... Un día de estos alguien vendrá a reportar a su familiar como desaparecido y mencionarán esa pieza

—Esta muy seguro de sus palabras... ¿Sería imprudente preguntar qué hablo con Esmeralda?— preguntó guardando el broche en uno de los cajones bajo llave del escritorio

—Por supuesto que es imprudente pero dudo que Shion llegué a mencionar algo pronto —informó— Se le hicieron varias preguntas, ya sabes, las básicas son embargo cuando preguntamos sobre como ella podía relatar los hechos que envolvían a la organización no quiso decirnos en sí lo que ocurría en la organización como tal sino nos habló de manera cortante sobre su rol como trabajadora

—¿Su rol?—

—Ella trabajaba como simple informante, era una espía más, recopilaba información que lograba conseguir aquí mismo para luego enviarla a su demás equipo de trabajo, sin embargo su misión no terminaba ahí ya que a veces sus labores cambiaban, a veces era informante y otras veces era simplemente una “vigilante” —explicó pero calló al ver qué Mu se había confundido con el último término— Por ejemplo, se encargaba de valga la redundancia, vigilar a ciertas personas en un área específica para seguir enviando información a los demás de acuerdo ahora al comportamiento que mostraban los sujetos observados, otro ejemplo, una chica que iba a ser secuestrada rondaba por el área donde se encontraba Esmeralda, ella lo que hacía era observarla para determinar sus gustos, su personalidad y contemplar hasta el más mínimo detalle como el cómo iba vestida, con quién iba, cómo se expresaba, etc. Luego enviaba los datos para que fueran registrados y si la joven cumplía con ciertos parámetros la chica era secuestrada después.

—¿Y tú le crees?, No creo que por voluntad halla contado algo así sin oponer tanta presión... Me parece algo inventado— refutó Mu

Docko sonrió un poco ante el comentario de su compañero —Lo mismo pensé sin embargo Shion me hizo callar —respondió dejando una duda en el contrario— Nadie va a defenderla, tal cual pasó con Paradox ahora pasará con Esmeralda, nadie va a ver por ella y por esa razón no le conviene quedarse del todo callada. En este país se condena con pena de muerte, ¿Crees que una joven de 23 años quiere morir tan pronto?

Mu quedó un momento en silencio dándole la razón a Docko sin embargo por dentro sabía que algo no era tal cual lo contaba Esmeralda, en su caso nada le servía contar la verdad ya que de cualquier modo su condena sería la misma... Dejó que Docko continuara hablando hasta que eventualmente se marchó, con la duda y la incertidumbre por los aires y antes de irse se acercó a la oficina de su padre, tocar la puerta era una formalidad que nunca había adoptado a pesar de ser regañado desde menor por su padre por entrar sin avisar, entró sin más a la oficina y se acercó hasta el escritorio de Shion.

—¿Qué pasó con Esmeralda?— preguntó sin más mientras tomaba asiento

Shion levantó la vista de su computadora hacía Mu, se quitó sus lentes y suspiró antes de responderle —Buenas noches —dijo primero— ¿Qué te contó Docko?

Cuestionó dando un suspiro largo y cansado, escuchó las palabras de su hijo atentamente notando que efectivamente Docko había hablado con él al respecto del caso, volvió a suspirar para luego tallar su cien. —No es algo que debas saber—

—Se que no entra en mi jurisdicción pero entiende mi preocupación, todos aquí convivimos con ella... Mi hijo al igual que todos está en peligro y...—

—Mu —interrumpió suspendiendo de momento la computadora— tranquilizate, hasta el momento parece ser que a los únicos que no atacan son a los bebés así que mi nieto está bien pero por otro lado no puedo decirte lo que se habló con ella ya que ni al equipo que lleva el caso se lo he mencionado

—De todos modos, prometo no decir nada pero mínimo dime algo— siguió insistiendo

—Además de lo que ya sabes, hicimos una breve mención sobre el tema del canibalismo sin embargo negó saber algo, claramente estaba mintiendo, se le preguntó por el álbum de fotos, las gemelas Integra y Paradox, las parafilias que se manejan en la organización pero no respondió a nada a pesar de que obviamente sabía de lo que hablábamos —respondió de manera breve— En cambio, nos asombro que confesara dos de sus crimenes

—¿Cuáles?—

—Ella causó la muerte de Nachi y Ban, no nos dió explicaciones de Nachi pero nos dijo que Ban no iba a ser asesinado, fue una coincidencia encontrarlo... “Iba a ser peligroso dejarlo vivo después de que me vió entrar a la oficina con una jeringa” fue lo que dijo cuando se le preguntó a detalle, ella pensaba matar a alguien más pero no lo encontró ese día—

(...)

El reloj en la pared anunciaba las diez de la noche en punto, la oscuridad de la noche envolvía no solo las calles sino también el interior de la casa del detective que a duras penas era alumbrada pobremente gracias a los autos y motocicletas que pasaban alumbrando las calles y la luz se reflejaba dentro; cualquiera que tuviera el valor de entrar al hogar quedaría ahogado por el increíblemente fuerte olor a alcohol que dominaba gran parte de la residencia.

Ikki no hubiera querido recurrir al alcohol pero sentía que si no lo hacía su único alivio lo encontraría en la muerte misma por todo lo que había descubierto en ese día, no solo se sentía el peor hermano por no haber cuidado y protegido bien a Shun cuando su único deber era eso, mantenerlo a salvo, cuando justamente había prometido alejarlo de todo el mal, justamente había entrado en la policía por él, para garantizar la seguridad que al final no pudo brindarle sino que aparte se sentía el peor ser humano ahora que había vuelto, había recaído en su vicio de alcohol cuando había jurado no volver con tal de parecerse menos a su padre... No quería terminar como su papá, un borracho sin futuro y esperanza donde sus días estaban contados pero tal como se observaba a si mismo sabía que pronto acabaría así.

Recostado en el sillón de la sala, en total penumbra, con una botella casi vacía en su mano izquierda mientras con la derecha cubría sus ojos cansados y agotados, lentamente respiraba y a pesar de estar en una posición de descanso su cuerpo se sentía rígido como si estuviera condenado a no poder descansar ni por un minuto debido a tantos problemas con lo que ya contaba y dónde el estrés y la angustia empezaban a cobrar factura sobre su cuerpo.

A penas y podía escuchar el sonido de las manecillas del reloj contar los segundos, la pequeña fuga de agua en el fregadero en la cocina, todo estaba tan silencioso que incluso podía escucharse un clavo cayendo al suelo y por tal motivo cuando sonó el rington de su celular su sobresalto fue su primer reflejo ante un sonido fuerte, un dolor de cabeza inmenso se apoderó de él cuando se levantó de golpe del sillón para atender la llamada que sonaba desde la mesa del centro a unos centímetros de donde estaba, la luz del celular fue capaz de alumbrar gran parte de la sala, tuvo que entrecerrar los ojos para poder responder.

—¿Qué necesitas?— preguntó con su voz ronca a Hyoga quien era quien le llamaba

—Necesito que entres de inmediato al link que te envié, ¡Urge que lo veas! —dijo alarmado— No me digas nada, mañana lo discutimos.

Terminó de hablar Hyoga y colgó sin dejar un momento para que Ikki procesará la información debido a la rapidez con la que emitió el mensaje, al colgar la llamada le envío el link tal cual le había mencionado segundos atrás aunque había mandado dos y no uno. El detective debido a su estado dudó en entrar pero la entonación de Hyoga le había preocupado eso sumado a la hora a la que había llamado lo intrigado, alzó una ceja mientras entraba al primer link...

Era una página HTML donde solo podían acceder a ella aquellos que tuvieran el link, vio que se trataba más de una galería que un blog aunque las fotos le hicieron tragar saliva y sudar frío al contemplar a jóvenes chicas aparentemente dormidas reposando en una cama de sábanas rosas y blancas, con peluches y almohadas al rededor de ellas mientras vestían con largas túnicas blancas y portaban su nombre en un pedazo de cartulina en su pecho.

Las fotos parecían no acabarse nunca, por más que Ikki pasaba y pasaba, las imágenes continuaban hasta que una lo hizo detenerse, sus pupilas se clavaron en la pantalla de su celular, sintió incluso como el alcohol abandonó su cuerpo cuando vió la imagen de su hermano junto a todas las demás, un escalofrío lo recorrió al presenciar la imagen... Al igual que las otras jóvenes, Shun permanecía dormido en medio de la cama, con su nombre escrito en un pedazo de cartulina pegado a su pecho, vistiendo la larga camiseta blanca que ocupaban todas las que aparecían en esas fotos, con el fondo en tonos cálidos donde el tono blanco y rosa pastel predominaba; dejó el celular un momento para ponerse de pie, ante la oscuridad del cuarto era casi improbable que alguien notara sus lágrimas o su cuerpo tembloroso aunque su respirar anunciaba que en cualquier momento perdería la conciencia.

De manera fugaz recordó el segundo enlace, dudaba en revisarlo pero algo debió de haber visto Hyoga como para considerarlo relevante y considerar mandárselo, regresó al sillón dónde tomó asiento y sin querer ver más esas fotos de su hermano salió de la página para ahora acceder al otro link que lo redireccionó a otra página HTML pero ahora se trataba de un único vídeo.

Ikki dió play y el vídeo empezó mostrando a quien parecía ser su hermano dormido sobre la cama de la foto pero ahora con la particularidad que sus extremidades, tanto manos como tobillos estaban amarradas, sus ojos vendados y en su boca yacía una mordanza para impedir que hablara. El joven no se movía, estaba peligrosamente rígido en la cama, a pesar de la mala calidad de video a causa de la página se notaba como el cuerpo del chico lucía amoratado y enrojecido a causa de bajas temperaturas, al cuarto adornado por luces brillantes, con colores vivos como el rosa, con peluches alrededor que todo en conjunto creaban un lindo cuarto pero que en este contexto lo único que transmitían era un sentimiento de inseguridad debido al contexto en  sí entraron dos sujetos, un hombre vestido con traje rojo y una mujer de vestido blanco, ambos con un antifaz en su rostro y con pelucas que ocultaban su verdadero cabello.

El hombre se sentó en un sillón al lado de la cama mientras la mujer desataba únicamente los tobillos del joven para obligarlo a bajar de la cama, Shun parecía que no tenía total control sobre su cuerpo al requerir ayuda para bajar e incluso caminar a la alfombra que estaba solo a centímetros de la cama, sin embargo de un golpe en la espalda baja le fue obligado a arrodillarse, la chica le quitó las ataduras de sus muñecas para que pudiera apoyarse del suelo y sin oponer resistencia Shun obedeció colocando sus manos en la alfombra.

La mujer peinó antes el cabello del joven, se colocó de rodillas frente a él para decirle algo al oído y luego levantarse y colocarse detrás de él para alzarle la camiseta blanca siendo la única prenda que llevaba puesta por imposición de ellos; el “hombre rojo” hizo una breve aportación al entregarle a la mujer de blanco una maleta que sacó de debajo de la cama, dejándola a un lado suyo volvió a su asiento solo para supervisar que todo saliera como él quería.

La mujer sin más presionó con fuerza cerca de la nuca del joven para obligarlo a apoyar ahora sus antebrazos en la alfombra pero al estar débil, el chico no aguantó su peso por lo que acabó estrellando su rostro en el suelo, ignorando todo la mujer abrió la maleta sacando de ella tres pelotas de goma, cada una más grande que la otra además de sacar lo que parecía ser lubricante. El hombre rojo sacó un pequeño celular y mientras la mujer preparaba al muchacho, él se preparaba con el reproductor de música....

Al sonar la melodía del “camión de helados” la mujer sin previo aviso y sin rastro de piedad introdujo la pelota más chicha dentro del joven causando un espasmo en él al sentir literalmente como aquella desgraciada no solo había introducido la pelota sinó también la mitad de su mano y sin cuidado la retiró provocando un desgarre interno a causa de las uñas largas de la mujer; sin poder exclamar o quejarse se retorció en el suelo apoyando con fuerza su frente en el suelo y sujetando con la misma fuerza la alfombra con sus manos mientras sus piernas temblaban y la música de fondo se incrustaba en su cerebro y aunque no aliviara en sí el dolor, sintió un poco de mejoría al dejar de oír la canción sin embargo esa calma placeba no duraría ya que al cabo de un rato volvió a oírla y justo cuando la musica comenzó otra pelota fue introducida juntandosé con la que ya tenía.

Solo podía venir pobremente a causa de la mordaza en su boca, hilos de saliva solo escurrían en un intento de poder exclamar algo debido al dolor al que no estaba acostumbrado, su cuerpo no reaccionaba como quería, parecía que perdía control de sí al no poder permanecer con sus rodillas apoyadas al suelo y sus antebrazos igual, debido a la sensación incómoda e intrusiva su cuerpo se rindió y terminó por agacharse pero la mujer jaló de su cabello obligándolo a recomponerse a pesar de que no podía.

La música se detuvo encontrando esa sensación de mejoría nuevamente pero que de la misma forma se vio interrumpida cuando volvió a sonar la melodía, y como si de Pavlo con sus perros se tratara, él identificó el sonido y lo relacionó con la acción que estaba próxima a venir; la última pelota fue introducida, esa última logró finalmente lágrimas en él que hasta el momento estaba reprimiendo sin embargo en esta ocasión la música no se detuvo, en su lugar el chico escuchó pasos que se acercaban a él.
El hombre rojo se arrodilló frente a él y con delicadeza lo tomó de los brazos para levantarlo y acercarlo a su cuerpo, lo acercó para abrazarlo juntando el pequeño cuerpo del joven junto con el de él, el hombre lo abrazó con fuerza con su mano derecha mientras que con la izquierda acariciaba su cabello... La música incremento en volumen a causa de la mujer quien por un momento había tomado posesión del celular, regresó a su lugar designado para continuar ahora animando al joven a través de golpes en su espalda baja para hacer lo posible para retirar las pelotas de su interior.

El pánico y miedo del chico se hicieron ver al recibir la orden, intentó huir intentando safarse de los brazos fuertes del hombre pero sin conseguir éxito, él tipo por otro lado solo seguía abrazándolo y acariciándole su cabello en un intentó por relajarlo pero de daba el efecto contrario. El joven sin alternativa y con sus lágrimas siendo ahora las protagonistas intentó aferrándose con sus manos y uñas al cuerpo del otro mientras ocultaba su rostro en el pecho del mismo sacar la primera pelota consiguiéndolo después de unos segundos pero dejándolo cansado y lastimado de gran manera ya que lo que estaba realizando era un juego peligroso dentro del mundo del BDsM que claramente un muchacho de su edad no debía de experimentar; el hombre siguió abrazandolo fuertemente, la música ahora sonaba intensamente en todo el cuarto y el miedo del chico solo incrementaba.

La mujer volvió a darle pequeñas palmadas animandolo a retirar ahora la segunda pelota, el chico por mucho que intentaba no podía, sus gemidos de dolor lograban atravesar la mordaza y su respiración se había vuelto tan agitada que se notaba como su pecho subía y bajaba freneticamente, sus piernas tambaleantes generaban un contraste con sus brazos firmes y sjs manos aplicando toda su fuerza en los brazos del tipo con tal de lograr lo que la mujer quería y no fue hasta después de unos minutos mortales cuando la pelota salió pero nunca lo hubiera hecho de no haber sido por su misma sangre que sirvió de lubricante.

La última pelota fue la peor, al ser pequeña y haber sido la primera en ser introducida fue prácticamente imposible que logrará sacarla por su cuenta, la mujer intervino cuando notó que no podría hacerlo por si solo, introdujo su mano desnuda en el interior para buscar la pelota y ella misma retirarla de un simple “jalón” notando luego el dolor en el joven a causa de ese movimiento.

Sin embargo la cosa no acaba ahí como se llegó a intuir sinó que el hombre rojo hizo que el muchacho se recostara boca abajo y subiera la cadera, el hombre presionaba con fuerza la espalda del chico para impedir que escapara mientas la mujer terminaba de colocarse por encima de su vestido un cinturón con un dildo que serviría para sodomizar al joven; para hacerlo “más divertido” el hombre rojo le quitó la mordaza de la boca al niño para que ambos pudieran oírlo mientras era era penetrado por la mujer. El acto cruel contra el menor empezó, con la tipa introduciendo de una vez el dildo dentro de él mientas lo tomaba de la cadera teniendo la seguridad de que el chico no escaparía gracias al hombre de rojo quien lo tenía sometido literalmente bajo su mano.

En todo el cuarto donde el vídeo transcurría, la música de fondo se cambió por el llanto y los gemidos de dolor que exclamaba el joven ante el acto infame que la mujer cometía contra su cuerpo, los gritos y sollozos fueron relevados por un momento por llamados de ayuda y auxilio del joven en una falsa esperanza de que alguien viniera sin embargo nadie llegó.

La mujer siguió con su trabajo hasta que tanto ella como el hombre notaron que la voz quebrada y ahogada del joven se debilitaba, poco a poco perdía fuerzas e iba quedando lentamente inconciente, su cuerpo estaba tan rojo al igual que su rostro que parecía que todas sus fuerzas se habían agotado, su cuerpo finalmente se había rendido y había cedido a la voluntad de sus agresores que en lugar de parar al notar el desmayo del niño ellos siguieron ocupando e intercambiando juguetes para poder ocupar en él aprovechando que esaba inconciente....

Vibradores, consoladores, privación de aire, “lluvia dorada”, masturbación, electricidad... Todo lo impensable lo hicieron hasta que se se aburrieron y tal como habían llegado se habían ido pero no sin antes dejar al joven lastimado, con rastros de sangre al rededor de todo su cuerpo y con moretones en la cama pero el vídeo no acababa ahí, parecía que la pesadilla del chico aún no acababa ya que después de un largo rato en qué estuvo inconciente al despertar no podía moverse a causa del dolor, todo su cuerpo dolía y ardía, su pecho subiendo y bajando freneticamente era lo único que se podía ver qué reaccionaba pero de pronto, en la habitación silenciosa empezó a sonar la música del camión de helados, el joven recuperó su fuerza de golpe, se quitó la venda de los ojos inmediatamente y bajó de la cama viéndose por fracción de segundo como un hilo de sangre bajaba por sus dos piernas, agitado y casi paranoico se escondió debajo de la cama creyendo que alguien vendría a atacarlo... El vídeo acabó finalmente con Shun privado del miedo debajo de la cama, con sus sollozos y gritos exclamando piedad a pesar de que nadie le estaba haciendo nada.

El detective durante todo el vídeo de treinta eternos minutos estuvo al borde de las náuseas, ahora le era imposible no contener las lágrimas, ver la última escena fue lo que más lo rompió... Apagó el teléfono y lo aventó al suelo mientras ocultaba su rostro en sus manos y al igual que Shun, solo sollozaba en nombre de todo lo que había visto, sus llantos además de transmitir angustia y evidente culpa transmitía un odio arraigado y resentido por los dos tipos que aparecían en el vídeo y que habían sido capaces de torturar a su niño...

Si antes lo dudaba ahora lo tenía claro, iba a matar a los culpables cuando los encontrara.

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