Sodoma y Gomorra.
Ikki no pudo guardar el contacto que le había enviado el vídeo de Marín, se lamentaba por eso pero también se preocupaba porque no sabía quién era el o la que enviaba estos mensajes, la primera ayuda fue para descubrir a las gemelas y ahora enviaban contenido de Marín... ¿Esta persona estaba de su lado o solo jugaba con ellos?.
Su mente pensaba en mil y una cosas sin actuar de manera correspondiente al reenviar el vídeo a sus compañeros para delegarles a ellos la responsabilidad por el momento en lo que el estaba ocupado, Hyoga fue quien le volvió a enviar el dichoso video con un mensaje adjunto donde le informaba que ya estaban rastreando el número, a todos los miembros de su equipo de investigación le había llegado el vídeo... Solo que a Ban le habían enviado uno distinto al de los demás.
Ikki al leer el mensaje pregunto por el segundo video, Hyoga se lo mandó tratándose de un simple recorrido por una gran casa, se veía que era como un salón de fiestas debido a la inmensidad de tamaño y por los colores blancos del papel tapiz y de los suelos; en el segundo video era solo eso, una breve muestra de como era el lugar donde se encontraba Marín.
El detective le explicó la situación a su amigo, sobre que por el momento y aunque fuera importante no podía estar con ellos para analizar los videos por lo que le delegaba la tarea de hacerlo en lo que él seguía investigando por su cuenta; Hyoga accedió con la condición de que lo mantuviera al tanto de los resultados de su búsqueda, Ikki aceptó la propuesta argumentando que una vez que halla redactado bien los informes, a el se los enviaría primero y aclarado ese tema ambos se desconectaron para empezar a dormir.
Faltaba una hora para que el despertador sonará pero Ikki ya estaba de pie, revisando con cautela cada imagen en el álbum asombrandosé por la cantidad de fotos que había, recordó vagamente a una de las jóvenes que fueron rescatadas de las gemelas y con la imagen mental de esa chica intentó buscarla en el libro pidiendo encontrarla en las últimas páginas.
Cuando se hizo un poco más tarde (siete de la mañana), tomó sus cosas y salió de la habitación para ir directo a trabajar ya que antes de poder ir a entrevistar a Paradox debía visitar primero a algunas señoritas que pudieron convivir más cerca con las hermanas, también vería la forma de poder hablar con Jabu ya que luego de haberse ido de su trabajo por el problema que ocurrió con Shun ya no hubo posibilidad de escuchar más al joven.
En su mente llevaba la lista de cosas por hacer, había guardado en el carro el vestido y el álbum para que en el caso de la prenda de vestir, un amigo le ayudará a investigar sobre el.
Subió a su carro y arrancó llendo en camino a un puesto de comida rápida para ordenar algo para desayunar, no hizo falta bajarse del auto, ordenó en ventanilla y en cuestión de minutos tenía lista la comida; por momentos mientras manejaba comía la hamburguesa, no sabía si Afrodita estaba ocupado o no pero esperaba le pudiera ayudar con si problema. Al igual que pasaba con Esmeralda, Afrodita no tenía un horario estable, a veces trabajaba en las mañanas, otras en la tarde y muchas más en la noche relevando a sus compañeros pero en esta ocasión le tocaba trabajar hasta después de las diez de la noche, Ikki no le había llamado antes, el forense ni siquiera sabía que iba a ir pero algo le decía que estaría feliz de recibirlo.
Ikki estacionó su auto frente a la casa antigua de su amigo, tomó el vestido del asiento trasero y se acercó hasta la puerta, tocó el timbre y una empleada doméstica abrió la puerta dejándolo ingresar, informándolo que Afrodita estaba dormido pero que iba a despertarlo y tal como dijo, la señorita fue y en cuestión de segundos el susodicho bajó para recibir a Ikki en la entrada.
—¿A qué se debe tu visita muchacho?— preguntó atando su bata de dormir a la cintura con el listón, seguía casi dormido pero eso no era impedimento para no sonreírle al verlo.
—¿Crees que puedes ayudarme?—preguntó mostrado el vestido— ,Necesito información de esto.
Afrodita observó el vestido primero con sumo cuidado, inclino un poco la cabeza y entrecerró los ojos, para más información preguntó si podía agarrarlo e Ikki se lo permitió, él se asombro por la calidad de la tela y los bordados tan lindos que tenía.
—Te invitó un té mientras charlamos de esto, ¿Dónde lo encontraste para empezar?— cuestionó en camino a la cocina siendo seguido por el detective detrás de él.
—En la casa de Paradox e Integra— respondió tomando asiento en una silla de la mesa de la cocina una vez que llegaron
—Estos vestidos no se compran en las tiendas convencionales, los fábrica un sastre. —Contestó entregando la prenda nuevamente a Ikki para él poder preparar el té— Es normal verlos en niñas pequeñas pero no en mujeres... A menos que sean para cumplir alguna fantasía o para un evento de cosplay.
—¿Fantasía?... ¿Te refieres a algo... Íntimo?— preguntó intuyendo la respuesta ignorando totalmente que ese vestido se haya utilizado para cosplay
—Por supuesto porque aunque está hermoso, no creo que a muchas les agrade usarlo por lo pesado que seguramente es— respondió sirviendo el té en las tazas y dejándolas en la mesa —Hubo un tiempo donde vi a muchas chicas comprar esos vestidos, recuerdo que solían agregarles listones, moños, encajes y broches de más... eran lindas las combinaciones que hacían pero después de un tiempo dejaron de usarlos.
—¿por qué crees que ocurrió—
—No sé, supongo que como ya dije, pueden ser pesados los vestidos por tanta tela y accesorios aunque el que me trajiste no tiene tanto detalle como los que conocía— dijo Afrodita tomando la taza de té y llevándola a sus labios —Sabes, tengo un conocido que se dedicaba a confeccionar ese tipo de vestimentas puedo darte su número para que obtengas más información.
—¿Enserio lo harías?, gracias... — respondió rodeando con ambas manos la taza de té humeante —por cierto quería preguntarte por Integra... ¿Qué le pasará al cuerpo, alguien ya lo reclamó?
—Aún no lo han reclamado, sigue en la morgue pero si ningún familiar viene por ella será sepultada en la fosa común o incinerada.— aclaró el asunto con seriedad contemplando la curiosidad notoria en el detective —¿Porqué la pregunta?
—¿Crees que pueda reclamarlo yo?, necesito sus cenizas.— intento explicarse pero el mismo al escucharse sabía que la respuesta sería negativa
Afrodita soló lo observó por un momento sin dar una respuesta definitiva, tomó un poco de su té para luego soltar una pequeña risa, él le comentó que no podía ya que no era familiar de la mujer y aunque se incinerara a Integra no le podía dar las cenizas; Ikki entendió pero no quería darse por vencido, quería hacer las cosas legales y no tener que recurrir a Aldebarán pero tal parecía que tendría que hacerlo. Ikki agradeció a su amigo por el té y por la información y salió de la casa, Afrodita había quedado en enviarle el número de teléfono del sastre que confeccionaba los vestidos por lo que debía de estar alerta para cuando se lo enviara. Era temprano todavía, dudaba que Jabu se encontrará en su casa sabiendo que el joven estudiaba pero de todos modos iba a ir a verlo para poder charlar con él un rato antes de entrevistar a Paradox, también iría a visitar a algunas de las chicas del álbum que había encontrando con la esperanza que se animaran a hablar.
Iba en camino a la casa del muchacho, estaba algo dudoso pero era necesario que ambos tuvieran una conversación, Jabu era el que más cerca había estado de las personas que estaban organizando todo, llegó a la casa donde se suponía vivía, había podido llegar gracias a una breve búsqueda en internet; tocó el timbre y un muchacho abrió en lugar de Jabu, ikki entró preguntando por el castaño y el contrario respondió que estaba en la cocina. El detective anunció su llegada a la habitación de la cocina tocando tres veces la puerta de manera suave para no molestar al muchacho, Jabu volteo a verlo con algo de confusión, su amigo le explico de manera breve y concisa quien era Ikki y porque estaba ahí... Jabu no pareció muy contento con la visita pero accedió a la entrevista solo porque Ikki ya estaba ahí.
La reunión entre ambos fue en la sala, el amigo del joven violentado les dio su espacio yendo a su habitación, así la sala de estar sería solo para ellos, Jabu estaba algo nervioso pero Ikki intentaba que se relajara al hacerle primero preguntas bastantes sencillas para entrar en confianza, él también intentaba responder a la mayor cantidad de preguntas que Jabu pudiera hacerle; centrada más la conversación Ikki empezó con la verdadera entrevista, le pidió al muchacho que por favor describiera con claridad como era la casa donde se había encontrado.
Jabu palideció al escuchar la primera pregunta, recuerdos nada gratos llegaron a él en un abrir y cerrar de ojos, recordaba perfectamente las cuerdas ásperas y roñosas en sus muñecas, la sensación de la venda en sus ojos y el sabor a plástico de la mordaza en su boca; cuando recordaba aquel día lo que memorizaba eran los maltratos y abusos que había sufrido pasando a la casa a un segundo plano de importancia para él aunque aún conservaba algunos recuerdos.
—Creo que eso lo comenté cuando fuí a la policía.— respondió con la esperanza que Ikki cambiará de pregunta.
—Es importante que me respondas, entiendo que no te sientas listo para contestar pero puedes salvar a alguien si respondes.—
Ikki aclaró viendo la expresión de Jabu cambiar, no parecía estar feliz de querer ayudar a alguien más (en este caso a Marín ya que por el momento Ikki la había puesto como prioridad en ese pequeño interrogatorio), el detective insistió un poco en que le tuviera confianza para poder contarle lo poco que recordaba y fue hasta después de un largo rato que Jabu decidió hablar narrando lo mismo que en el interrogatorio pasado pero añadiendo solo pocas cosas.
Una de las cosas que Jabu quiso agregar fue la iluminación, todo estaba tan alumbrado que era imposible saber si era de día o noche ya que incluso mantenían las ventanas cerradas con cortinas en tonos bastante claros para que la luz del foco "rebotara" dentro de las habitaciones, el objetivo de la luz (según suposiciones del castaño) era asegurarse de que todo estuviera limpio ya que odiaban la suciedad.
Ikki agradeció el relato pasando posteriormente a mostrarle el vídeo de Marín preguntando si reconocía la habitación y a la chica, Jabu dijo no conocer a la pelirroja pero conocía la habitación donde se encontraba, era un simple cuarto, una habitación más que contaba con una cama, un buró, un ropero, una televisión y claro una silla que era la que estaba ocupando la chica en ese momento.
El mayor guardo el celular y pidió que describiera el trato con el que lo habían tratado desde el inicio hasta el final, Jabu lo pensó un momento, decir algo así podría meterlo no solo a él sino también a su amigo en problemas sabiendo que cualquiera pudiera escucharlo aún estando dentro de su casa; el castaño suspiro e intentó relajarse jugando con sus manos, parecía no saber por dónde iniciar o como decirlo sin temor a represalias.
—Los empleados fueron hostiles siempre... En todo momento fueron demasiado agresivos— dijo murmurando, acercándose un poco a Ikki para que esté lo escuchará mejor —Pero "los altos mandos" no eran así, se dividían el trabajo y mientras... Te... Tocaban, llegaban a portarse amables...
—¿Amables, de qué forma?—
—Te abrazaban, besaban... O te daban pequeños descansos para continuar si no podías seguirles el ritmo... Te ayudaban.—
Ikki guardó silencio intentando pensar, según la declaración del chico aquella noche, él había sido abusado en una habitación similar al de un motel, teniendo eso en cuenta formuló la siguiente pregunta: —Aquella noche que fuiste tocado, ¿En qué habitación fue?—
—Creí haberlo mencionado antes... No era como los demás cuartos, tenía un poco de color a diferencia del resto de la casa, parecía cuarto de motel por la cama, los sillones, la iluminación... Por todo.—
Ikki respiró, no sabía si era conveniente mostrarle el álbum a Jabu de una vez teniendo en cuenta que apenas habían comenzado su plática, de cualquier forma tenía que mostrárselo, el detective pidió permiso para poder ir a su carro a buscar dicho libro; solo con el permiso del castaño él pudo levantarse e ir por el álbum.
De verdad dudaba un poco si de verdad Jabu se atrevería a explicarle el contenido en caso de saber sobre el libro pero no perdía nada intentándolo, al regresar a la sala de estar y con algo de discreción dejó que el muchacho viera la portada, Jabu bajó la mirada y se retrajo en el sillón cuando vio de lo que se trataba. Ikki preguntó si conocía el libro y el contrario afirmó solo con un movimiento de cabeza, posteriormente el detective abrió el álbum, mostrando la primera página.
Jabu observó a la chica que aparecía en la imagen de la primera hoja y se estremeció al recordarla, Ikki preguntó por su comportamiento pero el ignoró la pregunta al desviar la atención a otro punto. El policía suspiro y cerró el libro, lo dejó al lado de él y preguntó si podía explicarle sobre el álbum... Jabu acepto luego de mucho pensar.
—Son cuatro libros en total, el primero es de color blanco, el segundo de un rosa muy suave, el tercero de rosa pastel y el cuarto de un tono más oscuro.— dijo haciendo una breve pausa para poder tomar el libro y revisarlo, Ikki se lo entregó al ver qué se acercaba al álbum. —Van por edades, el primero es de 3 a 10 años, el segundo de 11 a 17, el tercero de 18 a 25 y el último para 25 a 36 años.—
—¿Este es el tercero?—
—Si, a veces se intercalan hojas, por ejemplo, en el primer libro pueden haber fotos de muchachas del cuarto y viceversa... No se porque lo hacen pero es algo común.—
—¿Qué hay de las páginas arrancadas?—
—Muerte o ascenso, es simple, si la chica o el chico es bastante rentable lo promueven a otro rango, ya sea “trabajando” en otro país o dentro de la organización... Y también, aquellos que no son tan rentables prefieren matarlos antes que cualquier cosa, por eso se arrancan las hojas.— contestó viendo con detenimiento cada imagen, Ikki podía decir que se le veía afligido y triste conforme pasaba las hojas.
—Perdona la indiscreción pero... ¿Tú estuviste en ese libro?—
Jabu suspiro, cerró el álbum y volvió a entregarlo, sus manos ya temblaban con tan solo meditar la pregunta —Estuve por unos días pero luego ya no, arrancaron mi página.— contestó con pesadez.
—¿Podrías contarme porque arrancaron la página?—
—No muchos me quisieron... Iban a matarme... Pero intercedieron por mí, me salvaron con la condición que debía de trabajar para ellos, yo no quería morir y acepte sin pensarlo pero me arrepiento, cada noche que pasa escucho golpes en la ventana, en mi puerta y debajo de la cama... Escuchó sus pasos y sus risas por el pasillo, puedo verlos todavía, cada noche... —
—¿A quienes ves?—
Jabu comenzó a alterarse, por un momento se había perdido el hilo en la conversación e Ikki empezaba a preocuparse por el muchacho al mostrarse nervioso e impaciente, intentó ayudarlo a qué se tranquilizara sin mucho éxito, fue solo cuestión de minutos para que el castaño pudiera controlarse y recapacitar las cosas, recapacitar sobre lo que estaba haciendo y diciendo teniendo en cuenta que ahora estaba en peligro por haber hablado de más.
Aunque no era lo más amable, Jabu se levantó del sillón y pidió a Ikki que hiciera lo mismo y sin más, lo corrió de la casa sin darle oportunidad de una segunda cita; el detective lamentó la situación pero también consideraba que era lo mejor para ambos, Jabu había hecho mucho al contarle más detalles... Solo esperaba que las siguientes chicas quisieran hablar con él.
(...)
Tres días habían ya transcurrido desde que Ikki había abandonado la casa sin decir ni una razón por su partida, en esos tres días se había dedico arduamente a entrevistar, interrogar e inspeccionar personas y lugares pidió permiso en la penitenciaría para alargar los días de su visita al intuir que no podía ir en esa semana.
Había hablado con un total de 4 personas a lo largo de esos tres días, una era Jabu y las demás señoritas que habían estado bajo la custodia de Integra y Paradox, las chicas narraron su experiencia, él como fue vivir solo por unos días en esa casa y aunque era información importante, Ikki no quería saber de momento eso, pidiendo orientación a la cuarta señorita interrogada obtuvo detalles de la chica que más tiempo estuvo en ese lugar, agradeció por haberle hablado sobre la chica y sobre como podía encontrarla, ahora su misión era hablar con ella.
Pero mientras Ikki no dejaba de conducir y visitar casas, Shun se la pasaba en la escuela y en su casa sin tener ningún detalle de su hermano que ni siquiera respondía a las llamadas o mensajes que le hacía; Ikki había faltado a una sesión con la psicóloga (lo cual era raro) y eso alarmaba a Shun. El hermano del detective y su amigo estaban a penas saliendo de la escuela, Seiya solía hablar de muchas cosas mientras Shun escuchaba pero en esta ocasión ni siquiera ponía atención gracias a su preocupación.
—¿Sigues mal, cierto?—
—¿Sabes cuántas veces le llame hoy?, Doce veces y en ninguna devolvió la llamada.— respondió —Solo me deja en visto cuando le envío mensajes...
—Quizá se fue de vacaciones con su Pandora y tu eres el exagerado.—
—Me hubiera dicho, cuando se queda con ella o cuando va de vacaciones me deja dinero y me avisa cuántos días va a tardar— dijo —La última vez le mande un mensaje el mismo día en que su fue, durante la noche, pero me dejó en visto.
—¿Y si hablas con Pandora?, A lo mejor ella sabe algo de él.— sugirió y Shun pareció agradarle la idea
—Si, sería lo mejor pero ella está trabajando en el despacho... Iré cuando sea su descanso para no interrumpirla, con suerte sabe algo.—
Shun respondió y de pronto se formó un silencio entre ambos durante la mayor parte del camino, parecía que la conversación había terminado con la última frase de Shun pero con todo lo que venía pasado últimamente, parecía que el más afectado era Seiya al servir de “protector e encubridor” para Shun, tener una carga tan pesada e importante sobre sus hombros era demasiado trabajo...
—¿Y si Ikki se fue porque ya se enteró?—
Seiya pregunto no con la intención de molestar o preocupar a Shun, sino de centrarlo en la realidad. El joven contrario giró a verlo cuando comprendió la pregunta, parecía que ahora sabía sobre la severidad de los hechos y aunque le costara, aceptaba que su hermano si se pudo haber ido por su culpa.
Shun negó diciendo que era imposible, que no podía ser así, Seiya se disculpó por cortesía únicamente dejando a su amigo con la duda; Shun al ahora preocuparse más, no le quedó otra alternativa que desviarse de su camino de su casa para ahora ir al despacho donde de seguro obtendría información sobre su hermano.
En todo el camino, Shun estuvo meditando bien sus palabras para poder conversar con Pandora adecuadamente sin decir nada de más, al llegar, caminó hasta la recepción, se formó en la fila y cuando fue su turno se acercó a la secretaria pidiendo ver a la abogada; la mujer reconocía al joven al verlo unas cuantas ocasiones por ahí, lo recordaba verlo siempre con la pareja de su jefa, aunque Pandora estaba ocupada, ella la llamó para que decidiera si podía recibir o no al muchacho y para sorpresa de nadie, ella pidió verlo.
Con la autorización de la secretaria Shun entró al ascensor y en menos de un minuto ya estaba en frente de la oficina de Pandora, caminó por el pasillo hasta la puerta, al acercarse escuchó murmullos, sería impertinente de su parte solamente entrar e interrumpir algo importante por lo que solo se espero sentado en el sillón al lado de la puerta.
La espera fue rápida, la puerta se abrió y Pandora salió de ella, parecía demasiado seria, su traje entallado al cuerpo tenía un pequeño imperfecto en el cuello del saco y su cabello estaba algo despeinado, Shun se puso de pie al verla, su cuñada se estaba despidiendo de su cliente apenas... El hombre al que atendía salió de la oficina agradeciendo la atención, Shun y Kanon cruzaron miradas cuando estuvieron frente a frente.
Pandora sonrió despidiéndose nuevamente de su cliente, se acercó a Shun y lo tomó de la muñeca para pasarlo dentro de su oficina; el muchacho al sentir la presión en su muñeca se soltó de inmediato, olvidó por un momento a qué había ido y a paso apresurado se encamino hacía las escaleras ya que el ir al ascensor era peligroso al ser un lugar cerrado.
Sentía las pulsaciones de su corazón incrementar conforme bajaba las interminables escaleras, sus pies ni siquiera reaccionaban a sus órdenes de apresurar el paso, para mantener el equilibrio se apoyaba del barandal a su derecha pero la presión era demasiada como para siquiera fijarse por donde caminaba.
Ya empezaba a sudar frío y a tener escalofríos al escuchar a alguien detrás de él, en un intento de casi correr por las escaleras para llegar a la recepción e irse del lugar tropezó con uno de los escalones, no llegó a caerse ni lastimarse por Kanon quien iba detrás de él y que por suerte llegó a tomarlo del brazo antes de que tocara el suelo.
—¿Estás bien?—
Kanon pregunto bajando el último escalón para ponerse delante del pequeño chico, bajó lentamente su mano hacia la de Shun y con su mano libre la acercó al cuello del suéter para arreglar el imperfecto en el uniforme. El joven por su parte parecía que había visto a la misma muerte, estaba tan blanco como la misma nieve, sus espamos eran demasiado notorios.... Al igual que sus lágrimas.
Kanon sonrió un poco por ternura y limpio las lágrimas del niño con su mano, pasándola delicadamente por temor a lastimarlo, Shun solo lloraba en silencio sin poder tener la determinación como para evadir la situación e irse de ahí, Kanon parecía preocupado al no comprender el llanto del chico, creyó que de verdad se había lastimado con el pequeño empujón que le dio o que su tobillo le dolía... Subió al escalón donde estaba el niño y lo abrazó, acaricio su cabello y talló su espalda para consolarlo...
Pandora los había seguido, no bajó tan rápido como ellos gracias a sus zapatos con tacón, llegó a dónde estaban encontrando dicha escena, se acercó a ambos con duda... Le llamó la atención ver a Shun corresponderle el abrazo a su cliente, más se asombro al escucharlo sollozar.
—¿Qué pasa aquí?— Preguntó al encontrar más que curioso, sospechoso el asunto, Kanon sonrió y lentamente se alejó del joven retrocediendo un escalón.
—El niño se había tropezado, por suerte lo sujete antes de que cayera... Pero creo que me excedí en fuerza.— respondió observando con una ligera sonrisa al joven, Pandora se acercó a Shun al encontrarlo bastante tenso y aún así no fue impedimento para que él volviera a acercarse a limpiar el lindo rostro sonrojado y terso del muchacho de las lágrimas.
—Le agradezco que le halla ayudado, cualquier información que tenga de su caso se lo haré llegar, hasta luego.—
Pandora estaba molesta, tomó a Shun de la mano y lo llevó escaleras arriba hasta su oficina, quería saber con lujo de detalle que había pasado por qué aunque ya estaban por llegar a la oficina, Shun no dejaba de temblar y mucho menos de sollozar. Al entrar, el joven sintió su estómago revolverse y simplemente corrió al baño de la oficina.
Pandora bajó la mirada y caminó hasta los sillones en una esquina de la habitación para esperar a que su pequeño cuñado estuviera mejor para salir del baño y platicar, fue cuestión de minutos para que Shun decidiera salir y cuando lo hizo, en vez de ir a la sala se encamino a la salida.
—Espera Shun, ¿A donde vas?.— interrumpió su andar con su pregunta —Creí que querías hablar conmigo.
—Otro día por favor... — pidió con su voz temblorosa y suave
—No, por favor, vamos a hablar... ¿Conoces a Kanon?— preguntó poniéndose de pie para ir hasta el joven —¿Lo conoces?
Shun asintió y respondió: —Hace tiempo que lo conozco... El vende helado en los parques y así.... Es buena persona... Él— con cada palabra dada su voz se iba rompiendo cada vez más hasta llegar al grado de cubrir su boca por temor a que Pandora lo regañara por volver a llorar.
—Tranquilo, vamos a hablar mejor.— dijo invitando a Shun a los sillones, una vez que el muchacho tomó asiento fue a buscar su botella de agua a su bolsa para regalársela.
—Perdón... Es que ando algo mal por mi hermano... No se dónde está... Tiene cuatro días que no sé nada de él— dijo limpiando su rostro con su suéter ocupando su antebrazo —,Y de hecho para eso vine a verte, ¿No sabes nada de él?
—Perdoname Shun, pero esta vez no, no se sobre él.— le respondió entregándole la botella con agua y tomando asiento en el sillón. —¿Has intentado llamarle?
—Lo he hecho pero no responde... Estoy preocupado por él, no se dónde podría estar.— contestó luego de beber algo de agua —Por cierto, espero no ser irrespetuoso pero... Estás un poco despeinada
Pandora sonrió un poco para luego deshacer su coleta y volverla a hacer, sujetando todo su cabello sin dejar ni un solo mechón fuera está vez. —El aire acondicionado falló y ocupé un ventilador pero me despeinó.— dijo entre risas con un poco de pena.
Shun devolvió la sonrisa un poco, se puso de pie y arregló su unirme antes de ir a la salida —Eso era todo lo que quería hablar, quería saber si sabías algo de Ikki... Si llega a escribirte o a hablarte por favor avísame.—
—Claro, lo haré pero ¿Estás viviendo solo ahorita?— preguntó con algo de preocupación
—Por el momento sí.—
—¿Por qué no vienes a mi departamento?, Solo serán unos días hasta que tú hermano aparezca... No creo que tarde en volver, así no te quedarías solo.— propuso con algo de alegría poniéndose de pie y acercándose un poco a Shun respetando su espacio personal
—Disculpame pero no podría hacerlo, no quiero causarte más inconveniente como el de hace rato... Suficiente es molestar a Ikki, no quiero molestarte a ti.—
—Descuida, no es molestia, no quisiera que te pasará algo mientras estás solo, recuerda que no solo somos casi familia sino que somos amigos.— contestó dando unos pasos adelante pero detuvo su entusiasmo y su andar al ver a Shun alejarse un poco y simular una sonrisa
—Agradezco tu preocupación pero no podría ir a vivir contigo, perdóname, gracias por recibirme.—
Con eso último Shun se fue de la oficina de Pandora y posteriormente del edificio, ahora sí con dirrección directa a su casa... Mientras tanto Pandora estaba preocupada, había vuelto a su escritorio a encender su computadora, abrió el sitio web de mensajes y escribió uno concreto a su pareja...
“Tu hermano preguntó por ti, vino a verme y le respondí que no sabía nada de tu ubicación. Por una situación que ocurrió en el despacho le propuse venir a vivir de momento en mi departamento pero se negó, de cualquier modo iré a visitarlo cada que salga del trabajo... Verlo así... Me trajo malos recuerdos”
Ikki tuvo que estacionarse para poder leer el mensaje, había regresado de un pequeño interrogatorio con un amigo de Paradox, al leer el mensaje no pudo evitar contestarle de regreso preguntando que había pasado como para que ella se impresionara; Pandora al momento leyó el mensaje, quizá se trataba de paranoia suya pero no podía equivocarse con lo que había visto. La chica comento lo que había ocurrido con Kanon y Shun cuando el muchacho llegó a visitarla, Ikki leyó con cuidado el mensaje pidiendo que describiera al hombre y Pandora lo obedeció otorgándole una breve información de la apariencia del sujeto.
Ikki suspiro pesadamente mientras tallaba el puente de su nariz, ya sabía de quién se trataba y estaba molesto totalmente, agradeció a Pandora por contarle lo que había pasado y apagó el teléfono para centrarse nuevamente en el trabajo. Luego de la pequeña pausa que tuvo para responder volvió a la carretera, parecía que había encontrando a la chica que había usado el vestido que había traído con él.
La carretera, los grandes negocios, la urbanidad y “lo cotidiano” desapareció luego de seguir la dirección que le había dado un repartidor de comida rápida que había sido amigo de Paradox (amigo que había interrogado antes pero que no pudo obtener información valiosa de él más que una donde él decía que había visitado a las gemelas en un pequeño departamento hacía años y del cual logró darle la ubicación y también la dirección de la casa de la muchacha a la que estaba a punto de ver) el camino tierroso y empedrado dificultaba el paso de su auto pero en esta ocasión no podía ir simplemente caminando y aunque fueran algo estrechas las calles debía de ir definitivamente a hablar con la señorita.
Fue en una pequeña casa algo rústica y pequeña donde vivía la joven con su bebé, solo vivía ella y su hijo. Ikki sintió un nudo en la garganta al estar frente a la casa, respiró profundo al imaginar el caos que se volvería cuando la chica viera el vestido pero estaba seguro que todo empeoraría al ver el álbum.
Ikki tocó a la puerta, sus zapatos ya tenían algo de tierra y el sol le quemaba la piel en un pequeño rato que estuvo esperando del otro lado de la puerta, pasado unos minutos la chica abrió, viendo el como iba vestido Ikki, el auto que tenía y el ver días antes la noticia en el periódico sobre Integra y Paradox suponía a qué se dedicaba... Y así, sin más le cerró la puerta inmediatamente.
—Señorita, ¿Podemos hablar un momento? Le doy mi palabra de que nada malo le ocurrirá.—
Ikki hablo sereno a pesar de haberse molestado solo un poco por haberle azotado la puerta en la cara (él comprendía el porque de la acción pero aún así, le llegó a enojar), la chica un poco ansiosa se alejó de la puerta y desde un metro lejos alzó la voz exclamando que por favor se fuera... Más Ikki no hizo caso.
El detective siguió insistiendo asegurándole que estaba segura y que nada le pasaría pero la mujer estaba decidida en no abrirle, Ikki parecía perder la poca paciencia que le quedaba, quería irse del lugar desde que escucho la primera negación en la chica pero su profesionalidad no se lo permitía, al ver qué no la señorita o iba a salir abandonó el lugar pero regresaría al día siguiente, visitó esa casa durante tres días seguidos sin obtener respuesta, después de unos días, quizá fue suerte que la mujer le abriera luego de tanta insistencia (o tal vez al igual que él, ya estaba arta) le permitió hablar solo unos minutos con ella si prometía de verdad que nada le iba a pasar ni a ella y a su hijo.
Ikki lo prometió.
La chica dejó pasar a la cocina a al detective, su bebé estaba dormido en la sala en una pequeña manta en el suelo; aprovechando que había silencio pudieron hablar “tranquilamente” los dos. Ikki veía a la joven totalmente mal, estaba despeinada, su ropa estaba algo rota, sus ojeras eran bastante evidentes y un fuerte olor a alcohol la dejaba al descubierto; él intentó ser empático en todo momento, intentando no mencionar su aspecto o su posible dependencia al alcohol aunque esto afectará al bebé.
—No quiero tardar mucho porque se que no quiere que esté aquí por mucho tiempo también, puedo respetar su decisión... Solo quiero que me responda a unas preguntas.— explicó a modo rápido viendo el arrepentimiento instantáneo en la joven
—Sea rápido por favor, creí que estaba a salvo en este sitio pero aún así lograron dar conmigo... ¿Quién le dio mi dirección?, ¿Fue June?—
Ikki se sorprendió un poco al escuchar el nombre de aquella joven, aclaró un poco su garganta y fue franco al preguntar: —¿Cómo conoció a June?—
—Eramos compañeras en la universidad... Pero ella me traicionó, ¿June lo envío aquí?— volvió a preguntar al no ser respondida su pregunta al principio
—Ella no me envió porque... Lleva dos meses de fallecida—
Al responder, tanto la expresión como la postura de la joven cambió drásticamente, parecía que la noticia parecía agradarle por la ligera sonrisa sutil que pudo articular cuando comprendió lo que significaban las palabras de Ikki. El detective observó el ligero cambio en el rostro de la muchacha, él también sonrió... Sin pensarlo mucho ya él sabía que las próximas preguntas serían interesantes.
—¿Cómo fue que te traicionó?— cuestionó notando que la expresión en la joven volvió a cambiar cuando terminó su pregunta
—Me invitó a comer, me drogo por medio de la comida y así fue como termine como prostituta para esa bola de cobardes... — respondió con rencor y un odio que se notaba fácilmente —La pobre de Akira también sufrió pero a ella le fue mejor.
—Háblame sobre eso, ¿Porque a Akira le fue mejor?—
—Ella llegó en una época donde no eran tan exigentes, ella tenía todavía algo de libertad pero a todas aquellas que llegaron después de ella... Incluyéndome... No gozamos con esa libertad.— dijo haciendo una breve pausa, necesitaba tomar aire y revisar si su bebé estaba bien.
Cuando la joven regreso a la cocina y tomó asiento, Ikki la esperaba con otra pregunta, ¿A qué se refería con libertad?, La chica respondió con algo de duda y miedo aún sabiendo que June estaba muerta; Cuando Akira fue secuestrada se le trataba como a cualquier sexoservidora, solo servía para satisfacer los deseos de los hombres que requerían sus servicios, no tenía que hacer nada más que acostarse sin nada de ropa o si acaso con alguna lencería... Pero la misma Akira condenó a todas las demás que llegaron después por su peculiar manera de vestir y de actuar ocasionando llamando la atención no solo de algunos clientes sino también de “los altos mandos” que quedaron fascinados por la vestimenta tipo “lolita” y su actitud infantil y optimista.
A partir de ahí, se abrió una brecha entre lo “normal o común” y lo que se podía llamar fetiche o parafilia; las poses sexuales, las fantasías íntimas, los juegos de rol, el BDsm, la humillación e incluido el canibalismo (solo en sectores muy reducidos dentro de los mismos consumidores) incrementaron, ahora esa era la demanda. Ya no necesitan mujeres adultas cumpliendo simplemente como “muñecas sexuales” sino que querían buscar más tipos de placer lo que los orillo a buscar otro tipo de “muñecas”... Unas más jóvenes que lograrán saciar los deseos carnales de todos aquellos que tuvieran el suficiente dinero como para costear solo unas horas con esta nueva mercancía, de ahí se originó el dichoso álbum donde recopilaban a todas aquellas (y en algunos casos a todos aquellos) que cumplieran con las características para estar en el álbum... O más bien, en el catálogo.
“Sodoma y Gomorra” era el nombre que se le había dado a la casas donde se solían llevar este tipo de actos, Sodoma era la casa principal (donde había estado Jabu) y dónde se llevaban a cabo la mayor cantidad de eventos como subastas, fiestas, reuniones, cenas y por supuesto, servía como motel para todos aquellos pudientes (diputados, senadores, presidentes, actores, cantantes o gente de alto prestigio) que podían gastar una fuerte cantidad de dinero por unos minutos o incluso algunas horas para estar con alguna menor de edad con la ventaja de que durante ese tiempo, esa persona disponía totalmente del cuerpo de la víctima, podía incluso mutilar o matar a la víctima si así lo quisiese sin tener represalias después.
Mientras que Gomorra era la segunda casa, más pequeña que la anterior, limitada en muchos aspectos y que únicamente servía para tener intimidad en la única habitación que había; aquí había restricciones conforme lo que se podía y no hacer, actos como el sadismo, masoquismo, cualquier tipo de tortura o humillación estaba prohibida (la última podía negociarse), está casa iba más orientada a “actos” rápidos, de solo unos cuantos minutos ya que su verdadera función era servir como bodega y carnicería (cuya mercancía era luego enviada a Sodoma para abastecer los refrigeradores de la cocina de esa casa)
Ikki no tuvo que mostrar el vestido o el álbum para que la muchacha le explicará sobre los objetos, pero ahora tenía la duda sobre Sodoma, Gomorra y Marín ya que días atrás había recibido el vídeo de la chica, su intuición le decía que estaba en Sodoma pero quizás y a lo mejor, estaba en otra locación. El detective mostró el vídeo con algo de duda, la señorita lo observó y confirmo la sospecha de Ikki... Marín estaba en Sodoma.
El detective preguntó si sabía dónde estaba ubicada la casa, la joven con total honestidad respondió que no conocía ni siquiera como lucía por fuera, su salida de esa casa fue cuando no pudieron encontrarle más utilidad ahí (por su embarazo y VIH) y la enviaron a Gomorra, un día de suerte logró escapar junto con otra compañera y rehizo su vida escondiéndose en los barrios mas alejados de Tokio para protegerse ella y a su bebé.
Ikki agradeció la información pero le preocupaba la salud del niño al saber que la joven tenía una enfermedad grave, le aseguró que enviaría a un médico para que los atendieran y aunque la joven se negó al principio, agradeció a Ikki la intención. El detective subió a su auto, ya iba en camino al departamento rentado para escribir el interrogatorio antes de que lo olvidara, estaba listo para transcribirlo tal cual y hacer sus anotaciones.
Ansiaba la hora de ir a visitar a Paradox conociendo un poco más sobre el tema, conociendo más sobre Sodoma y Gomorra, las parafilias y los gustos enfermos de todos aquellos que frecuentaban el lugar. Pasó todo lo que restaba de la tarde haciendo su reporte y su trabajo de investigación, documentando todo a modo de tesina para una mayor comprensión; normalmente cuando escribía lo hacía en total oscuridad, con la única luz proveniente de la pantalla de la computadora, claro que de este modo perdía la noción del tiempo.
Pasó redactando y adjuntando pequeñas evidencias en imagen que había logrado capturar alrededor de una semana entera, hacía pequeñas pausas para comer, ir al baño y dormir unos minutos, incluso había pedido un poco de más tiempo para la visita a Paradox pero nada de esto era perdida de tiempo, días atrás había llamado a Aldebaran para pedir que le consiguiera alguna urna con cenizas que pudiera venderle (todo de manera clandestina cabe recalcar), por suerte su amigo no se había tardado tanto en lograr esto y para el día lunes de la segunda semana fuera de su hogar, ya tenía listo el encargo.
Gracias al reciente clima lluvioso y el alto tráfico que solía haber durante las mañanas, Ikki tardaría medio día en ir hasta donde Aldebaran pero no quería hacerlo esperar más a él o a Paradox, por lo que el martes (que era un día no tan lluvioso pero algo nublado) fue a verlo, intentó no llamar la atención de alguien conocido mientras conducía a la casa de su amigo. Su visita fue rápida, llegó a recibir la urna y a pagar el precio que le habían dicho, todavía aprovecho algo de tiempo para preguntar cómo iban las investigaciones sobre Katya y su hermano y Aldebaran fue honesto al responder, había contratado a uno de sus muchachos para vigilar a ambos dentro de la escuela.
Parecía ser que Shun ya no asistía a la terapia con la psicóloga y Katya tenía varias faltas ya... Pero ambos coincidían siempre, ya sea por coincidencia lo cual podía descartarse o porque ambos así lo decidieran en una cafetería por la mañana, se había vuelto rutinario que Shun viera a Katya siempre por las mañanas antes de irse a la escuela... ¿Shun estaba feliz con estas visitas?, Quién sabe, aún no se podía saber pero era bastante improbable que ambos se siguieran llevando mal ya que incluso en la misma escuela se rumoreaba que ellos dos ya estaban en una relación romántica.
Ikki agradeció, subió a su auto y antes de conducir guardó las cenizas e intento tranquilizarse antes de hervir en furia, conocía suficiente a Shun como para saber que su hermano aún no estaba interesado en mujeres; más tranquilo y antes de regresar a su departamento quiso ir a su casa por algunas cosas, algo de ropa, más dinero y una cuántos archivos. Llegó y por suerte no había nadie, camino con normalidad hasta el segundo piso pero...
La habitación de Shun estaba abierta.
Tenia curiosidad, él siempre respetó su privacidad pero ahora empezaba a dudar sobre las cosas que Shun pudiera esconderle; ingresó aún dudoso, registró el cuarto intentando no hacer el mayor desastre, descubrió los mismos antidepresivos y algunos somníferos en un empaque de dulces debajo de la almohada de Shun, siguió buscando luego de quitarle dichas pastillas, abrió el armario y encontró demasiada ropa... Más de la habitual, habían prendas que él no le había comprado y que dudaba que su hermano las hubiera adquirido por su cuenta, marcas de ropa prestigiosas había en grandes cantidades en ese dichoso armario... Suéteres, playeras, camisetas, pantalones, ¿sacos, corbatas, camisas de vestir, abrigos?, Incluso había relojes, cadenas y collares por montones, anillos y colonias caras.
Ikki se quedó asombrado por lo que estaba viendo, por inercia retrocedió un poco, ¿Cómo había conseguido todo eso?, Su hermano aún era de los que les gustaba vestir con tonos pastel y estampados... ¿Cómo sus gustos habían evolucionado tanto como para lucir como un señor de más de cincuenta años?, Quiso seguir viendo el armario, en uno de los cajones inferiores encontró una bolsa con dinero... Demasiado dinero a decir verdad y al lado de ella una bolsa negra que dudo en abrir pero que al final lo hizo, estaba su uniforme, un poco sucio, maltratado y roto, ¿Algo había ocurrido?.
Había perdido la noción del tiempo, dejó todo como había encontrado, fue por lo que necesitaba y volvió a su auto; sabía que no podía quedarse mucho tiempo en esa parte de la ciudad pero el hambre podía más con él que todos los criminales del mundo. Se estacionó en un pequeño comercio, bajó del auto y entro al establecimiento, sonrió y soltó una risa al ver a Saga a lo lejos en una mesa, estaba en su celular escribiendose con alguien; no cabía duda que tenía suerte, aprovechándose siempre de su estatus como empleado de la policía se acercó hasta la mesa para darle una cachetada a aquel hombre que lo tenía cansado y arto.
Saga limpio la sangre de su nariz, sus reflejos le indicaron que venía otro golpe y con astucia logró evitarlo, se puso de pie quedando frente a frente con Ikki. Sonrió un poco mientras alzaba una ceja sin dejar de tomar la muñeca del detective, el moreno se soltó con molestia, iba a volver a atacar cuando Saga lo interrumpió con sus palabras: —Antes de que me vuelvas a atacar, quiero sabes por qué me golpeas.— dijo enfadado retando con la mirada al detective centímetros más bajo que él
Ikki sonrió de lado propiciandole un golpe más fuerte que el anterior ocasionando llamar la atención de los comensales y trabajadores. —Como si no supieras, mejor dile a tu querida hija que deje de involucrarse con mi hermano, ¿Crees que no estoy enterado de que ella lo besó en contra de su voluntad o que se han estado viendo todo este tiempo?—
Saga río, se agachó un poco y tomó delicadamente del saco a Ikki, sonrió levemente mientras recorría con su vista el torso del moreno, viendo y sintiendo al tacto el respirar agitado del contrario y en un susurró cerca del oído izquierdo de Ikki respondió: —Mi hija es incapaz de algo como eso, yo creo que el acosador es tu mismo hermanito que tanto defiendes—
Jamás hubiera dicho algo así, Ikki volvió a golpearlo valiendole quien lo viera, Saga no puso resistencia... Incluso parecía que se dejaba golpear, el detective desquitó toda su irá acumulada contra Saga quien solo recibió el golpe sin ni siquiera quejarse, hasta que Ikki se sintió tranquilo fue que lo dejó y sin ordenar nada salió del sitio... Sintiendo por detrás de sus espaldas el enojo de Saga disimulado con una sonrisa.
Regresó a su auto, estaba enojado a más no poder pero debía de calmarse, no había podido comprar nada en esa tienda pero quizás en otra podía tener una comida decente; tardo aproximadamente diez minutos en terminar de comer y volver a carretera, en todos estos días que habían transcurrido, se había olvidado de saber los resultados de los exámenes médicos realizados a su hermano, por supuesto que era algo que le preocupara y por lo que estuviera ansioso por saber los resultados pero entres tantas cosas que había descubierto, el tema de los exámenes había quedado rezagado en segundo plano de importancia.
Durante el camino en carretera a su departamento pensaba en la pequeña discusión con Saga, ¿Había hecho lo correcto al actuar por impulso? A lo mejor no, se dejó llevar por sus emociones en ese momento, lo único que pudo recordar al ver a Saga fue la imagen de Shun y Katya juntos, ni siquiera hizo memoria en el tema del bullying o sobre el encuentro que Saga había tenido con Shun en el despacho de Pandora (él desconocía que Kanon existía).
Llegaba a arrepentirse de sus acciones, era algo tarde para hacerlo pero sentía que se había equivocado, sentía que no debió de reaccionar de esa manera, a lo mejor una plática o una conversación más civilizada y en otro lugar hubiera servido...
Pero aunque esto también lo dejaba intranquilo debía de despejarse de los problemas relacionados a su hermano por el momento y centrarse otra vez en el trabajo.
Al llegar a su departamento y organizar un poco el mismo, por fin confirmo la cita para visitar a Paradox ahora que sentía que estaba todo listo para verla; cuando los policías del sitio lo autorizaron, Ikki paso dos días enteros meditando bien él como se dirigía a ella, las preguntas, las pausas... Todo estaba pensado para salir perfecto, el jueves por la tarde subió todo lo que necesitaba en la cochera de su auto, arregló y plancho su mejor traje, se aseguró de lucir presentable y ese mismo jueves por la noche salió en camino a la penitenciaría para su visita tan ansiada.
Llegó temprano a su destino, logró pasar su celular y una pequeña bolsa con la urna de las cenizas que había encargado con Aldebaran gracias a un pequeño soborno a uno de los guardias de la entrada, esta práctica era algo común tanto dentro como fuera del lugar y entre policías con presidiarios, aunque la mayoría negaba a muerte haber sobornado o aceptar un soborno.
Ikki caminó detrás de un guardia que custodiaba el pasillo donde se encontraba la mujer, las celdas estaban a tres metros de distancia una de la otra, la de Paradox era la que estaba en medio del mismo pasillo. El guardia antes de abrir la puerta explicó que el no podía retirarse del lugar, que custodiaría la entrada de la celda en todo momento, Ikki entendió y acepto la condición, el guardia abrió la puerta dejándolo ingresar dentro de la celda.
El detective tragó saliva, eran las cinco de la mañana y Paradox estaba sentada en el suelo, con su vista fija sobre él, aclaró su garganta e intentó mantenerse alejado lo más posible de ella. La mujer bajó un poco la mirada hacía el suelo, Ikki comprendió y no le quedó más remedio que sentarse también en el piso; estando los dos cara a cara fue hora de iniciar con las preguntas.
—Tarde mucho en venir, me disculpo por eso, estaba atendiendo unos asuntos.— dijo a modo de iniciar la conversación —Sabes porqué estás aquí, ¿No?
—Tengo una idea...— respondió alzando una ceja —Pero quisiera que tú mismo me lo dijeras.
—No creo que haga falta, se te acusa de secuestro y violación, tu juicio estaba planeado para dentro de dos meses pero hubo un pequeño cambio en la fecha, ahora posiblemente sea para dentro de cinco meses—
—¿Por qué?—
—Por secuestro, violación, tortura, violación a los derechos humanos, trata de blancas y canibalismo... Si se llegarán a saber más cosas se volvería a aplazar el juicio, pero creo que tú misma sabes lo que te espera.— habló con naturalidad como si estuviera hablando de cualquier otro tema, ni siquiera se podía notar la ansiedad y nerviosismo que sentía en ese momento
—Lo sé, pena de muerte.—
—Así es, pero puedo ayudarte a qué por lo menos te perdonen la vida si cooperas un poco.— propuso bajando un poco la voz por el guardia detrás de la puerta
—No me interesa vivir amigo, ¿No ves donde estoy?.— reclamó con una pequeña sonrisa
—¿Ni siquiera por esto?— refutó sacando de la mochila la urna que colocó con cuidado al lado de él.
—¿Qué es eso?— preguntó con cierta melancolía al ver la urna, ella sabía lo que había ahí pero aún así y muy en el fondo esperaba que su hermana aún estuviera con vida.
—¿Qué crees que es?, Tu hermana está con nosotros... Si accedes a responder mis interrogantes convenceré a los guardias y a los policías para que puedas quedarte con ella.—
Paradox pareció pensarlo pero negó luego de meditarlo con calma, Ikki intuía que eso podría ocurrir por lo que no tuvo más alternativa que ponerse un poco más serio, estaba frente a una persona peligrosa que había presenciado y cometido miles de asesinatos, sabía que herirla psicológicamente sería demasiado complicado.
—¿No accedes?, Por mi no hay problema realmente, simplemente se tiran sus cenizas y ya.— respondió guardando la urna con algo de brusquedad en la mochila.
—Ten cuidado con eso maldito, ahí está mi hermana.— reclamó enojada al ver la forma tan irrespetuosa de manejar la urna
—Ella está muerta, no creo que le afecte un ligero golpe a la caja de madera.— respondió meditando bien las palabras que ocupaba si no quería ser el siguiente en una urna.
Paradox viró los ojos y exhaló, parecía volver a pensar la oferta, no iba responder a todas las preguntas... Solo iba a hacerlo con aquellas que consideraba insignificantes, accedió a hablar solo por cierto limite de tiempo con Ikki a cambio de la urna y algo de dinero.
El detective vió esto como una oportunidad única y también accedió, no llevaba tanto efectivo pero no era como si de verdad Paradox pudiera ocupar el dinero dentro de ahí. El interrogatorio dio inicio al fin, Ikki preguntó primero sobre ella e Integra, Paradox soltó una risa y respondió lo obvio, eran hermanas, ambas habían vivido juntas toda la vida en Grecia pero luego se habían mudado a Japón. El detective interrogó sobre porque la mudanza a lo que ella respondió que por asuntos de trabajo que no tenían relación a la organización donde anteriormente estaban trabajando.
El trabajo era en una panadería (ahí laboraba Integra) y en una joyería (donde ella trabajaba ahí), pasado un tiempo donde el dinero comenzó a faltar para ambas, Integra tomó la decisión de cambiar de trabajo ahora en un puesto de comida rápida; Ikki preguntó sobre como habían llegado a ser parte de la organización si es que trabajaban en lugares comunes, Paradox sonrió levemente y aclaró la duda, una tarde pensó en una manera de obtener dinero fácil, secuestro a una muchacha y mantuvo oculta en el ático de su casa... Nadie se dio cuenta de lo que había hecho, ni siquiera Integra.
La culpa empezó a consumirla al no saber exactamente que hacer con la muchacha, en un momento de debilidad y angustia soltó a aquella señorita sin imaginar que era la prometida de alguien importante en la organización, la chica contó sobre su experiencia a los altos mandos y estos intercedieron llendo directamente a la joyería de Paradox para “dialogar”.
El trato era sencillo, al ver qué nadie la había visto cometer el delito estando aún a la luz del día le propusieron trabajar ella y su hermana para ellos, en caso de negarse no vivirían para contar su situación, al verse en este estado Paradox aceptó por las dos, al principio Integra se negó a trabajar pero eventualmente fue accediendo aunque no era sorpresa que de las dos, Integra siempre se mantuvo algo evasiva con la organización y algunos actos.
Ikki cuestionó después sobre los demás miembros dentro de esa organización que hasta el momento se habían descubierto, siendo June una de las principales y aunque no era trabajador preguntó también por Milo al estar involucrado de algún modo. Paradox respondió según lo que sabía ya que ella y su hermana trabajaban solas en Gomorra, eran pocas las ocasiones en las que se relacionaban con otros empleados.
Paradox dijo que June había sido una de las jóvenes que habían secuestrado primero, antes de iniciar la asociación en Japón, ella había cautivado a muchos por su hermoso aspecto y figura, era bastante codiciada entre muchos pero eventualmente fue quedando olvidada al ser reemplazada por otras más jóvenes que ella; al haberles generado bastante dinero en cierta época se le dio la opción de escoger su destino (dándole las mismas opciones que a ella y a su hermana Integra), June decidió trabajar para ellos, inicio desde abajo simplemente sirviendo como sirvienta dentro de Sodoma, pero poco a poco fue ascendiendo hasta que luego de algunos años empezó con su verdadero trabajo... Ella se dedicaba a la trata de blancas dentro de un bar nocturno donde vendía a sus compañeras, entre tantas amigas que traicionó se encontraba la esposa de Milo, que por cuestión del destino, esta chica no cayó en la trampa de June e hizo su vida lejos por un momento pero nadie imaginó que la hija de está y de Milo sufriría las consecuencias.
La niña, hija de Milo, captó los ojos de varios, por ese tiempo aquella habitación rosa no existía pero a petición de un cliente se decoró un cuarto en Sodoma donde se llevaron a cabo las fotografías y un vídeo de la niña; June fue quien envío las imágenes y el vídeo a la familia de la menor, Milo enfureció y buscando justicia denunció... Solo que acabaron con él, June había visto las imágenes, se rumoreaba que no pudo ni siquiera ver diez segundos del vídeo o ver por mucho tiempo las imágenes por un dolor inmenso que sentía.
Los altos mandos se dieron cuenta de la debilidad de la rubia y la enviaron a solicitar empleo en “Minerva”, era como un tipo de tortura psicológica el estar trabajando ahí ya que cada semana debía de mandar información de los niños y aquel seleccionado era recogido durante la salida de clases, June era quien los llevaba a la camioneta, ella misma los llevaba a su muerte.
Llegó el punto en qué se cansó, no podía seguir durmiendo tranquila por el peso de conciencia que tenía al enviar, vender y prostituir infinidad de jóvenes (en el bar) y de niños por parte del jardín de infantes, June diseñó un plan elaborado para parar con la organización pero la descubrieron en el acto y la enviaron a “La cámara”..
El detective suspiro y talló el puente de su nariz, a todo esto ya estaba más que incómodo pero debía de dejar sus pensamientos atrás y centrarse en lo profesional, con ciertas cosas más o menos resueltas, preguntó sobre la verdadera finalidad de las gemelas en Gomorra, ¿Qué papel desempeñaban, que hacían con las jóvenes en el ático y en el cuarto rosa? Pero sobretodo, quería saber por los actos caníbales que se pudieron encontrar en el sótano de la casa.
Integra y Paradox no vivían como tal en Gomorra pero si pasaban la mayor parte de su tiempo ahí, Integra se encargaba del sótano al tener cierto conocimiento sobre la taxidermia y los cortes de carne mientras ella se encargaba de las demás tareas. Ese lugar era como una tienda, recibían un pedido y ellas lo cumplían por cierta cantidad de dinero (donde la mayor parte pasaba a manos directas de los altos mandos), las jóvenes en el ático eran tratadas peor que a perros, tenían prohibido hablar, llorar, moverse o sollozar, tenían que permanecer totalmente quietas, comían desperdicios que Integra conseguía y bebían cada dos días a la semana.
Cuando alguien escogía a una señorita, ellas la arreglaban en el sanitario, le daban un baño, la vestían y la maquillaban si iba a intimar con el comprador pero de no ser así, solo se bañaba y se enviaba directamente al sótano. Cada tres semanas se escogían a las jóvenes más lindas para ir a la sala donde se acomodaban a cada una al lado de la otra, totalmente desnudas, con jna venda en los ojos y agachadas con un collar de cuero en el cuello, los altos mandos llegaban y escogían de entre las chicas la que creían que podía generarles más dinero.
La llegada de Akira fue capricho de los altos mandos al enamorarse de ella, fue tratada como una “princesa” desde que llegó primero a Gomorra, ella fue la que inicio esa moda de la ropa y la estética y por ella se elaboraron las habitaciones donde Akira estuvo en incontables veces... Tanto en Sodoma como en Gomorra.
Ikki cuestionó sobre el álbum, ¿A quién se le había ocurrido y porque algunas páginas estaban arrancadas?, ¿En dónde estaban los demás libros? Y ¿Quién había tomado las fotos?. Paradox esbozo una risa, intuía que preguntaría por ellos, de entre tantas cosas que pensó no creía aún que el album fuera lo que más le importaba a Ikki conocer y al igual que las demás, esa pregunta sí podía contestarla (aunque limitándose bastante). El álbum había sido idea de una chica nueva que se había unido a ellos por voluntad propia, esta joven era de las pocas que nunca había pasado por “el papel de víctima”, ella lo propuso a modo de catálogos para evitar viajar con las o los jóvenes a las diferentes ciudades de Japón o fuera del país, era una manera más sencilla de ofrecer la mercancía.
El tema de los colores en el álbum había sido idea de los altos mandos a modo de identificarlos y separarlos unos de otros, algunas de las páginas estaban arrancadas debido a que la víctima falleció o ascendió de puesto y ya no era necesario que su imagen estuviera ahí y claro, las fotos eran tomadas por la misma joven que propuso los álbumes y los videos (algunos contenían videos, otros no) por otra persona.
Ikki cuestionó la escala de poder dentro de la organización, se le hacía curioso tanta coordinación sumado a la dedicación ya que incluso contaban con una marca personal, Paradox habló de eso como una pirámide, en la base estaban las víctimas (todos aquellos que habían sido secuestrados, asesinados o prostituidos) que eran marcadas con el famoso sello en el abdomen, luego seguían los empleados de limpieza y seguridad, arriba estaban los “espías” cuyo trabajo solo era recopilar información como direcciones, teléfonos, contactos, etc. De las próximas víctimas y con ellos el sello en el abdomen terminaba para luego empezar el siguiente escalón donde se encontraba June quien era la que enviaba la mercancía a los carros y contaba con la marca en su nuca, luego estaban los camarógrafos y fotógrafos, después “los segundos al mando” como ella, la chica nueva e Integra y por último los altos mandos (estos últimos no tenían marca alguna en su cuerpo).
El guardia golpeó la puerta por afuera, el tiempo de Ikki se había agotado, el detective se puso de pie y nuevamente sacando de su mochila la urna de Integra se acercó hasta Paradox para entregársela directa en las manos, la mujer la tomó pero a pocos segundos de tenerlas en posesión las dejo a un lado para ponerse de pie y acercarse hasta el policía.
—Hay algo que no te dije, es importante y creo que te gustaría saber.— murmuró al detective sin apartar la vista de los ojos del moreno
—¿Sobre qué?— preguntó —Tambien me gustaría saber sobre la vestimenta...
—Eso no es— sonrió y entre una ligera y pequeña risa coqueta respondió —Ikki, el accidente en auto....
—¿El accidente en auto?— se alarmó un poco, Paradox no tenia forma de saber su nombre pero lo había mencionado, tragó saliva y se preocupó al sentir los brazos de la joven enrollarse detrás de su cuello a modo de abrazo, solo había unos centímetros de distancia entre ambos ahora.
—No fue accidente... No se buscaba acabar con tu vida, ni siquiera fuimos nosotros los de la idea, fue alguien más.— susurró llendo cada vez más cerca a los labios de Ikki pero este hacia lo posible por apartarse.
—¿De qué demonios hablas?— dijo preocupado recordando aquel incidente mientras apartaba a la mujer de su cuerpo
—Vives engañado, te están mintiendo y no somos nosotros.—
—¿Quién es?— preguntó ahora más curioso pero a la vez intrigado, no hubo tiempo de escuchar una respuesta por aquel guardia que abrió la puerta y le ordenó salir.
Ikki se retiró con algo de miedo, no había querido escuchar lo último, sentimientos llegaban a su mente y se colaban dentro de su corazón, aquel trágico momento en que June apareció en su puerta con aquella manta volvía a recorrer su pensamiento, el accidente del auto y la muerte de Nachi... Todo lo atormentaba, de pronto se sentía observado por todos y por todo, necesitaba tiempo para reponerse, inmediatamente llegó a su departamento se encerró con llave dentro de él.
Daba vueltas por la habitación, había dejado el alcohol y las drogas hace años pero sentía la necesidad y el impulso de volver con ellas, por más que respiraba y bebía agua no lograba calmarse. Se sentó en una esquina del cuarto, llevó sus manos a su cabeza y respiró profundo cerrando sus ojos ante un reciente ataque de ansiedad...
Tenía miedo de salir, de abrir la ventana o de moverse, era absurdo decirlo o expresarlo debido a que de eso se trataba su profesión pero antes de ser criminalista y detective era un ser humano, paso encerrado en ese pequeño cuarto, sin prender el televisor, la computadora o su celular durante días... No quería enfrentar su situación actual ahora que Paradox le había confesado algo importante que no pudo terminarle de contar, al haber pasado otra semana entera en total encierro e incomunicado se decidió abandonar de una vez ese cuarto de hotel.
Empacó sus cosas y abandonó el sitio, tan solo de bajar al último piso y luego ir hasta su auto sintió la muerte con cada paso que llegó a dar, en todo ese tiempo solo no había pensado en nada más que él, Pandora, su hermano, sus compañeros y su trabajo fueron apartados por completo por cierto tiempo hasta que decidió que era hora de afrontar la situación.
A su casa llegó durante la noche del viernes, cumpliéndose una semana desde que habló con Paradox, con cierto temor abrió la puerta de su casa, rondaban ya las doce de la noche, era tarde para la mayoría, se sorprendió ver a Pandora en la sala; cuando ambos se vieron la chica corrió a abrazarlo, ella sabía que su llegada debió ser la semana pasada, el atraso la preocupó imaginando lo peor, con lágrimas lo recibió y él le correspondió el abrazo, hundiendo su cara en su cuello a modo de apoyo y calma para sobrellevar la situación.
Alzó un poco la mirada al sentirse observado desde lejos, en la cocina estaba su hermano viéndolo. Ikki se quedó un poco boquiabierto al verlo, tenía un ojo morado, su nariz tenía una gasa, su pómulo estaba totalmente rojo y una gran marca de agresión yacía en su mejilla izquierda. Ikki se apartó un poco de Pandora para ir a verlo, cuando se acercó observó lo delgado que estaba, las manos de su hermano eran tan delgadas que se podía apreciar su esqueleto.
Antes de cualquier interrogante Shun con duda se acercó a el y lo abrazó, ya que desde la segunda semana de la ausencia de Ikki, él ya no tenía esperanzas de verlo con vida. El detective quedó en shock al sentir a su hermano, le correspondió pero giró a ver a su novia... Ella negó con la cabeza con algo de lástima.
Ikki intuyó que algo se estaba saliendo de sus manos, que el problema era mayor de lo que creía.
—¿Fue Saga quien te hizo daño?—
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