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La habitación rosa.

Eran las diez y media de la noche, Ikki seguía conduciendo su auto hasta que a mitad de su camino y debido al trafico tuvo que parar, la ciudad de Tokio estaba llena de color y luz, no había ningún establecimiento que no estuviera lo suficientemente iluminado como para no llamar la atención; aunque pudiera verse lindo, a veces llegaba a abrumar la cantidad de luz y colores vibrantes que solía haber, en el pequeño lapso que estuvo esperando a que el tráfico cesara volteó a ver a su hermano a su lado, en todo el camino no habían hablado de nada (principalmente porque Ikki veía que aún estaba algo inestable como para sostener una conversación), Shun seguía bastante nervioso como para alzar la vista o como para poder articular palabra, cabe mencionar que durante ratos sollozaba pero esta acción no había sido vista por Ikki.

El trafico cesó por un rato lo que favoreció para que el detective pudiera salir de esa calle y ahora sí dirigirse hacía su casa, realmente el tiempo después de pasar por el embotellamiento del centro, cuando llegaron bajaron del auto, Ikki se tomó un tiempo para sacar algunas cosas del coche mientras Shun abría la puerta, ambos entraron cuando estuvieron listos, dejaron sus cosas en la entrada y mientras el joven iba a su habitación, el detective se dirigía a la cocina. Estaba consiente de lo mal que se sentía Shun con respecto a lo ocurrido en su trabajo y probablemente con el golpe que le había dado Esmeralda, él no pudo intervenir cuando se requería con urgencia de su presencia por no saber como actuar o que decir, era increíble que no supiera los problemas de su hermano siendo detective; dobló las mangas de su suéter y encendió las luces de la habitación y sacó del refrigerador el envase de leche entera, de la repisa tomó una botella con miel y agarró de igual modo una pequeña olla que puso al fuego después de agregarle la leche y un poco de miel. Luego de un par de segundos sirvió la leche tibia en una taza, agregó unas cuantas gotas de limón y la dejó en la mesa en lo que iba a buscar a su hermano al segundo piso.

Casi por obligación Shun tuvo que bajar, negándose a querer quedarse en la cocina durante mucho tiempo, el chico se sentó en una silla mientras su hermano lo hacía en otra, por obviedad Shun tomó la taza con leche agradeciendo el hecho de que Ikki se había tomado el tiempo para prepararla, el detective buscaba que su hermano se tranquilizara al beberla y que con ello pudiera explicarle con sus palabras y desde su punto de vista lo que había ocurrido antes de preguntarle de manera más formal a Esmeralda y revisar las cámaras de seguridad. Dejando la taza de lado, el menor tomó aire y se recargó del respaldo de su asiento mientras meditaba su respuesta ya que, ¿Qué planeaba decirle a Ikki?, que solo con oír la voz de esa chica lo había alterado o que sentía algo de miedo por reconocer la voz de la susodicha...

- No me sentía realmente bien en ese momento. - pronunció tomando nuevamente la taza con ambas manos para acercar la porcelana a sus labios y así evitar por unos instantes dar más explicaciones

- ¿por qué no?, ¿Ocurrió algo de lo que no estoy enterado? -

Cuestiono con total determinación para él mismo poner a prueba a Shun con un reciente interrogatorio, cuando estudiaba llegó a tener por algunos semestres la materia de psicología y en ella, su maestro siempre mencionaba que evitaran trabajar con sus familiares pero ahora tendría que desobedecer un poco a aquel maestro suyo; se relajó un poco en su asiento tomando una postura más cómoda y menos rígida, observó a su hermano dilatar un poco sus pupilas y presionar con la yema de sus dedos un poco la taza, parecía que su pregunta lo había alarmado un poco.

- No, nada pasó... -

Respondió encontrando refugio en aquella taza que servía como juguete anti estrés al presionarla de vez en cuando para que de tal forma pudiera controlar su estrés y a la vez su reciente nerviosismo, Ikki asintió un poco sin decir nada de momento, luego formuló varias preguntas en su mente que estaría diciendo conforme la platica continuaba pero debía de ser sutil con esas preguntas ya que lo que buscaba es que muy aparte de poder conseguir la información que necesitaba era poder recobrar la confianza que eventualmente se perdió sin saber con seguridad el porqué. Cuando el joven quitó la taza de sus labios y la bajó hasta su regazo, su hermano "soltó" la siguiente pregunta.

- ¿Te sentías cómodo antes de llegar a mi trabajo? -

Shun bajó la mirada, su cambio de actitud tan radical en el trabajo de Ikki, pasando en cuestión de instantes a estar tranquilo a desencadenar un caos en la recepción, pensando bien la respuesta llegó a una lógica en pocos segundos - Sí, seguía casi dormido al llegar... -

- Hmn, claro, te tuve que despertarte.- respondió soltando una pequeña risa - Dime Shun, ¿porqué crees que pasaron las cosas?.... ¿Por Esmeralda a lo mejor? - sugirió tomando en cuenta lo que la misma chica le había dicho, sobre que ella en desesperación lo había golpeado

El muchacho negó inmediatamente al escuchar el nombre de esa mujer, dejó la taza semi vacía en la mesa y respiro profundamente - Estaba nervioso... eso creo. - contesto - A Esmeralda no la conocía...

- Supe que te lastimó, ¿estas bien? - Cuestiono al ver que su hermano estaba bastante tenso, no quería que se repitiera nuevamente el ataque de pánico en el, al notar su lenguaje corporal notó desde el inicio que estaba ansioso por el constante juego con sus manos y la taza y su nerviosismo que disimulaba bebiendo la leche, suspiro y volvió a tomar una postura más formal en su asiento.

- Si, estoy bien... pero luego del golpe no puedo recordar mucho, solo recuerdo cuando desperté en el suelo... ya a tu lado. - contesto afligido pareciendo a ojos de Ikki que decía la verdad, respiro profundo, tomó la taza y bebió lo último que quedaba. -¿Puedo tomar más?

Ikki sonrió levantándose de la silla con la taza en mano, camino hacía la estufa y sirvió lo último que quedaba de la olla, mientras pensaba que las preguntas ya no tendrían relevancia, era tarde, Shun probablemente no respondería o si lo hacía lo haría con respuestas muy básicas; con tan poco pudo intuir algo sobre la nueva faceta en la personalidad de su hermano, comprendió que había cosas que no quería contarle (pero que tarde o temprano terminaría haciendo ya que él no se rendiría) a lo mejor por pena o por inseguridad, en cierto modo podía respetarlo pero no podía dejar que la bulimia, las autolesiones, la baja autoestima y la dependencia hacía él continuaran durante más tiempo; regresó a su asiento entregando la taza, intentó mantenerse normal pero su mente no dejaba de pensar en diversas situaciones, prefirió ignorar sus presentimientos y centrarse solo en el presente.

- ¿No recuerdas nada?... - dijo casi murmurando mientras su hermano negaba a la pregunta.

- Sabes, tenía miedo... tenía un fuerte sentimiento de miedo como el de hace años cuando mamá se fue y papá empezó a drogarse - comentó volviendo a tomar la taza entre sus manos, Ikki solo volteó a verlo con preocupación al creer que él no recordaba esos sucesos -Recientemente no me sentía así de mal... pero, el sentimiento volvió.

Ikki suspiro, eso era algo grabe, aunque ahora no podía mencionar siquiera el nombre de su padre sin quebrarse en un llanto o mencionar a su madre sin olvidar los buenos momentos, debía de reconocer que tanto Shun como él son más felices y viven más tranquilos ahora que ninguno de los dos esta; sonaría mal decir que quedar huérfanos de ambos padres fue lo mejor que pudo ocurrirles, pensar e imaginar que su hermano comenzaba a revivir de cierto modo las experiencias y emociones que habían ocurrido por aquellas épocas cuando su hermano tenía cinco y el quince... era algo además de desconsolador y deprimente, preocupante. Sabía que se arrepentiría por lo próximo que estaba a punto de hacer, si alguien preguntaba lo negaría pero por lo menos con eso podría tranquilizar más al chico.

Ikki se acomodó en la silla y extendió un poco sus brazos a lo ancho, Shun observó la acción y se acercó a el para corresponderle a su abrazo, el mayor lo envolvió entre sus brazos con cariño, hubiera preferido de algún modo no haber querido escuchar sobre "el miedo" de Shun, debía de buscar la manera de solucionarlo... si había podido hacerlo antes, intuía que ahora que su hermano era más grande sería más fácil. El abrazó siguió hasta que el menor recostó su cabeza sobre el hombro del mayor, eran casi ya las doce de la noche, la leche con miel había funcionado solo un poco al poder relajarlo, eso y sumado a que normalmente se dormía temprano, se estaba muriendo de sueño; Ikki sintió el cansancio de su hermano cuando el dejo de estar tan tenso y empezó casi a desvanecerse sobre él, sumando al ligero agarre que ahora ejercía sobre sus ropas, ese fue el momento donde la platica termino por aquel día, el mayor dejó a Shun irse a dormir mientras él debía de resolver aún algunos asuntos antes de ir a descansar.

A determinada hora Ikki fue a dormir para luego despertar a las cinco de la mañana, una vez que se cambió fue a hacer el desayuno llamando luego de un rato a su hermano para que bajara, mientras servía el desayuno recibió una notificación de mensaje donde ponía que su visita a la penitenciaria estaba confirmada y que tenía un máximo de 4 días para asistir; esta noticia alegro al detective, se sintió más tranquilo al recibirla pero aún faltaba el permiso de Shion.

Terminando el desayuno, Ikki dejó a Shun en la escuela y luego él fue directo a trabajar. Al llegar, Esmeralda ya estaba como siempre en la recepción, leyendo una revista en lo que llegaban los demás empleados, Ikki se acercó a ella con normalidad pero la culpa en la muchacha la había orillado a detener al detective cuando esté estaba a punto de subir las escaleras, el mayor se acercó, quería discutir con ella el asunto de su hermano pero no en el trabajo ni a esa hora... Pero parecía que Esmeralda pensaba diferente.

Ella se vio sumamente afectada por lo que había pasado, no encontraba las palabras correctas para demostrarle que lo sentía; Ikki cuestionó que la había orillado, a parte de su estrés debido al momento, a golpear a su hermano. Esmeralda argumentó que creyó que con un pequeño golpe quizá se calmaría pero estaba consciente que eso no había funcionado y que al contrario solo lo había empeorado.

Ikki preguntó sobre como se habían llevado las cosas, qué fue aquel punto de quiebre de Shun como para actuar así, Esmeralda realmente no sabía que responder ya que tampoco lo sabía; el detective agradeció no tan satisfecho lo que le había dicho, recogió el suéter de su hermano que se le había olvidado y fue antes de ir a su oficina, a hablar con Mu, rogando que le permitiera entrar a la base de datos de las cámara para revisar los videos con audio y checar con sus propios ojos aquel problema.

Mu accedió y le brindo dicho acceso, Ikki se puso unos audífonos y vio todo lo ocurrido, iniciando desde que Shion se fue hasta cuándo él apareció; aún viendo la grabación no podía concluir nada concreto, a Shun no le gustaban los gritos o sonidos fuertes... Esmeralda había alzado la voz, a lo mejor eso lo alteró en un principio, pero, porqué su crisis escaló tanto como para llegar a un extremo donde había olvidado gran parte del problema.

No quería indagar más por el momento debido al trabajo que le esperaba en la oficina, agradeció a Mu haberle permitido ver el vídeo y fue a trabajar junto a sus compañeros, Ban pudo brindarle la grabación de audio y video del interrogatorio de Jabu que no pudo apreciar, en él, se abordaban algunos temas que el joven prefirió omitir diciendo que por el momento había hablado demasiado. Al ser una víctima, no fue sentenciado por lo que se dejó en libertad, solo que le pidió que de favor en cuanto se sintiera mejor declarará toda la verdad.

El tema que fue objeto de discusión en ese día fue la apariencia de la supuesta casa donde tenían a todos aquellos que eran secuestrados, se ponía énfasis en la iluminación, los colores, la ambientación y los objetos decorativos; Geki empezó por comentar que el había encontrado en una caja perteneciente a Nachi unas cuantas fotografías de un cuarto infantil para niñas al estar adornado en tonos pastel y variantes de rosa, comentó también que en una de esas fotos aparecía precisamente una niña pequeña aparentemente dormida en esa dichosa cama.

Todos los presentes habían leído, visto o escuchado algo que Nachi les había dejado y todos concluían la misma cosa, él había centrado su investigación en el caso de Milo, tomando como punto de partida a ese hombre y su hija y no a Akira como lo estaban haciendo los demás... Aunque a pesar de investigar el pasado de Milo, también había interrogado a las amigas de Akira pero era evidente que ella no era su objetivo.

Había un diseño específico para las habitaciones y la ropa que se repetían en los escritos hechos a mano en simples hojas blancas utilizando lapicero de tinta roja; revisando algunas fotos de Akira días antes de su secuestro, viendo las de la hija de Milo en aquel cuarto y teniendo evidencia de las últimas veces que se vieron a todas aquellas señoritas en la calle o en sus hogares se podía suponer que había un patrón definido en cuanto a su vestimenta, todas ellas vestían haciendo alusión a un movimiento llamado "kidcore", aunque la minoría era vista usando cosas más "normales" (a comparación con lo anterior) siendo solo vestidos largos de tonos blancos, pantalones, blusas, faldas o suéteres pero solo en ese tono o en colores grises claros, había algunas excepciones (y esto era más recurrente en hombres) pero normalmente era como una regla tener que cumplir con cierto modo de vestir.

Y así como las señoritas tenían ese peculiar modo de combinar ropa y accesorios, los hombres también hacían uso del kidcore pero ellos lo realizaban de acuerdo a su edad, un niño pequeño de edad preescolar hasta los doce años solía ser visto vistiendo solo prendas beige o neutras, de los trece a los diecisiete el kidcore y de los dieciocho en adelante solían vestir más formales (no vistiendo traje pero si ocupando prendas que los hicieran ver más serios comparándolos con el caso de los niños y los adolescentes, este grupo de individuos solían usar colores oscuros en su forma de vestir).

Eso era en cuanto a la vestimenta, aún no tenían más pruebas claras sobre el cuarto donde había aparecido la niña de Milo o el que había descrito Jabu, pero ciertamente ambos podían relacionarse al compartir varias similitudes. En el comportamiento de las víctimas, tomando como referencia el pobre interrogatorio hecho por Hyoga a las chicas secuestradas por Integra y Paradox, se mostraba como se escogían a las señoritas "introvertidas" por sobre las "extrovertidas", mientras que a los hombres los preferían extrovertidos a introvertidos.

Hicieron una pausa cuando dio la hora de la comida, Ikki había quedado en ir a comer con Pandora a un restaurante y aunque quería estar solo un momento para redactar un informe de la investigación, no podía dejar sola a su novia. Subió al auto y pasó por ella a su despacho, luego la llevó al restaurante que le había prometido, luego de estacionarse y entrar, se sentaron en una mesa y ordenaron algo simple... Mientras esperaban, empezaron a hablar.

El tema a discutir era sobre sus trabajos, sobre como estos se volvían cada vez más difíciles y complicados, el tema cambio luego de un rato de que les llevaran lo que habían ordenado, de estar hablando del trabajo su platica se convirtió en el tema de novedad para Ikki, obviamente sobre su hermano y sobre como se había preocupado la noche anterior por verlo tan estresado. Pandora había recibido solo un breve mensaje sobre lo que había ocurrido, el detective le explicó a contarle a detalle lo que había pasado aprovechando que podía hacerlo.

— Básicamente eso pasó, todavía cuando regresamos a casa me tomé un tiempo para hablar con él. — luego de un buen rato termino de explicar dejando a la chica un tanto pensativa

— ¿Eso es algo preocupante, no?... — cuestionó e Ikki le dio la razón — Creó que hice mal pero sabes muy bien que Shun es como mi hermano menor, de hecho se parece bastante a mi propio hermano... Y por ese motivo no podía quedarme sin hacer nada.

— ¿Por qué lo dices? — preguntó curioso al ver a su novia tan comprometida en el problema de Shun

— Fui a aquel supermercado donde tu hermano había ido a comprar, me explicaron que se había alterado por haber visto a alguien ahí... — comentó haciendo una pequeña pausa para beber de su té — también me dijeron que común que se desorientara un poco luego de escuchar el sonido de un carro, decían que las primeras veces se preocuparon al verlo pero luego les dio igual su comportamiento que solo lo ignoraban.

— ¿Sonido de carro?... Que estupidez — susurró, aclaró su garganta y prosiguió — Gracias por decirme, de cualquier modo, la manera en que actúa ya no me gustó... Lo que colmó mi calma fue ese episodio de anoche, hoy voy a llevarlo al médico para que ver qué es lo que me dice.

— ¿Qué va a hacer el médico? —

— Quiero que le haga un examen general. — respondió y Pandora se vio sorprendida.

— Aunque se que es buena idea... ¿Tú hermano no le tenía miedo a los hospitales, doctores y todo lo que tenga que ver con medicina? —

— La última vez lo ví normal, a comparación de hace unos años cuando tenía literalmente que amarrarlo y subirlo en contra de su voluntad al auto para poder llevarlo al doctor, hoy en día creo que superó ese miedo. — contestó imaginando que su respuesta era correcta, ya que aunque la última vez Shun no había protestado se debía a una simple razón y era básicamente por qué fue trasladado inconsciente en ambulancia hasta el hospital.

— ¿Y sí no lo superó? — pregunto con algo de inseguridad pero Ikki negó y sonrió

— Tengo de todos modos un plan para llevarlo, no te preocupes, todo saldrá bien... —

La comida terminó, Ikki llevó de regreso a Pandora al despacho jurídico mientras él regresaba a trabajar, cuando cruzó la puerta encontró a Esmeralda guardando sus cosas al ser cambio de turno, él se despidió pero ella quería hablar con él ya que seguía sintiendo algo de culpa por lo ocurrido en la noche. Ikki respiró, checó la hora y le dio la oportunidad de escuchar su versión nuevamente.

Escucharla fue lo mismo que en la mañana, su relato no había sido tan modificado a excepción de que ella había dicho de que su hermano se había portado algo grosero con ella desde el inicio, intentó evadir la culpa, recalcó que intentaba ayudarle siempre al no querer verlo pasar por un momento desagradable; Ikki alzó una ceja al escuchar lo que había dicho inconscientemente Esmeralda, había comentado que nunca lo había visto así antes, ella lo tenía en un concepto de un joven tranquilo y armonioso pero no es uno donde se comportará como un "psicótico", afirmó que lo había golpeado pero solo para calmarlo, argumentando que a veces la agresión física funcionaba para que se tranquilizaran o permanecieran en silencio las personas.

Ikki asintió lentamente, ignorando por completo el discurso que ya le había contado la chica en la mañana y solo conservando lo nuevo que había dicho, había presentido cierta tensión y angustia en el ambiente a la hora de hablar pero sin embargo se ahorró sus comentarios. Agradeció (sin sentir ningún tipo de agradecimiento y solo haciéndolo por educación) lo que le había dicho y se retiró a seguir con su trabajo.

Luego de estar explicando, luego de haber pasado días de que la esposa de Nachi le había dado la información de su esposo (las carpetas con los informes en la USB), Ikki recibió un mensaje a su teléfono, tenía prohibido responder pero al ver de quién se trataba el mensaje tuvo que parar su exposición dejándole el lugar a Hyoga para que leyera los informes (en físico) y él les diera una reinterpretación diferente.

Ikki rápidamente se subió a su auto y fue directo con Aldebaran quien le tenía noticias y reportes nuevos sobre el caso que estaba pagando, al llegar con él pidió una breve explicación de lo que trataba cada cosa antes de abrir la carpeta amarilla que le había entregado.

— Ikki, con lo que descubrí es mejor que dejes al niño en paz, solo quiere tener un romance adolescente con esa niña y tú no lo estás dejando. — señaló a Ikki en acusación pero el contrario viró los ojos y negó en desaprobación

— No quieras decirme cómo educó a mi hermano, hasta hace unas semanas él no parecía estar interesado en esa mocosa, ¿Qué lo haría cambiar?. — preguntó molesto pero Aldebaran arqueó los hombros mientras veía la carpeta en la mesa

Ikki abrió la carpeta encontrando algunas fotos de Katya, en ellas solo se veía a la joven en su día a día, caminando por las calles o visitando tiendas, siempre usando una capa de invierno blanca pero unos guantes rojos, fue hasta la última imagen que lo hizo enojarse como nunca antes. Cerró la carpeta con la fotografía dentro, suspiro y encaró a Aldebaran

— ¿Qué demonios significa la última? — Preguntó enojado, hablando entre dientes y con sus puños cerrados, le había molestado tanto ver a Katya besar a Shun que en ese momento solo se quería desquitarse con Aldebaran aunque él no tuviera culpa de nada

— No lo sé, Se quieren, a lo mejor. — intuyó y eso molestó más al detective

— ¿Y como ocurrieron las cosas? — pregunto evitando a toda costa alzar la voz, no por miedo a que ese hombre le hiciera algo en caso de que perdiera los estribos y gritara, sino porque quería perder compostura ya que guardaba sus mejores reclamos para Saga y su hija.

— Según me cuentan, el niño iba a la bodega, se encontró con esa niña y se dieron las cosas. Fue un beso casual, no debe de tener una gran historia detrás. —

— No me importa, no quiero que vuelva a ocurrir algo así... ¿Qué más conseguiste de Katya?. — pregunto cambiando a un tema similar para intentar olvidar de momento aquella imagen

— Parece ser que tiene un trabajo de medio tiempo, aún no se dónde pero siempre sale a las cuatro de la tarde de su casa y regresa a las seis en punto. —

Ikki viró los ojos mientras guardaba la carpeta con las imágenes en su saco, solo escuchó lo poco que tenía que decir Aldebarán antes de irse, en vez de pasar nuevamente a su trabajo prefirió esperar en su casa a qué diera la hora de la salida de escuela de su hermano para pasar por él; su situación era preocupante para Ikki y por ese motivo no podía esperarse más para llevarlo al médico, sabía que iba a haber problemas al intentar obligar a Shun a ir pero no debía de rendirse tan fácil (como en otras ocasiones).

Se tomó un poco de tiempo para preparar algo de comer, limpiar la casa y dejar sobre la mesa de la cocina aquel regalo que con tiempo y desde hace días había comprado para Shun, como iba a pasar algo de rato fuera del trabajo, decidió quitarse el saco y la corbata y dejarlas en su habitación, a cierta hora fue a la escuela de su hermano esperando cerca del portón principal, algunos empezaban a salir pero Shun aún no lo hacía.

Los segundos transcurrían con rapidez pero Shun no salía de la escuela, empezaba a preocuparse llegando al grado de bajarse del auto para ir directamente por él, avanzó un poco sintiéndose aparentemente extraño por las miradas que le dirigían algunos de los estudiantes que rondaban cerca o que salían por la entrada, creía que era solo su imaginación ya que no había verdaderos motivos como para llamar tanto la atención.

No hizo falta que entrara dentro de la institución, con solo poner un pie en el primer escalón vio a su hermano acercarse deprisa a él al verlo, no vio el momento exacto cuando Shun lo saludó con un abrazo, parecía estaba feliz ya que nunca lo hacía y menos en público. Ikki correspondió solo un poco, intentando de manera sutil alejarlo cuando ahora confirmo que algunos estaban viéndolos. Él detective suspiro y centró su atención mejor en su hermano, había algo como para que corriera a abrazarlo cuando lo alcanzó a ver, alzó la vista hacia dentro de la escuela, contempló a Katya a lo lejos pero aún con todas las evidencias creía que Katya no pudo haberle hecho algo por el simple motivo de que Seiya venía apenas caminando hacia la salida.

Por lo menos ese idiota servía para algo, él desde que conoció a Seiya y se enteró que era mejor amigo de su hermano, intuyó sería mala compañía... Quizá no se equivocó pero por lo menos se apoyaban mutuamente con ciertos temas, como por ejemplo con el problema de Katya. Shun se alejo de él luego de un rato para avanzar hasta dentro del carro, él lo siguió por detrás aún buscando a sus alrededores algo que pudiera indicarle un motivo por el cual su hermano había actuado de tal forma.

Al no encontrar de momento nada subió al carro, encendió el motor y condujo hasta su hogar; una vez que llegaron a su casa, como siempre, Shun fue a su cuarto para cambiarse de ropa y empezar a cocinar, cuándo bajó vistiendo una camiseta larga y un pantalón de tela azul marino se acercó a la cocina pero se asombró de ver qué Ikki estaba poniendo la mesa y sirviendo la comida que había comprado.

— ¿Qué haces? — preguntó acercándose lentamente a la mesa, cuando estuvo cerca se sentó en la silla más cercana

— Compré curry, ¿Te gusta cierto?. — dijo tomando asiento delante de Shun, a comparación del contrario, a él no le gustaba tanto el curry

— ¿Y por qué lo compraste? — cuestiono viendo el plato con comida frente a él

— No quería que cocinaras hoy... De hecho, te tengo una sorpresa. — menciono, con anterioridad había guardado el relajo que tenía para Shun ya que pensando las cosas de forma más clara, sería mejor darle el regalo después de haber ido al médico.

— ¿Otra sorpresa? — preguntó sonriendo un poco.

— Así es pero tenemos que ir por ella, terminando de comer vamos a buscarla ¿Esta bien?. —

— ¿Porqué no vas tu solo?, Yo puedo esperar aquí... — menciono sin ganas, aunque quería saber sobre aquella sorpresa, su sueño le impedía siquiera hacer la tarea

— Eso no sería lo ideal, termina de comer y te cambias de ropa. — respondió mostrando cierto grado de emoción e incertidumbre por como reaccionaría Shun al ver el hospital, solo esperaba no causar un alboroto en la entrada o durante la consulta.

Shun suspiro y aceptó órdenes, solo comió un poco a pesar de ser su comida favorita, Ikki se ofreció a lavar los platos mientras él se vestía; una vez que Shun salió del baño limpiando con un poco de papel higiénico sus labios entró a su habitación a vestirse, tardó un poco en encontrar la ropa ideal hasta que por fin tomó una decisión.

Salió del cuarto y bajó las escaleras, Ikki lo esperaba en la sala cuando lo vio acercarse a él, el mayor alzó una ceja al verlo de pies a cabeza, Shun vestía un pantalón negro, una camisa blanca de manga larga llevando por encima un suéter negro que hacía juego con su pantalón y sus zapatos y lo más raro de su atuendo era que llevaba el cabello recogido en una coleta baja.

— ¿Por qué tan formal? — el mayor se burló al verlo, de tanta ropa que Shun tenía, jamás creyó verlo vestido de tal forma y menos para ir al hospital (aunque esto no lo sabía el menor)

— Olvida eso, ¿Vas a llevarme fuera de casa sí o no? — reclamó con molestia y ante tal pregunta Ikki decidió dejar pasar la vestimenta de su hermano para darse prisa en sacarlo de la casa antes de que se arrepintiera.

Los dos subieron al auto luego de cerrar la puerta de la casa, Shun vio a su hermano suspirar, ponerse el cinturón de seguridad, checar los espejos y bloquear las puertas y ventanas por dentro; el menor agrandó la vista y se encontró indignado al saber cuál era la sorpresa, todo fue descubierto por Shun con esos pequeños gestos hechos por Ikki.

— ¡No pienso ir al hospital!, Aunque me obligues no voy a ir. — dijo enojado observando atento al detective pero este solo mantenía su vista fija en el camino.

— Es importante que vallas, es solo para saber cómo estás de salud... Perdón por no decirte antes pero sabía cómo ibas a reaccionar. — respondió yendo en camino al hospital donde serían atendidos por un conocido.

— ¡No voy a ir, desbloquea las puertas! — amenazó poniendo su mano derecha sobre la manija del auto y en respuesta solo recibió una risa por parte de su hermano mayor.

En todo el camino Ikki escuchó reclamos e insultos, eso ya lo veía venir y hasta el momento tenía la situación bajo control, el problema recaía cuando pensaba en como iba a sacarlo del auto; por suerte, cerca de llegar a su destino escuchó que los gritos y reclamos iban parando gracias a qué Shun había visto una tienda a lo lejos que le llamaba la atención. Aprovechando la situación, se estacionó frente a la tienda de artesanías y novedades, se quitó el cinturón de seguridad y giró a ver a Shun.

Ikki respiró antes de hablar, Shun por su parte se mostraba confundido, el detective explicó que podía comprarle lo que quisiera de la tienda si aceptaba ir a la consulta; el menor viró los ojos, luego de un momento de pensar accedió y así ambos visitaron la tienda que estaba repleta de objetos interesantes, unos se veían más antiguos que otros.

En la tienda había casi de todo, viejas postales, ropa, zapatos, accesorios para el cabello y la ropa, juguetes, etc. Ikki se vio sorprendido por tanta cosa antigua que vendía la señora detrás del mostrador pero quién se veía más maravillado con la tienda era el mismo Shun; tardó unos segundos para escoger lo que quería hasta que finalmente y con algo de pena agarro un pequeño broche de Catarina, era un poco pequeño pero tenia pequeñas piedritas brillosas que hacían resaltar al bichito.

Shun informó a Ikki que quería el broche que había encontrado, el detective acostumbrado a esos "gustos peculiares" de su hermano no encontró objeción y fue a pagarlo con la mujer, ella vio el broche, explicó de manera breve que venderlo le generaba una gran tristeza ya que era único en su clase y que todas las mujeres de su familia lo habían usado, solamente ella no pudo heredarlo al ser infértil, con gran pesadez dejó que Ikki comprara dicho objeto.

Ambos hermanos habían hecho un trato e Ikki ya había cumplido su parte, ahora le tocaba a Shun hacerlo, después de dejar estacionado el auto en el estacionamiento del hospital ambos se acercaron a la entrada, el menor se sentía inseguro, sus manos ya temblaban y su sudor empezaba a aparecer con solo ver la puerta principal. Ikki notó su malestar, intentó hacer que Shun lo viera y cuando cruzaron miradas lo invitó a caminar, el menor suspiro antes de empezar a avanzar.

Él detective de manera sutil colocó su mano derecha en la espalda de su hermano a modo de apoyo para hacerlo caminar, la táctica funcionó hasta que llegaron a la recepción donde tuvieron que tomar asiento hasta que el médico los llamara. Shun estaba nervioso, solo escuchaba el minutero del reloj sonar, los pasos de las enfermas y de ves en cuando las puertas abrirse y cerrarse; Ikki por otro lado estaba en su celular leyendo en un blog, había sido sencillo traer a su hermano con él pero seguía notándolo algo nervioso, quiso evadir el problema centrándose en su celular, él pudo relajarse cuando vio a Shun un poco más tranquilo.

— ¿Qué pasaría conmigo si tú murieras? —

Shun preguntó preocupado poniendo sus manos sobre el brazo izquierdo de su hermano a su lado, Ikki apagó el celular y giró a verlo con curiosidad e intriga, ¿Por qué preguntaba eso?, En su cara solo se notaba la confusión mientras que en la de Shun preocupación.

— ¿Qué? — Fue lo único que pudo articular luego de escucharlo, Shun asintió y volvió a repetir la pregunta.

— ¿Qué pasaría entonces?... — interrogó afligido

— No lo sé, quizá el gobierno si se entera te mandaría a un orfanato pero si no se entera podrías vivir solo. — respondió con naturalidad sin querer pensar mucho en el asunto.

— ¿Y qué pasaría si yo muero primero? —

— Shun si preguntas esas cosas solo porqué no quieres pasar a consulta, déjame decirte que no te va a servir. — reclamó algo enojado pero su hermano negó inmediatamente

— No es por eso, solo es curiosidad, jamás hemos hablado de esto y es importante. —

Ikki no pudo pensar una respuesta exacta al momento ya que no había pensado en una situación como la que Shun estaba planteando, por suerte no tuvo que pensar en una respuesta inmediata e ingeniosa gracias a la enfermera que se acercó a ellos a informar que el doctor estaba listo para atenderlos; el detective encontró esto como un alivio al no tener que contestar la respuesta de su hermano, ambos se pusieron de pie y fueron al consultorio que la señorita señaló. Una vez que entraron solo Shun tomó asiento en la silla frente al escritorio del médico mientras él permanecía detrás de su hermano esperando que el doctor en turno les prestara atención; Andreas suspendió un momento la computadora para atender a los hermanos, ya algunas veces anteriores le había tocado revisar a alguno de los dos, conocía solo un poco a los padres de los hermanos y sabía de manera básica como reaccionaba cada uno a algún tipo de medicamento, sonrió al ver al menor de los hermanos, hacía tiempo que no lo había visto siendo Ikki el único con quien mantenía todavía contacto.

- Vamos al punto, necesito un examen médico completo de él, un examen de sangre, orina, etc. -

Ikki habló decidido y sin trabas mientras Shun giraba a verlo anonadado por lo que acaba de escuchar, el menor creía que lo máximo que podrían hacerle sería checar su pulso, respiración y pesarlo; Andreas asintió informándole que se llevarían más de un día en hacer cada uno de los exámenes que quería y que necesitaba que Shun cumpliera con ciertos requisitos para poder llevarlos a cabo, Ikki no se negó aceptando las condiciones que Andreas presentaba, fue cuestión de instantes para que el doctor le diera a Ikki una nota médica con lo que Shun debía hacer antes de presentarse a los exámenes, luego de una pequeña intervención Andreas ordenó a Shun a pasar a la camilla para empezar a checarlo, sería tal y como Shun pensaba, checar su presión, su ritmo cardiaco, su peso, etc.

Al momento de Shun ponerse de pie y pasar a la camilla, el celular de Ikki vibró en la bolsa de su pantalón, al revisarlo encontró un mensaje del propio Shion dándole finalmente el permiso que necesitaba para ir a inspeccionar la casa de Integra y Paradox, le hubiera gustado acompañar a su hermano en la cita con el doctor pero hasta ese momento, investigar dicha casa le resultaba más importante. Ikki veía que Andreas ya estaba atendiendo al joven mientras este estaba ocupado despejando su brazo derecho para iniciar con el chequeo, sabía que no era correcto irse sin despedirse pero ya no podía perder tiempo, de cualquier modo los resultados de los exámenes le llegarían al celular y en físico a su casa; sin causar alboroto salió del consultorio y fue corriendo hasta el estacionamiento donde estaba su auto aparcado, revisó el medidor de gasolina, aguantaría aproximadamente para unos tres días.

Avanzó por la carretera, con los vidrios cerrados y usando el GPS del celular para ubicarse, solo parando de ves en cuando al haber algo de trafico hasta que finalmente llegó a la colonia donde anteriormente vivían dichas hermanas, se sorprendió al no ver policías cerca, solo estaba la cinta amarilla rodeando la casa y clausurando la puerta principal, estaciono su auto y de la guantera sacó lo que necesitaba, sus guantes de látex, un cubrebocas blanco al igual que una red para el cabello y unos calcetines especiales para sus zapatos, estando listo bajó del auto y fue hasta la residencia, habían limpiado el pasto y la entrada lo cual le preocupaba un poco al pensar que también habían limpiado dentro de la casa pero por suerte al entrar encontró todo intacto, algunas manchas de humedad, migajas y restos de comida y prendas de ropa se seguía apreciando en el suelo; cuando entró la primera habitación se trataba de la sala de estar donde no había ningún mueble, el cuarto estaba vacío.

Se adentró en la casa, camino con precaución deteniéndose para fotografiar con su celular algunas manchas en el suelo que le parecían curiosas siendo las principales pequeños manchones oscuros en la madera encontrados en la sala de estar, al fondo de esta, en la esquina pudo observar lo que parecía ser un pequeño pasador, estaba roto... le tomó una foto y al no llevar con él unas bolsas transparentes donde poder guardarlo lo dejó ahí; pasó luego a la siguiente habitación a su izquierda, era lo que simulaba ser la cocina, la primera impresión que se llevó fue de asco al tener que soportar el olor nauseabundo que desprendía ese cuarto (en toda la casa incluido el patio podía sentirse pero era de cierto modo tolerable, sin embargo, en la cocina se sentía con gran presencia el olor fétido) con una expresión de desagrado entró decidido a revisar el único objeto que había en toda la habitación... una nevera, a simple vista podía intuir que encontraría dentro de la nevera, a paso lento se acercó como si temiera ser encontrado o visto por alguien en su corto trayecto de no más de diez pasos adelante, tragó saliva cuando puso su mano sobre la manija dispuesto a abrir la puerta, respiro profundo tomando un poco de aire limpio antes de abrir y tener que sentir el olor en mayor medida, abrió finalmente la puerta encontrando varias bolsas plásticas que contenían carne en estado de descomposición, centró su mirada dentro del electrodoméstico buscando (sin tocar nada aún) la bolsa más pequeña pero todas eran del mismo tamaño.

Lo que había encontrado era solo lo que su vista pudo captar pero faltaba revisar a fondo la nevera, buscando aparte en los cajones que pudiera tener, se agachó y tomando el primer cajón tiró de el para abrirlo y ver su contenido, era más carne en bolsas y el segundo cajón estaba vacío conteniendo únicamente lo que parecía ser la sangre de la misma carne; en los suelos de la cocina habían cigarrillos usados tirados y pedazos de periódico... en esa habitación no había nada más por revisar así que pasó a la siguiente que se encontraba subiendo las escaleras. en la segunda planta habían tres puertas donde decidió entrar primero a la de la derecha, cuando abrió la puerta se percató de inmediato de que se trataba del baño, entró con cuidado al ver el suelo con rastros de humedad, había sangre en el espejo del tocador y cerca de la pared, la bañera aún se encontraba con agua y dentro del cesto de la basura al lado del inodoro varios condones usados; tomó foto a cada espacio que pudo apreciar y pasó a la siguiente habitación, a la que estaba en medio más específicamente.

En ella estaba un dormitorio, cumpliendo algunas características peculiares que se asemejaban al cuarto donde fue fotografiada la hija de Milo, parecía raro que dos mujeres adultas tuvieran una habitación diseñada y decorada de manera tan infantil, la cama matrimonial con edredones, almohadas y cojines en rosa pastel, una alfombra de terciopelo del mismo tono, un buró blanco con una lampara de noche sobre ella, varias repisas llenas de muñecas y peluches y el papel tapiz blanco mientras el techo estaba pintado de un azul celeste; se le hacía complicado (pero no imposible) que las hermanas pudieran dormir en ese cuarto, claro que cabía la posibilidad y era algo más lógico que ahí se fotografiaran a las victimas ya que hasta el momento, esa casa era más como una "casa de seguridad" que una vivienda en sí.

Una vez que entró a ese cuarto no desaprovechó la oportunidad de fotografiarlo, inspeccionó cada sitio y cada rincón encontrando solo polvo en su búsqueda y nada que de verdad le pudiera servir, en el momento en que abrió los cajones del buró encontró varios recibos de compra y al fondo un libro de pasta gruesa que no dudó en sacar para ver lo que contenía.

Vio primero los recibos, tenían escritos en ellos sumas absurdas de dinero por simple carne (él intuía el porqué del precio pero no quería especular nada sin tener pruebas) pero solo tres recibos tenían escritos en asunto "muñeca", suspiro a través del tapaboca suponiendo a qué se debía el asunto de las muñecas, abrió el libro una vez que terminó de revisar los recibos, era un álbum fotográfico, algunas páginas estaban arrancadas pero las demás estaban intactas, en las fotos se podían ver niñas, señoritas y jóvenes "dormidos" en la misma cama de esa habitación, en poses algo sexuales, vistiendo solamente una túnica blanca... Las fotos eran iguales a las de la hija de Milo solo que las del álbum contenían información sobre las chicas y chicos siendo lo más destacado la edad, el peso, su "jugabilidad" y el precio.

Ese libro tenía toda la información que necesitaba sobre las señoritas y jóvenes que habían desaparecido a lo largo de toda la investigación, el libro tenía demasiadas paginas, pesaba un poco al sostenerlo a pesar de hacerle falta incluso más paginas, era necesario guardarlo y revisarlo con tranquilidad pero eso lo haría en el hotel donde se hospedaría durante al menos dos semanas para llevar su reporte de investigación lo más correcto posible, por el momento dejaría dicho libro y recibos en donde los había encontrado para despejar sus manos por si tenía que maniobrar más cosas y claro que tenía que hacerlo, no podía fiarse únicamente de su vista para determinar que todo andaba en orden en ese cuarto. destendió la cama despojándola de las cobijas y las sabanas, quito la funda de las almohadas y abrió los cojines por la mitad con ayuda de unas tijeras que pudo encontrar en el baño; dentro de uno de los cojines había demasiados objetos femeninos como pasadores, diademas, bandanas, pulseras, anillos, aretes, etc. Tomó una foto al cojín con los artefactos y fue a un armario al fondo, al abrirlo encontró solamente vestidos de tul y seda, con encajes y pequeños bordados de flores en la falda, los tonos eran neutros yendo desde el blanco hasta un tono rosa claro; agarró un vestido y lo tendió sobre la cama para apreciarlo con claridad, aunque era lindo, esperaba ver esa prenda en una niña de no más de seis años en lugar de apreciarlo en una adolescente o en una mujer adulta.

Volvió a fotografiar la habitación, centrándose en los vestidos y el armario, imaginó que eso era lo único que podría haber de interés en la habitación por lo que paso a la tercera que para sorpresa de nadie en este punto, no se trataba de una habitación en sí sino que al abrir la puerta conducía a unas escaleras que llevaba al ático de la casa, intentó encender la luz pero ni siquiera había foco, con la linterna de su celular se abrió paso, tragando saliva y con su respiración entre cortada al sentir la presión recaer sobre él con cada paso que daba hacía delante, no había ninguna luz, ninguna ventana o siquiera un agujero donde un poco del sol pudiera hacerse presente, al llegar se detuvo al sentir un olor asqueroso posarse sobre sus fosas nasales, por instinto llevó su mano libre a su nariz y con la otra inspecciono de manera rápida el lugar encontrando cadenas, platos de alimento para perros con comida echada a perder en ellos, había desperdicio humano por los suelos y muy al fondo unos botes azules de gran tamaño en la esquina.

Mentiría si dijera que quería explorar el lugar, con la simple vista que había tenido del sitio ya tenía mil y una excusas para retirarse lo más rápido posible pero su trabajo le obligaba a inspeccionar a fondo, cerró un momento los ojos para intentar asimilar el lugar en el que se encontraba antes de adentrarse por completo en él, tomando valor y estando decidió dio sus primeros pasos en el ático, revisando constantemente el suelo con la linterna para no pisar algo desagradable.

Era imposible no imaginar todo lo que había pasado en ese pequeño cuarto que era el ático, pensar en todas aquellas niñas y señoritas que tuvieron que soportar los inhumanos tratos de las gemelas; caminó hasta el fondo del ático con el propósito de ver el contenido de aquellos contenedores azules, al acercarse observó que estos tenían dentro mucha ropa, seguramente de las víctimas, apoyo una mano en la pared y respiró profundo, tenía sentimientos encontrados en ese cuarto, a pesar de estar vacío se sentía un aura deprimente... Podía sentirse el miedo y la incertidumbre, intentó imaginar y ponerse en los zapatos de todas (y todos) los que tuvieron que estar encadenados. El suelo estaba demasiado sucio y teniendo en cuenta que en los contenedores azules solo había ropa femenina, no podía concluir que las manchas de sangre en el suelo se debían a algún tipo de abuso hacía las muchachas... Aunque no era imposible pensar que habían sido maltratadas en su estadía ahí.

Salió del cuarto luego de fotografiarlo por completo, bajó al primer piso y como si se tratara de algo mágico, debajo de las mismas escaleras deslumbró otra puerta que en un principio la había pasado desapercibida, tragó saliva y juntó sus cejas en muestra de angustia al contemplar la vieja puerta oculta. A paso lento se acercó a ella, al intentar abrirla notó que estaba cerrada con llave, por suerte se había criado entre la Yakuza a causa de unos padres que nunca pudieron atender sus necesidades, logró forzar la cerradura con una tarjeta de crédito y fuerza bruta... Y de ese modo logró poder acceder.

El panorama era similar al del ático, una puerta que conducía a unas escaleras pero esta vez iban de forma descendente, no había ningún interruptor para encender la luz y su única fuente de iluminación era nuevamente la linterna de su teléfono. Conforme bajaba las escaleras y con el chirrido que causaba cada escalón se empezaba a sentir la tensión en el ambiente pareciendo que alguien esperaba en el sótano totalmente oscuro a su siguiente víctima, al bajar por completo se quedó helado al observar lo que había a su alrededor, ahora los recibos de pago y la carne en la nevera cobraba sentido alguno con lo que acababa de ver.

Aquel día que se liberaron a las señoritas de esa misma casa no se tomó la molestia de indagar más en ese hogar porque la prioridad era atenderlas y cuestionarlas (a pesar de que la mayoría seguía con miedo a hablar), si se hubiera visto el sótano ese mismo día, el panorama habría cambiado totalmente. En el ático el no quería avanzar por asco y desagrado a lo que veía y olía... En el sótano, no quería avanzar por pavor.

Justamente frente a él, estaba el cuerpo en estado en descomposición de una niña... Ni siquiera era una adolescente, sino una simple niña cuyas extremidades habían sido rebanadas y su cuerpo ultrajado; el escenario era grotesco y desagradable, el detective termino con la boca abierta y con un dolor en el pecho que incrementaba conforme avanzaba a la niña en la mesa de madera cerca de la pared. El olor era intenso pero eso era lo de menos, la menor tenía un corte limpio en la garganta que recorría hasta el vientre, por dentro no había nada más que insectos y gusanos haciendo su trabajo; Ikki alumbró el rostro de la niña, las cuencas de sus ojos estaban vacías, la mitad de su cara estaba desfigurada ya por los días que había pasado allá abajo.

El detective se alejo, tenía que verla y aguantar cualquier tipo de emoción que pudiera sentir por el bien de la investigación pero sin darse cuenta había derramado una lágrima; la niña de aproximadamente seis o siete años de edad había sido torturada viva, no era necesario estudiar medicina forense para percatarse de ello, con solo ver el semblante de agonía en el rostro de la menor era suficiente como para deducirlo.

En la mesa y en el suelo había sangre seca de la misma chica que al ser mutilada había derramado, checando el sitio contempló otros contenedores azules en la esquina izquierda, eran en total ocho contenedores, Ikki se acercó sintiendo su corazón palpitar con cada paso, vio atentamente cada envase cerrado con candados, checó a su lado notando mascaras especiales para manipular gases; se acercó y tomó una de ellas, se la colocó e intento abrir un contenedor, primero no tuvo éxito pero luego de encontrar una ganzúa en una pila de objetos "curiosos" donde además de la ganzúa había bates de béisbol, palos de madera, tijeras de jardinería, etc. logró abrir uno de los contenedores, abrir aunque sea dos de ellos determinaría los resultados de una pequeña prueba estadística que había empezado a hacer, no hacía falta abrir todos para deducir que contenían con dos bastaba. Luego de mucho meditar tuvo el valor de abrir la tapa de los contenedores observando un liquido dentro de los envases, por todo lo que había visto intuía que era ácido, fue por las tijeras de jardinería y maniobrando un poco dentro del envase buscaba restos humanos, apenas y pudo encontrar algo pero lo que había hallado eran huesos corroídos por el mismo ácido, en el segundo envase el cuerpo de una señorita aún se encontraba dentro, la mayoría de su piel aún seguía unida a ella pero ver un cuerpo en una posición fetal dentro del envase, estando totalmente desnuda, con partes de su esqueleto al descubierto e intuyendo lo doloroso que pudo ser todo el proceso por el que tuvo que pasar la victima, desde que fue secuestrada hasta que el ácido la consumió y la mató...

Se necesitaba ser de estomago fuerte para poder sobrellevar la situación y eso era una cualidad que apenas estaba trabajando, el pequeño sótano no tenía nada más que ofrecerle más que lo que ya sabía y había visto, tomó las imágenes correspondientes de los envases, de las armas que había encontrado, las manchas de sangre en el suelo... del cuerpo en la mesa y las mascaras de gas y con eso salió del sótano dejando la mascara de lado, una vez que logró llegar a la superficie mandó un mensaje a Shion para que tomara medidas de seguridad con lo que había investigado, pidió la presencia de los forenses y de los demás policías para calmar la situación en esa casa.

Ikki esperó en la entrada, ya con el libro, los recibos de pago y un vestido que había tomado del cuarto de las gemelas, solo se esperó a que las autoridades llegaran a recoger los cuerpos y retirar los envases del sótano, posteriormente fue a su auto, desecho sus guantes, la red para el cabello y el cubrebocas en un cesto de basura cercano, solo conservo la bata que guardo en el asiento trasero junto las cosas que había sacado de esa casa; al ingresar al auto checó su billetera, tenía dinero como para pagarse una simple habitación de hotel durante al menos cuatro días, luego vería como conseguir dinero para pagarse más días en el hotel, el caso era no volver a su casa por el momento aunque eso significara olvidarse de su novia, su hermano y sus compañeros de trabajo por al menos dos semanas en lo que él redactaba su informe y seguía investigando.

A las ocho de la noche, luego de haber pasado casi todo el día trabajando al fin pudo encontrar un hotel barato donde pudiera hospedarse sin inconvenientes, estaba casi a las afueras de Tokio pero por el precio y considerando que debía ir al siguiente día a la penitenciaria a ver a Paradox para comenzar su interrogatorio; el cuarto donde se hospedaba era sencillo, era un solo cuarto con una cama individual en el suelo, una pequeña mesa, una televisión y un baño aparte, aunque era sencilla era perfecta para el solo, se recostó en la cama a descansar luego de un día cansado, sus ojos amenazaban con cerrarse gracias al sueño, estaba a nada de dormirse cuando recibió una notificación a su celular, al tomarlo sin prenderlo aún intuyó que trataba sobre los resultados de la prueba médica de su hermano pero lo desconcertó que era de un numero desconocido, al abrir la aplicación de mensajería contemplo el mensaje en formato de video de esta persona.

Dudoso dio reproducir el video que le habían hecho llegar, el video entonces se reprodujo mostrando un pequeño cuarto, parecía que quien había grabado estaba escondido en un armario por las prendas que llegaban a cubrir la cámara dificultando un poco apreciar lo que se debía de ver... aunque era claro lo que quería hacerse ver, una señorita atada a una silla de madera, estaba inconsciente pero podían verse que estaba malherida, la chica era Marín quien había desaparecido ya hacía semanas... estaba con vida.... Ikki se sentó en la cama, el video había finalizado luego de que se escucharan pasos a lo lejos, intentó contactarse con esta persona por información del video pero el número estaba ya fuera de línea... 

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