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La chica castaña

10 años atrás.

Eran las once de la noche cuando Ikki había recibido una llamada de Aldebaran, era raro que el amante de su madre le llamara o le mandara mensaje pero al parecer debía de ser algo importante como para dignarse a tomar el teléfono y marcar a su número; él estaba “ocupado”, se encontraba con unos amigos que había conocido cerca de una tienda de autoservicio.

Apagó el cigarro tirándolo al suelo y contestó la llamada, tal como lo intuyó era importante, con quince años y viéndose en un enorme problema solo pudo correr hasta el hogar de Aldebaran donde ahí lo esperaba con las puertas abiertas, uno de sus amigos al verlo desesperado le pagó el taxi para que se apresurara en llegar.

Llegó en tiempo récord, maldiciendo y empujando a todo aquel que se atravesará en su camino aunque estos tipos fueran de la mafia, alterado y por supuesto enojado ingresó a la casa olvidándose por completo de quitarse sus zapatos en la entrada; Aldebaran lo recibió y lo guío hasta la habitación donde descansaba su hermano de cinco años, Ikki lo vió durmiendo llevando su pijama usual, parecía tranquilo y esto le calmó en gran medida, se acercó cuidadosamente a el, se agachó e intentó levantarlo sin despertarlo.

Aldebaran se mostró generoso prestándole una pequeña frazada para que lo cubriera del frío, Ikki agradeció los cuidados a su hermano y preguntó cómo es que había llegado hasta ahí, el hombre respondió con honestidad, el padre de en ese entonces ambos niños se lo había “regalado”. Ikki se enojó demasiado, llevaba tiempo que no vivía junto a su padre y aún más tiempo de no frecuentarse tanto con su hermano y aunque le diera en cierto modo igual el asunto no podía creer que su des-obligado padre había regalado literalmente a su hijo menor.

Lleno de furia abordó un taxi, trató de que en todo momento Shun no despertara, intentaba hablar lo mínimo para no molestar al menor con su aliento a nicotina pero una vez que llegarán ese problema restaría importancia ya que no se detendría en decirle a su padre todo lo que estaba resintiendo. Bajó del auto cuando estuvieron frente a la casa, el mayor se acercó a la puerta y entre forcejeos logró abrirla, un horrible olor a alcohol lo recibió, hizo lo posible por evitar que Shun inhalara pero considerando que el niño vivía todos los días con ese hombre se podía intuir que ya estaba acostumbrado.

Prendió las luces viendo solo botellas de alcohol vacías por toda la casa y un misterioso polvo blanco en la mesa de la cocina, se asqueo y avergonzó de su padre, ¿Donde había quedado el hombre valiente que llegó a conocer?, Caminó hasta la habitación de sus padres suponiendo que ahí se encontraba... Y sí, ahí estaba, recostado en el suelo con su nariz aún blanca por la sustancia que había inhalado, con una expresión indiferente y con un corte inconcistente a lo largo de su cuello hecho con un trozo de vidrio de una de las botellas de alcohol.

Ikki abrazó a Shun por inercia y retrocedió unos pasos al ver así a su padre, no podía siquiera quitarle la mirada al no saber bien cómo reaccionar a lo que sus ojos apreciaban, su respiración era entrecortada y su pulso estaba demasiado acelerado, le fue inevitable no llorar la muerte de su padre a pesar de que constantemente la deseaba.

Shun empezó a despertar, estaba desorientado e intentaba ver todo a su alrededor aunque la luz lastimaba sus ojos, Ikki le negó ver el panorama en el que ambos se encontraban y con un horrible espasmo en todo su cuerpo tomó la manija de la puerta y de un golpe cerró la habitación.

Ikki salió de su casa y camino durante un rato sin rumbo hasta que decidió llamar a la policía para que fueran a recoger el cuerpo... Él se presentó en el funeral de su padre pero no permitió que Shun lo hiciera, inclusive llegó por aquellas fechas a dejar a su hermano el guarderías de tiempo completo en lo que pensaba que hacer, aunque no lo demostraba la culpa indirecta por el fallecimiento de su papá era demasiada, pensar que quizá nada hubiera ocurrido si no se hubiera alejado de su casa, si tan solo no hubiera dejado a su padre solo o si tan siquiera lo hubiera ayudado pero no, su miedo y odio de aquel entonces por su padre lo obligaron a alejarse.

La imagen mental de su papá en su mente constantemente hacía acto de presencia, era como una pesadilla que lo atormentaba noche y día, recordar el ambiente en que había muerto le generaba una angustia horrible ya que ese hombre a pesar de todo no merecía haber muerto de ese modo...

Luego de unas semanas al no tener un hogar en donde coexistir con un niño de cinco años tuvo que regresar a la casa de su padre pero bajo su propia condición de que no volvería a abrir la puerta del cuarto de sus padres... Ni él ni su hermano, aplicando su simple regla que manejaba inconscientemente y que consistía en algo bastante sencillo que era: “Evitar la situación”

Así que si su hermano en un futuro llegaba a preguntar sobre su papá su simple respuesta sería un “se murió”; ¿Por qué la habitación está cerrada?, “Se perdió la llave”; ¿Y mamá?, “se fue de la ciudad”...

¿Recuerdas lo que ocurrió ese día? “No”

(...)

Había ya amanecido, el sol entraba por las ventanas del cuarto del hotel, Pandora fue la primera en despertar y algo raro en ella ocurrió al no levantarse de mal humor sino que estaba bastante alegre, la propuesta de matrimonio no solo le había alegrado su noche sino que también su mañana.

Ikki despertó a los pocos segundos, desorientado sonrió al deslumbrar la figura de Pandora a centímetros de él, se sentó en la cama y la saludo con un beso que la joven respondió al instante; ambos pidieron el desayuno a la habitación y en cuestión de minutos fue entregado, los dos platicaron bastante a gusto durante todo el desayuno pero al acabar tomaron sus cosas y salieron del cuarto, aunque les hubiera encantado continuar otro rato ambos debían de regresar a su trabajo.

Aunque la noche anterior había sido de ensueño, realmente no había pasado nada relevante como para bajar la guardia así que por más que hubiera Ikki querido faltar a trabajar le era imposible y más sabiendo que Docko ya venía en camino con su equipo de trabajo hacía Japón.
La noticia era de festejarse aunque faltará uno de sus compañeros (Ban) para festejar y recibir a Docko; Hyoga en un pequeño descanso preguntó a Ikki sobre su cita y el detective contó todo con calma omitiendo algunas partes pero resaltando las que consideraba más especiales, como que ahora ya estaba prometido con Pandora.

Tanto Hyoga como Geki le festejaron, Hilda pareció también algo feliz (realmente no conocía al detective, no tenía porque ponerse feliz aunque de cualquier modo lo felicitó); el trabajo continúo omitiendo la noticia de Ikki, Hilda había trabajado en conjunto con Geki para analizar a las posibles personas involucradas, con ayuda de Mu se habían podido visualizar algunas cámaras de seguridad de las calles principales y menos transitadas encontrando en dichos videos un patrón interesante, los días Lunes, miércoles y viernes eran los días con mayor actividad... Durante estos días la gente salir más de sus hogares y entre tantos estudiantes, maestros, empleados, cosplayers, etc. Estaba el público ¿Fetichista?

Ciertos individuos andaban a veces con trajes de látex, otros vestidos como mascotas (algunos no tan obvios solo usando quizá un collar en el cuello o una diadema con orejas), las señoritas vestían con esos estorbosos vestidos o esa ropa curiosamente infantil mientras que algunos jóvenes vestían de gala al igual que las personas mayores (tanto hombres como mujeres). La diferencia es que estos individuos, todos ellos, caminaban siempre en la misma dirección, siempre al borde de la carretera y avanzando derecho con sus manos detrás de su espalda.

Algo curioso que debía ser analizado pronto y a la brevedad, Hilda intuía que era un modo de castigo que se les imponía a esta gente, no estaba realmente claro el porqué del castigo pero lo que se buscaba era un modo sencillo de humillación (no tan obvia) y aunque al principio se creía que solo ocupaban una estética para todas las víctimas esto era falso y se retomaba con las investigaciones pasadas confirmando lo que al principio se llegó a pensar e intuir, los roles iban por edad y sexo.

Las jóvenes adolescentes eran las que vestían como “lolitas”, su rango de edad abarcaba desde los once hasta los dieciséis años (había excepciones a veces)

Los jóvenes varones de once a dieciocho años vestían formalmente, simulando parecer aún mayores (Y de igual manera había excepciones siendo estás un posible castigo por algún mal comportamiento obligándolos a vestir similar a las jóvenes feminizando su figura)

Las mujeres de diecisiete a veinticinco años eran las que menos llegaban a ser vistas en la calle, había dos opciones para ellas en esta situación abarcando el famoso petplay y el bondage.

Los hombres de más de dieciocho a veinticinco años eran totalmente desconocido, por el momento no se tenía realmente información para su caso pero se intuían dos cosas, o formaban parte de los juegos masoquistas de los gustos excéntricos de esa gente (por la poca información que se tenía y rescatando parte del interrogatorio de Jabu) o ellos eran los que servían como mercancía para el público caníbal (aunque algunas mujeres sufrían por lo mismo).

Las personas mayores de veinticinco, hombres y mujeres simplemente eran prostituidas, no participaban (hasta donde sabían) en algún juego o alguna práctica sexual, solo se dedicaban a participar en el vainilla*, normalmente este grupo de individuos eran los que eran enviados a diferentes países.

Con la información actualizada ya se tenía una idea de que lugares debían de ser vigilados pero a parte en qué comercios debían de investigar. A la hora de la comida Ikki salió a su casa, no había regresado desde la noche anterior, solo llegaría a comer e intentaría contarle a Shun sobre su compromiso (a parte de que de regresó pasaría a ver a Aldebaran); llegó a su casa, su hermano estaba apenas terminando de cocinar... Entró con normalidad dejando sus cosas en la entrada y acercándose hasta la cocina.

—Buenas tardes— Dijo alegre abriendo el refrigerador cuando llegó hasta el

—Llegaste temprano.— respondió sin prestarle realmente atención

—¿En serio?, No lo noté. —contestó sacando el jugo de naranja, planeaba  servir nuevamente un vaso con jugo y agregar dicho jarabe que había comprado anteriormente pero esta vez se le complicaría servir el medicamento al estar Shun presente en la cocina— ¿Cómo te fue en la escuela?

—Normal... —Dijo apagando el fuego de la estufa— ...Mañana quizá llegué algo tarde...

—¿Por qué?, ¿Saldrás con amigos? —preguntó pero al notar la expresión de su hermano intuyó que la respuesta era negativa— ¿Qué ocurrió?

—Tengo que tomar clases de regularización —comentó algo apenado— Voy algo mal en ciertas materias.

Ikki suspiro, Shun se sentó en la silla más cercana para poder el mismo reflexionar un poco sobre su problema pero para el detective fue una oportunidad de acercarse a la alacena detrás de su hermano para servir el jarabe en el vaso de su jugo, terminada la tarea sirvió los platos con comida y los puso sobre la mesa junto con los vasos.

—No hay problema pero ¿porqué tus notas bajaron tanto?— cuestionó tomando asiento frente a él

—No se... —Dijo en un susurro— ¿Cómo te fue ayer en tu cita?

—Bien, me fue perfecto de hecho, todo salió de maravilla... —respondió con cierto entusiasmo pero dudando si contar lo de su compromiso o esperar un rato más— ...Nos la pasamos increíble.

Shun sonrió por un breve momento, tomó el vaso y bebió un poco de jugo sintiendo el mismo sabor que la vez anterior, dejó el vaso en su lugar con la ligera mueca en su rostro evidenciando su desagrado —¿Este es el jugo comercial, verdad?, Sabe igual que el que según hiciste con frutas naturales.

—Bueno es que a lo mejor el jugo caducó, perdón, compraré más en mejor estado—

Respondió dando inconcientemente terminada ahí esa conversación, Shun tomó el jugo por obligación directa de Ikki, el detective siguió conversando con su hermano pero realmente de nada importante hasta que la hora llegó e Ikki debía volver a irse, parcialmente se despidieron y el mayor salió de su casa y tal como tenía pensado fue a hablar con Aldebaran, tardó un poco pero por lo menos el hombre estaba desocupado. Se sentó sobre sus rodillas y espero a que el otro trajera el sobre amarillo con la información que quería.

—¿Esto es lo nuevo? —preguntó sacando la información del sobre— Un reporte...

—Así es, reportaron a la muchacha por agresión a una de sus compañeras... Parece que están pensando en expulsión ya que como imaginas, no es la primera vez que golpea a alguien.— Explicó mostrando algunas imágenes al ponerlas sobre la mesa

Ikki vió las fotos, tomó las que considero importantes y las analizó brevemente antes de hablar —¿Por qué tienes fotos de Shun?— preguntó sin dejar de ver las fotos

—Ikki... —contestó— Las encontramos en internet.

—¿Del blog de mi hermano o de su canal de videos?— preguntó teniendo la respuesta al ser las fotografías algo íntimas... No se apreciaba nada sexual o explícito sino más bien que eran fotografías demasiado antiguas como para que anduvieran en internet recientemente.

—Tu hermano cerró sus cuentas hace unos meses, las fotografías apenas fueron publicadas— explicó dejando a Ikki con un mal presentimiento

—Estas fotos son de cuando Shun era un niño.... ¿De dónde demonios las sacaste?—

—Simplemente las encontré buscando fotos para otro cliente, se me hizo curioso y las descargué —respondió— A lo mejor tu mamá las publicó.

—No... No creo, ella nunca tuvo fotos de mi hermano en posesión, a parte me hubiera enterado —refutó— La sigo en redes desde una cuenta anónima, parece ser feliz con su nueva familia.

—Entonces no fue ella, ¿Quieres que investigue al respecto?— preguntó

—Por favor, cuando tengas una respuesta llámame.—

Ikki tomó todas las fotos para guardarlas en su maleta, se despidió de Aldebaran acordando llamarse en caso de cualquier tipo de información y con ello regresó a su trabajo encontrando un pequeño disturbio, tan solo con estar cerca de la entrada se podía escuchar los reclamos y gritos de un hombre desde el área de recursos humanos.

Entró y saludo al recepcionista de turno, parecía que Esmeralda ya se había ido a descansar por ese día... Como tal no le correspondía atender a los problemas que se pudieran generar en otras áreas a menos que se le pidiera interferir, a pesar de ver a su amigo Mu en problemas tuvo que dejarlo seguir con su trabajo al no poder hacer nada realmente.

Mu había lidiado con ese hombre anteriormente hacía ya unos meses siendo más exactos el día 16 de Abril de ese mismo año cuando aquel señor alrededor de las dos y media de la tarde llegó a presentar a su hija como desaparecida; la policía ese día se movió intentando localizar a la menor de seis años siendo esto un éxito ya que cerca de las doce de la noche, en uno de los muchos callejones de Tokio se encontraba la menor deambulando sola, vistiendo un vestido esponjado blanco, estaba algo sucia y despeinada pero parecía estar bien, el caso se dio como concluido quedando la carpeta de investigación como archivo muerto y siendo transportado al almacén con el mismo nombre.

Pero parecía que nuevamente la menor había desaparecido, entre su desesperación y cólera el empresario gritaba exigiendo rapidez en el caso de su hija al no saber nada de ella desde el día anterior; Mu intentaba razonar con el señor explicándole que debían pasar cuarenta y ocho horas para declarar a alguien como desaparecido, se había hecho una excepción la vez anterior pero teniendo en cuenta que supuestamente la niña se había perdido “sola” cuando iba a la escuela ahora se aplicaría según lo que indicaba la ley.

Titán golpeó el escritorio de Mu con fuerza, limpio sus lágrimas y se acercó a la salida del pequeño cubículo pero el mismo fiscal lo detuvo para hablarle desde una perspectiva diferente prometiéndole que haría lo posible por intentar localizar a Palas. El empresario no tenía más opción que confiar en sus palabras, salió del cubículo para posteriormente salir del edificio y dirigirse a su casa.

Llegó sin saber exactamente que hacer, aunque Mu le había dado su palabra no podía confiarse y solo quedarse esperando a que su hija regresara; dió vueltas por toda su sala sosteniendo en una mano una copa con whisky que era lo único que lo relajaba en situaciones de estrés... El reloj sobre la chimenea de la sala sonó informando la tres de la tarde, miró el reloj y con molestia tiró al suelo de manera agresiva la copa esparciendo el licor por la alfombra, despeinó sus cabellos y fue a sentarse al sillón más cercano, apoyó sus codos sobre sus rodillas y cubrió su rostro entre sus manos.

Por mucho que intentaba relajarse le era imposible, volvió a recomponerse dispuesto a salir a buscar a Palas, tomó el asunto como un reto personal a cumplir, con solo su valor se atrevería a buscar a su hija en la inmensidad de Tokio; primero quiso ir a la escuela de Palas (el último lugar donde había estado) para ver si alguien la había visto salir de la instalación o si alguien la había obligado a salir pero nadie supo responder a sus preguntas pero eso no era impedimento, pidió permiso en la escuela para hablar con los maestros preguntado la misma interrogante pero ahí nadie sabía nada.

Suspiro para calmarse, Palas había ingresado a la escuela por la mañana con normalidad, el mismo se había encargado de dejarla en la institución para después irse a trabajar... ¿Había salido sola?, No era posible. Estimaba que su desaparición había ocurrido durante el receso o la salida de clases, por un inconveniente se había retrasado pero no jamás hubiera imaginado que por atrasarse solo unos minutos ocurriera está tragedia.

Titán continuo su búsqueda hasta tarde y únicamente paró cuando su prima, Saori Kido fue ella en su búsqueda para regresarlo a su hogar, a pesar de poner resistencia al principio termino cediendo a la palabra de Saori cuando estaba muerto del cansancio. Ambos regresaron en auto hacía la casa, aunque el cuerpo de Titán pedía descanso el no podía permitirselo, presentía que su hija estaba más cerca de lo que creía, era como un instinto muy al fondo que le decía que siguiera buscando... Que estaba muy cerca.

El caso de Palas fue llevado por Shiryu y su equipo de trabajo al día siguiente y aunque Titán agradecía la rapidez de la policía para actuar en su caso aún no podía decir tranquilamente que todo estaba bien. Mientras la policía interrogaba sospechosos, visitaba calles y tiendas, él hacía su propio trabajo movilizando a su gente y empleados para que ayudarán en la búsqueda de la pequeña.

Ikki y su equipo no estaban involucrados en el caso que se estaba llevando Shiryu, ni siquiera estaban enterados que había una niña desaparecida; todos ellos preferían enfocar su atención a su propio problema para encontrarle solución, Docko estaba a solo días de venir y estaban seguros que estaban cerca de descubrir todo lo relacionado a su propio caso pero un mensaje inoportuno a las cuatro de la tarde los hizo desviar un poco la atención de su trabajo para poder responderlo. A todos les había llegado el mensaje a excepción de Hilda, era algo curioso porque el mensaje lo escribía está persona anónima que al parecer les estaba ayudando, si este individuo no le enviaba mensaje a la psicóloga era porque desconocía de la existencia de la misma (cosa que era curiosa porque se intuía que el ser anónimo había interactuado o al menos conocido a cada uno de los integrantes de ese caso).

El mensaje solo era una fotografía de una puerta blanca que poseía el número “175” en color dorado, el mensaje era confuso, ¿Qué intentaba decirles?, Hyoga relacionó inmediatamente el aspecto de la puerta como las de un hotel, Ikki reaccionó recordando a qué lugar pertenecía dicha puerta.

No dio tiempo de responder a esta persona, de pedir autorización o por lo menos avisar que iban a salir, todos los involucrados salieron de la oficina para dirigirse al hotel; Hilda prestó su camioneta para transportarse y en menos de lo esperado ya estaban en el hotel, al entrar hablaron con el gerente sobre la situación (lo más coherente hubiera sido presentar una orden para investigar pero debido a las prisas esta acción simplemente no se realizó) el gerente accedió a qué de investigará para evitar mal entendidos, Hilda y Geki se quedarían abajo revisando las cámaras de seguridad de la instalación mientras Hyoga e Ikki subían a investigar.

Subieron por el elevador para ahorrar tiempo, avanzaron con cautela hasta el cuarto y una vez que llegaron tocaron levemente la puerta esperando alguna respuesta del lado contrario pero nadie respondió; Hyoga forzó la cerradura permitiendo a ambos el ingreso, al entrar encontraron el cuarto intacto, no había señales de alguien que hubiera ocupado la habitación, los dos buscaron por todos lados sin mucho éxito hasta que finalmente, debajo de la cama Ikki había logrado encontrar un pasador pequeño de plástico con forma de flor, había probabilidades de que el objeto fuera de una niña, el detective llamó a su amigo y este fue a tomar foto a la evidencia para posteriormente guardarla en una bolsa plástica, solo para cerciorarse siguieron buscando y como si se tratara de una obra divina Hyoga encontró una servilleta en el baño con el logo de una marca de helados.

Mientras los dos estaban en el cuarto fueron sorprendidos por Geki quien solicitaba su presencia abajo para que vieran las cámaras de seguridad del lugar, inmediatamente los tres bajaron para ver dichas grabaciones donde se mostraba el ingreso de una niña tomada de la mano por parte de una mujer, ambas vestían formalmente, ambas usaban vestidos blancos (el de la mujer más entallado a su cuerpo), portaban guantes y joyas pero considerando el prestigio del hotel era algo normal que sus clientes vistieran de tal manera sin embargo las sospechas en la mujer radicaban cuando se notó que ella abandonó el lugar después de una hora de su ingreso sin su supuesta hija, minutos después ingresó un hombre vistiendo traje rojo siendo el último huésped aquella noche.

Se hizo un acercamiento a la grabación en la parte donde se enfocaba a la niña, llevaba el cabello suelto pero ligeramente sujetado por dos pinzas pequeñas que en este caso era el pasador que había encontrado Ikki; el gerente brindo los nombres de las personas que se habían hospedado aquel día, tomando en cuenta la hora se pudo conocer el nombre de la mujer “Jade S.”, se desconocía aún el nombre del señor pero por lo menos ahora era conocido el de la mujer.

Hilda llamó a Shion informándole lo que había ocurrido y este ante las evidencias no dudo en alertar a Shiryu y su equipo quienes fueron hasta el dichoso hotel para contemplar ellos mismos las evidencias, Shiryu reconoció al instante a Palas, aún no se podía notificar al padre pero ese pequeño fragmento de video significaba mucho pero algo que era curioso es que ahora ambos casos se habían mezclado. Se hicieron nuevamente las investigaciones en el cuarto implicado para luego todos volver al departamento y sacar conclusiones de todo lo encontrado.

El vestido de Palas y el de Jade lucían similares a los ocupados por las demás víctimas de la organización, en hora buena Afrodita se logró comunicar con Ikki para enviarle por mensaje el contacto del sastre que confeccionaba el tipo de vestidos que el había encontrado en la casa de Integra y Paradox aquella vez. El detective le mando mensaje al sastre solicitando verlo pronto, de momento no respondió pero accedió a tener una charla con él de forma presencial.

Ya se tenían noticias de Palas, ya se sabía dónde y con quién había estado y está información solo la conocía la policía... Pero no Titán, el hombre estaba tan ansioso como deprimido, no pasaba noche que no llorará por su hija y maldijera al cielo por llevársela, aunque Saori de ves en cuando lo visitaba y ayuda en la búsqueda de la menor eso no arreglaba nada.
Su angustia era mayor que él mismo, había dejado de comer y dormir por estar día y noche en la calle con una linterna buscando hasta en el más peligroso callejón con tal de tener algún indicio de que su hija anduvo por ahí aunque en el fondo sabía que estaba buscando mal.

Pasaron literalmente días en que él no sabía nada, por mucho que contactara a la policía está no le decía nada y solo se limitaba a responder que seguían buscando, incluso no bastaba sus visitas al departamento policiaco porque obtenía la misma respuesta. El cansancio y la debilidad se notaban en su persona, en su trabajo ni siquiera se presentaba y a su casa solo llegaba a recargar su teléfono con batería en caso de que le llamarán. Más exactamente un día martes obtuvo un resfriado a causa de la lluvia y su largo periodo bajo ella, Saori se encargaba de cuidarlo mientras su fiebre disminuía pero el no quería esos cuidados, lo único que anhelaba era volver a salir al presentir que Palas estaba cerca, a lo mejor eran delirios provocados por la enfermedad pero la seriedad con la expresaba su desesperación al no poder salir de la cama por su cuenta para abrir la puerta y permitirle el acceso a su hija era totalmente real.

Saori logró calmar a Titán con ayuda de un té, el empresario logró quedarse brevemente dormido por un periodo corto de tiempo y mientras él dormía la chica aprovechó para bajar y hacer algo para que su familiar comiera. No tardó mucho en que Titán volviera a despertarse, con un poco más de fuerza logró ponerse de pie y caminar fuera de su habitación... Se detuvo al salir contemplado frente a él el cuarto de Palas; respiró profundo conteniendo cualquier sentimiento de tristeza y entró solo por nostalgia.

Caminó lentamente por el cuarto viendo cuidadosamente cada detalle, los juguetes esparcidos por el suelo y la alfombra, la cama mal arreglada, algunos cuentos tirados al igual que zapatos y ropa; se adentro más al cuarto notando una ausencia de peluches considerando que su hija los acumulaba en su cama y en el suelo, confundido buscó los juguetes por el cuarto sin tanto éxito hasta que se agachó y miró debajo de la cama encontrando a todos los peluches debajo.

Extrañado sacó uno por uno notando una particularidad, todos estaban agujereados, dañados, descosidos o rotos de la parte del estómago y la entrepierna, confundido y preocupado por este patrón de levantó y fue inmediatamente al escritorio donde Palas solía dibujar o hacer tarea, tomó las hojas que estaban sobre la mesa junto con el cuaderno para pintar y llevó una mano a su rostro al ver los dibujos.

Saori subió las escaleras con una bandeja con comida pero se desvío de su camino al ver la puerta del cuarto de Palas abierto, preocupada ingresó dejando momentánea la bandeja sobre la cama y acercándose a Titán quien estaba devastado, la chica miró a su primo como jamás lo había visto antes... Se acercó un poco más al ver qué abrazaba unas hojas contra su pecho, intentó quitárselas pero Titán se las dio voluntariamente mientras intentaba controlar su respiración a causa de las lágrimas, Saori vio los dibujos entendiendo el porque de la reacción de su primo.

Titán se la pasaba trabajando, su hija quedaba a cargo siempre de la niñera... Si hubiera estado más tiempo con ella hubiera notado la cambios y los dibujos donde se mostraba explícitamente lo que le había ocurrido pero también estaba presente ahí lo que parecía ser una joven castaña (aunque esto era simple especulación al intentar descifrar los dibujos de una hija). Solo por esa noche descansaría porque a la mañana siguiente saldría en busca ya no de su hija sino de la segunda protagonista de los dibujos de Palas intuyendo que esa tipa tenía algo que ver y tan rápido como amaneció salió de su casa con todo lo necesario para quedarse fuera por días incluso si era necesario y así fue el caso al tener que hospedarse en un simple hotel al pasar días sin contactar ni a su hija ni a la chica... Sería más fácil querer buscar a los responsables de tal abuso contra Palas basándose también en los dibujos pero era difícil de rastrearlos debido a que su niña literalmente los había dibujado como fantasmas.

Era miércoles a las dos de la tarde cuando Titán, cansado pero aún comprometido con su búsqueda ingresó a un pequeño restaurante de comida rápida para pedir algo que comer y poder continuar, tomó asiento en la barra esperando que lo atendieran pero algo llamó su atención detrás de él, por medio del reflejo de un vaso con agua vio a una joven de cabello largo café, vestía un largo vestido blanco con algo de encaje en las mangas y en la falda, llevaba guantes y calcetas del mismo color pero algo que la caracterizaba eran sus ojos verdes y su falta de calzado. La chica no iba sola, iba acompañada por una mujer rubia y un hombre de rojo, Titán sacó su celular para volver a ver el dibujo de Palas, notó algunas similitudes pero aún no estaba seguro de nada al solo basarse en un simple garabato hecho por una niña pero sin embargo su desesperación era mayor, intentó idear un plan para alejar a los padres de la joven para poder “hablar” con ella pero tanto el hombre como la mujer jamás se alejaron, cuando la castaña quiso ir al sanitario la rubia la acompaño y cuando el hombre invitó a su hija a los juegos infantiles ahora ambos padres la acompañaron... Inclusive a la salida la chica salió tomada de la mano del hombre impidiéndole actuar.

Titán vió como los tres abordaron una camioneta blanca, podía seguirlos y ver por lo menos su vivienda, dejando el dinero sobre la barra salió del restaurante siguiendo disimuladamente la camioneta pero extrañandose que el vehículo se estacionara cerca de un baño público dejando a su hija cerca del lugar, la chica fue bajada del auto y luego le fue arrojado una bolsa negra plástica que la chica recogió, ¿Dónde había quedado la sobreprotección de hace un momento?, La camioneta arrancó y la chica avanzó hasta los baños abrazando la bolsa contra su pecho. El corazón de Titán se aceleró por lo que estaba a punto de hacer pero solo se mentalizaba e imaginaba volviendo a abrazar a su hija y el miedo por momento desaparecía, de acercó a paso veloz hasta la la joven y cuando estuvo lo suficientemente cerca y nadie veía la tomó por detrás impidiéndole el movimiento mientras que con su otra mano cubría su boca obligándola a callarse. Rápidamente la llevó hasta el baño de caballeros, Titán cerró la puerta principal impidiendo la entrada pero asegurándose en todo momento en que la joven no se soltara, cuando la dejó libre la chica giró a verlo mientras retrocedía lentamente hasta la pared del baño.

—Guarda silencio —amenazó sacando una daga escondida de su pantalón con la que se acercó nuevamente hasta la chica— No vallas a hacer alguna idiotez ¿Entendido?

La joven miraba aterrada sin comprender porque ese hombre la tenía en ese estado, ya había tocado la pared con su cuerpo y este hombre se acercaba cada vez más, entró en pánico, no quería llorar y tampoco quería gritar para evitar causar un escándalo, se agachó lentamente hasta terminar casi sentada en el suelo manteniendo en todo momento la vista fija en Titán.

—Nada malo te va a pasar si dices la verdad...—

Por dentro Titán moría del miedo pero lo que desconocía es que era mutuo el sentimiento, la joven se quitó los calcetines y los guantes dejándolos de lado, el hombre seguía amenazando con el arma pidiendo que le contara la verdad pero ella no iba a decir ni una palabra y menos a él, en un momento de oportunidad logró ponerse de pie para empujar a Titán de su camino y correr hasta la puerta pero el hombre contando con  un poco más de treinta años y ella con tan solo quince era más que evidente que su fuerza no había bastado, Titán logró agarrarla del vestido y tirar de él para detenerla, se acercó y ante los forcejeos de la joven se terminó resbalando y cayendo, momento donde el hombre aprovechó para ponerle la daga sobre el cuello para obligarla a “hablar”.

—Otro juego de esos y te clavó esto en el cuello... —Dijo titubeante mostrando su inconformidad por sus actos— Ahora bien... Se lo que hiciste... Se quién eres.

La joven no pronunció palabra al respecto pero lo mencionado la dejó estupefacta, si antes no quería hablar ahora menos sabiendo que este tipo que la tenía amenazada la conocía. Con su pulso acelerado y sintiendo la frialdad de la cuchilla rozarle el cuello mantuvo su vista firme en la del otro intentando que el hombre de algún modo reconsiderara lo que estaba haciendo.

—¿Conoces a esta niña?— cuestionó sacando su billetera con su mano disponible, muy dentro de él sabía que la chica no volvería a intentar escapar por lo que dejarla unos instantes parcialmente libre no era problema, de la cartera sacó una pequeña foto de su hija para mostrársela a la joven.

La chica vió la foto solo unos segundos y desvío la mirada intentando no responder a la pregunta, Titán volvió a preguntar pero luego de un silencio por parte de la chica al ni siquiera asentir o negar con la cabeza se tuvo que armar de valor como para alejar la daga del cuello y llevarla hasta el abdomen de la joven, cerró un momento sus ojos y apretó sus labios cuando introdujo solamente un poco la hoja en el abdomen de la chica, sintió un escalofrío al escuchar  el pequeño grito de su víctima, lentamente abrió los ojos viendo a la muchacha llorando ante el dolor que le producía la lesión que le acaba de causar... Ahora tanto el vestido, su ropa, su mano y el suelo estaban teñidos de rojo pero por lo menos la joven había respondido afirmando a la pregunta inicial; Titán por dentro se emocionó al creer que estaba más cerca de encontrar a su hija pero por fuera demostraba el asco y el odio a la chica al estar posiblemente involucrada en el abuso a Palas.

—¿De dónde la conoces?  —preguntó ahora que la primera pregunta estaba resulta aunque después de formular la segunda se arrepintió, la chica parecía que solo iba a responder preguntas cerradas... Realmente no quería hacerle daño pero era el único modo para que hablara aunque parecía que incluso si mutilaban alguna extremidad suya ella no pronunciaría nada— ¿La conociste en su escuela?

La joven negó con desesperación al sentir más presión sobre la daga.

—¿En algún lugar público?—

Volvió a negar.

—¿Cómo la conociste?—

Preguntó presionando la daga ocasionando que está entrara por completo en el cuerpo de la joven, la chica se recostó por completo en el suelo, llevo ambas manos a su boca y soltó un pequeño grito que intentó controlar a causa del dolor, lágrimas bajaban por sus mejillas y por su abdomen sentía la sangre recorrer su cuerpo para llegar al suelo, la frialdad en esa zona era mortal... No sentía sus piernas y sus brazos cosquilleaban, sentía que podía desmayarse en cualquier momento.

Su visión era borrosa y su cuerpo se sentía más pesado que lo usual, el dolor se intensificó cuando notó que Titán se había levantado y ahora intentaba cargarla para ponerla de pie, sus pies ni siquiera reaccionaban a sus órdenes, no podía quedarse parada sin ayuda en ese momento. El hombre arrastró a la chica hasta un cubículo para sentarla sobre la tapa del inodoro, la chica presintió que lo peor estaba por iniciar pero por suerte sus pensamientos estaban equivocados, el hombre solo volvió a preguntar pero esta vez alzando la voz casi a gritos.

Con miedo acercó su mano derecha a su abdomen para mancharla intencionalmente con su sangre, ocupando su dedo índice y con su visión fallando dibujo en la pared del cubículo un fantasma con un círculo en el estómago pero dentro del círculo colocó una “G” formando algo así como un logo.

Titán volvió a ver a los fantasmas, los fantasmas que Palas había dibujado también, su duda no fue aclarada aún pero ahora presentía que había hecho un error, el miedo lo inundó, había cometido aparte un delito demasiado grave... Entró en pánico por un momento al imaginar que alguien podría entrar al baño en cualquier momento y encontrarlos a ambos, a él como agresor y a la chica como su víctima, giró un momento detrás de él y salió del cubículo intentando pensar algo, ¿Podría llevar a la chica a su casa y mantenerla ahí hasta que sanará?, Sus padres seguramente se darían cuenta pero no podía llevarla a un hospital o a la policía porque ella sería capaz de delatarlo y con justa razón. Respiró profundo intentando no tener un ataque de pánico en ese momento, vió a lo lejos la bolsa de plástico que había tenido antes la joven, se acercó a la bolsa, se agachó y la abrió encontrando....

Cerró sus ojos un momento llevando ambas manos a su cabeza por un fatal error, se levantó, tomó la bolsa con las cosas dentro y volvió al cubículo dónde la joven estaba casi desmayada por la sangre que había perdido; con desesperación y de un solo movimiento sacó la daga del interior de la joven y arrojó el artefacto al suelo, la tuvo que sostener para poder pararla y obligarla a caminar hasta fuera del baño, le entregó la bolsa para que cubriera su abdomen con la mancha de sangre en su vestido y la sacó sin más del lugar. Él se quedaría todavía dentro del baño para limpiar el sitio y eliminar las evidencias de sus actos pero mientras él intentaba limpiar la joven apenas y podía avanzar, con cada paso sentía mil agujas enterrarse en sus pies, se sentía desubicada y aturdida y la gente que la veía solo la criticaban con morbo y curiosidad. Poco a poco su fuerza fue disminuyendo hasta que finalmente a las cuatro y media de la tarde, en el callejón “69” cayó rendida al suelo apenas contemplado algunos colores de los espectaculares y algunos anuncios de negocios...

(...)

Ikki había logrado hablar con él sastre mientras su equipo y el de Shiryu habían logrado avanzar por su cuenta en la investigación, ya se tenía a un sospechoso en todo esto pero aún no podían interrogarlo por falta de evidencia. En la plática con el sastre este le había mencionado que efectivamente el había diseñado demasiados vestidos parecidos al de Palas y al que él había encontrado, una mujer era la que siempre le hacía los pedidos, jamás de habían visto en persona ya que los encargos los hacía por vía telefónica y al recogerlos iba un empleado de paquetería cualquiera; le parecía curioso el diseño de cada vestido ya que parecía que los diseños, patrones y accesorios eran únicos para cada prenda... Algunos eran más sencillos y otros más complejos, los más “difíciles” iban en colores pastel mientras los sencillos (que eran los que más predominaban) eran en color blanco.

El blanco era un color que se repetía constantemente en cada una de sus investigaciones, esto un parteaguas para poder entender la mentalidad de los posibles criminales, ¿Porque ocupaban específicamente este color?, Hilda se encargaría de descubrir el significado detrás de pero por lo mientras Ikki continuaba analizando el interrogatorio con el sastre ya que este había mencionado en cierto momento algo importante siendo que había preferido no hacer más encargos para esa persona cuando directamente un día le llevaron a una joven para que tomara directamente las medidas, la chica llegó completamente desnuda solo pegando una máscara de látex que cubría por completo su rostro solo dejándolas mostrar sus ojos  y parte de su cabello rojo ondulado, la joven poseía un tatuaje en la parte derecha de su abdomen en forma de círculo con una “G” en su interior, aunque la chica parecía no inmutarse al presentarse en ese estado, él entendió que algo malo andaba detrás de todo ello por lo que a partir de ese día nunca más volvió a trabajar y dichas personas y a la joven (Marín) nunca la volvió a ver.

Cuando llegó al departamento de policías a las cinco de la tarde vio a Esmeralda apenas instalarse en su área de trabajo, vestía un vestido rojo con pequeñas manchitas blancas en las mangas, parecía una versión retro americana de un vestido, se acercó para saludarla sorprendiéndose de que llegara con varias bolsas de hamburguesas... La excusa de Esmeralda es que iba a compartirlas con unas de sus amigas ahí mismo en su trabajo. Ikki tomó la plática como un respiro a todo el día tan pesado que había estado teniendo, ni siquiera había podido contactar a Pandora al estar tan ocupado, ese mismo día salió a las siete de la noche, se despidió de Esmeralda y su primer pensamiento fue ir a ver a su prometida.

Al llegar a su departamento la abrazó, la chica correspondió dejándolo acceder, ambos tenían cosas por conversar luego de días de no haber podido verse, se sentaron en la sala para compartir un vino mientras veían una película, desde la mañana Ikki había tenido el celular apagado para evitar distracciones, ahora que era de noche y parcialmente estaba más tranquilo encendió el teléfono y su primera reacción al verlo fue de intriga al tener demasiadas llamadas perdidas de Aldebaran y sin moverse de su asiento al lado de su prometida llamó devuelta.

—¿Qué tienes que decirme con tanta urgencia?, Estaba ocupado trabajando.— reclamó algo enojado intrigando a Pandora a su lado.

—Tu hermano está aquí conmigo desde las cinco, ven por él.—

—¿Qué hace contigo?, ¿Porqué fue a verte? Él ni siquiera te conoce, ¿Qué quería?— interrogó alarmado levantándose de golpe de su asiento y caminando a la entrada por sus zapatos, Pandora apagó el televisor e imitó la acción

—Lo único que puedo decirte por llamada es que mi doctor tuvo que sedarlo, está dormido desde las cinco, ven por él porque no pienso quedarme con tu hermano un minuto más.—

—Voy para allá.—

De manera resumida Ikki le contó la situación a Pandora y está se animó a acompañarlo pero el detective se negó al comentarle que era un sitio peligroso aunque realmente nada detuvo a Pandora de no ir a dicho sitio, tardaron bastante en llegar pero cuando finalmente lograrlo llegar al sitio los dos entraron con gran preocupación; Aldebaran esperaba en el pórtico de su casa, cuando la pareja llegó solo se cruzó de brazos y soltó un suspiro cansado, utilizando solo su vista señaló el cuarto donde al parecer estaba Shun. Ikki fue el primero en ingresar quitando de su camino a todo aquel que intercedía, abrió la puerta de la casa y vió a su hermano dormido sobre el tatami, su uniforme estaba a un lado suyo doblado y limpio, lentamente se acercó a Shun con Pandora detrás de él, al estar cerca de agachó y arrodilló para quitarle el cobertor a su hermano encontrándolo solo vistiendo una larga bata de dormir (probablemente de Aldebaran) y un pantalón de pijama azul que era del doble de su tamaño. Quitó el nudo de la bata viendo una venda enrollada al rededor del abdomen de su hermano, tocó la mano de Shun encontrándolo algo fría cosa por la cual se preocupó.

—Ikki... Despiertalo.— susurró Pandora queriendo no preocuparse demasiado.

El detective tragó saliva, veía que Shun respiraba pero sentía un gran malestar al intentar querer pensar en que había pasado; respiró profundo y se acercó un poco más a su hermano, con cuidado de no lastimarlo lo alzó solo un poco para que ahora descansará sobre su pecho, despejó con su mano derecha algunos cabellos que habían caído sobre el rostro de su hermano.

—Despiertalo.—

Volvió a insistir la chica con mal presentimiento pero antes de que Ikki pudiera hacerlo Aldebaran entró al cuarto dejando la puerta abierta, camino hacia unas lámparas en desuso y las encendió a pesar de que el cuarto ya estaba iluminado —Lo más probable es que este alterado, como te dije, mi doctor tuvo que sedarlo—

—¿Porqué no lo llevaron al hospital?— preguntó Pandora siendo ella ahora la que se haría cargo de la situación al notar a Ikki indispuesto

—Cuando mis hombres encontraron al muchacho ya estaba prácticamente desangrado, no iba a soportar llegar al hospital —respondió— mi casa estaba más cerca.

—¿Cómo que desangrado?, ¿Qué le ocurrió?— volvió a preguntar Pandora con un claro tono de preocupación y cierta hostilidad

Cerca de responder Shun fue abriendo sus ojos por haber tanto ruido y luz que molestaban de algún modo su descanso, contempló con cierto miedo todo el sitio hasta que pudo reconocerlo, aún no podía mover todo su cuerpo, sus movimientos eran lentos y torpes pero no lo suficiente como para que su primer instinto fuera cerrar su bata y alejarse del hombre que lo estaba sosteniendo, desconocía que era su hermano hasta que pudo verlo con mayor claridad y cuando pudo observarlo, rápidamente se acercó a él para abrazarlo con tal desesperación que inclusive Aldebaran se llegó a preocupar un poco por el joven.

Ikki tardó en poder corresponderle, no se sentía tan bien en ese momento al recodar eventos que hubiera preferido dejarlos morir, abrazó a su hermano sintiendo como este se aferraba a su cuerpo con cierto grado de miedo. —Honey, ¿Qué ocurrió?— preguntó con curiosidad al ver el reaccionar de su hermano que desde hacía un tiempo no se comportaba así.

Pandora se acercó sentándose al lado de Ikki para ella de igual modo abrazarlo para reconfortarlo, Shun no respondió, tenía algo de taquicardia que parecía solo aumentar con el paso de los segundos, Aldebaran negó con la cabeza yendo hacia la entrada de la habitación, permaneció ahí un rato solo observando a aquellos tres con desaprobación, espero que Shun se calmara e Ikki pudiera prestarle atención para hablar.

—No cabe duda, tu hermano se parece a tu madre...— comentó logrando captar la atención de los tres pero siendo Shun al que menos le importó el comentario.

—¿Por qué dices eso?— preguntó con hostilidad acercando aún más su hermano hacía él en un abrazo que aún no decidía terminar

—Me recuerda a tu mamá, ambos son sus hijos, ¿Qué tiene de malo?— cuestionó con el mismo tono de voz que Ikki había ocupado

—Dejen de hablar de eso, ¿Sí? —interrumpió Pandora— Shun, ¿Que te ocurrió?.

El joven tragó saliva, no quería alejarse de Ikki todavía, se sentía bien sentirse protegido alrededor de sus brazos pero llegaba de cierto modo a ser incómodo; respiró profundo y por un momento cerró sus ojos buscando las palabras adecuadas para poder narrar su experiencia, Su hermano de manera sutil le mostró su apoyo peinando sus cabellos...

—Fue saliendo de la escuela... Me siguieron y me agredieron, me robaron mi teléfono y la billetera —contestó dirigiendo su vista a la de Pandora pero notó que Aldebaran volvió a negar y optó por salir del cuarto— Lo siento por preocuparlos...

—Hay que ir a la delegación a denunciar— propuso Ikki siendo apoyado por Pandora pero Shun se negó inmediatamente.

—Ni siquiera puedo recordar los rostros de las personas que me robaron, no puedo denunciar.— dijo una excusa con tal de no ir pero su hermano volvió a insistir.

Al final no se pudo ir a denunciar por la negativa de Shun, no servía de nada llevarlo para que allá no quisiera hablar, los tres salieron de la casa de Aldebaran (Ikki agradeciendo de ante mano los cuidados mientras su hermano y su prometida esperaban en otra habitación, Aldebaran solicitó hablar con él cuando tuviera tiempo de asuntos más... “complicados”), Ikki manejo hasta el departamento de Pandora y por ser algo tarde la joven los invitó a pasar la noche en su casa en lugar de volver a manejar hasta la suya, el detective agradeció pero Shun no estaba tan contento.

Shun se quedó en la habitación del hermano de Pandora, Ikki tuvo que acompañarlo un tiempo hasta que el joven empezaba a sentirse un poco más tranquilo; cuando Ikki abandono la habitación Shun se sentó en la cama y con la poca iluminación que había contempló las vendas en su abdomen, tocó dichas vendas con las yemas de sus dedos quejándose un poco por el dolor que le había generado, se tiró boca arriba en la cama tomando una almohada que abrazó con algo de fuerza.

—Quizá si me parezco a mamá... — susurró con cierto grado de decepción.

(...)

Titán había regresado a su casa luego de estar días fuera, inmediatamente llegó tiró la daga al cesto de basura que se encargaría de tirar al día siguiente ya vería donde; su ropa aún conservaba algunas manchas de sangre que no había podido quitar, se desvistió solo quedándose con su pantalón al poner su camisa sucia y playera en el cuarto de lavado. Subió a su cuarto, prendió las luces y se dirigió a su cama con gran pesadez, ni siquiera sabía si había sido un buen o mal día, lo único que deseaba era que todo terminara. Se recostó en la cama sacando de su pantalón su celular al sentirlo vibrar, con molestia lo desbloqueo y abrió la mensajería para leer o más bien ver el vídeo que alguien extraño le había enviado pero se levantó de golpe de la cama al reproducir el vídeo y notar que Palas era la protagonista...

Sin embargo, luego de unos minutos apareció en el pie del vídeo habían escrito un pequeño texto: “Estos es lo que buscaba y esto es lo que querías.”.

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