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Fotos

A la mañana siguiente se había hablado sobre el pequeño interrogatorio a Esmeralda intentando rescatar lo más importante de la conversación poniendo como en mayor relevancia la pregunta hecha por la rubia hacía Hilda, “¿Cómo luce?”.

Si tenía que trabajar como niñera podía entenderse que preguntará por la edad, quizá su personalidad para saber cómo actuar ante la niña y preguntar lo básico sobre si era alérgica a algún medicamento o alimento pero el “¿Cómo luce?” sobraba en la conversación. Si se tenía en cuenta la información sobre Alone, se sabía que June había trabajado como su niñera... ¿Podía entonces haber relación?.

Nada estaba confirmado pero las sospechosas sobre la rubia en lugar de disminuir solo aumentaban, Shion había hablado con ellos diciendo que junto a Docko buscarían a una actriz que cumpliera con las características de la chica descrita por Hilda para confirmar sus sospechas sin embargo este era el último paso a realizar, querían investigar su hogar para revisar si tenía material ilegal en pertenencia.

Shiryu se prestó para asistir pero Hyoga comentó que era mejor que él fuera junto con su pareja en una “visita casual”, a la mayoría le agradó la idea, escogieron el día para que Hyoga junto con Eris fueran a su casa. Se volvió a planificar tal como se había hecho con Hilda las preguntas que indirectamente se le harían realizando a medida que la conversación fuera avanzando, Hyoga escribió cada una en una libreta, todos los policías se vieron realmente comprometidos con esa misión que se olvidaron de los demás fuera del pequeño cuarto que era su oficina...

(...)

En todos esos días después de haber rescatado a Palas, Titán no había pronunciado palabra a la policía y ni en su trabajo, había sacado de la escuela a su hija y solo estudiaba con maestros particulares cuando él estaba presente. Había buscado además a un psicólogo para que atendiera a su niña para ayudarla a superar el trauma que había vivido, inclusive al día siguiente de encontrarla la llevó tal cual como estaba, sin bañarla, peinarla, o cambiarla al médico para que le informara sobre la salud de su niña.

Su corazón se rompió y sus ojos no soportaron las lágrimas al escuchar el análisis del médico sin embargo se mostró algo alegre al saber no tenía ninguna enfermedad de transmisión sexual, aunque su hija ya estaba con él ya nada era igual, Palas no quería hablar, no quería comer o jugar, durante las noches pesadillas recurrentes no la dejaban dormir y por la mañana recuerdos la atormentaban siendole imposible vivir prácticamente.

Él no podía bañarla ni vestirla porque Palas gritaba cada vez que intentaba siquiera abrazarla, la había recuperado pero a qué costo, agradecía a Saori quien era la que se encargaba de asearla y vestirla pero él como su papá no quería que las cosas continuarán, su pequeña niña le tenía miedo y no sabía la razón... Había algo que quería preguntarle desde que Palas había vuelto a su casa pero hasta el momento no tenía como preguntarle si la niña no quería hablar.

Regresó de trabajar encontrando a Saori en la cocina intentando hacer que la pequeña comiera, a pesar de su depresión Titán mostró una sonrisa y tirando el portafolio al suelo fue hasta la cocina para saludar a su hija quien negó su abrazo.

Palas se levantó de la mesa y fue corriendo hasta su cuarto dejando a ambos adultos solos, Titán quitó de inmediato su sonrisa mientras se sentaba en una silla aguantando las lágrimas lo más posible.

—No progresa— dijo en un hilo de voz juntando sus manos frente a él en la mesa

—Es algo duro de sobrellevar... Junto al psicólogo poco a poco irá mejorando— explicó Saori tomando asiento donde antes estaba Palas

—¿Sabes que quiero hacer?, Quiero encontrarme al desgraciado que lastimó a mi hija y hacerle lo mismo para que sufra lo que Palas sufre— reclamó enojado golpeando la mesa con ambos puños

—La violencia no es la respuesta, la policía hará su parte pero para eso sería conveniente que llevaras a Palas a testificar— sugirió notando la negación en la mirada de su primo

—Si la llevó la atormentaran con preguntas, se pondrá peor... — respondió

Saori siguió conversando con Titán buscando las posibles opciones para ayudar a Palas pero su primo se negaba a casi todas bajó el argumento de que empeoraría el estado de su hija. La maestra se rindió levantandose de la mesa para ir a buscar a la niña para seguirle insistiendo en que fuera a comer mientras Titán permanecía en la cocina aún pensativo pero recordando vagamente a aquella chica castaña que había lastimado en el baño público, ¿Qué habría sido de ella?, Él sabía perfectamente que esa chica le había mandado los dos mensajes avisándole sobre su hija pero le parecía raro que ella no hubiera ido a denunciarlo por haberla lastimado con un arma punzo cortante.

Suspiró mientras sacaba su celular y volvía a releer los mensajes, había intentado contactarla a través del mismo chat pero ella no respondía... Inclusive parecía que había cambiado de número. Si volvían a hablar había una posibilidad de saber el contexto detrás del dibujo que Palas se negaba a explicar.

Saori le ayudo toda la tarde con su hija hasta que finalmente la niña se quedó dormida, era tarde y por ende peligroso por lo que la maestra se quedó a dormir en la casa. Titán espero paciente también a qué Saori durmiera para visitar el cuarto de su hija, aunque la mayor parte del tiempo estaba decaída aún conservaba algo de fuerzas para dibujar, cada noche visitaba su cuarto para tomar fotos de sus dibujos y luego imprimirlas en su oficina... Esa noche no era la excepción, entró y fotografió cada dibujo, fue a su oficina y los imprimió, cerro la puerta y sentandose en su silla analizó cada tazo.

Los dibujos eran similares, eran de un hombre estando con ella de un muy mal modo, el patrón siempre se repetía, el mismo sitio, la misma ropa, la misma situación... Las mismas personas; solo que un dibujo notó la presencia de alguien más, debido a los trazos inexpertos de la pequeña no pudo deducir con claridad como lucía el segundo atacante pero por lo menos conocía el sexo, era una mujer.

Toda la noche pasó revisando cada dibujo que había fotografiado e imprimido intentando crear una cronología de los sucesos, Saori se fue a trabajar dejando al padre y a la hija solos en la inmensidad de esa casa, Titán salió de su oficina encontrando a Palas frente a su puerta, sus ojos se iluminaron un poco al verla... Se colocó a su nivel agachándose y sonrió un poco al observarla.

—Buenos días, ¿Lista para desayunar?— preguntó con su mejor actitud notando la indiferencia de Palas

La niña negó un poco para después sacar de la pequeña bolsa de su pantalón un anillo negro, le entregó el anillo a su padre y regreso a su cuarto. Titán tomo el anillo, era grande como para que fuera de su hija, se puso de pie sin dejar de examinarlo más no encontraba relación alguna con nada, ese día no iba a ir a trabajar ya que trabajaría desde su casa al ser su propio jefe sin embargo la intriga por el anillo era superior... ¿Sería de la chica castaña?, ¿Pertenecía a alguien más?, ¿Cómo su hija lo había obtenido?.

Suspiró intentando aclarar su mente, no perdió esperanza y volvió a mandarle mensaje a la chica: “¿Hola?, Quisiera vernos solo para conversar.” escribió y envío el pequeño texto pero no obteniendo respuesta, abrumado fue a la cocina a preparar algo para que su hija y él desayunaran pero estando al pendiente en todo momento del celular por si llegaba a responder pero el celular jamás sonó, estaba algo feliz por ver después a Palas consumir un poco de la comida pero su felicidad no era completa, no quería simplemente verla consumir apenas un bocado para luego volver a dormirse, quería volver a ver a su niña feliz y alegre...

Mientras Palas y él compartían el desayuno en la mes tomó una decisión que solo lo dejaría en dos opciones, o Palas dejaba de hablarle o confiaba un poco en él.

—Conozco a una muchacha delgada y de cabello castaño que se que también conoces... Ella me dijo donde estabas, ¿Podrías decirme algo sobre ella?— preguntó utilizando el tono más suave que pudo haber emitido para no alterar a su hija

Palas no respondió nada pero sus ojos se abrieron como nunca antes al escuchar la descripción de la chica indicándole indirectamente a Titán que efectivamente la conocía.

(...)

A las tres de la tarde Ikki fue a su casa para poder comer algo antes de volver a regresar a trabajar, estaba algo cansado pero quería volver ya que si Esmeralda resultaba estar involucrada en el problema entonces se habrían atrapado a dos culpables. Entró a su hogar dejando sus cosas por momento en el suelo, caminó unos pasos y giró a ver a su derecha la cocina vacía, luego volteó a la izquierda encontrando solitaria la sala de estar; sabía que Shun estaba en la casa porque había visto sus zapatos en la entrada, suspiró y fue a la cocina a prepararse algo rápido que comer, preparó también algo para su hermano que sirvió en una bandeja para llevarsela hasta la habitación donde sabía que se encontraba, abrió la puerta del cuarto pero dentro no había nadie, dejó sobre el escritorio de la computadora la comida y fue a su cuarto creyendo que ahí estaba pero no... Tampoco.

Fue al baño y tocó la puerta, no escuchó respuesta pero logró oír el sonido del agua llenar la pequeña bañera, no quiso interrumpir su privacidad dentro del baño por lo que lo espero sentado cerca de la entrada esperando a que saliera pero pasaron minutos y seguía escuchando el agua correr, temía que se desbordara pero sobre todo temía por su hermano. Se levantó del suelo y abrió la puerta temiendo encontrar quizá a su hermano sin vida pero por suerte no fue así, solo vió a Shun estar en la bañera ocupando su ropa habitual pero totalmente indiferente.

Confundido cerró la llave del agua antes de que pudiera sobresalir de la bañera, Shun no hizo ningún movimiento pero sí giró su vista hacía su hermano. El detective se sentó en uno de los bordes de la bañera sin dejar de verlo, suspiró intentando él mismo encontrar una respuesta lógica a lo que veía pero no se le ocurrió nada.

—¿Estás bien?—

Preguntó en un tono sutil sin dejar de verlo, Shun pareció pensar su respuesta un rato pero aún así no respondió, el detective juntó la manga de su camisa hasta su hombro dejando su ante brazo descubierto para introducirlo dentro de la bañera y quitar el tapón del desagüe evitando así que su hermano se ahogara así mismo en lo que él iba a buscarle algo de ropa, no tardó mucho teniendo miedo de que Shun atentara contra su vida en ese breve momento que lo había dejado solo.

Regresó tan rápido como pudo encontrando a Shun inmóvil todavía, se acercó a él para ayudarle a levantarse, le tendió una toalla con la que lo secó de su rostro y cabello, luego le extendió la ropa y se dió vuelta esperando a que terminara de vestirse, esperó paciente hasta que escucho como Shun había dejado la ropa húmeda directamente dentro de la bañera. Se dió media vuelta, Shun estaba decaído en extremo y de cierto modo le recordaba de manera negativa a su padre, lo abrazó un poco pero nunca fue correspondido, su hermano parecía un muñeco de trapo que podía manipular sin problema, lo tomó de la mano y lo llevó hasta su habitación, le ayudó a subirse a la cama en lo que él iba a buscar la bandeja con comida, Se sentó a su lado y tomando un poco de soba lo acercó a su boca, Shun miró la comida pero no la consumió pero por lo menos había tomado la bandeja para apartarla.

—¿Qué te pasa?, Estas preocupándome— cuestionó preocupado dejando la pequeña cuchara en el tazón

Shun soltó una lágrima involuntaria mientras miraba a su hermano a los ojos —Tengo que salir en la tarde y no quiero— respondió con un tono de lo parecía ser miedo en sus palabras

—¿A dónde vas a salir?— cuestionó mientras volvía a abrazarlo al sentir el miedo invadir el cuerpo de su hermano

—Tengo que ver a alguien... Si no voy se va a enojar... Y se enoja... Si se enoja yo...— empezó a alterarse pareciendo que entraría en pánico, el abrazo de su hermano no funcionaba realmente

—No tienes porque ir si no quieres, no tiene porque hacerte algo— respondió tallando un poco su espalda a la vez que acariciaba su cabello

—Si no voy será peor... Se va enojar y yo quiero estar solo... No quiero estar solo... —dijo con dificultad— ¿Puedo estar contigo?, Por favor...

—Tengo que ir a trabajar Shun, no puedo llevarte conmigo. —respondió— Pero no voy a tardar, prometo que regresaré pronto.

—Por favor Ikki... No quiero quedarme aquí...— respondió entre lágrimas ocultando su rostro en el cuello de su hermano 

—Shun discúlpame de verdad pero regresaré pronto— contestó dejando el abrazo, limpió las lágrimas de su hermano y salió de la habitación pero sintiendo un mal presentimiento por haberlo hecho.

No quería dejar a Shun cuando se sentía más vulnerable pero no podía atrasarse más en su trabajo, intentaría cumplir la promesa de volver temprano a casa pero eso dependería de su trabajo; volvió a tomar sus cosas y salió de la casa, subió a su auto y condujo de regreso al edificio donde se reuniría con sus compañeros, había pensado llamar a Pandora pero no quería molestarla sin embargo el dejar a su hermano solo no le parecía la mejor de las ideas, no conocía a alguien quien pudiera visitarlo para hacerle compañía más que una persona a la cual no le confiaría ni siquiera un grano de maíz pero eso o dejar a Shun solo en su depresión.

Antes de subir a su oficina llamó a Aldebaran preguntándole si estaba ocupado, él contrario le reclamó por nunca volver a visitarlo después de haber atendido las heridas de Shun aquella vez a lo que Ikki se disculpó y volvió a disculparse una segunda vez más cuando preguntó si podía mandar a uno de sus empleados a su casa para que vigilarán en secreto que su hermano no atentara contra su vida, juraba pagarle pero notó cierta preocupación en Aldeban al contarle sus sospechas sobre Shun, el Yakuza accedió simplemente afirmando que enviaría a alguien que lo vigilará y colgó sin dar mayor explicación. Ikki aún no tenía motivos para estar tranquilo, las palabras de Andreass ahora resonaban con mayor intensidad en su mente pero no quería pensar negativo... No quería pensar en nada de eso...

Aldebaran no envío a nadie, él mismo fue hasta la casa de los hermanos y para nada fue discreto, se acercó hasta la puerta y tocó el timbre pero nadie respondió, volvió a tocarlo sin respuesta, a la tercera vez no tocó el timbre solo forzó la entrada y entró dentro de la casa dejando la puerta abierta, camino unos pasos hasta notar la estufa prendida sin nada encima de las hornillas, giró los ojos y se acercó a apagar el fuego sin embargo de imprevisto y al dar un paso dentro de la cocina observó a Shun sosteniendo un arma de fuego.

Lo miró un momento, el joven estaba aterrado más bien no parecía estar cuerdo en ese momento, intentó acercar su mano para quitarle el arma pero Shun intentó disparar solo que se le había olvidado quitar el seguro, Aldebaran solo le arrebató el arma mientras continuaba su recorrido para apagar el señuelo de la estufa.

Regresó tomando a Shun de la camisa para llevarlo hasta la sala, lo empujó al sillón mientras se guardaba la pistola dentro de la chamarra, luego tomó asiento notando como el joven no dejaba de verlo.

—¿A quién esperabas?— cuestionó mientras prendía la tele mirando como de reojo Shun se levantaba del sillón y lentamente iba alejandose, sacó la pistola y lo apuntó, volvió a repetir su pregunta

—A un amigo...— respondió titubeante con un rostro pálido

—No mientas, a quien esperabas— volvió a preguntar sin bajar el arma, no estaba cargada pero Shun estaba tan desconcertado que ni siquiera se daba cuenta

—A un compañero... Tengo que entregarle una tarea pero no la he hecho.— contesto dejando que sus lágrimas salieran

—Sigues mintiendo y solo por eso...—

Su conversación se vió interrumpida cuando alguien tocó el timbre de la casa, Aldebaran bajo el volumen del televisor para luego centrar su vista en la puerta solo que el ligero llanto del hermano de su amigo le obligó a voltear. Suspiró mientras se levantaba del sillón volviendo a esconder la pistola dentro de la chamarra, camino unos pasos pero Shun corrió a su cuarto rápidamente para volver a bajar pero con un sobre amarillo y una USB, Interrumpió a Aldebaran quien estaba a punto de abrir la puerta, la abrió en su lugar y salió de la casa.

Aldebaran fue a la sala para ver lo que ocurría fuera de la casa a través de una ventana, quitó un poco las cortinas para poder observar pero sin llegar a ser visto; contempló entonces a Shun hablando con un hombre adulto que llevaba gorra, tapabocas y lentes oscuros, vestía informal pero luciendo una paleta de colores en su atuendo en tonos claros, el joven entrego las cosas sin siquiera dirigirle la mirada, parecía tenerle miedo pero todo se agravó cuando el hombre lo tomó de la mano para llevarlo a posiblemente otro lado, entre lágrimas que intentaba ocultar Shun camino unos pasos con aquel hombre. Aldebaran suspiro con molestía para ahora sí salir a regresar al hijo menor de su antigua amante, salió de la casa manteniéndose en la entrada, el tipo de la gorra solo se detuvo, bajó su cubreboca para darle un beso en la mejilla al menor para después irse no importandole que Aldebaran lo hubiera visto.

Shun entonces sintió su estómago revolverse, no podría llegar a tiempo al baño de su casa así que corrió hasta los botes de basura donde vómito la poca comida que había consumido, Aldebaran suspiro cruzándose de brazos mientras lo veía, solo se movió de la entrada cuando Shun regresó dentro del hogar, cerró la puerta y miró con duda al muchacho.

—Ese tipo era un hombre adulto, ¿Qué le entregaste?— cuestionó mirando entonces la mirada molesta del chico

—¡Eso ya no importa!, Ya se fue... —exclamó para luego bajar la intensidad de su voz, limpio sus lágrimas y respiró profundo— ¿Por qué estas aquí?, Prometí no volver a verte cuando solicité los exámenes médicos falsos... No tienes porque estar aquí.

Aldebaran soltó un suspiro mientras tallaba su cien, señaló el sillón indicándole que fuera a él —Vamos a hablar seriamente, conozco solo una parte de la historia y hasta el momento yo solo puedo verte como un posible enemigo a futuro... Dame razones para no desconfiar de ti—

Shun tragó saliva, tenía de cierto modo miedo que dejaba ver a través de sus ojos, dudo en ir a la sala pero no le quedó alternativa más que acceder a lo que Aldebaran le ordenaba, fue al sillón sintiendo las pisadas fuertes del hombre detrás fe él, tomó aire y preocupado tomó asiento, se quedó en silencio un momento reconsiderando las cosas.

—¿Y bien?—

Habló Aldebaran causándole un escalofrío en Shun, el joven volvió a respirar mientras por instinto intentaba abrazarse antes de poder narrar su versión de la historia...

Ikki no sabía que Aldebaran había ido a su casa, no estaba tranquilo pero tenía que disimular al encontrarse con sus compañeros, la llegada de Docko se había pospuesto un momento pero el mismo Docko había ordenado que se contactara con Esmeralda lo más antes posible por qué que no quedó alternativa suficiente para seguir retrasando el proyecto, Hyoga informó que asistiría el sábado a más tardar ya que ese día salían más temprano del trabajo, Docko aceptó dando indicaciones claras sobre todo el plan advirtiendoles que no se podía confiar del todo en las palabras de Esmeralda.

A las seis de la tarde y como de costumbre el detective salió de trabajar, subió a su auto pero jamás esperó ver a Esmeralda acercarse a la ventanilla del auto, al estar lloviendo la había mantenido arriba pero al acercarse la rubia bajó la ventanilla hasta la mitad. La chica se mostraba preocupada, explicó que había olvidado algo en su casa que era importante para su trabajo, Ikki no quería verse grosero pero además encontraba esa la mejor oportunidad para cuestionar a la chica ya que dentro de él algo le decía que ella no podía ser la culpable.

Le abrió la puerta y la chica subió agradeciendo el amable gesto, Ikki entonces arrancó el auto y se aproximó a la carretera luego siendo guiado por la rubia quien indicaba su camino, en un momento del trayecto quiso empezar a cuestionarla, por medio del espejo delantero la observaba, se veía como cualquier otra persona... Dudaba de verdad que ella tuviera algo que ver o que de estar involucrada fuera ella quién había atacado a Alone.

—¿Eres buena en ropa no es así?— preguntó sin quitar su vista del camino pero notando como la chica encontró su pregunta algo curiosa

—¿Por qué?— cuestionó con una pequeña sonrisa

—No se elegir mi ropa, me gustaría que alguien me orientara ya que de los suéteres de lana y pantalones de mezclilla no puedo dejar de usarlos— dijo con una risa aunque todo era de cierto modo una trampa

La chica lo vio con curiosidad mientras analizaba su complexión para elegir algunas prendas de ropa —Quizá algo más maduro te quedaría bien, ya sabes, sacos, corbatas, camisas de vestir...— sugirió sonriendo al notar la expresión de su amigo

—¿Algo más maduro?, Te recuerdo que tenemos la misma edad— Mencionó entre risas sintiéndose un poco atacado 

Esmeralda río un poco —Es solo mi opinión, creo que te quedaría bien por tu puesto en la policía y eso... — Intentó excusarse con una gran sonrisa

—Claro, claro —Dijo siguiéndole el juego fingiendo estar ofendido— Y bueno, ¿Qué ropa consideras que le sentaría bien a mi hermano? Esta buscando cambiar de estilo y eso no solo para él es estresante, ¿Sabes cuánto dinero gasté el año pasado por comprarle su “ropa gótica” que hasta el momento no usa?

Ikki preguntó siendo esa la pregunta que comenzaría toda la pequeña investigación, Esmeralda al darle gracia el comentario río un poco para después enconvar sus hombros con duda —No se que pudiera gustarle... Pero a lo mejor algo casual y cómodo para alguien de su edad —contestó y cuando Ikki estaba a nada de responder vuelve a hablar— O quizás un poco más cómodo

—¿Pijamas?, A Shun le gustan pero no creo que sea correcto que salga a la calle vistiendo una— dijo entre risas pero Esmeralda negó inmediatamente

—No jajaja, más ligero y cómodo, una camisa y unos shorts en algún color que le gusten, o a lo mejor un pantalón holgado y una camiseta de manga larga— respondió mostrando algunas opciones

—Lo tendré en consideración aunque creo que será un enorme problema alejarlo de su pijama favorita, no se porque sigue usándola pero bueno...— Dijo sembrando la duda en la chica

—¿Cómo es su pijama?— preguntó con una pequeña sonrisa

Ikki por un momento iba a descartar el plan, no quería ni siquiera imaginarse a su hermano en el contexto en el que lo involucraría, tomó aire y relajando sus manos un momento se armó de valor para hablar —Es un suéter grande que tiene pequeños dibujos de estrellas y lo acompaña con unos shorts un poco cortos a mi parecer...— respondió apretando con fuerza el volante

—Ya veo —Dijo en un tono bajó de voz— ¿A tu hermano le gusta estar así?

—En la casa, no dejó que salga a la calle de ese modo... Ya sabes... —respondió— a veces se enoja pero con las prendas ajustadas y cortas no puede salir, es menor de edad más que nada, no quiero que alguien le diga algo indecente ya que seamos honestos... Mi hermano luce un poco diferente a los demás jóvenes de su edad.

—Lo he notado... —respondió en un pequeño murmuró— ... Pero se ve lindo, cuando lo conocí él se veía bien vistiendo su uniforme solo que si llama algo la atención por su complexión y facciones...

¿Con su uniforme?, Según lo que Ikki recordaba Esmeralda había conocido a su hermano cuando lo llevó a su trabajo aquel día que Jabu se había presentado. —No creo que se vea lindo... Sinó... ¿Delicado?— dijo arrepintiendose ya que estaba insultando a su hermano y eso era lo que menos quería.

—¿Delicado? —soltó una risa— No, de hecho se parece mucho a ti, cuando puede es todo lo contrario a delicado

—¿Cómo así? —contradijo con una falsa risa— ¿Igual a mí?

—Igual de terco y un poquito agresivo —respondió— Pero creo que ahora ha dejado de ser así, por todos los problemas y eso... No muchos conservan su actitud.

Ikki tragó saliva, quería bajar de su auto a Esmeralda al considerar que había hablado lo suficiente, pero se contuvo, ya quedaba muy poco del camino —Tienes razón, esa característica fue desapareciendo de él a lo mejor por lo duro que a veces suelo ser con él...— argumentó creando una mentira

—No lo expongas tanto a tus castigos, puedo imaginarmelo... Poco a poco va teniendo miedo— respondió viendo a través de la ventana del auto ignorando el con quién estaba hablando

—¿Miedo?, De hecho creo que tiene miedo a la oscuridad... No se porque se originó ese miedo cuando antes no lo había presentado— respondió mientras doblaba a la derecha estando cerca de llegar al domicilio de Esmeralda

—Porque no sabe que va a ocurrir, es normal... Tarde o temprano tenía que presentarlo aunque me impresiona que apenas y se noten secuelas.— respondió

Ikki volteó a verla un momento, se había perdido en la conversación pero no pudo continuar cuando Esmeralda indicó que habían llegado a la casa, agradeció el viaje pero le informó que tomaría de regreso el metro para no molestarlo, habían tardado una hora en llegar y no quería seguirlo retrasando. El detective quería continuar la plática al encontrar la última conversación preocupante pero no debía de insistir, se despidió de su antes amiga y condujo a su hogar para a las ocho de la noche poder finalmente llegar, abrió la puerta dejando sus cosas en el suelo mientras se quitaba los zapatos y la corbata viendo con duda después a Aldebaran en la sala.

Se acercó inmediatamente a el para apagar el televisor y confrontarlo —¿Por qué viniste tú?, Solo te pedí que mandaras a alguien y en SECRETO— recalcó lo último

—Niño, mis hombres no son niñeras— respondió levantandose del sillón

—¿Y mi hermano?— preguntó viendo a todos lados con la esperanza de verlo

—Dormido, estaba bastante alterado y lo ayude a calmarse— comentó sin preocupación sin embargo noto ese sentimiento en el detective

—¡¿Lo drogaste?!, ¡Cómo te atreves a hacerle eso!— respondió furioso yendo a toda prisa hasta las escaleras sin embargo se vió interrumpido por la voz de Aldebaran

—No despertara hasta mañana en la tarde, de nada —dijo esbozando una pequeña sonrisa sin embargo sintió el coraje de Ikki en sus ojos— Vamos, tu y yo sabemos que tú hermanito consumía sonmiferos que es casi lo mismo que una droga

—¿Cómo se la administraste?— cuestionó lamentándose llegar tan noche ya que de haber llegado temprano lo había impedido

—Me costó como no tienes idea pero con una aguja, estaba nueva así que no hay problema —dijo creyendo que así no sonaría tan mal— Ikki tu hermano no está bien, tuve tiempo de hablar con él y por esa misma razón vine en lugar de mandar a alguien

—¿Por qué no está bien?, Además de encontrarse drogado— respondió bastante enojado

Aldebaran suspiro —No es algo de lo que podamos hablar ahora y menos cuando estas enojado, ven a mi casa y ahí te explico todo... Además me gustaría mostrarte algo importante—

Cuando Aldebaran salió de la casa después de que Ikki le pagara el detective se aproximó a la habitación de su hermano a toda prisa, abrió la puerta y entró encontrando a su hermano dormido en la cama, se acercó un poco a él con la intención de despertarlo ya que en caso de que no despertara a su tercer llamado lo llevaría al médico pero por suerte no tuvo que llamar a la ambulancia, con dificultad y con un horrible dolor de cabeza y cuerpo Shun despertó.

Los ojos de Ikki se iluminaron al verlo despertar, disimuló su malestar limpiando de manera discreta su rostro, se sentó en la cama y abrazó con fuerza a su hermano... No entendía por qué él mismo sentía tanto miedo a pesar de que nada malo estaba pasando más sin embargo su cuerpo interpretaba el ambiente de diferente forma, su presión arterial se aceleró junto con su respiración, abrazaba a su hermano como si tuviera años de no verlo... Cerró un momento sus ojos para él mismo tranquilizarse dijo sin embargo obtuvo el efecto contrario, ahora no había manera de poder ocultar sus lágrimas.

Shun desconocía la actitud de Ikki sin embargo se podía dar una idea por el modo en el que su hermano estaba actuando, correspondió al abrazo y permaneció así un momento hasta que Ikki lo detuvo, con la poca luz el detective puso sus manos sobre los hombros de su hermano mientras seguía regulando su respirar pero por lo menos las lágrimas habían desaparecido.

—No pude llegar temprano... Perdóname— dijo con una enorme culpa, tenía demasiadas cosas en su cabeza y lo que antes había puesto en problemas no tan importantes ahora estos eran su mayor preocupación

Shun negó un poco sintiéndose mal por haber hecho a Ikki preocuparse por algo sin verdadera importancia —No hay problema... Ya estás aquí— respondió con la mirada baja pero poniendo una muy pequeña sonrisa

—¿Cómo te trató Aldebaran?, ¿Te hizo algo?— preguntó poniendo su mano izquierda sobre el rostro de su hermano

—No me hizo nada... Pero gracias por preguntar— contestó con cierto desánimo

—¿No necesitas algo?, ¿Una pastilla, un té, algún medicamento?— Preguntó teniendo en mente la droga desconocida que Aldebaran le había administrado.

Shun negó a cada sugerencia y pregunta referente a él que hacía su hermano, quería que parara de hablar al sentir la verdadera preocupación de Ikki por él, soportando cierta tristeza negó todo lo que Ikki tenía para ofrecer excepto el si quería que se quedara en su cuarto.

Ambos hermanos no pudieron conciliar el sueño ya ni siquiera lo habían intentado, los dos permanecieron en silencio sentados uno junto al otro en la cama, mientras uno miraba a través de la ventana el otro miraba el suelo. Ninguno de los dos se habló durante la noche perpetuando el ambiente tenso y melancólico que se había formado con el paso de los minutos

Aunque ninguno quería dormir terminaron por hacerlo pero a comparación de otras noches cada uno en un sitio diferente, Shun cerca de la cabecera mientras Ikki del lado inferior y solo despertaron por el sonido del despertador, el detective se despertó primero y como si no hubiera nadie más en ese cuarto salió dejando a Shun un poco despierto.

El menor suspiro mientras se ponía de pie e iba a su armario supervisando que Ikki no lo viera por ningún motivo, del armario sacó una bolsa de plástico que guardo rápidamente en su mochila, tomó su uniforme y salió de prisa de su cuarto antes de que Ikki fuera por él al tardarse un poco.

Ambos hermanos se dieron prisa en arreglarse, cuando estuvieron listos abordaron el auto haciendo la primera parada en la escuela, Ikki apagó el motor y se giró un momento para ver a su hermano —¿Estas bien?— preguntó al notar preocupación en el rostro del menor

—Aún no lo sé —respondió sin quitar  la vista de sus compañeros en la puerta— Hablando de otra cosa... A lo mejor llegue algo tarde hoy

—¿Por qué?— cuestiona un poco más serio

—Seiya tiene un nuevo videojuego, me invitó a su casa y accedí—

Ikki suelta un suspiro —Bien pero te quiero en la casa a las ocho, sino estás en la casa mandó a toda la policía a buscarte ¿Entendido?— amenaza pero su hermano acepta de inmediato para después salir del auto y dirigirse hacía su ventana antes de ir a la entrada

—Te quiero Ikki— murmura dándole un pequeño beso en la mejilla, tenía un porque detrás de su acción que aún no quería revelarle, algo apenado se aleja antes de que su hermano lo cuestionara.

El detective había intentado detenerlo sin éxito, vio como sus amigos lo recibían en la entrada, no había caso tener que ir hasta él para hablar de un insignificante beso, arrancó su auto y fue a trabajar finalmente pero con una sensación de prisa, sentía el tiempo estaba transcurriendo demasiado rápido.

En la escuela de Shun pasaba lo contrario, el tiempo parecía avanzar lentamente mientras el joven y su amigo estaban en la cafetería intentando comer algo después de horas de estar estudiando en los salones de clase, intentaban solamente ya que Shun no tenía ánimos de nada y Seiya se preocupaba que no comiera.

—¿Qué ocurre?— preguntó viendo como su amigo jugaba con los palillos

—He tomado una desición... El día del baile escolar me voy a ir.— dijo con su voz quebrandose sin embargo no fue impedimento para continuar hablando

—¿Estas consciente de lo que estás diciendo?— cuestionó preocupado quitándole los palillos para evitar que se distrajera con ellos

—Claro que soy consciente pero si no hago algo van a lastimar a mi hermano, no quiero irme... Tengo miedo de hacerlo pero no puedo esperar a que alguien más venga y resuelva el problema —refutó con preocupación— Lo único que lamento es que el baile es el mismo día en que mi hermano cumple años... Mismo día en que mi padre murió...

—Mientras no digas nada no tienes porque hacer algo tan arriesgado— reclamó intentando hacerlo entrar en razón

—Agradezco tu preocupación pero ya tomé la decisión... Hoy mismo iré a verlos así que... Bueno...— Comentó con cierta tristeza en sus palabras que disimulo al acercarse Xiaoling a su mesa

—Hola, ¿Cómo están?, Solo pasaba a saludar y a preguntarte sobre... El baile— dijo dirigiendose hacía Shun con gran entusiasmo y alegría

—Claro, ¿Qué quieres preguntarme?— preguntó colocando una cálida sonrisa aunque era fingida

—Todas las parejas van a ir a juego con un color, ¿Qué color quisieras usar?— cuestionó con una alegría que se desbordaba

—No lo había pensado... Creo que mi hermano tiene un traje negro que puede prestarme— habló recordando algunos de los trajes de Ikki pero su pensamiento fue interrumpido al escuchar la risa de Seiya

—¿Un traje de Ikki?, Ni siquiera va a quedarte, tu hermano te dobla en tamaño— dijo entre risas captando la atención de su amigo y de la joven

—Pensaba arreglarlo— respondió con cierta pena

—Yo tengo un vestido plateado con detalles rosas que puedo ocupar, ¿Tu tendrías un traje blanco?— preguntó rogando a los dioses para que la respuesta fuera afirmativa

Shun se mordió los labios un momento al imaginarse vestido con un traje blanco —Puedo conseguir uno— respondió con gran pesadez rehusandose en su mente a usar uno

—¡Increíble!, Ansío que llegue el día— habló levantándose del asiento de la mesa para regresar con sus amigas solo para despedirse de su actual pareja de baile lo besó en la mejilla cuando se encontraba desprevenido y posteriormente se hecho a correr

Seiya observó atónito la acción para luego fijar su vista en su amigo quien se había quedado inmóvil un momento para después resentir el efecto de ese inocente beso, Shun no había comido nada pero había sentido como toda la comida se regresaba, se levantó de la mesa y fue corriendo al baño siendo seguido por detrás por Seiya.

El castaño llegó al baño, se colocó frente al cubículo donde estaba su amigo, escuchaba a Shun vomitar pero el no podía hacer mucho por temor a que su amigo empeorara, después de un rato dejó de escucharlo y en su lugar solo oía sollozos, Shun abrió la puerta y Seiya se retiró abriéndole paso hasta el lavabo.

El joven de cabello de verde mojó su rostro con el agua de la llave, permaneció un rato con la mirada baja y con sus manos apoyadas al borde del lavabo.

—No creo poder hacerlo— dijo en un murmuró

—¿Por qué cambiaste de decisión?, ¿Fue por el beso?— preguntó interrogante aunque sabía la respuesta

—A lo mejor... —dijo tomando una breve pausa— Recordé algo con eso, no me gustó.

—¿Y si vamos con un psicólogo?—

—No hace falta, Pandora me consiguió uno aunque casualmente resultó ser la psicóloga de la escuela—

—¿Sasha?—

—Ella —afirmó— veré la manera de sobrellevar todo esto conforme los meses sigan pasando pero mientras tengo que simplemente acostumbrarme... Por cierto, le dije a mi hermano que pasaría la tarde contigo, ¿Podría conservar la mentira?

(...)

Titán había pasado días buscando señales o pistas de los o él agresor de Palas pero sin conseguirlo realmente, había pagado incluso a simples individuos para saber si ellos habían visto algo cuando su hija permanecía secuestrada en la tienda pero nadie sabía decirle algo.

Ese mismo día mientras hacía su búsqueda recibió un mensaje de la persona que jamás imaginó volviera a contestarle, respondió el mensaje de la chica castaña que decía: “¿Quieres hablar?, Veámonos en la cafetería que se inaguró en Abril”, inmediatamente contesto afirmando la pequeña cita, solicitó que se llevará a cabo ese mismo día aprovechando que la chica estaba “en línea”, su mensaje quedó “en visto” a lo mejor era una respuesta afirmativa.

La citó a las cuatro de la tarde pero desde las dos ya estaba en la cafetería, sentado cerca de la entrada para ver mejor quien entraba, esperó paciente solo pidiendo agua para que no lo sacarán de la cafetería hasta que finalmente a las cuatro en punto, a través de la puerta de cristal entró la chica, vistiendo un largo vestido blanco con un pequeño listón que acentuaba su cintura, unas medias blancas además de unas calcetas del mismo color con encaje en sus tobillos, usaba zapatos de piso de un tono similar al de su vestido... Su piel lechosa y sus mejillas ligeramente sonrojadas combinaban con lo bien cuidado de su cabello castaño largo que adornaba con un moño detrás.

La chica vió al hombre, se mordió los labios sintiendo algo de miedo ya que aún recordaba su herida aún no cicatrizada en su abdomen, estaban en la vista de todos estando en la mesa cerca de la puerta, pasó de largo a Titán para sentarse en un lugar más lejano. No hizo falta que dijera nada, el hombre se levantó y la siguió hasta que llegaron a la mesa seleccionada solo que al estar caminando detrás de ella notó que era algo pequeña de estatura, solo podía suponer dos cosas con ello... O simplemente era una mujer bajita o era aún una adolescente.

Titán toma asiento frente a ella, finalmente entregan la carta y él solicitó un café capuchino mientras la chica escogía algo mucho más dulce solo señalando la carta evitando ocupar su voz con el mesero.

—No creí que respondieras y mucho menos que vinieras —comentó con cierta emoción mezclada con intriga— Gracias por... No demandarme...

La chica no pensaba decir nada, sabía hablar pero prefería no hacerlo, con tan solo estar ahí vestida y ligeramente maquillada de ese modo ya era suficiente como para llamar la atención, en caso de que hablara sabía que se haría un revuelo y su identidad quedaría expuesta, tomó una servilleta y del traje de Titán tomó un lapicero aunque al hacer este acto invadiera su espacio personal, escribió en la servilleta su respuesta.

“No me mencionaste en la policía, estamos a mano”

Titán leyó, parecía que tendría una plática un tanto fuera de lo normal. —Tu me enviaste los mensajes... ¿Cómo sabías donde estaba mi hija y que relación tienes con ella?— habló notando en todo momento la indiferencia de la joven

“Solo una pregunta, escoge”

Titán leyó optando por la segunda de inmediato, vió como la joven tomaba otra servilleta y empezaba a escribir, le dió el papel con la respuesta.

“De cierto modo somos como amigas, nos conocimos hace unos meses pero no en las mejores condiciones.”

—Mi hija te dibuja constantemente, ¿Sabes por qué lo hace?, O ¿Por qué tiene un tatuaje en su abdomen?—

La chica mostró su dedo índice diciéndole que solo respondería una pregunta de las dos que había hecho, Titán gira los ojos un poco estresado pero accede.

—La segunda.—

“Es algo que no puedo contarte ya que mi vida estaría corriendo peligro, si no te quiere decir nada al respecto sería mejor que no siguieras investigando”

El hombre queda todavía con dudas y aunque continúa cuestionando la joven no da realmente respuestas útiles, su plática continúa con el mismo patrón pero Titán no lograba obtener la información que deseaba, articula luego de un rato una pregunta personal dirigida a la joven: “¿Cuál es tu edad?” cuestiona más sin embargo la chica se niega a decirla pero él logra intuir que no debía de ser tan grande al recordar haber visto su uniforme cuando ocurrió todo su evento en el baño poco después vuelve a cuestionarla pero está vez con su nombre.

La chica se niega a responder argumentando a través de su escritura que estaría poniéndose en peligro en caso de revelarlo, no podía ocupar un alias porque sería lo mismo, prefería quedar en misterio por unos días más, Titán no tan convencido acepta, casi olvidaba mostrarle el anillo que Palas le había dado días atrás, la joven ve el anillo y lo toma después de que el empresario se lo prestara, miró con detalle cada piedra preciosa en el anillo mientras rascaba su mejilla izquierda.

Había perdido la conversación, Titán le hablaba pero ella ni siquiera respondía, eventualmente empezó a llorar por accidente de una manera ahogada y dolorosa mientras en su pecho se alojaba una horrible sensación de miedo que conforme el paso de los segundos sentía que la ahogaba.

Paró de llorar después de decirse así misma mentalmente que no estaba en peligro ahora mismo, limpio su rostro y cuestionó —¿Dónde lo conseguiste?— no se había percatado del uso de su voz sino hasta que vio a Titán observándola perplejo y con la boca semi abierta, por un momento sintió como su corazón dejo de latir y su cuerpo empezaba a sudar frío.

(...)

Eran las seis de la tarde cuando Hyoga llevaría a cabo la primera parte de su plan, tomó todas sus cosas y bajó hasta la recepción donde Esmeralda ya estaba haciendo el cambio de turno con su compañero, con normalidad el rubio se acercó a la chica para hablar directamente sobre los servicios que su prometida daba.

—Eris es de verdad buena con todo esto, si tienes algún malestar solo te tomas este té —dijo enseñando el té en el folleto que tenía— Pero si estás estresado te tomas este.

—Ya comprendo, tengo algunas dudas pero intuyó que el té si funciona— respondió leyendo un poco el folleto

Esmeralda continúo la conversación con Hyoga con normalidad, el rubio explicaba la función de cada té esperando que su amiga se viera interesada en los productos que su prometida ofrecía pero el interés de Esmeralda no iba más allá de solo observar el té, no podía hostigarla demasiado con lo mismo ya que eventualmente su plan sería descubierto por la chica; le dejó el folleto por si se animaba a probar alguna bebida, siguió su camino hasta la salida algo decepcionado de que su plan había fallado pero luego de tomar un taxi Docko llamó indicándole que a pesar de todo había hecho un buen trabajo.

Cada quien se dirigía a su hogar postergando el tema de conversación para el día siguiente, Ikki era el más interesado en volver a su casa ya que desconocía si su hermano había vuelto o no temprano después de estar con Seiya, después de estacionar el auto entró a su casa encontrando las luces apagadas lo que significaba que nadie estaba, tal y como le había dicho solo lo esperaría hasta las ocho de la noche sin embargo no fue necesario salir en su búsqueda ya que a las siete y media el muchacho llegó a su casa.

Shun entró, cansado y agitado a lo que Ikki intuía que había estado corriendo para poder llegar temprano, el detective se acercó hasta él luego de que su hermano terminara de quitarse el calzado, intentó conversar sobre como había pasado la tarde con Seiya pero Shun solo decía lo mínimo.

Ikki no quería presionarlo sin embargo no quería volver a rezagar sus problemas en un segundo plano, Shun se quedó en la sala mientras él cocinaba pero por momentos se alejaba de la estufa para ver a su hermano, lo notaba raro (más de lo usual), cuando la cena estuvo lista quiso aprovechar ese momento para poder dialogar aunque en el fondo sabía que no recibiría respuestas por parte de su hermano.

Ambos se sentaron en la mesa cuando el detective empieza a conversar, primero con temas cotidianos y normales pero poco a poco aumentando a temas que el consideraba más personales solo que Shun no era tan idiota como para saber a dónde iba la plática, sabía que respuesta dar a las preguntas de Ikki.

—¿Mañana volverás a ver a Seiya?— preguntó el mayor sin despegar la vista de su plato de comida

—No... Mañana no... —contestó con cierta duda— de hecho quería que me ayudarás con algo

—¿Con qué?— respondió con gran interés

—Invite a una amiga al baile de la escuela... Pero no tengo un traje —Dijo haciendo una breve pausa— ¿Podrías prestarme uno de tus trajes?

Ikki lo observó un momento en lo que procesaba la información, después recorrió con su vista todo el cuerpo de su hermano para poder llegar a una conclusión. —No creo que te quede algunos de mis trajes— respondió casi en tono de burla

—Puedo modificarlo, solo es para esa noche...— respondió rogando que su hermano aceptará prestarle uno.

—De todos modos te quedaría algo mal, es mejor que comprar uno, ¿No crees?— sugirió notando en Shun un pequeño asombro

—No hace falta que compres uno... Cómo ya dije, puedo arreglar uno de los tuyos— respondió al no querer que Ikki gastará en algo que quedaría arruinado

—La verdad es que no quiero prestarte uno mío, si quieres entre semana podemos ir a comprar uno— Dijo entre risas al estar bromeando pero considerando un día que estuviera disponible como para acompañar a su hermano a la tienda.

Aunque Shun no quería terminó aceptando, a lo mejor no era mala idea pero llegaba a sentirse un poco mal por el dinero que tendría que gastar Ikki en el traje, por esa noche y al término de la cena cada hermano durmió en su habitación (aunque esto había sido más por petición de Shun que por decisión del detective) al día siguiente y como ocurría normalmente cada uno fue a su trabajo y a la escuela solo que Ikki había tomado la oportunidad de salir un momento de su trabajo para recoger a su hermano de la escuela y llevarlo a comprar el traje ya que como desde días había estado pensando, no quería seguir excluyendolo tanto de su vida.

Ikki se estacionó frente a la escuela mientras observaba a los jóvenes salir de la institución, de entre tantos alumnos logró ver a su hermano quién estaba con los jóvenes de la otra vez pero no parecían ser sus amigos o a lo menos eso era lo que el veía por la manera en que le impedían el paso y se dirigían hacía el. Estaba un poco intrigado, casi nunca estaba presente en la escuela y hecho de que se supiera públicamente que fueran huérfanos de ambos padres no ayudaba mucho a su hermano en un ambiente escolar donde siempre se ha buscado ser mejor que los demás y donde el “complejo de protagonista” prevalece en cada estudiante.

Se bajó del auto y con normalidad se acercó hasta donde Shun era obligado a ver un vídeo y aunque no estaba sometido y podía verse que inclusive estaba ahí por voluntad propia era todo lo contrario, quizá no estaba recibiendo golpes pero si amenazas en caso de que alejara la vista del celular. Ikki al ver la postura rígida y la mirada sería de su hermano fue suficiente como para notar que estaba incómodo, estando a pasos de el, introdujo sus manos dentro de las bolsas de su saco, todos ahí a excepción de él eran menores de edad... Dato que tenía muy en cuenta.

—¿Shun?, Vámonos—

Habló firmemente a un metro de dónde su hermano se encontraba logrando no solo la atención del grupo de chicos sino de la mayoría de estudiantes que al oír la gravedad de la voz del detective detuvieron su andar para ver qué ocurría.
Shun dirigió su mirada hacía su hermano, negó lentamente indicando que no podía irse pero Ikki lo ignoró, se acercó hacía donde estaba para tomarlo de la muñeca y llevárselo sin importarle los demás jóvenes o lo más importante... El vídeo.

—¿No deberías de estar trabajando? —preguntó mientras intentaba soltarse de su hermano— No me molesta que estés aquí pero...

—Pedí permiso para salir algo temprano, de hecho tengo que cubrir algunas horas durante la noche —respondió interrumpiendo a su hermano— Vamos a visitar una tienda de ropa antes de ir a casa

—¿Tan rápido vamos por el traje?, Creí que tardaríamos más en comprarlo— hablo mientras subía al auto y se colocaba el cinturón de seguridad

—Entre más rápido lo tengas será mejor—

Ikki respondió en lo que arrancaba el auto para empezar a conducir hacía la tienda departamental donde se compraría el traje, no tardaron tanto en llegar como el detective había pensado sin embargo si se demoraron en buscar un lugar en el estacionamiento aunque después de algunos minutos finalmente entraron a la tienda.
Con solo ver la fachada del lugar Shun suponía que era un lugar costoso que podría estar fuera de sus alcances, aún así aún pensaba que solo estaban ahí para comparar precios pero vió a su hermano decidido en comprar un traje ahí sin importar el precio; suspiró un poco preocupado mientras subía en las escaleras eléctricas para luego junto a Ikki dirigirse al área de jóvenes, caminó detrás de Ikki dejando que el mayor se encargará de buscar la ropa en lo que el solo asentía o negaba las opciones que su hermano presentaba.

Ikki vió varias opciones que creyó que a Shun le quedarían bien, tomó un traje de color azul marino, otro de color negro y uno gris para que su hermano se los probara en el vestidor solo que el menor no pareció tan convencido de las opciones en color aunque el diseño era lindo, Shun no quería involucrarse en la compra de la ropa pero como su acompañante iba a llevar un tono plateado en su vestido, que el llevara un color azul marino no quedaría tan bien... Se acercó a buscar más colores hasta que encontró un lindo traje blanco.

—¿Ese quieres?— Preguntó Ikki observando el traje que Shun había tomado, aunque era lindo no quería que lo usará por asociarlo a un evento más formal como el de una boda

—Mi amiga llevará un color plata en su vestido... No puedo usar azul marino— respondió dejando los trajes que Ikki le había presentado en sus estantes

—¿Y porque no uno gris entonces?— cuestionó rehusandose de forma indirecta a qué su hermanito usará un traje blanco

—Blanco quedará mejor—

Ikki soltó un suspiro, observó solo unos segundos a su hermano, no por el hecho de usar blanco significaba que iba a casarse así que evitando pensar en más o dejar que su imaginación se desbordara acepto aún con duda acompañando hasta el vestidor a Shun; los vestidores quedaban hasta la esquina derecha y ellos se encontraban en la izquierda así que el trayecto era algo largo, Ikki caminó delante de Shun por un rato viendo la diferente ropa que vendían por ratos solo que en cierto momento de su caminata decidió ahora permanecer detrás de su hermano con la intención de cuidarlo al presentir que alguien estaba observandolos.

Shun se detuvo un momento para girar a verlo en busca de respuestas por el cambio en su posición al caminar pero en lugar de obtener respuestas solo sintió la mano izquierda de su hermano tocar su espalda y empujarlo para que siguiera caminando, notaba a Ikki raro, siempre estaba serio pero en esta ocasión su expresión era diferente...

El detective intentó mantener una postura normal y una actitud más relajada a pesar de estar al pendiente solo con su mirada de todas las personas a su alrededor intentando buscar a quien creyera que lo estaba espiando, finalmente llegaron a los vestidores pero aún continuaba haciendo guardia mientras su hermano ingresaba a un cubículo y él permanecía fuera, su vista era limitada por los anaqueles de ropa frente a él además de algunos muros que escondían ciertas zonas pero aún así se mantuvo alerta... Hasta que su hermano salió con algo de pena de los cambiadores vistiendo el traje blanco.

El detective giró a verlo, cambio su semblante a uno más relajado cuando lo vió Inclusive llegó a sonreír al ver qué le quedaba perfecto, arregló algunas cosas en la zona de los hombros y del cuello además de componer la corbata al estar fuera de lugar.

—¿Qué te parece?—

Cuestionó Ikki acompañando a Shun hasta el espejo de cuerpo completo a unos pasos de dónde estaban, el menor se vió al espejo con algo de pena.

—Creo que bien...— Respondió el menor observando su imagen en el espejo

Ikki y Shun llegaron a la decisión de que no hacía falta buscar más en la tienda, pagaron el traje y se dirigieron a la salida con la bolsa de compra, el menor caminaba por delante mientras Ikki lo seguía por detrás al seguir queriendo descifrar un posible sospechoso ya que sabía que no podía estar equivocado, sentía como alguien los espiaba pero no podía saber con exactitud de quien se trataba.

Bajaron las escaleras eléctricas mientras el detective continuaba detrás de su hermano pero ahora sintiendo como la presencia de esta persona misteriosa aumentaba, la sentía demasiado cerca como si también estuviera bajando las escaleras tras de ellos, disimuladamente tomó de la muñeca a su hermano para caminar hasta la salida que daba directamente a la carretera en lugar del estacionamiento pero detrás de su aparente equivocación había un porqué, las puertas eran de cristal lo que significaba que reflejaban con dificultad el interior de la tienda así como a su gente. En su breve recorrido hasta la puerta descartó a las personas que no cumplían con lo que él pensaba hasta que después de pasar un poco de tiempo observando atento a la puerta y el reflejo vió a su primer sospechoso quien apenas estaba bajando las escaleras eléctricas.

Al intentar forzar su vista en el cristal con la intención de poder tener una imagen más clara de esta persona, Shun se detuvo cerca de la puerta pero en vez de enojarse con su hermano por parar para atar sus agujetas, aprovechó el tiempo para girar disimuladamente su vista y así contemplar a quién los seguía. No pudo observarlo durante mucho tiempo pero bastaba con lo que había visto, se sintió un vacío pero el sentimiento de enojo era mayor, tenía que hacer algo al respecto ya que no quería que esto pasara desapercibido...

(...)

No había hablado de su reciente plan con algunos de sus compañeros ya que no quería que le negaran sus acciones o el plan que tenía listo para realizarlo esa misma noche, prefería que todo siguiera oculto pata evitar también meterse en problemas. Solo faltaban dos días para que Hyoga se infiltrara en la casa de Esmeralda sin embargo Ikki no sería capaz de esperar dos días más, ese mismo día no argumentó u opinó nada al contrario de otras ocasiones pero este cambio repentino en su actitud solo pudo ser apreciado por Hilda quien desde que lo vió regresar después de la hora de la comida lo notó un tanto raro.

Cuando finalmente dieron las seis de la tarde Ikki tomó sus cosas y salió de la oficina, aún no llegaba Esmeralda, se subió a su auto y condujo pero en esta ocasión no se dirigía a su casa. Intentó tomar avenidas para llegar más rápido a su destino pero de todos modos seguía algo lejos aunque eso de cierto modo le beneficiaba ya que así estaría totalmente seguro de que la casa estaría absolutamente sola mientras él investigaba.

Tardó unos minutos para poder llegar, estacionó su auto a unas cuadras, posicionado en una dirección donde desde su carro le permitía observar tanto la entrada del hogar como los alrededores de está, conectó una pequeña cámara de seguridad que se vinculaba en tiempo real con su celular, la dejó encendida para que grabara la entrada. Antes de salir del auto se colocó unos guantes de látex y un gorro para ocultar su cabello, salió y se dirigió con normalidad hasta la casa solitaria, como era de esperar la puerta estaba cerrada, sacó su tarjeta de crédito de su billetera junto con un clip para forzar la puerta, después de un rato intentando por fin logró abrirla para así poder abrirse paso dentro, no iba a prender las luces de la casa ya que si lo hiciera correría peligro, con una pequeña lámpara vió todo el cuarto sin mover un solo músculo de la entrada después de volver a cerrar la puerta, por lo visto no había cámaras de seguridad pero no podía estar tan confiado.

Caminó dentro de la sala asombrandose por la decoración minimalista que Esmeralda había implementado en su hogar, revisó cajones de los muebles, debajo de la alfombra, detrás del televisor y por debajo de los sillones pero no encontró mucho; pasó directamente a la habitación al intuir que ahí encontraría algo aunque por el momento Esmeralda parecía de cierto modo inocente. Al entrar revisó nuevamente la presencia de cámaras viéndose sorprendido al contar un total de cinco cámaras ocultas, antes de poder entrar necesitaba desactivarlas, se ingenió un poco la tarea intentando ver si dentro de la casa y en alguna otra habitación estaban conectadas por alguna computadora o si había una fuente de energía que pudiera alterar para poder entrar, la segunda opción fue su respuesta, encontró un transformador en una búsqueda por la cocina, el transformador estaba afuera pero fue sencillo solo abrir la ventana y desde ahí manipular la energía para que parara por un rato desactivando todos los dispositivos eléctricos de la casa; regresó al cuarto donde empezó a investigar revisando en todos los anaqueles y cajones que podía pero sin encontrar algo realmente importante, revisó debajo del colchón pero tampoco había nada... Había revisado todo y no había visto nada, estaba algo frustrado al fallar en su intención hasta que su vista se poso en él único lugar donde no había pensado buscar, detrás de los cuadros de pinturas e imágenes.

Sonaría ridículo pero no por nada lo habían puesto a él en el caso, con experiencia en su trabajo se acercó a cada cuadro para revisar detrás de él y cuando menos esperanzas tenía finalmente encuentra un pequeño agujero en la pared, se nota su sorpresa al verlo y aún más cuando esté estaba repleto de papeles mal acomodados, tomó solo los que su mano pudo agarrar y ahí mismo vio cada uno mientras se alumbraba con su lámpara.

Eran recibos de pago y algunas fotografías donde se mostraban principalmente jóvenes posando de maneras algo sexualizadas para la edad que aparentaban tener lo muchachos, la mayoría de papeles en el agujero eran similares, el contenido realmente no cambiaba.

Guardó algunas fotos y recibos de pago para tenerlos como evidencia y presentarlos cuando fuera necesario, al volver a meter su mano en el agujero logra sentir algo pequeño y metálico que realmente era una llave, con intriga observa el artefacto encontrado mientras su mirada empieza a recorrer toda la habitación con desespero pero por momentos dándose un pequeño tiempo para observar la cámara que había dejado en su auto por medio de su teléfono.

Suspiró un poco cansado mientras de sentaba en la cama, con poca iluminación siendo la única fuente de luz su lámpara empieza a analizar donde podía usar la llave, sin ideas claras de levanta de la cama y camina fuera de la habitación para ahora pasar al siguiente cuarto (el de lavado) pero cuando dió el primer paso dentro escuchó la madera crujir, inmediatamente bajó su mirada notando la tabla un poco levantada, se agacha y quita con cuidado la tabla viendo lo que había dentro... Una caja de madera con una cerradura, sin dudarlo saca la caja del agujero del suelo para ponerla en el piso y así abrirla con la llave.

Cuando abrió la caja vio más fotos llamándole la atención algunas imágenes donde aparecía un joven castaño que era similar al chico que había visto salir del consultorio de Andreas, siguió buscando en el contenido de la caja hasta que se detuvo en seco al ver el color de algunas hojas.

Algunas hojas de papel eran de color rosa pastel, unos tenían un color más intenso que otros pero seguía siendo rosa, tragó saliva mientras sus ojos expresaban lo sorprendido a la vez de traumatizado que ya estaba al ver el contenido de estás páginas coloridas siendo pertenecientes al álbum fotográfico que había encontrado en la casa de Integra y Paradox, conforme veía hoja tras hoja su malestar incrementaba, ¿Por qué Esmeralda tenía algo así?.

No cabía duda que las páginas eran las de ese álbum, ni siquiera quería ver por completo las imágenes al sentir naturalmente una inmensa repulsión por ver menores de edad en posiciones sugerentes o simplemente pareciendo que estaban dormidos en una cama pero que esas fotografías transmitían una fuerte carga erótica, lo peor de todo es que solo había fotografías de hombres... De niños pequeños y adolescentes pero únicamente varones por lo que había la probabilidad de que alguien más tuviera las páginas faltantes pero ahora de las mujeres.

Creyó haberlo visto todo pero reprimió su vómito y náuseas al contemplar las horribles fotos donde tanto niños y jóvenes aparecían totalmente desmembrados, apuñalados, violados hasta la muerte o mutilados... Era espantoso de observar ya que el dolor en las expresiones transmitían tan vividamente su sufrimiento, solo alguien insensible sería capaz de ver las fotos sin presentar ningún tipo de reacción.

Consideraba que había visto demasiado, tomó las fotos que creyó importantes para guardarlas como evidencia y antes de cerrar la caja una última fotografía llamó de inmediato su atención, rebuscó dentro de los papeles de la caja hasta dar con la foto que sus ojos habían captado, al sacarla un sudor frío apareció inmediatamente en su frente, su respiración se cortó de golpe y un escalofrío lo recorrió... Estaba inmóvil con sus pupilas dilatadas al más no poder que parecía que se perdían en la inmensidad del tono blanco del resto de su globo ocular.

Era una fotografía de su hermano en el cambiador de la tienda, esa foto había sido tomada ese mismo día...

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