Anillo
Durante la noche del asesinato de Ban, Ikki ignoró la vestimenta y el malestar de Shun, después del abrazó le entregó directamente las medicinas que le había pedido y fue a su habitación a descansar poniendo de escusa que iría a seguir trabajando.
Shun no mostró objeción fue a su cuarto con los medicamentos, recogió los resultados médicos y los entregó a Ikki pasando dichos papeles por debajo de la ranura de la puerta, el menor se mostró tranquilo, por suerte había encargado los resultados con Aldebaran con anterioridad para así mantener a su hermano tranquilo y evitar que siguiera cuestionandolo; a Ikki podía controlarlo, sabía lo temperamental y espontáneo que podía llegar a ser pero a quien no podía manipular era al resto de la gente...
Ya eran demasiadas veces que faltaba con la psicóloga, siempre intentaba poner excusas para evitar asistir y en todas esas funcionaba, a lo mejor recibía algún reporte que Ikki debía firmar pero como su hermano siempre estaba ocupado él mismo las firmaba y las presentaba; Katya era la única que asistía a las consultas, Shun de plano no tenía ninguna intención de volver y menos cuando Sasha empezaba a cuestionar más y más ciertos aspectos de su vida, quizá el punto culminante de todo el asunto fue cuando sintió el mismo que todo estaba perdido, que ya sus mentiras con Sasha no rendían efecto y su miedo se materializaba más cuando entraba por la puerta del pequeño consultorio blanco.
Ese mismo día, mientras su hermano estaba despidiendo a su compañero en el cementerio, él debió de haber estado en consulta pero prefirió simplemente quedarse en el salón al lado de su amigo y una muchacha que se unió a ellos.
—Pronto será el baile del aniversario número 50 de la escuela, ¿Ya tienen pareja?—
Cuestionó la chica castaña con ascendencia china, Seiya negó pero comentó que de todas formas asistiría solo por la comida, Shun ni siquiera prestó atención a la pregunta, en su mente rondaban miles de cosas (para él más importante que un baile).
—¿Shun?, ¿Escuchaste?— preguntó Seiya y su amigo reaccionó, se volvió a reformular la pregunta y esta vez el contrario negó.
—No voy a asistir al baile— contestó —Pero ustedes diviertanse en mi lugar
—¿Por qué no?, Si es porque aún no tienes pareja... Pues...— habló en un bajo tono de voz —...Yo podría acompañarte.
—¿Perdón?, No lo siento, no voy a asistir por otro motivo...—
—Pero lo va a pensar y él te avisa, ¿Esta bien?— Seiya interrumpió a su amigo, Shun solo viró los ojos ante esa falta de respeto.
Mientras ellos tres seguían hablando, unos de sus compañeros entraron al salón al faltar pocos minutos para iniciar la siguiente clase, estos jóvenes se pusieron al fondo del salón con un celular, bajaron un poco del volumen de este mismo y reprodujeron un vídeo.
El volumen falló, pequeños sonidos llegaban a escucharse por los demás estudiantes que estaban en el salón... Incluido Shun y sus amigos.
Seiya al escuchar el vídeo dejó de prestarle atención a la joven para centrar su mirada en su amigo, este solo guardó todas sus cosas con prisa pareciendo como si quisiera esconderse o huir de alguien, tomó su mochila y salió del salón; Seiya pidió a la chica no moverse del sitio en lo que el iba detrás de Shun con la intención de detenerlo. Seiya logro alcanzarlo al empezar a correr, pudo detenerlo en la entrada, su amigo ya se había cambiado de zapatos al estar totalmente decidido a abandonar por ese día el resto de sus clases.
—¿Qué haces?— preguntó al acercarse
—Lo siento, pero no puedo estar más aquí.— respondió con una angustia bastante clara
—De seguro no es lo que piensas, no pueden ver pornografía en la escuela.—
—No soy un idiota Seiya, por favor, si Shaka pregunta por mi dile que enferme o no sé... Yo no voy a volver por hoy.—
(...)
Durante la mañana a primera hora se había llevado a cabo un pequeño homenaje a Ban quién había perdido la vida en las instalaciones de la policía la noche anterior, al fallar la electricidad las cámaras no pudieron detectar al culpable y los empleados que estaban cerca no llegaron a ver o escuchar nada pero sin embargo se había encontrado una jeringa en el suelo junto al cuerpo del oficial lo que indicaba que con eso se había llevado a cabo su muerte.
El homenaje terminó llegado cierto tiempo, Hyoga propuso en lugar de ir al edificio pasar a su casa a dialogar, todos los involucrados estuvieron de acuerdo y fueron sin objeción incluida por supuesto Hilda; cuando llegaron, la prometida de Hyoga los esperaba con algo de té, ellos agradecieron y en la sala de la cocina llevaron a cabo una pequeña reunión.
—Lamento lo de su compañero, de verdad lo siento— anunció Hilda sosteniendo entre sus manos la taza de té ligeramente caliente
—Esta bien, no te preocupes más. —respondió Hyoga— Es una verdadera pena pero no podemos solo sentarnos y lamentarnos entre todos.
—Sea donde esté, ahora está descansando.— dijo Geki e Hilda pareció un poco más tranquila.
—¿Por qué creen que haya muerto?, ¿Será porqué logró contactarse con Docko?— preguntó Ikki observando dentro de la taza del té
—Es una posibilidad pero anoche lo vi más ocupado de lo usual.— respondió Geki
—Geki tú eras su amigo, ¿No te comento nada?— preguntó Hyoga pero el contrario negó
—No, solo una vez me dijo que estaba algo abrumado por lo que había visto.—
—¿No te dijo más?— interrogó Ikki
—No, nada más.—
Los cuatro siguieron dialogando, intentando encontrar una razón para "justificar" de algún modo el reciente fallecimiento de su compañero, por el momento no podían regresar a su oficina al seguir los criminalistas investigando el lugar, algo que estaban olvidando todos era Shion y Mu quienes seguían hospitalizados y hasta el momento solo se sabía que Shion seguía en el hospital pero que su hijo estaba recomponiendose en su hogar.
Fue idea de Hilda ir a visitarlo, algo habían hechando en su bebida como para lograr trasladarlo al hospital, Geki sintió que su visita era algo apresurada pero aún así los acompaño a la casa de su amigo. Al llegar y tocar el timbre, la esposa de Mu les abrió y los guío hasta el cuarto donde él estaba descansando, apenas lo habían dado de alta por lo que seguía necesitando descanso. Entraron con delicadeza al cuarto cuando Mu les permitió la entrada, Hyoga entró primero seguido por Hilda, luego por Geki y al último por Ikki; para no ser tan invasivos cada uno se colocó a cierta distancia del hijo de Shion para no incomodarlo.
—¿Cómo estás?— preguntó Hyoga siendo el más preocupado por Mu que todos los demás
—Sigo aturdido... Pero estoy bien. —respondió logrando articular una pequeña sonrisa— Creo que sé a qué vienen
—Pues estás en lo correcto.— con algo de pena habló Geki
—Anoche... Tuve más trabajo porque tenía que organizar el archivo muerto, me quedé en la bodega un rato más, llegó Esmeralda a ofrecerme un café y lo acepté, honestamente no me sentí mal al principio... De hecho me sentí mejor, antes de irme pasé a despedirme de mi padre, tardé un rato más hablando con él, se hacía tarde y aunque el también debía irse solo nos quedamos un rato más por qué su asistente llegó con dos tazas de té —
—¿Quién era la asistente?, No recuerdo que Shion tuviera una— Preguntó Hyoga
—No recuerdo del todo su nombre porque ella trabaja en el horario nocturno, pocas veces he tenido que hablarle.—
—¿Cómo era físicamente?— preguntó Ikki y Mu tardó un poco en responder
—No era tan alta, tenía cabello alto, era delgada y portaba un collar negro en el cuello... No estaba usando uniforme, vestía casual.—
—¿Usaba un collar?— preguntó Hilda con curiosidad
—Sí, era algo extraño, parecía más bien un collar para perros porqué incluso tenía la hebilla para la cuerda.—
Hilda giró con disimulo a ver a Ikki, ambos sonrieron un poco intentando no ser tan obvios, con ese último comentario no quisieron saber nada más, agradecieron y se marcharon para reformular teorías pero esta vez de manera individual cada quien al ya no contar con demasiado tiempo como para citarse en casa de alguien, todos aceptaron trabajar desde sus hogares y luego compartirse la información.
Ikki volvió a su casa, como era de esperar aún no había nadie lo que significaba que tendría tiempo para investigar sin temor a que Shun abriera la puerta de su cuarto sin avisar y viera algo indebido o prohibido; a pesar de que tenía un mínimo conocimiento sobre lo que era el Petplay no lograba entenderlo por completo, indagó en internet sobre este y como ya sabía, este gusto de disfrazarse y actuar como mascota era algo común e incluso normal dentro de la comunidad BDSM, no podía quedarse solamente con el primer resultado por lo que su investigación continuo hasta llegar a un apartado especial, considerado juegos y experiencias un poco más extremistas siendo una de ellas la de la humillación.
Este apartado en particular le llamó la atención y no dejó pasar la oportunidad de leerlo, se podía llevar a cabo de diferentes maneras, iban desde "las más sencillas" como simplemente ser avergonzado frente a un conocido (por ejemplo) y otras más extremas como tener intimidad frente a los padres de la sumisa o ser humillada en público al realizar algún acto cuestionable pero por su puesto, todo esto debía ser aceptado tanto por el Dominador como por el sumiso y el juego se detendría en caso de que este último se sintiera incómodo.
Esta organización al parecer abarcaba más el tema del BDSM que lo de la infantilización a sus víctimas (aunque está rama también estaba inmersa en el mundo del masoquismo) al aplicar también diferentes tipos de castigos a estas personas que desafortunadamente cayeron en sus manos, siendo las predominantes el tema de la humillación, las marcas de propiedad en el cuerpo y los roles que se seguían (siendo el amo como figura máxima de autoridad y respeto y el sumiso solo dedicándose a obedecer y satisfacer)
Ikki tomó un breve descanso para tomar aire, constantemente se llegaba a preguntar por Marín, según el mensaje anónimo ella estaba bien pero... ¿Realmente como se encontraba?, Ella no cumplía exactamente con la edad de las víctimas que solían tomar.
Era un tema difícil de tratar pero sobre todo delicado, decirle a un padre o a una madre que su hija fue humillada, inhumanizada y simplemente ocupada como objeto/juguete sexual no era lo más fácil de hacer y claro, tampoco de procesar.
Apagó su computadora un momento, revisó su reloj y su calendario cerca de la computadora y no estaba equivocado, solo faltaban dos días para su aniversario número ocho con Pandora, ambos se habían conocido hacía ya ocho años en un consultorio psicológico...
Jamás creyó durar demasiado con alguien, antes solo tenía reuniones casuales con mujeres por un simple deseo común entre ambos, a lo mejor no era el momento indicado para llevar su relación a algo más pero estaba emocionado, su corazón palpitaba con fuerza al imaginarse un futuro tranquilo y próspero con su pareja.
Tomó su chaqueta y su billetera y salió de la casa dispuesto a ir directo a la mejor joyería para comprar un anillo digno de Pandora, tardó un poco en encontrar la joyería ideal pero después de un largo rato conduciendo logró encontrarla. Se estacionó en el estacionamiento del mismo local y accedió dentro de la tienda, vió cada opción disponible de anillos pero ninguno le llamó la atención realmente.
—¿Puedo ayudarlo?—
Habló al otro lado de la vitrina el dueño y gerente de esa joyería, Ikki alzó la mirada al escuchar la voz dura del hombre frente a él; se enderezó y se sorprendió al ver a Saga detrás de la vitrina.
—¿Trabajas aquí?—
Fue lo primero que pudo preguntar al ver a Saga frente suyo, vistiendo elegante con su traje entallado banco y su corbata roja, su cabello atado en una coleta alta y usando ¿Guantes?
—Por supuesto, este es mi negocio, vuelvo a preguntar... ¿Puedo ayudarte?— preguntó colocando una pequeña sonrisa
—Busco un anillo de compromiso, uno realmente lindo pero no quiero que sea de color blanco... A lo mejor algo en tonos dorados o no sé, algo formal.— respondió causándole algo de intriga la tienda, antes había buscado joyerías de acuerdo al testimonio de las amigas de Akira sobre la última vez que vieron a la chica, se centró en buscar en el centro comercial pero no le dio importancia a las tiendas fuera de este rubro.
—No sabía que tenías pareja y tampoco sabía que pensabas comprometerte— contestó mientras retrocedía solo unos pasos para sacar del mostrador a sus espaldas algunos anillos para mostrarle a Ikki
—No tendrías porque saber ese dato de mí, nuestra única interacción es por la escuela de mi hermano y tu hija— respondió
—Por cierto, ya nos has ido a las sesiones con la psicóloga ¿Todo bien en casa? —cuestiono poniendo los anillos frente a Ikki para que tomara una decisión— Quizá nos conocimos de mala manera pero créeme que quisiera formalizar una amistad contigo.
—Honestamente yo no deseo lo mismo —respondió viendo a detalle casa pieza— Y mis problemas familiares no son realmente de su incumbencia.
Saga soltó una ligera risa, salió de detrás de la vitrina para acercarse a Ikki y tener una mejor conversación según él; se colocó al lado del detective y se inclino solo un poco para tomar uno de los anillos más caros que por accidente había mostrado. —Voy a retirar este, no creo que te llame la atención— susurró casi al oído de Ikki debido a la cercanía de sus cuerpos, el moreno giró solo un poco para ver de que pieza se trataba.
—¿Cómo sabe eso?— preguntó con cierto enojo que dejó demostrar tanto en su entonación de voz como en su expresión facial.
—Alguien que no puede costear un nutriólogo para su hermano no puede comprar una pieza como está.— respondió con una sonrisa pequeña que molestó aún más al detective.
—¿Quién le reveló información de mi familia y por qué supone cosas erróneas?— cuestionó enojado ante la prepotencia que Saga estaba mostrando
—En las sesiones con la psicóloga se pueden saber muchas cosas... —dijo— Por eso intuyó que está joya no será de su agrado.
—La quiero.—
Saga sonrió, Ikki nunca antes había visto sonreír de tal manera a ese hombre antes como esta vez, iba a arrepentirse de la compra seguramente pero no dejaría que aplastaran su orgullo; pagó con tarjeta y la joya fue de el, su tarjeta quedó vacía luego de la compra, había sacrificado todos sus ahorros y la pensión que alguna vez el gobierno le otorgó para abastecer los gastos de su hermano pero él trámite estaba hecho.
Abandonó la joyería terminada la compra, no quería volver a ese sitio en su vida por la arrogancia de Saga, subió a su auto y para despejarse del mal sabor de boca que le había dejado visitar la joyería de aquel tipo pasó al parque, se quedó sentado en una de las bancas por un momento hasta que a lo lejos logró ver al señor que vendía helados.
Le pareció buena idea comprar uno, se acercó con normalidad notando algunos niños llorando a lo lejos negando los helados que sus padres ofrecían, intuyó que a lo mejor estaban pasando por alguna rabieta o el sabor no les había agradado, al llegar leyó el pequeño menú en el carrito informando los diferentes helados.
—Dame solo un cono sencillo de vainilla.—
Ikki pidió sacando su billetera, el hombre obedeció sirviendo el helado del sabor pedido y entregó al detective cuando este le extendió el dinero pero algo curioso ocurría, por un breve lapso de tiempo ikki solo pudo observar al vendedor sin moverse o articular palabra alguna ante la confusión que presentaba.
—¿Saga?— preguntó al ver al vendedor pero este inmediatamente negó con la misma sonrisa altanera que Saga
—Saga es mi hermano, yo soy Kanon, somos gemelos. —explicó amablemente mientras le entregaba el cono de helado— ¿Eres su amigo?
—No me podría considerar su amigo —dijo entregando el dinero por el helado— Gracias por esto.
Ikki se dio media vuelta, pensaba regresar a su auto para ahí comer del helado y no tener que estar soportando los gritos de los niños en el parque pero recordó algo importante, el jarabe especial que su hermano necesitaba, claro que tenía que mandarlo al nutriólogo y al psicólogo por su problema alimenticio pero primero actuaría con sutileza comprando el jarabe.
Jamás imaginó que el precio se elevaría tanto luego de unos años de no comprarlo, esperaba que funcionará por qué realmente no quería volver a comprarlo; regresó a su auto para disfrutar del poco helado que le quedaba aún, solo tardó unos segundos para arrancar el auto e ir a su hogar, debía de llegar rápido para sorprender a su hermano con la comida ya hecha ya que de este modo se podía asegurar de que comiera lo suficiente.
Hizo algo sencillo y fue a la sala para poder descansar en lo que su hermano llegaba de la escuela pero a los minutos llegó, entró dejando sus zapatos y mochila en la entrada, caminó hasta quedar en un limbo entre la mitad de la cocina a su izquierda, la sala a su derecha y en frente las escaleras al segundo piso, fue poco su asombro al ver a su hermano en la sala y en la cocina la comida lista.
—¿A qué hora llegaste?— preguntó curioso acercándose un poco al sillón donde Ikki se encontraba
—La ceremonia a mi compañero fue algo corta... Llegué temprano —respondió apagando la tele— Ve a cambiarte y baja a comer, te serviré la comida.
Shun asintió y fue a su cuarto para quitarse el uniforme pero mientras el estaba ocupado, Ikki se apresuró a llegar a la cocina para servir la comida pero en el jugo de naranja que había servido colocó la dosis del jarabe ya que sabía que si le pedía a Shun tomarlo de forma común no lo haría.
A los pocos minutos Shun bajó vistiendo su pijama en color azul pastel y se aproximó a la cocina donde todo estaba ya en la mesa, incluso su hermano estaba sentado ya, se disculpó por la demora y tomó asiento frente a él, tomó los palillos y probó un poco encontrando agradable el sabor dulce de la comida y es que era de esperarse de que tuviera ese dulzor cuando Ikki no comía nada picante.
—¿Te gustó?— Preguntó intentando aparentar normalidad aunque por dentro quería gritarle a Shun que se bebiera de una vez el jugo que aún no tocaba
—Esta rico, sí.— respondió no interesando mucho la comida o la plática en sí
—Me alegra que te gustará, no soy tan bueno en la cocina...—Contradijo sonriendo un poco solamente— Me esmeré haciendo algo especial como esto y el jugo...
—Que bueno, te salió bien.— dijo centrandose en comer nada más fastidiando algo a su hermano
La plática siguió pero no sé estaba llegando a ningún lado con esto, Ikki golpeaba repetidamente su pie contra el suelo ante la desesperación pero se mostraba sereno por fuera, quizá algo que lo molestaba era la lentitud con la que su hermano comía, ocho minutos en total se tardó Shun comiendo, Ikki solo calmaba su estrés contando números en su mente pero se detuvo al ver qué su hermano bajaba los palillos y dirigía su mano derecha al vaso del jugo, Shun llevó el vaso a sus labios y probó un poco haciendo una pequeña mueca de disgusto que incluso pudo pasar desapercibida para todos pero menos para el detective.
—¿Todo en orden?— preguntó satisfecho de ver qué aunque sea su hermano había probado un poco
—Emmm... Sí, todo en orden. —respondió— Solo que ya estoy bien así, el jugo ya no...
—¿No vas a tomartelo?, Vamos hazlo, compré fruta para poder hacerlo— mintió y Shun pareció creerle
El joven suspiro un poco nervioso y llevó nuevamente el vaso a sus labios, aguantó la respiración y cerrando un poco sus ojos bebió el jugo hasta donde su cuerpo resistió, dejó el vaso con ¼ de líquido y lo mostró a Ikki.
—Pruebalo, sabe un poquito raro.— dijo mostrándole el vaso, Ikki lo tomó cuando él se lo entregó.
El detective acercó el vaso a su boca y simuló tomar de él, luego regresó el vaso a manos de Shun —No sentí nada raro— respondió poniendose de pie para recoger los platos sucios
—Eso fue porque ni siquiera probaste.— murmurando reclamó bebiendo con valor lo que restaba del jugo alterado
Shun se terminó el jugo, se levantó de la mesa y se acercó al lavadero para lavar los platos que había ensuciado, luego él y su hermano fueron a la sala para descansar un rato y ver una película juntos, escogieron una de ciencia ficción y se mantuvieron atentos al televisor por un buen rato hasta que el comercial interrumpió la película.
Ikki aprovechó este pequeño corte para pedir los resultados médicos de los exámenes que Shun se había realizado, el menor pareció pensarlo un momento pero tuvo que pararse e ir por ellos luego de tener que meditarlo por algún motivo; Shun caminó a la entrada en donde estaba su mochila, se agachó y sacó de ahí los resultados para después regresar donde Ikki y dárselos.
El detective encontró raro que su hermano guardara los resultados ahí pero bueno, abrió el sobre en el que se encontraban y sacó el documento, estaba preocupado por lo que podía leer luego de hablar con Andreass el día anterior pero para su sorpresa todo parecía estar bien con su hermano, nada fuera de lo normal según la interpretación que él podía darle.
Dejó los resultados a un lado cuando la película recobró su curso, le daba curiosidad saber porque Andreass mentiría en algo delicado como lo era la salud de su hermano, en toda la película solo pudo pensar en ello y sobre todo en esa fiebre curiosa que Shun había padecido el día anterior y que en solo horas logró recomponerse... O de la supuesta herida en su mano.
Cuando la película volvió a ir a comerciales tomó este pequeño tiempo para dirigirse a Shun y preguntarle sobre lo que había pasado el día anterior con lo de su enfermedad y el corte en su mano pero al parecer la medicina había hecho efecto, su hermano estaba dormido, apenas y podía mantenerse erguido y con el mínimo movimiento era capaz de caerse hacía atrás en el respaldo. Ikki soltó un suspiro, bajó el volumen del televisor, se agachó en su lugar para quitarle los zapatos blancos de piso a su hermano, volvió a enderezarse para esta vez sostener a Shun entre brazos y llevarlo a su habitación para que descansará más cómodamente.
Al entrar, acomodó las sábanas y edredones de modo que le permitieran dejar a su hermano sobre el colchón y poder cubrirlo con las mantas posteriormente, se encargó de cubrirlo lo suficiente por el frío que llegaba a sentirse después caminó solo unos pasos a la ventana para cerrarla y cubrirla con las cortinas pero al lado de la ventana y sobre el escritorio de la computadora de su hermano estaba un peluche de... ¿Cinnamoroll?...
Lo tomó un momento, presionó el peluche al sentirlo agradable al tacto, el peluche le recordaba al que le había visto a la chica castaña en el centro comercial... A la chica de vestido blanco con peluche de Cinnamoroll, preocupado por sobrepensar la situación fue a abrir el armario pero entre tantas prendas diferentes que había no encontró nada similar a lo que la chica usaba aquel día pero si encontró un tipo de bata larga de color blanco.
Llevó ambas manos a su cabeza mientras se mentalizaba que su hermanito no pudo haber sido aquella chica, cerró la ventana pero no salió de la habitación, se sentó en el sillón para pensar más fríamente, sentía su sangre hervir pero al mismo tiempo quería llorar en caso de que sus sospechas fueran verdad, un impulso de querer desertar a su hermano recorría su mente e impulsaba a su cuerpo a acercarse a Shun y despertarlo para aclarar la situación pero no, debía de calmarse y eso solo lo podía hacer fuera del cuarto.
Salió de la habitación cerrando la puerta y yendo esta vez a la suya, revisó las fotografías de la joven intentando encontrar similitudes de ella con su hermano y aparecieron demasiadas quizá por qué continuaba pensando en lo mismo ahora que había visto aquel peluche y aquella bata blanca pero a pesar de esto no podía dejarse llevar solo por especulaciones e ideas suyas.
Mandó mensaje a Aldebaran citandolo para verlo y hablar un día en que ambos no estuvieran tan ocupados, para calmar su tensión y ansiedad bajó a la cocina a prepararse un café, no era lo correcto en su caso pero era irónicamente lo que mejor le ayudaba; esperó paciente en la sala viendo la televisión y tomando su café a que su hermano despertara, seguía con la duda sobre dichos objetos pero tenía que ser paciente y así lo hizo, al cabo de media hora Shun despertó y algo desorientado salió de su cuarto y bajó las escaleras.
Ikki ahora no podía verlo a los ojos, sentía que había visto demasiado aquel día en caso de que en verdad hubiera sido el, tanto había esperado para ahora quedarse callado e inmóvil viendo el televisor. Shun se acercó a él, se sentó a su lado pero el mayor se levantó a dejar la taza vacía del café a la cocina (solo era una excusa para evitar a Shun, solo que no quería admitirlo).
Al regresar a la sala tomó asiento en el sillón individual y siguió "con normalidad" viendo el televisor pero siendo juzgado con la mirada por su hermano, el detective se mantuvo serio evitando cruzar miradas con Shun, a veces mordía sus labios creyendo que estaba siendo bastante obvio y otras veces solo revisaba su hora en el reloj de mano.
—¿Todo bien? —Preguntó Shun ante la indiferencia de Ikki, el mayor giró a verlo un momento y solo asintió sin responder realmente para luego regresar a ver la televisión.— Pues no lo parece
—Todo en orden, ¿Bien?— respondió levantándose del sillón y apagando la tele, se dio media vuelta y salió de la sala
No tenía claro realmente lo que pensaba, imaginar a su hermano en una situación como la que presenció era... Raro, avergonzante y le generaba algo de molestía, ¿Por qué simplemente no agredió al tipo cuando se acercó a él? O por lo menos hubiera pedido ayuda a alguien... Hubiera sido menos ridículo que ser el juguete de aquel hombre y esa mujer. Entró a su habitación reconsiderando como había actuado, ¿Cómo debía de actuar o que debía de preguntar?, Ni siquiera tuvo tiempo para pensarlo debidamente gracias a qué Shun entró al cuarto interrumpiendo sus pensamientos.
—¿Qué te pasa?, Sal de mi habitación inmediatamente— dijo con cierto enojo caminando hasta su hermano, pensaba tomarlo de la muñeca para sacarlo él mismo pero reconsidero sus acciones pensando si era correcto tocarlo o no (Al pensar esto no se refería a como se sentiría su hermano, ya sea incómodo o no por el posible abuso que hipotéticamente hubo en el centro comercial... Sino porque alguien más, específicamente un hombre ya lo había tocado, si hubiera sido una mujer a lo mejor no habría tanto problema pero, ¿Un hombre?)
Shun notó esta actitud y no dudo en enojarse y apartarse cuando miró la mirada de asco de su hermano cuando esté estaba a nada de hacer contacto físico con él; al alejarse, notó en la pizarra que Ikki tenía cerca de su computadora una foto de la muchacha en el centro comercial, viró los ojos y de acercó a la pizarra. Contempló la imagen durante un considerado periodo de tiempo mientras Ikki ya arrepentido solo lo observaba rogando a que su propio hermano desmintiera la foto.
—¿Qué es esto?— preguntó arrancando la imagen de la pizarra, se notaba demasiado molesto cosa que tranquilizó solo un poco a su hermano
—Mejor responde tu a esa pregunta, ¿Eres tú el de la foto?— refutó con cierta hostilidad que no estaba para planeada
—¿Piensas que soy está?, ¿¡Qué te pasa!? —exclamó enojado— Es por eso que estás así ¿Cierto?
Ikki se limitó a responder, Shun talló el puente de su nariz y regresó la foto a su lugar.
—Yo también vi a esa chica ese día... Es increíble que actúes así por que me demuestras que no puedo contar contigo si me encuentro en un problema similar.— respondió caminado hasta la salida del cuarto pero esta vez Ikki lo detuvo cerrandole la puerta estando cerca de salir
—No quieras ponerte como la víctima, se que actúe mal pero... Pero tu actitud molesta, tus comportamiento y ciertas cosas de tu cuarto me dejaron pensando.— explicó haciendo que Shun se enojara aún más.
—¿Qué intentas decirme?, ¿Qué vistes en mi cuarto?— preguntó con la misma hostilidad que Ikki había utilizado anteriormente
—El peluche de la chica, eso fue lo que me hizo pensar demás.— respondió bajando un poco la intensidad de su voz
Shun se quedó pensando un momento para luego recordar el objeto mencionado por Ikki e ir por el a u habitación, a los pocos instantes regresó con el peluche. —Una chica en mi escuela me lo regaló, quiere ir conmigo al baile del aniversario de la escuela... —mencionó con algo de pena— ...Directamente la voy a rechazar
Ikki pareció tranquilizarse e incluso alegrarse un poco por su hermano, camino hasta el borde de su cama para tomar asiento y esbozar una pequeña sonrisa con algo de culpa. —¿Te lo regaló?—
Shun asintió, se acercó a Ikki y le tiró el peluche a la cara —Si pero tú sabrás si creerme o no.— dijo con furia y rencor acumulado.
Ikki tomó el peluche entre sus manos, lo observó durante un tiempo presionandolo de vez en cuando sintiendo la suavidad del terciopelo y los bordados de los ojos y la boca del peluche, alzó la vista creyendo que Shun ya se había marchado pero ahí seguía, frente a él con un ligero temblor y apretado sus puños a sus lados.
—Sientate.— Dijo a su hermano apoyando su mano derecha al lado de donde el estaba sentado paga que Shun fuera a tomar asiento a dicho espacio reservado
Shun muy a su pesar obedeció, se sentó junto a su hermano e intentó relajarse. —Perdón si actúe de cierta forma para hacerte preocupar— comentó en un hilo de voz
—No pienses más en eso, yo también debería pedirte perdón por cuestionarte y comportarme como un idiota —dijo— Solo que no quería aceptar que algo malo te había ocurrido, ¿Sabes a lo que me refiero no?, No quisiera verte mal ni nada por el estilo.... Me preocupé de más y eso...
Shun artículo una pequeña sonrisa apenas visible —Fuiste un completo idiota— se burló tomando el peluche de vuelta
—Tu también —dijo a modo de broma recibiendo otro golpe (menos duro) de Shun— Emmm... ¿Me dejas...?
Preguntó el mayor extendiendo un poco sus brazos haciendo refencia a un abrazo, Shun sonrió, dejó el peluche a un lado y abrazó a su hermano, Ikki correspondió al instante rodeándolo en sus brazos, esto le generaba algo de confianza aunque no la suficiente como para dejar de sospechar, no podía de dudar de la palabra de Shun pero algo no le parecía coherente teniendo en cuenta la personalidad de su hermano. A un metro de distancia observaba la fotografía de esa castaña, la complexión, el tamaño, los gustos y las expresiones que había hecho eran similares a las de Shun.... Quizá lo único que los diferenciaba era el color de cabello y el sexo.
(...)
El día Viernes (tres días después de que Ikki comprara el anillo) Pandora estaba ocupada con uno de sus clientes en su despacho, el asunto era importante de atender por lo cual el llamando a su puerta la desconcertó un poco haciéndola perder el interés en la plática con su cliente.
Pidió disculpas y se levantó de su silla, caminó hasta la puerta arreglando su traje en caso de que alguien importante estuviera detrás de la puerta, al abrirla, un simple repartidor con un ramo con 150 rosas rojas la recibió, se sonrojó un poco al ver qué a parte de las rosas había una canasta con fruta y una pequeña carta.
Volteó un momento a ver al hombre esperando por ella, luego volvió a dirigir su mirada al repartidor, firmó su acta y recibió su regalo que con ayuda fue puesto sobre la mesa de la pequeña sala que tenía en su oficina; fingió normalidad y regresó a su escritorio para terminar de atender al hombre que había solicitado sus servicios. La consulta demoró más de lo que hubiera querido pero cuando finalmente se fue no pudo esperar para correr a ir a ver su regalo con más detalle, Ikki no había olvidado su aniversario al parecer, estaba tan emocionada que no sabía que debía ver primero, si las flores, las frutas o la carta.
Tomándose su tiempo se propuso ver con detalle cada regalo, las rosas eran hermosas, el ramo era simplemente hermoso, las frutas eran una gran detalle y la carta escrita a mano y perfumada era más que increíble. Abrió la carta cuando cada una de las flores fueron revisadas a detalle, cuando las frutas pasaron su control de calidad y la misma canasta fue examinada, en la carta se narraba la inusual manera de conocerse, Ikki había romantizado cada hecho para hacerlo lucir tal cual como una película de amor... Al final de la carta la citaba a las ocho de la noche en el mejor restaurante de Tokyo, Pandora no podía de la emoción, quería contarle lo emocionada y feliz que se sentía a medio mundo pero debía conservar la compostura y más en esos momentos cuando estaba a nada de recibir a alguien más en su oficina...
Y mientras Pandora no dejaba de pensar en su cita de la noche, Ikki parecía algo arrepentido por el regalo que le había hecho llegar a su pareja, ¿Se había excedido?, ¿Le habría gustado?, ¿No la había interrumpido?, Miles de preguntas se hacía mientras bajaba las escaleras para ir a desayunar, encontrando curioso que Esmeralda también hiciera el cambio de turno con uno de sus compañeros mientras iba a comer.
Realmente Ikki no quería estar ese día cerca de ninguna mujer que no fuera Pandora pero Esmeralda lo siguió mientras ambos conversaban hasta una pequeña cafetería, solo por educación y por no saber encontrar las palabras adecuadas para decirle a su compañera que quería desayunar solo dejó que Esmeralda estuviera a su lado.
—¿Qué vas a pedir?— preguntó la chica viendo el menú
—No lo sé, una dona y un café expreso— respondió con algo de indiferencia pero Esmeralda lo tomo como un chiste.
—Yo un croissant y un capuchino —dijo— Por cierto, me hubiera encantado estar en el funeral de Ban pero no podía ir...
—No te preocupes, de cualquier modo no te correspondía asistir —respondió— Fue algo muy rápido.
—No lo digas de ese modo, me hubiera encantado pero tenía trabajo, ya sabes.—
—Emmy, está bien... —dijo— Por cierto, ¿Cómo sigues?, Imagino que debió de ser algo horrible estar cerca de la escena del crimen ese día.
—Estoy mejor y sí, fue realmente horrible —Ese hombre solo entró, me golpeó e hizo ese lamentable acto...
—Fue todo muy raro, ¿Con qué motivo asesinaría a Ban?, Estuvimos todos reunidos pero quisieron acabar específicamente con su vida... Fue casi similar a lo que le ocurrió a Nachi.—
Esmeralda empezaba a sentirse algo mal por sus compañeros que perecieron por lo que optó por cambiar de tema después de que el mesero entregará su pedido, dió tiempo a qué Ikki siguiera hablando de sus antiguos compañeros hasta que ella en una oportunidad logró desviar el tema de conversación.
—¿Y Pandora?, Hace tiempo no la veo, ¿Sigues con ella?— preguntó bebiendo un poco de su capuchino al final de la pregunta
—Claro que sigo con ella de hecho hoy cumplimos otro año de noviazgo — explicó orgulloso aunque su cara demostrará lo contrario a felicidad
—¡Muchas felicidades!, ¿Van a celebrar?—
—Tengo pensado ir con ella a un restaurante hoy por la noche pero todo dependera si ella acepta la salida.—
Esmeralda sonrió dándole ánimos a su amigo, deseándole los mejores deseos para su velada nocturna con su pareja, "¡Buena suerte!" exclamó la rubia con alegría logrando hacer sonreír al detective por un momento.
(...)
La hora había llegado, Shun ayudaba a Ikki con la corbata mientras el detective ajustaba las mangas de su camisa blanca debajo de su saco, estaba de más decir que estaba nervioso, parecía que era la primera cita que tenía con Pandora pero a lo mejor todos sus nervios e inseguridades se debian a una sola cosa, esa misma noche en el hotel donde pensaba quedarse hasta el amanecer con su novia se atrevería a pedirle matrimonio.
Ikki sudaba frío de solo sentir en la bolsa de su saco la pequeña cajita con el anillo, cuando se sintió listo se despidió de su hermano y salió de su casa, abordó su auto y fue al departamento de la joven donde al llegar logró verla ya en la entrada, tan hermosa como siempre pero estaba vez había exagerado a lo grande, vestía un bellísimo vestido de gala malva, llevaba su cabello suelto y un maquillaje en tonos oscuros que la hacían deslumbrar incluso en la oscuridad y frialdad de la noche. Se bajó del auto, se acercó a Pandora y la abrazó antes de robarle un beso y acompañarla al auto, ambos abordaron luego de compartir algunas risas nerviosas.
En pocos minutos llegaron al restaurante que Ikki había reservado con meses de anticipación, el auto se quedó en el vallet y la pareja entro, se les indicó cual era su mesa y tomaron asiento. Antes de pedir cualquier alimento, Pandora pidió un vino tinto y su mesero Camilo acató la orden y en cuestión de instantes llegó con lo solicitado y con dos copas, se sirvió el vino dejando cada copa enfrente de Ikki y Pandora.
La pareja empezó a platicar, una conversación común y cotidiana que compartían bebiendo del vino, Ikki seguía sintiéndose nervioso, ni siquiera podía sostener bien la copa sin temblar o mantener una plática sin sonrojarse o tener que desviar la mirada por la pena. La joven estaba atenta al comportamiento de su pareja y no podía evitar reírse ante su actitud, le parecía gracioso verlo actuar tan torpemente.
—Disculpa... Tomé un café antes de venir, quizá me altero los nervios un poco...— se excuso sabiendo que esa mentira no iba a ser creída por su pareja
—¿Te alteró los nervios?, ¿A ti que te tomas diarios como dos kilos de café? —Preguntó en sarcasmo sonriendo al final de su oración— No creo que sea eso... Sino más bien esto...
Ikki esbozo una sonrisa al ver las intenciones de Pandora, le siguió el juego acercándose a ella para corresponderle al beso; la joven llevaba el total control del momento, ella lideraba su pequeña batalla al acercar su mano a la corbata de Ikki y jalar levemente hacia ella cuando sentía que su pareja quería separarse.
Eventualmente tuvieron que parar cuando trajeron el primer platillo, la chica limpio sus labios con la servilleta pero el detective parecía aún desorientado, ambos disfrutaron hasta el último momento de la comida, del restaurante y de la música que se tocaba en vivo ahí mismo; Ikki suspiro, ¿Sería el momento adecuado para darle el anillo o esperaría hasta el hotel?, Era mejor esperar pero estaba ansioso...
A las once de la noche la cena para ellos termino, Ikki se levantó primero y fue a extenderle su mano a su novia para ayudarla a levantarse, Ikki pagó la cuenta y salieron del restaurante, al salir estaba lloviendo, Pandora no llevaba ningún tipo de abrigo por lo que el detector le colocó su saco para abrigarla y solo así subieron al auto.
Pandora puso música en el coche mientras de dirigían al hotel, el camino fue algo largo pero lograron llegar a la hora, estacionaron el auto y se acercaron a la lujosa recepción donde ya los estaban esperando con las llaves del cuarto número 166 del segundo piso, para evitar caminar tomaron el elevador que los llevó directo a la segunda planta, no fue difícil encontrar el cuarto, estaba al fondo del pasillo frente al cuarto 172.
Cuando entraron Ikki se fijo en lo lujoso del lugar, había valido cada centavo invertido en esa habitación, Pandora se quitó las zapatillas y caminó hasta la cama donde se recostó y tomó el control del televisor sobre el buró; el detective siguió sus pasos luego de quitarse sus zapatos y la corbata, fue a recostarse a su lado en la cama matrimonial para ver la película "Yo antes de ti".
Las películas románticas no eran del agrado de Ikki pero está le había gustado, a mitad de película Pandora dió pausa al televisor para ir al sanitario, Ikki aprovechó ese pequeño momento para correr al mini bar por un whisky que sirvió en dos copas y dejó sobre el buró, respiró tres veces antes de preparar su pequeño diálogo que constaba solo de cuatro palabras: "Pandora, ¿Quisieras casarte conmigo?"
Respiraba y exhalaba intentando controlar su ansiedad, respiró profundo nuevamente pero se dejó caer de espalda en la cama al saber que aún no contaba con el valor suficiente como para hacer la pregunta, tomó una almohada con la que cubrió su rostro sin percatarse que Pandora estaba regresando del sanitario, ella se había quitado el maquillaje y las medias de su vestido (por incómodo) pero aparte había dejado el saco de Ikki tirado cerca del baño.
Ella llegó y se sentó frente a su novio, con su mano izquierda tocó suavemente la mano derecha de Ikki provocando que esté quitará su almohada y volviera a sentarse.
—¿Qué te ocurre?— preguntó con una ligera sonrisa mientras Ikki parecía ahora no tan feliz
—Nada... Solo que creo que el alcohol esta haciendo efecto en mí— mintió
—No creo que sea eso —dijo entre risas— Yo creo que es porque tienes miedo
—¿Miedo a que?— preguntó curioso observándola por un momento pero luego razonando algo importante... ¿Dónde está su saco con el anillo?
—No lo sé, por qué mejor no me respondes... —hizo una pequeña pausa para mostrar delante de ella la cajita abierta mostrando el anillo de compromiso, Ikki observó el anillo boquiabierto con un evidente rojez en su rostro— ...¿Quisieras casarte conmigo?
Pandora río al ver el rostro de su novio (casi prometido) al contemplar el anillo en sus manos, Ikki parecía haber entrado en shock al no saber cómo reaccionar, su novia le estaba pidiendo matrimonio... Estaba tan nervioso que asintió sin poder articular palabra o poder moverse, la joven volvió a reírse cuando sacó el anillo de la caja y se lo dio a Ikki para que esté se lo colocara a ella, por los nervios el temblor en las manos del detective jugaron en su contra ocasionando que tirara por accidente el anillo pero por suerte lo recogió, lo limpio un poco y aún temblando lo colocó en el dedo anular de su novia. Pandora sonrió al ver el anillo en su mano y al saber que en ese momento Ikki no estaba tan cuerdo ella tomó la iniciativa para empezar el beso y "sellar su pacto de compromiso".
Y mientras todo esto pasaba entre la pareja que estaba dispuesta a ir más allá que un simple un noviazgo que nunca se imaginaron que se diera un amor entre dos personas que se habían conocido en un consultorio psicológico pero ahora era un momento feliz y alegre para ambos que claramente recordaría para el resto de sus vidas pero ninguno de los dos jamás imaginarían que en el departamento 172 estaba ocurriendo algo horrible capaz de arruinar su celebración en cuestión de instantes.
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