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129cm De 159 y 63cm De Amor

"Lu-Han, el niño que no se rinde"

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Sentía los parpados pesados y un dolor horrible en todo su cuerpo. Temía al abrir los ojos de ver todo dando vueltas y borroso. Hace dos días, Mina cayó en un estado gripal con una fiebre infernal. Haciendo que la joven, obligadamente, haga reposo, mientras Chae-Young y Margare les brindaban la limpieza y ayuda necesaria. 

A decir verdad, Chae-Young no quería estar tan apegada a Mina, pero al verla en aquella situación, no le quedó otra opción. La coreana ya parecía ser otra persona al ser más grande, pero por dentro seguía teniendo un corazón de oro; pase a los horribles sucesos que tuvo que sufrir en su adolescencia. Al tener a Myoui nuevamente en su vida, sabía que la mejor opción era borrarse del mapa, pero ¿Y que pasaría con la japonesa?, Chae-Young tenía en cuenta que si la dejaba sola, no estaría haciendo un buen acto. Estaba bien claro que ella era la única persona, después de Margare, que se llevaba bien con ella.

Chae-Young cuando tenía catorce años, su prioridad era Mina. Pero ahora, al tener veintiún años, madurez encima, y un hijo, claramente la prioridad cambió de persona. Ahora era Lu-Han, su pequeño retoño al cual amaba inmensamente. 

Y eso, no le gustaba a Mina.

La nipona sabía que estaba compitiendo con un niño de tan solo cuatro años. Quizás para otras personas esa comparación eran una locura y hasta soso, pero Myoui quería ser la primera en todo, más en la vida de Son. No le interesaba que el niño sea el hijo de la chica que amaba, solo quería sacarlo del lugar cuanto antes; sentirse primera en la vida de Chae-Young.

Pero ahora afiebrada y dolorida, no podía hacer demasiado. Se tenía que aguantar al ver cómo el "mocoso" exploraba su casa y jugaba con sus juguetes al lado de su cama.

— Niño, no hagas ruido. — Le dijo con un tono serio. El pequeño se encontraba al lado de ella, con sus manos ocupadas con dinosaurios de plástico. — Vete.

Un mini-humano de esas edad, al sentir esa voz y escuchar un reto, se habría ido tras las piernas de su madre o padre. Pero Lu-Han era distinto. 

— No me iré, mami dijo que tengo que cuidarte. — Soltó con una sonrisa. — Mami me dijo que no importa lo que me digas, tengo que estar a tu lado.

Levantó la mitad de su cuerpo para apoyar su espalda en el respaldo de la cama. — ¡¿Y un mocoso de cuatro años que me puede ayudar?!, vete a jugar al living y no molestes. — Escupió con ira. Al levantar la voz, sintió un pinchazo en sus ojos. Así que los cerró con fuerza y se maldijo por dentro.

El niño al ver la acción de la japonesa, se acercó más a ella. Y con esa voz angelical y dulce, le dijo. —: ¿Qué te sucede, Noona?, ¿Quieres que te traiga comida?

— ¿No entiendes que quiero que te vayas?

— ¿Por qué, Noona? Yo te tengo que cuidar mientras mami y la abuelita están preparando la cena.

— Te repito, ¿En qué podrías ayudarme?

— ¡En sentirte mejor! El tío Tae me dice que soy un super héroe, ¡Puedo sanarte! 

— Lo dudo. Eres un estorbo. Vete.

— ¿Qué es estorbo?, ¿Es una clase de poder?

— Eres tú. Solo vete.

El niño hizo un mohín con sus labios. Se levantó del tapete y recogió sus dinosaurios para irse de la sala. — Adiós Noona, ¡Recupérate! — Dijo antes de irse. Al cruzar la puerta, se puso de puntitas para poder llegar al picaporte y cerrar el pedazo de madera sin hacer tanto ruido, quizá a su Noona le fastidie si escuchase un portazo.

Mina al notar que el niño se había ido, suspiró. Odiaba los niños. Más a él. No sentía ni una pizca de simpatía por Lu-Han.

Se acomodó bien entre las mantas y se acurrucó para poder dormir una siesta.

Pasaron los minutos, y Mina no podía encontrar la posición perfecta para dormir y estar en su quinto sueño. Además el dolor que sentía en todo el cuerpo también le eran un obstáculo. 

Se quedó mirando al techo, mientras deseaba que Chae cruzara la puerta y la llenara de besos. Pero lo único que sintió fue que unos pasos de "mocosos" se aproximaban rápidamente. Luego, percató que un papel fue cruzado a su cuarto por debajo de la puerta. 

La nipona suspiró vagamente de nuevo, y puso toda su voluntad para salir de la cama sin caerse. Lentamente se acercó hasta la hoja y la agarró, tratando de hacerlo lo más lento posible para no marearse. Una vez que lo tenía en sus manos, entrecerró los ojos para poder leer lo que estaba escrito en el:

"De: Lu-Han

Para: Mina Noona."

Decía el papel doblado, con la letra de Chae-Young. La joven viró los ojos y lo abrió, encontrándose con un montón de rayas coloridas. En un costado del dibujo, decía. nuevamente con la letra de Chae: "Recupérate pronto, te queremos. - La familia Son y Margare." 

— Maldito mocoso. — Susurró. — Encima me hace un dibujo horrible. — Caminó despacio hasta la mesita de luz y lo dejó allí, desplegado. Si bien su rostro estaba sin expresión alguna, su corazón se ablandó un poco ante la situación. —: Es la primera vez que me dedican algo... ¿Qué se supone que tengo que hacer yo?

Perdonen por el capítulo anterior, y también por no actualizar seguido. Tengo un bloqueo en la mente. Pero les prometí que iba a terminar esta saga, así que acá hay un capítulo un poco mejor que el anterior. Espero que lo disfruten, ¡Y qué estén bien de salud! Con amor, MomoGs.