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129cm De Maldad
"El señor Buho vs. Osito"
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El niño estaba jugando con un peluche. La estaba pasando bien imaginado que el señor Búho era su aliado y juntos tendrían que batallar contra el mal.
Myoui observaba al pequeño cómo éste jugaba en el living de su hogar. Nunca se imaginaría tener que soportar a un "mocoso" (Cómo suele decirle a los niños) en su propia casa. Pero si tenía que ganarse nuevamente a Chae-Young, claramente tendría que pasar tiempo con Lu-Han. Y si bien querría tirar al niño por la ventana, se aguantaba los deseos y seguía largando sonrisas falsas al pequeño.
Chae-Young se habría ido a hacer las compras. Lu-Han si bien tenía cuatro años no podría dejar el pañal, así que necesitaba irse con urgencias al primer mercado que encontrase. Margare con gusto la llevó, así que solo quedaban ellos dos solos. Si bien la madre no le convencía del todo, sabía que Mina no iba a hacerle daño físico a su hijo, ya que no le convendría.
— Dime, pequeño Lu-Han.
— ¿Sí, Noona?
— ¿Quién es ese peluche? — Preguntó al recordar cuando ella tenía su misma edad y también jugaba con los chiches de felpa. — ¿Es el malo?
— No. Es bueno. Se llama Señor Búho.
— Entiendo. ¿Tú mamá te lo compró?
— No.
Enarcó una ceja. —: ¿Tu tío?, ¿Tus abuelos?
— No... Fue mi tía Somi.
La mujer se levantó del sofá al escuchar el nombre de una mujer, captando la atención del pequeño. — ¿Quién corno es Somi?
— ¿Corno?
— ¿Quién es? — Preguntó nuevamente, con menos paciencia.
— Es una amiga de mamá. Ella me regaló al señor Búho. Ella es muy buena conmigo. — Explicaba con inocencia el niño. — ¡La mejor tía del mundo!
— ¿Ah, sí?
— Sí...
— Espérame un minuto. — La mujer otra vez sonrió falsamente y se retiró de la sala. Al subir las escaleras, su sonrisa se esfumó y una cara de pocos amigos se puso en su lugar. Fue directo hacía su habitación de cuando era una infante. Al abrir la puerta, empezó a analizar cada juguete que había; observando cuál sería el indicado para darle al pequeño Lu-Han. — Maldita sea, son todos de color rosa. — Gruñó. Pero su atención fue robada por un peluche colorido que estaba encima de una de las repisas.
"Por favor, agárralo. Es un obsequio de parte de mi hermana."
Resonaba por su mente, al recordar aquél día cuando Tae-Hyung le dio el osito.
"— ¿Y por qué debería aceptarlo?"
"Porque es un regalo con mucho amor."
— Es perfecto para ese mocoso. — Agarró al peluche y le dio una última ojeada. Le sacudió un poco para sacarle el polvo y se fue de allí, dirigiéndose nuevamente al living. — Lu-Haaan.
— ¿Sí, Noona? — Preguntaba el pequeño al seguir jugando.
— Mira. — Dijo al llegar a la sala. — Tira ese feo búho y acepta este peluche. Es mucho más lindo.
El niño dejó de jugar para mirar al lindo osito que tenía en manos aquella japonesa. — ¡Lo quiero!
— Lo tendrás solo si dejas a el señor Búho en la basura.
— Pero... Me gusta el señor Búho.
— No se puede tener todo, cariño. — Sonrió. — ¿Quieres a Osito? Sería un regalo con mucho amor.
— ¡Quiero a Osito! — Soltó el peluche que tenía en manos para estirarlas con deseo de agarrar al que tenía Mina.
— Buen chico. — Accedió a darle el oso. — Creo que tú y yo nos llevaremos genial. — Soltó, haciendo que el niño asienta. Pero claro, lo que no sabía Lu-Han es que ella solo diría eso para ganarse su confianza. Porque Mina era así; una mujer manipuladora.
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