Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⭐️ 2 ⭐️

╔──────¤◎¤──────╗

129cm De Maldad

"Lu-Han"

╚──────¤◎¤──────╝

— ¡Ya dile que te deje de decir mamá! — Gruñía Mina mientras conducía.

— Pero es mi mamá. — Trataba de explicar el pequeño con demasiada confusión, mirando cómo la desconocida se ponía cada vez más roja.

— Chae-Young, ¿Tienes algo que decirme?

— Supongo. Por algo robé esa manzana. — Le dio cómo respuesta vaga, sin quitarle la mirada a la ventanilla. — Si sabía que lo ibas a pagar, me hubiera robado algo con más valor.

— ¿Eh?

— Vi tu coche al entrar, estacionado cerca de la entrada. Por eso no me sorprendí tanto cuando te vi. Sabía que si hacía alguna tontería, tú ibas a aparecer... Tengo que decir que me llamó la atención que haya pasado siete años y no hayas cambiado el coche, chica millonaria.

— Mamá, esa señora me da miedo.

Mina viró los ojos. — Dile a tu tonto hijo que Margare no hace nada.

El niño buscó refugió en los brazos de su madre. — T-tú me das miedo.

— ¿Ah sí? Ahora te bajo del coche, mocoso... ¡¿Y qué es eso de señora?!, ¡Tengo veintitrés, soy una señorita!

Margare se dio la vuelta, mirando al niño aterrado. — Mina, deja al pequeño en paz. Tu carácter hace que esté temblando.

— Pero Nona... — Suspiró. Decidió cambiar el tema para no empeorar la situación. — Chae-Young, me debes explicaciones.

— No le debo explicaciones a nadie, Myoui.

Margare asintió felizmente. — La chica ahora tiene carácter.

— ¡Nona!, ¡No ayudas con tus acotaciones!

El pequeñin abrió bien sus ojitos ante escuchar los malos tratos salidos de la nipona. — ¿Por qué le gritó a la abuela?, ¿Eso no está mal?

— Porque es una insolente. — Respondió Son. — Tú no lo hagas.

— No te hagas la idiota, Chae-Young. Al llegar, hablaremos a solas.

— ¿Y que hago con Lu-Han?

— ¿Con quién?

El niño levantó la mano. — Yo soy Lu-Han.

— Ah... Lo dejamos afuera mientras charlamos.

— ¡Mina! — Soltaron al unísono las adultas.

— ¿Qué?, ¿Dije algo malo? 

— Mientras ustedes charlan, jugaré con el niño. — Contestó Margare, dando una sencilla solución.

La japonesa rió. —: ¿Jugar? Apenas puedes levantarte. — La señora agarró su bastón y le dio un leve golpe en el brazo. — ¡Nona! Te esconderé esa cosa a la mañana, tenlo por seguro.

— Mami, ¿A donde estamos yendo?, ¿No íbamos a ir con el tío Tae?

— Iremos a la casa de la tía Mina.

Lu-Han sonrió. — Okay.

— ¿Tía?... Eh...

— Pues, somos unas viejas conocidas. Puedes tener el título de tía.

Los puños de Mina iban apretando con más fuerza el volante y una sonrisa fingida iba amoldándose en su rostro. 

— Pequeño mocoso, ¿Alguna vez tuviste dos madres?

El niño le echó una mirada confusa. — Solo tengo una, y es mami. — Le dijo con obviedad.

— ¿Tuviste padre? — Preguntó nuevamente la japonesa, haciendo que esa pregunta la haga poner incomoda a Chae-Young. La coreana tragó en seco y otra vez dirigió su mirada a la ventana del coche.

— No. Solo a mami.

— ¿Mami estuvo de novia con alguien?

Chae-Young bufó. — Mina, ya para.

— No. Mami es solo mía. — Le respondió el niño, sin importar las palabras de su madre.

— Bueno. Yo te enseñaré a compartir.

El menor se rascó la nuca. — ¿Eh? No entiendo.

Chae-Young decidió terminar la conversación, ya le era suficiente. — Nada, amor. No le des importancia lo que te diga Mina. — Agarró al pequeño y lo puso entre sus brazos. — Ya casi llegamos, así que no te duermas.

— Bueno, mami.

El coche siguió avanzando hasta llegar a su destino. Chae-Young se sorprendió al notar que no estaban en el departamento viejo de Mina, sino en la casa enorme de los señores Myoui. 

— Nunca estuvo deshabitada esta mansión. Siempre la cuidaron los guardias y los de limpieza la dejaban todos los días impecable. — Acotó Margare. — La madre de Mina, antes de morir, decidió que su hija vuelva a este lugar.

— Wow, sorprendente.

— Lu-Han, ¿Sabes? Hay un parque enorme en el jardín. Mina cuando era pequeña solía jugar ahí conmigo, ¿Que tal si ahora jugamos nosotros?

— ¡Sí! Amo los parques.

Myoui agarró el interruptor y abrió el portón enorme de la entrada, para poder entrar el coche y estacionarlo.

Todos salieron de allí con el trasero cuadrado. Más de quince minutos de viaje era una tortura, y más para que pequeño, quién no solía quedarse tan quieto. Pero con la conducta de la extraña de cabellera rubia se quedaba en el molde, sin moverse por las dudas que ésta le haga daño.

— Vamos Lu-Han. Deja a tu madre que tiene que hablar con Mina a solas.

— Mami, ¿Puedo?

— Sí. No hagas renegar a la nona. Y recuerda, está muy viejita así que deberás ayudarla.

— ¡Sí! — El niño fue con la señora. — Abuelita, ¿En que puedo ayudarla?

La señora quedó hipnotizada con aquellos mofletes y rostro angelical de Lu-Han. Ni hablar de aquél respeto admirable que llevaba encima. Sin dudas, Chae-Young lo crió para que sea un digno caballero. — Eres un príncipe. Pero yo puedo caminar sola. Vamos.

— Bien... — Soltó Mina. — Ya que el mocoso no está, dime.

— ¿No vamos a entrar?, ¿Vamos a tener una conversación fuera de tu enorme casa, cuando adentro hay cómodos sofás?

— Dime.

— ¿Qué quieres que te diga? — Le preguntó, cruzándose de brazos.

— ¿Quién fue? Lo mataré. Buscaré a gente que haga trabajos sucios y será el primero en la lista negra. — Le dijo con asco encima.

Quedó perpleja. — ¿Cómo lo sabes?

— Pues, alguien tuvo que haber sido. — La coreana suspiró. — ¿O acaso fue la cigüeña? 

Le cayó la ficha. — Oh... Eso. Hablas de eso.

— Sí. ¿Quién fue? Lo mataré.

— ¿Y por qué matarlo, Mina?

— Porque eres mía. Y lo mío no se toca.

— No soy de nadie. Y no somos más pareja desde mis catorce años, Mina. Supera nuestro amor.

— Prometí volver por ti, y aquí estoy.

— ¿Y qué si tengo pareja ahora?

— ¿La tienes?

— No.

— Perfecto. Seamos novias.

— Mina, no funciona así en la adultez. Y ahora tengo a Lu-Han. Todo es más complicado, ¿Sabes?

— No, no lo sé. — Espetó. — No lo sé porqué yo no me fui acostado con algún imbécil y quedar embaraza a tan temprana edad. 

— ¡¿Y tú piensas que yo quise?! — Estalló, gritando demasiado fuerte. Mina quedó inmóvil ante aquella respuesta y al ver que a la coreana se le cristalizaban los ojos. — ¿Tú piensas que yo elegí eso, Mina?

— ¿Quién fue?

— No lo sé. Me habían... drogado. — Dijo, rendida.

— Nunca me enteré de ello, ¡¿Por qué no me pediste ayuda?!

— ¡Estabas en otra ciudad!, ¡Además me bloqueaste de todos lados! Y cómo tú prometiste volver por mí, yo me prometí no necesitarte nunca más.

La nipona se acercaba lentamente hacía la contraria, hasta dejarla acorralada entre las paredes enormes de la mansión.

— ¿No podemos volver? Chae-ah, prometo cuidarte y lo que te pasó, no volverá a suceder.

— Fue hace mucho lo nuestro, Mina. — Le dio cómo respuesta, secándose las lagrimas. 

Myoui quedó en silencio por unos segundos, contemplando aquél rostro esculpido por los Dioses. Chae-Young había cambiado, pero no tanto. Seguía siendo perfecta, y eso hacía que Mina la deseé aún más. — ¿Te puedo dar un beso?

La coreana viró los ojos, sabiendo que si se negaba iba a hacer una guerra sin fin. — Solo uno.

Perdón que no haya actualizado antes. Tuve angina mal curada, así que levanté muchísima fiebre y mareos, haciendo que no pudiese agarrar la PC. Además tengo que hacer reposo, solo hice este capítulo así no son tantos días sin actualizar, pero no debería. Je.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro