No pasó mucho tiempo del descanso y Sou ya pudo observar a lo lejos una de las torres del castillo de Kashitaro. Sonrió como bobo al hacerlo, y casi chocó con un árbol por culpa de ello.

— ¿Ves? Estaba más cerca de lo que creímos —comentó la muchacha que iba montada detrás de él.

—Sí —suspiró—. ¿Estás más tranquila?

— ¡Sí!

•.•.•.•.•

Mientras tanto, Itou seguía conversando con Niyame. Aun así, sólo hablaron de cosas superficiales, puesto que no quería traicionar a su amada de ninguna manera. Al menos hasta que ella soltó ese tema.

— ¿Qué piensas tú de nuestro casamiento? —cuestionó, con la cabeza gacha—. Me dijeron que tenías novia.

—Uh... —Él no quería decir nada porque tenía miedo de hacerla sentir mal. No quería ser malo con la princesa, aunque tenía que ser directo para no crear malentendidos—. Sí, tengo novia, y es la chica más maravillosa que puedas imaginarte. Es amable y siempre trata de ayudarme a pesar de todo. De verdad quisiera casarme con ella —susurró, sonriente, mas luego cambió su expresión—, pero papá no quiere que lo haga.

—Hm, ya veo. Creo que a mi papá no le gustaría esto, así que tal vez el tuyo no le ha dicho nada sobre tu novia. ¿Por qué no te deja casarte con ella?

—Porque es una plebeya —murmuró.

—Qué malo... ¡Ya sé! Te ayudaré a convencerlo~

— ¡¿En serio harías eso?!

—Por supuesto —sonrió—. No hay nada mejor para mí que ver a otras personas felices.

Itou sonrió también. Sintió que Niyame hablaba con sinceridad y que tenía un aire parecido a Mandii por aquello que dijo.

— ¿Entonces tú tampoco quieres casarte conmigo? —preguntó, impresionado.

Ella negó con la cabeza—. Le eché ojo al rey joven del que todos hablan —rió.

— ¿Mafu-sama?

— ¿Así se llama? Es el albino de piel resplandeciente y enormes ojos...

—Sí, es él —sonrió.

— ¡Espera! ¿Lo conoces?

—Claro, es uno de mis amigos más cercanos~

— ¡Oh! Entonces... podría ayudarte a convencer a tu papá si tú me presentas con él y le hablas bien de mí~

—Niyame-san, no creo que lo que piensas sea posible...

— ¿Eh? ¿Por qué?

—Mafu-sama... Está comprometido también.

Los ojos de la rubia se abrieron como platos. Después de eso, puso una expresión triste y bajó la cabeza.

—Uhm, pensé que estaba soltero...

—Lo siento mucho —murmuró Itou.

—Bueno, ¡ya tendré oportunidad con alguien más!

—Contágiame de tu optimismo —dijo riendo.

En ese momento, cuando volteó la cabeza, se topó con la fugaz mirada de Mandii, que escapó después de unos instantes. Niyame notó que se puso pálido y le preguntó por él. Itou sólo susurró el nombre de su amada y salió corriendo a su encuentro.

•.•.•.•.•