Muela

Al día siguiente, Mafumafu se despertó con un desconocido dolor en la boca. Cuando le dijo a Nisa sobre esto, ella le propuso ir al dentista y, aunque se negó al principio, terminó por aceptar por pura insistencia de la chica.

—Nisa-san, ¿podemos volver a casa? —balbuceó.

— ¡No! Debes ser valiente, no cobarde como yo —le dijo, levantando el pulgar.

—Bueno...

Tenía miedo, mas debía ser fuerte porque estaba en presencia de su amiga, y no podía mostrarse de esa forma.

˗ˏˋ a little bit of sunshine later... ˎˊ˗

Luego de haber visitado al dentista, la incomodidad de Mafumafu se incrementó en un mil por ciento. Era la hora del almuerzo y Nisa quería comprar algo de comer, pero él decía no tener hambre. Bueno, "decía". Resulta que la anestesia seguía haciendo efecto y no podía mover bien su boca.

—Espera, ¿por qué pasó esto ahora?

—No jé, pregúntale a mi muela del juijio.. —intentó hablar.

La chica rió—. Está bien, no te obligaré a nada. Si te sientes demasiado mal, avísame~

—Mn.

Nisa fue a comprar algo para ella, así que dejó solo a su amigo por un rato. Éste se puso a jugar algo en su celular, para después recibir un mensaje de Soraru, pidiéndole que recordara que tenía un ensayo dentro de poco.

Mafu suspiró después de leerlo. Estuvo unos segundos quieto y luego volvió a su juego.

Cuando la muchacha regresó, él se había quedado dormido en el sillón. Enternecida, sonrió y trató de acomodarlo para que descansara mejor. Sin embargo, y como siempre, lo único que logró fue despertarlo.

—Nisa-san, volviste —susurró. Ya le dolía un poco menos, así que podía hablar.

— ¿Te sientes mejor? 

—Sí —sonrió.

—Yay~ Uhm, traje gomitas... ¿Quieres?

—Hai~

Estuvieron comiendo gomitas un rato, hasta que a Mafu le volvió a doler la boca. Nisa le propuso que descansara un poco más, y él asintió, así que se fue a la cama por si se dormía y no volvía a despertar.

Nisa le acarició la cabeza cuando se dio cuenta que le dolía mucho.

—Imagina que estás acostado en una cama de nubes —le dijo—, y que el cielo está celeste y muy bonito... Imagina que mis caricias son la brisa que mueve tu cabello, y relájate.

Poco a poco, fue calmándose. De alguna manera, la creatividad poética de la chica había decidido aparecer en ese preciso instante. Justo a tiempo.

Mafumafu se durmió, aunque eran las cuatro de la tarde. Estaba durmiendo mucho últimamente, de hecho.

A Nisa también le dio sueño por verlo tan tranquilo, así que se acurrucó a su lado y se quedó dormida también.

˗ˏˋ next ↬ ˎˊ˗