De compras

Era nueve de agosto, lo cual significaba una cosa: era el cumpleaños de Urata-san. Lo recordé porque Junie me envió un desesperado mensaje pidiéndome que la ayudara a comprarle un regalo.

Como estaba vestido decentemente, sólo salí de casa. Hacía calor, por lo que no necesité mi abrigo negro. Con las manos en los bolsillos del pantalón, caminé por las calles. A pesar de que me distraje varias veces, logré llegar a tiempo a la de mi amiga. Toqué la puerta, con algo de inseguridad.

— ¡Naru-chan! —exclamó, dándome un abrazo.

—Hola —la saludé con una sonrisa—. ¿Estás lista?

—Claro~

Me tomó de la mano, acción ante la cual me sonrojé. Le seguí la corriente y caminé a su lado. Entramos a un montón de tiendas en el centro de la ciudad, algunas de ropa, peluches, música y diversas cosas más...

No encontró algo adecuado hasta que llegó a un extraño sitio en donde vendían ropa, accesorios y cosas igual de extrañas. Era demasiado raro.

— ¿Qué te parece esto? —preguntó, señalando un pequeño peluche de mapache—. Yo creo que le gustará~

—Claro, está bien —sonreí.

Urata-san se consideraba a sí mismo el fan número uno de los mapaches. No podía negarse a un regalo como ese.

Después de pagarlo y comprar una adorable funda de regalo, salimos de la tienda. Junie se mostró muy feliz, y me pidió que la acompañara también a casa del cumpleañero, puesto que sería organizada una fiesta en su honor.

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El concepto de fiesta que tuve hasta ese entonces era muy superficial y estereotipado. Yo no creía que una fiesta podía ser también una amena reunión entre amigos en la que podías celebrar tu cumpleaños junto a gente agradable.

Sakata-san estuvo haciendo locuras con Mafumafu-san y Amatsuki-san, y propusieron un montón de juegos, de los cuales sólo se llevaron a cabo unos pocos. No participé en ninguno, porque no quería quitarle la oportunidad a alguien más. Incluso Soraru-san participó, lo cual fue un poco inesperado.

— ¿Te estás divirtiendo? —me preguntó Urata-san, con el peluche que Junie le dio en sus manos.

—Claro.

—No parece... Deberías sonreír más~

Mostré una sonrisa un poco forzada—. ¿Así?

Rió, y yo también reí.

—Así se hace~

Estuvimos en silencio un rato, pero éste fue cortado repentinamente por mí.

—Urata-san —dije—, creo que me gusta June.

—Uhm... Y, ¿por qué no se lo dices? —murmuró—. Si no lo haces pronto... perderás tu oportunidad.

—Lo sé, pero soy un maldito cobarde —repliqué—. Además, ella me rechazaría...

— ¿Por qué crees eso? —siguió cuestionando—. Ella es muy dulce contigo, y te trata bien. Las cosas podrían funcionar.

—Ese es, precisamente el problema —suspiré—. Ella es igual de dulce y amable con todos... Dudo que tenga alguna preferencia por alguien si nos trata igual a todos.

—Vale la pena intentar —insistió.

En ese momento no caí en cuenta que sus palabras eran certeras.

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