Límite

Desde que conoció a Nisa, Mafumafu dejó a un lado su hikikomorismo para poder salir con ella de vez en cuando. Si la Hikikomoranai Radio hubiera estado en emisión todavía para esos entonces, Soraru tendría que haber hecho un montón de abdominales.

A veces, cuando iba con la muchacha a ciertos eventos con otros utaites, Amatsuki lo molestaba al ver cómo reían juntos o cómo ella tomaba sus mejillas. Y él no fue el único que se dio cuenta de la presencia de Nisa.

Los fans poco a poco comenzaron a publicar en Twitter fotos de ambos, etiquetando al utaite y preguntándole quién era la extraña.

Como Luz quería ver arder el mundo también, decidió tomarles fotos y subirlas de igual manera, bajo el nombre de una cuenta falsa. Sin embargo, Soraru se dio cuenta de esto casi enseguida.

— ¿Por qué lo haces? —le cuestionó al menor.

—Diversión —se encogió de hombros—. Jamás sabrá que soy yo, así que da igual. Soy uno más del montón, deberías intentar también~

—Idiota —espetó—, es su vida privada. ¿Por qué le hace esto a tu "mejor amigo"? —hizo las comillas con los dedos.

—Está bien, las borraré ahora...

Aun cuando eliminó tal cuenta, la gente siguió haciendo virales las imágenes. Poco a poco, comenzaron a acosar a Mafumafu de nuevo. Personas le seguían hasta su casa, y trataban de averiguar toda la verdad. El pasado volvió, de alguna manera. Ya no se sentía a salvo.

Un día, cuando Nisa iba a su casa, se encontró más personas de lo usual en el camino. Por ello, se mantuvo alerta y no se acercó mucho. Entonces, recibió un mensaje de su amigo. "No vengas", decía.

Enseguida se alejó, aunque no se quería quedar de brazos cruzados. Por ello le preguntó varias veces a Mafu qué era lo que sucedía. Éste le explicó que había surgido un problema con Soraru y Luz, y que era por culpa de las fotos que había publicado el segundo. La gente se enojó con él porque no quería verlos peleados, y se desquitaron yendo a su casa.

Nisa le insistió, diciendo que sería mejor que estuviera allí. Sin embargo, él se negó a ponerla en peligro o algo por el estilo, a pesar de saber que ella podía defenderse.

La chica se quedó vigilando los alrededores, hasta que la gente se decidió a irse. Una vez eso sucedió, entró al edificio y fue rápidamente al apartamento de Mafumafu.

— ¿Estás bien? —le preguntó, cerrando la puerta.

Él se limitó a darle un abrazo. No quería tener que llorar, pero lo hizo, así que a ella no le quedó más remedio que consolarlo.

—No hiciste nada malo... Escucha. Cuando tengas problemas, puedes pedirme ayuda —le sonrió, mirándolo a los ojos—. Siempre estaré para ti.

—Gracias, Nisa-san...

—Cuéntame...

Entonces, el muchacho pudo desahogarse con ella. Le contó cosas sobre su vida que no todos sabían, además de relatarle lo sucedido, y le explicó un poco mejor el incidente que hubo en el pasado.

—No debería confiar tan rápido en las personas, pero sigo haciéndolo... —dijo.

—No es culpa tuya. Como tú mismo dijiste, "algún día te traicionarán".

—Tienes razón, Nisa-san. Aunque creo que Luz-kun no estaba pensando... Él no suele ser así. Me pregunto qué pasó...

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