Kuusou sekai to omocha no shinzou

No importa cuánto corra en círculos; el mundo puede seguir girando incluso si yo no existo.

Mafu

Sus delicadas manos se mueven de un lado a otro frente a mi rostro, para hacer que reaccione. Parpadeo repetidas veces. He estado demasiado enfrascado en mis pensamientos como para hacerle caso... Lo lamento mucho y se lo digo, mas ella me advierte que no me preocupe.

Aquellas palabras que me recalca siempre son verdaderas, de eso estoy seguro. Sin embargo, no puedo decidir si de verdad creerlas.

Esta pequeña desconfianza que tengo sobre mí mismo es la que me llevó a escribir mi enorme repertorio. Todas esas canciones salieron de mi inseguridad, mi odio hacia mí mismo y hacia cómo era mi vida.

Aun así, con el tiempo comprendí que no tenía sentido seguir renegando. La vida siempre trae sorpresas, tanto buenas como malas. Eso es algo que debo aceptar, sólo que no estoy listo todavía. Por eso sigo escribiendo y desahogándome.

En estos momentos sigo sin ser capaz de creer en mí, pero ya que he logrado cosas grandes, soy feliz. Especialmente porque tengo a Nisa-san.

Sin dudas estuve a punto de hacer algo horrible hace ya casi dos años. El desprecio que tuve hacia mí mismo por alguna razón casi me llevó a auto-dañarme. No obstante, como si estuviera programado, Nisa apareció en el momento preciso para evitar que lo hiciera.

Quizás me enamoré de ella en el primer instante en que la vi, por la simple razón de evitar mi destino.

Han pasado ya unas horas y sigo pensando. Mi musa se fue hace rato, y mi mente ha quedado vacía luego de su despedida. No puedo hacer más que recordar momentos. Apenas ahora me doy cuenta de qué es lo que me ha estado aquejando todo el día.

Acabo de enterarme que me duele la cabeza y me arden los ojos. Por eso, aunque he tratado de concentrarme, no he podido hacerlo.

Finalmente, me acuesto en la cama para descansar un poco. Cierro los ojos y me dejo llevar. El mundo de fantasía que hay en mis sueños me llama una vez más.

˗ˏˋ a little bit of sunshine later... ˎˊ˗

Me despierto cerca de las once de la mañana. Descarto de inmediato la idea de desayunar porque no tengo apetito, así que me quedo en la cama. Busco con la mirada mi celular, pero sólo encuentro el termómetro. Aprovecho y lo uso, descubriendo mis treinta y nueve grados de fiebre.

Me rindo y me vuelvo a dormir.

Cuando despierto, Nisa está frente a mí, tocando mi mejilla.

—Tienes fiebre...

—Treinta y nueve grados —susurro.

— ¿Te sientes bien?

—No.

No digo nada más. Nisa-san se sienta en el borde de la cama y me acaricia como siempre. Cierro los ojos, cual gato, porque es demasiado reconfortante.

Antes de esto, creía que el mundo sería el mismo sin mí. Pero ahora que tengo gente que pueda quererme, siento que sufrirían mucho si me pierden. No los decepcionaré. Nisa-san, Soraru-san, Amatsuki-kun... Sonrío, antes de quedarme dormido de nuevo.

˗ˏˋ next ↬ ˎˊ˗