「 Día 26 」
Berserk
Si no puedo confiar ni en mí mismo, ¿cómo podría confiar en algo más?
Al notar que estaba descuidándose demasiado respecto a Nisa y que Soraru todavía tenía ganas de conquistarla, Mafu decidió volverse un poco posesivo con ella. Estaba seguro de que sería incómodo, pero sintió que era la mejor opción.
Sin embargo, ella odiaba sentirse controlada.
Preguntas como: ¿dónde estabas anoche? o ¿qué hiciste ayer?, empezaron a salir de los labios del muchacho. Eso no le molestó a la chica, claro. Lo que le enojó fue que le dijera en dónde debía estar, a qué hora y qué debía hacer.
Además, le pidió que no fuera a casa de Soraru sin que él estuviera presente, y que tampoco podía ir a los lugares que quería sin antes avisarle.
Por supuesto, ella rompía esas reglas de vez en cuando, estaba en su naturaleza. En especial los domingos. Sólo se iba y, si él preguntaba, le decía que había ido a comprar o algo por el estilo.
Sin dudas a Nisa no le gustaba que Mafu actuara de esa manera... Él no era así.
Un día, fueron invitados a una pequeña reunión de utaites. Como siempre, era Amatsuki quien la organizaba. En algún momento, ella quiso ir a hablar con Urata y Sakata, que estaban casi al otro lado de la habitación. Pero cuando se alejó un poco, Mafu tomó muy fuerte su muñeca.
—Nisa. ¿A dónde vas? —cuestionó, con voz firme.
—Sólo quiero ir allá un rato —señaló con su mano libre.
— ¿Para qué? —Apretó más fuerte.
— ¿Au? Me haces daño —protestó la chica.
El otro aflojó el agarre y bajó la mirada. Después, empezó a llorar y se tapó el rostro con ambas manos. Nisa inclinó las cejas. Lo abrazó, para confortarlo, y se mantuvo en esa posición un rato. Luego de unos segundos, lo miró a los ojos.
—No me gusta que actúes así... Este no eres tú.
—Perdóname, Nisa-san. Es... Es la primera vez que tengo algo importante —dijo—, y no quiero perderlo...
Conmovida, la chica esbozó una pequeña sonrisa.
—En ese caso es mejor que no finjas ser alguien quien no eres. Si lo haces, es más posible que me pierdas —aseguró—. Te quiero tal y como eres.
El momento tan romántico y extraño a la vez llegó a su fin, dejando ansiosos a todos los presentes. Nisa fue a conversar con Urata y Sakata, pero Mafu no le volvió a hablar durante el resto de la noche. Ni a ella, ni a nadie.
Esta prisión llamada vida sigue creando un yo retorcido.
˗ˏˋ next ↬ ˎˊ˗
Siempre que hay como fiestas o qué sé yo en estas historias me los imagino en un lugar blanco(?)
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