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[Día 21]: Real.

La sonrisa de Soraru fue tan grande y tan sincera, que pudo ser capaz de volver casi inexistentes sus pequeños ojos rasgados.

— ¿Esto es real...? —inquirió June, con la voz tambaleando.

Pequeñas lágrimas se escaparon de sus ojos, y el mayor la envolvió entre sus brazos cuando eso sucedió. Él debería ser el que lloraba; había sentido tanto miedo del rechazo, que incluso comenzó a temblar. Estaba aliviado y se sentía un completo ganador. Al menos ya podía morir sabiendo que llegó a ganarse el corazón de la chica que le gustaba.

Se separaron un instante, mas él volvió a mirarla a los ojos igual de firme que siempre. Dudó por un instante, y con la mirada le pidió permiso. Cuando ella cerró los párpados, el azabache fue capaz de tomar su barbilla y acercar sus desesperados labios a los de la chica.

Esa fue su peculiar forma de decirle que sí.

Cuando el beso se deshizo, las mejillas de June estaban rojas, y en las de Soraru se notaba un leve rubor. Sin embargo, su mirada seguía teniendo la misma seguridad de antes. Ambos habían correspondido, y ya sólo restaba algo por decir.

— ¿Quieres... ser mi novia?

— ¿Eh? Uh... —Se quedó sin habla por unos instantes, analizando un poco las cosas que habían ocurrido en los últimos minutos. Su mente se nubló, pero logró asentir con la cabeza.

La diferencia de edad entre ambos no significaba nada, de hecho. Esa era otra de las inseguridades de Soraru, así que le tranquilizó ver su respuesta. Y oírla también.

—Sí quiero —murmuró June, y esta vez fue ella quien lo abrazó. No era capaz de rechazarlo, no después de todo lo que había pasado.

Aquellos meses, desde que se conocieron, se volvieron considerablemente menos aburridos que los habituales. Ambos estaban felices de que aquello por fin haya ocurrido. Era algo inevitable; fueron destinados a enamorarse desde un principio.

Luego de unos segundos en tranquilidad, abrazados, observando las nubes, al azabache se le ocurrió preguntar:

— ¿Tienes hambre?

—Un poco —dijo.

Él se levantó primero, y la ayudó a hacerlo también. Tomados de la mano, volvieron a atravesar el parque. Caminaron juntos, para adaptarse a su nueva condición como pareja. Ahora Soraru sería capaz de protegerla mucho más de lo que ya hacía cuando sólo eran amigos.

Fueron hasta su casa, como tenía planeado.

—Prepararé el almuerzo —declaró—. ¿Quieres ayudarme?

—Hai~

June tomó la decisión de hacerlo porque, si sucedía lo que tenía en mente que sucedería, algún día se casaría con el cantante y, por ende, debería prepararle la comida todos los días.

Se colocó a un lado de su pareja, dispuesta a observar bien lo que hacía. El primer paso era lavarse las manos, por supuesto. Fue tan simple que pudo realizarlo bien sin incendiar la casa o algo por el estilo.

— ¿Sabes cortar cebollas?

Apenada, negó con la cabeza.

—Ven, te enseñaré.

Él le pasó el cuchillo a June, y colocó su mano encima de la de ella. La ayudó a moverla, y con su mano izquierda sostuvo la cebolla. Juntos, lograron cortarla con efectividad, pero los ojos de June comenzaron a lagrimear.

Una vez eso sucedió, Soraru la acompañó a salir de la cocina, y le prestó un pañuelo para que secara sus lágrimas.

—L-Lamento esto... Debimos cortar tomates en lugar de cebollas —suspiró.

—No te preocupes —rió ella.

Después de eso, la muchacha insistió en que quería ayudarle con la cena, así que Soraru tuvo que aceptar y asignarle pequeñas y fáciles tareas. Así, ambos ganaban algo.

El almuerzo estuvo listo a las doce y cuarenta. El azabache sirvió buenas porciones para ambos, y la de ojos celestes hizo la mesa. Sería una especie de primera cita en casa.

Se sentaron a comer, pronunciando un rápido "buen provecho" a modo de susurro. A decir verdad, el cantante no era nada malo con la cocina. Tenía potencial.

—Esto es delicioso... —murmuró June, asombrada.

—Gracias~ Recuerda que tú cortaste estas cebollas —dijo, a la vez que le guiñaba el ojo.

Ese gesto hizo que la chica se sonrojara por enésima vez en el día. Él era demasiado para ella; no creía merecerlo. Pero él tampoco creía merecerla.

Aquella pareja era la más hermosa contradicción.


Ok, como Nisa había fracasado como fan, recién buscó Youkai Exercise versión Soraru... y se convirtió en su nueva droga. #SaveNisa

¿Por qué ese hombre es tan estúpidamente tierno cuando quiere? ;;;;♡

Mi intención para esta parte era hacer un dibujo, pero intenté muchas veces y no me salió como quería :'v Prometo que tengo testigos (?? ;w;

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