Ouka ni tsukiyo

Si me acostumbro a suspirar en la primavera, cuando florecen los cerezos, ¿podría tocar suavemente el timbre de tu voz llorosa?

La primavera llegó una vez más. Tal vez el tiempo pasaba con demasiada velocidad, o al menos esa era la impresión que tenía Mafumafu. No quería que siguiera así, pero no podía hacer nada por detenerlo.

Cada día que pasaba, además, era uno que se sumaba a la lista de días en los que no pudo confesar decentemente sus sentimientos. Se sentía en verdad frustrado por ello y, sin embargo, seguía sin encontrar una forma de dejar de lado su nerviosismo y vergüenza.

Un día, fueron a ver los árboles de sakura. Era un espectáculo en verdad impresionante para la muchacha, que seguía sin poderse creer que podía presenciarlos con sus propios ojos. Se encontraba muy sonriente e hiperactiva (más de lo normal, incluso).

Después de este espectáculo de emociones, fueron a la casa de Soraru, porque éste estaba ocupado en la preparación de un nuevo álbum. Le pidió de favor a Mafu que le ayudara con cierta tarea, y a Nisa le pidió que fuera a comprar un café.

—Recuerda, bien cargado y sin azúcar.

—Hai~

No obstante, cuando regresó y le dio a probar el café, su reacción no fue la esperada.

—Está un poco dulce. ¿Segura que lo pediste bien?

—Sí... Dije todo tal y como me lo dijiste —murmuró.

—Hm.

Soraru se mantuvo callado y siguió con su trabajo.

— ¿No crees que deberías descansar un poco? —preguntó ella, recordando que mientras estaban viendo los sakuras, el mayor se mostró un poco indiferente.

— ¿No crees que deberías callarte?

— ¿Eh? Ah, sí, perdón...

˗ˏˋ a little bit of sunshine later... ˎˊ˗

Ya habían salido de la casa de Soraru, y se encontraban cerca de un parque. En algún momento, Nisa se despidió de Mafu, diciéndole que tenía que hacer algo en casa. Aun así, él no le creyó porque se fue en la dirección opuesta, y decidió seguirla.

Por más que corrió y trató de encontrarla, tardó un poco en hacerlo. Estaba exhausto, pero podía asegurar que era ella quien se encontraba sentada en un banco mirando al suelo. Su cabello se ondeaba ligeramente con la brisa, aunque no parecía darse cuenta.

—Nisa-san —susurró él, con suavidad.

La muchacha levantó su cabeza.

— ¿Es necesario que me mientas? —preguntó Mafu.

Ella sintió un golpe en su pecho y volvió a bajar la cabeza. Sus ojos se cristalizaron, pero no quería llorar.

— ¿Qué pasó?

—Nada...

—Si es por lo de  Soraru-san, no te preocupes, porque...— No, no es eso. El único problema soy yo... Ni siquiera sé bien cuál es mi problema...

—No hiciste nada mal, no fue tu culpa —dijo él, sonriendo y rodeándola con sus brazos.

Nisa apoyó la cabeza en su hombro y cerró los ojos.

El viento primaveral soplaba, las flores mostraban sus más radiantes colores, los pájaros volaban de un lado a otro, el césped estaba verde... Quizás era el momento perfecto. Uno de esos instantes en los que la tranquilidad es lo único presente.

—Nisa-san... ¿quisieras ser mi novia?

˗ˏˋ next ↬ ˎˊ˗