Quizás no había pasado mucho tiempo desde que se conocieron, pero los sentimientos que Soraru desarrolló por ella eran tan fuertes que sentía enormes ganas de expresarlos. Durante la primera etapa de su enamoramiento, decidió escribir una canción, para tratar de desahogarse un poco. Sin embargo, esto sólo hizo que se emocionara mucho más.

Cada vez que pensaba en ella, su corazón comenzaba a latir rápidamente, como si anhelara, con desesperación, salir de su pecho. El nerviosismo atacaba de la nada, a pesar de que June no estaba presente, y su mente se nublaba casi por completo. Lo único que se permitía recordar en esos momentos era la sonrisa brillante de la muchacha.

Y, como aquellos sentimientos ya no le dejaban actuar por su cuenta, de repente decidió declararlos. De esa manera, se sentiría un poco más tranquilo. Sin importar que fuese rechazado, dejaría de tener tantas inseguridades.

La citó en el mismo parque al que habían ido con Luz días atrás, a las once de la mañana, ni tan tarde ni tan temprano. Si las cosas salían bien, la invitaría a comer después de eso.

Estuvo esperando unos cinco minutos, con un hermoso ramo de flores azules en las manos. Con el pasar de los meses se dio cuenta de lo mucho que le gustaban aquellas, así que las compró para la ocasión.

Poco tiempo después, June apareció ante sus ojos. Para él era el ser más hermoso existente en el universo; una galaxia de colores que brillaba todo el tiempo en medio de la oscura nada.

—Buenos días, Soraru-san —saludó con educación, como siempre solía hacer.

—Igualmente —sonrió él—. Ten, son para ti. —Le tendió las flores, dejando a un lado la vergüenza.

— ¡Oh! ¡Muchas gracias! —exclamó, recibiendo en sus manos el hermoso ramo.

— ¿Quieres... caminar un rato?

—Por supuesto~

La tomó de la mano, con toda seguridad, y comenzó a dar pasos sin rumbo alguno. Los niños jugaban, el sol no brillaba tanto, las nubes estaban bien definidas en el cielo... Era un bonito día para declarar sus sentimientos.

Después de moverse de un lado a otro, sin saber bien a dónde ir, Soraru y June terminaron deteniéndose en la sombra de un árbol.

—June, tengo algo importante que decirte —musitó el azabache, esperando ser oído.

—Te escucho...

Dispuesto a no dar más rodeos, respiró profundo, exhaló, y luego lo soltó—: Me gustas.

Las mejillas de la muchacha ardieron con fuerza, y en su cara se pudo apreciar un gesto de sorpresa. No esperaba tales palabras por parte del cantante, quien se dedicó a mirarla con insistencia a los ojos.

—Eres... Te has vuelto alguien muy importante para mí... No pude evitar esto, perdóname —susurró con tranquilidad.

Ella, por su parte, no sabía muy bien qué decir. Se mantuvo callada un rato, por lo que Soraru empezó a sospechar lo peor.

— ¿Entonces...? ¿Quieres aceptar lo que siento? —su voz grave se entrecortó por un instante, dejando en claro que se rompería si seguía esperando una respuesta por mucho más tiempo.

Sosteniendo su mirada unos pocos segundos más, June decidió hablar de vuelta.

—Soraru-san... También me gustas.

Aquellas tres palabras hicieron que la vida del azabache se volviera mucho más completa y feliz de lo que ya era con tan sólo tenerla a su lado. La inmensa alegría que le provocó aquello, también causó que sonriera.

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Péguenme si quieren por dejarla en el mejor momento, pero tengo sueño (?)

Soraru cantó Handicap, BTS ganó su Billboard, Jaku creó un hashtag cool y probé sushi... todo es feliz hoy :^)

Pero mañana es lunes, alv todo.