Como era un aburrido y nada soleado sábado, June decidió pasear a Luz. Y, como no tenía nada que hacer mientras disfrutaba de sus vacaciones, Soraru decidió acompañarla.

Salieron cerca de las diez de la mañana. El perro daba vueltas, persiguiendo su cola, lo cual divertía a la muchacha. También era gracioso cuando el azabache jugaba con la correa y se la enredaba en el cuerpo, para luego soltarla y que el animal se la apartara solo.

El parque no estaba tan lejos, pero tampoco tan cerca del sitio en el que la de ojos celestes vivía. Pudieron caminar hasta allí sin que el perro causara problema alguno a la gente; estaba muy tranquilo ése día, a decir verdad.

Una vez en el lugar, el cual estaba repleto de personas, Luz empezó a corretear de un lado a otro, provocando que June decidiera soltarlo para que jugara un rato. Era el momento oportuno para que Soraru pudiera tomar acciones.

— ¿Desde cuándo tienes a Luz? —le preguntó, con el objetivo de tratar de iniciar una conversación.

—Unos diez meses —suspiró la chica—. Vaya, el tiempo pasa muy rápido... Recuerdo cuando era un cachorrito —rió—. Recuerdo que, cuando yo me iba a dormir, lo dejaba dentro de mi cuarto y ladraba para que lo subiera a mi cama... Se quedaba dormido junto a mí.

—Te quiere mucho, vaya...

—Y es celoso.

Nadie se dio cuenta, pero el perro regresó a los pocos segundos de haberse marchado. Y, en ese momento, levantó su pata trasera y marcó su territorio en el pie de June.

— ¿Eh? —Ella empezó a reír, no muy segura de qué hacer—. Luz...

Después de eso, empezó a ladrarle al cantante.

— ¿Te ayudo con eso? —cuestionó Soraru.

—No es necesar— Espera, traeré agua.

Se fue corriendo, aunque fue perseguido por Luz. June rió al ver tal escena. Era como si los dos amores de su vida estuviesen peleando por ella... Aunque, ¿desde cuándo su perro dejó de ser el único amor de su vida?

Por fin había decidido convencerse de que se había enamorado de Soraru varios meses atrás. De hecho, todo fue tan espontáneo que ni siquiera se dio cuenta de el día, ni la hora, ni el momento... Sólo sucedió.

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Lamento que sea corto-

Lamento no haber actualizado estos tres días-

Mañana me pongo al día-

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