Kakushigoto

Mafumafu se había levantado demasiado temprano ese día porque se le quitaron las ganas de dormir. Lo único que quería hacer era trabajar, tomar café y seguir trabajando. No tenía fuerzas suficientes como para hacer otra cosa, de hecho.

Sin embargo, pronto recibió un mensaje de Nisa, que le distraería por unas tres horas. Se la pasaron conversando un largo rato sin descanso, hasta que él logró darse cuenta que había dejado de lado lo que estaba haciendo.

Los días como ese eran muy monótonos a decir verdad. Un clásico lunes en el que no podía hacer mucho porque todos —incluyéndose— estaban ocupados.

Había pasado más de una semana desde lo sucedido en casa de Soraru. Durante los días que transcurrieron no había tenido la oportunidad de dormir mucho, debido a que se deprimió un poco a pesar de las palabras de Nisa. Estaba pensando demasiado y eso no era bueno.

Tomó otro sorbo de su café para no cerrar los ojos y decidió concentrarse un poco más en la canción que tenía que mezclar.

˗ˏˋ a little bit of sunshine later... ˎˊ˗

Como estaba muy cansado, ni siquiera el café logró hacer que se mantuviera despierto. Estaba recostado encima de su escritorio, con la respiración calmada.

O al menos así lo vio Nisa cuando entró.

Se quedó sentada en su cama un rato para no despertarlo. Lo contempló dormir durante un largo periodo de tiempo hasta que lo vio fruncir el ceño. Se preguntó porqué, y luego logró darse cuenta que varias gotas de sudor empezaron a bajar por su frente.

Acercó un poco su cabeza para observar mejor. Poco después, el muchacho abrió los ojos de manera abrupta.

—Nisa-san —murmuró, con la voz seca—. Ohayou...

Levantó su cabeza, bostezó y frotó sus ojos. Después se paró y fue hasta la cocina para tomar agua. La muchacha lo siguió, por supuesto.

— ¿Estás bien?

—Sí, sólo tuve una pesadilla...

He aquí otra de las razones por las que ya casi no dormía. Cada vez que dormía, si es que soñaba, sólo veía pesadillas. Todas eran muy parecidas y reflejaban todos sus miedos. Por ello siempre se despertaba y... ¿para qué dormir si despertaba enseguida?

— ¿Te sientes bien? —repitió Nisa.

—Me duele la cabeza... Nisa-san, ¿puedes ayudarme a dormir? —preguntó, con las mejillas encendidas.

—Claro —sonrió ella.

—Gracias... ¿Sabes? Tengo un secreto que contarte.

— ¿Qué es? —inquirió, curiosa.

—Cada vez que estoy contigo, el tiempo pasa más lento. Cada vez que te miro, algo dentro de mí se estremece. No sé cómo explicar lo que siento... Creo que si estoy contigo puedo hacer lo que sea.

— ¿Y ese es tu gran secreto? Vaya, ya lo sabía hace tiempo —rió.

Algún día jugarás solo a las escondidas, ocultando tus lágrimas.

˗ˏˋ next ↬ ˎˊ˗

TAYUTAU KIMI NI MO KAKUSHIGOTO- okya