—Nos llevaremos a sus gatos para que se preocupe más —sonrió Bria—. Y porque no quiero dejarlos solos.

—Acepto~

Fueron hasta el establo para conseguir dos caballos en los que pudiesen cabalgar para llegar lo antes posible al reino de Mafu. La mayor de las dos supo escoger a los más rápidos, que habían ganado ya varias competencias.

— ¿Sabes montar a caballo? —preguntó.

—Mi papá me enseñó cuando era pequeña —dijo Mandii.

—Bien. Yo llevaré a Mimi y tú encárgate de Pon.

— ¡Hai!

La depresión que la menor sentía por dentro se disipó un poco con la ayuda de su amiga. Ahora estaba sonriente y emocionada por lo que harían. No descansarían hasta devolver a Itou a la normalidad.

•.•.•.•.•

Llegaron casi cuando se ponía el sol. Los gatos se habían dormido, por lo que no hubo mucho problema. No había guardias cerca, así que sólo dejaron los caballos en el establo y entraron al castillo. A Mandii le sorprendió que nadie estuviera frente a la puerta de entrada.

—Qué raro —murmuró—. La vez anterior estaba lleno de guardias.

—Entonces algo debe estar sucediendo aquí también.

Desconfiadas, avanzaron por el pasillo principal. Bria alcanzó a divisar una sombra moviéndose, así que fueron hasta allá. Cuando se acercaron más, la menor se dio cuenta de quién era.

—Luz-san —murmuró—. ¿Pasó algo?

— ¡Mandii-san! —él se mostró contento y le sonrió—. No creerás lo que acaba de pasar.

La cara de desconcierto de la muchacha fue tal que se vio obligado a contarle lo sucedido.

—Nació el hijo de Soraru y June-san.

Los ojos de Mandii se iluminaron—. ¿De verdad? —inquirió, sonriendo—. Por eso no había guardias afuera...

—Sí, justo ahora vengo a arreglar eso —rió—. ¿Quieres ver a June-san?

— ¿Puedo?

—Claro, el bebé nació hace varios minutos.

— ¿Puedes cuidar de los gatos? —preguntó Bria, tendiéndole a Mimi.

—Está bien.

Luz tomó a ambos gatos con cuidado y se los llevó a otra parte, probablemente a su habitación.

Bria estaba feliz porque su amiga lo estaba, así que la acompañó a la habitación en donde se encontraba la mujer. Apenas las vio, la de ojos celestes les sonrió.

— ¿Qué haces por aquí, Mandii-chan?

—Eso no importa ahora... Felicidades~

—Gracias —soltó una risilla.

— ¿Y Soraru-san?

—Dijo que ya volvía... Debe estar con Mafu ahora.

Justo en ese momento, el mencionado pasó por la puerta.

—Junie —suspiró—, ¿te sientes mejor ya?

—Sí, gracias por preocuparte —respondió, antes de ser besada en los labios.

— ¿Dónde está el bebé? —se le ocurrió curiosear a Mandii.

—Lo tienen los médicos, se supone que lo están limpiando y esas cosas, pero mandé a Mafu a asegurarse de que lo hicieran bien —explicó el azabache, y luego bajó la cabeza, avergonzado—, porque quería estar con June.

Mandii consideraba que aquella pareja era muy bonita, y de verdad se alegró. No pensó que toda su tristeza se iría de repente, así que agradeció al hijo de Soraru y June por haber decidido nacer ese día.

•.•.•.•.•

Me emocioné porque nació mi bebito, así que quizás me ponga al día hoy mismo- Esta historia es importante en el desarrollo de la otra, sí, sí~