「 Día 13 」
Profundidad
Después de aquel día, Mafumafu no pudo hacer más que pensar que todo aquello que había formulado su mente podía ser, de casualidad, real.
Tenía mucho sentido. La empatía con la que se trataban el uno al otro, para empezar, era inusual. Sus sentimientos eran muy parecidos. Tanto la inmensa soledad que experimentaban a veces, como el fugaz deseo de volver atrás para arreglar algún error pasado.
Empezó a indagar más profundamente en el interior de la chica, haciéndole preguntas que él mismo se hacía de vez en cuando. Su simple objetivo era confirmar que lo que estaba ideando tenía fundamentos. Quería que ella se abriera lo suficiente como para conocer si había algo en lo que pudiese ayudarla.
Tenía ganas de devolverle lo que ella le prestó: el apoyo incondicional y ayuda desinteresada.
—Nisa-san, quiero que me digas qué estás sintiendo en este momento.
—Alegría, estoy contigo~
En pocos días se volvió una rutina para ella responderle preguntas simples como esa. Lo hacía porque le parecía inocente.
Pero allí venía la parte difícil.
— ¿Estás siendo sincera?
—Esta vez, sí —dijo, mientras asentía con la cabeza.
Le había mentido unas dos veces antes, y cuando le admitió que no estaba siendo honesta, él le pidió que le explicara porqué. En realidad parecía una sesión de psicología, mas a ella le ayudaba mucho.
Un día, de repente, a Mafu se le ocurrió pedirle ayuda a Soraru también con su causa, ya que consideraba que él era muy bueno ayudando a la gente.
—Quiero que... quiero ayudemos a Nisa-san.
— ¿A qué te refieres con ayudar?
—Es que, el otro día me puse a pensar... ¿Recuerdas cómo me sentía yo antes?
Entonces, Mafumafu le empezó a contar al otro todas las cavilaciones que tenía ya formuladas sobre Nisa. Sus teorías, sus pensamientos más profundos, todo lo que creía saber y quería confirmar.
Soraru, a la final, terminó apuntándose a la causa.
Por ello fue que, un día, cuando llegó la hora de la ya clásica sesión de "psicología barata con Mafu" (como le llamaba Nisa), lograron descifrar una de las posibles raíces de los problemas de la muchacha.
—Y, dime, ¿cada cuánto te sientes sola? —preguntó.
—Hmm... Pretty often, I think. Maybe it's because my— ¡Nisa-san! —reprochó Mafu, sabiendo que lo que quería ella era trollear al mayor, quien no era muy fanático del inglés.
—Por favor explícame en un idioma que yo pueda entender, gracias.
—Hm. Digamos que no me siento sola todo el tiempo. Es decir, ahora que estoy con ustedes, estoy bien. Pero hay ciertas personas y situaciones en las que me siento mal.
— ¿Qué es 'mal' para ti?
—Decaimiento, quizás. No tengo ni la menor idea. Por cierto, por mi parte estás nominado para el mejor psicólogo —guiñó el ojo.
Soraru sonrió—. Gracias.
—Nisa-san —susurró Mafu—, dime que recuerdas lo que te dije.
—Claro.
—Entonces, confía en mí...
—Confío en ti~
Se acercó a él y lo abrazó.
—Sé que no me dejarás sola, y tampoco te dejaré solo a ti...
—Entonces quiero que me hagas otra promesa.
—Con gusto, príncipe Mafu.
Mirándola a los ojos, declaró—: Quiero que dejes de sentirte así. Tú vales mucho más de lo que crees. No te subestimes... Nisa-chan es una gran persona con un gran corazón y una gran actitud. Si tan en contra estás del egoísmo, ¿no es egoísta seguir pretendiendo que no haces bien las cosas aun cuando todos te dicen que sí lo haces?
Ese fue un golpe bajo, lo suficientemente fuerte como para hacer que ella admitiera su derrota.
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