[Día 12]: Resfriado.
Como me expuse por un tiempo prolongado al fuerte viento y a la lluvia, me enfermé. Y, mientras estaba enfermo, mi apetito bajó a menos veinte, al igual que mis ganas de vivir; mientras que el dolor subió a ciento veinte. Me sentía débil, mareado, inútil y pesado; apenas podía abrir mis ojos, y la fiebre me atacaba de vez en cuando.
—Mamá —exclamé, con voz nasal, para indicarle que ya había tenido el termómetro en la boca por mucho tiempo.
—Déjame ver —dijo ella, quien había llegado instantáneamente al cuarto.
Me quitó el termómetro de la boca y lo revisó. Al parecer mi fiebre bajó...
—Mañana podrás ir a la escuela —explicó, sonriente. A ella no le agradaba mucho la idea de que faltara a clases. No sé porqué me dejó faltar dos semanas cuando sucedió lo de June.
Asentí. Cerré los ojos y volví a dormirme por un largo rato.
♪ ˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗
—Naru-chan, tu nariz es rosada~
Mis mejillas se volvieron del mismo color a raíz del comentario de mi amiga.
—Eres muy tierno —rió.
— ¿Gracias? Supongo...
—June, hola —un sonriente Soraru-san se acercó a nosotros—. Oh, a ti también.
Me limité a saludar con la mano, puesto que no quería que él se burlara de mi condición. Hice lo mismo con Shin ese día, de hecho. Mi inseguridad me obligó a alejarme de los tórtolos, y moverme hacia algún otro punto sin especificar.
Araki-san estaba apartado de la sociedad, así que me junté a él, sin ganas de socializar. Nos saludamos con miradas y nos mantuvimos quietos un rato, hasta que...
—Naruse, ¿por qué traes un abrigo tan grande?
Levanté los hombros. No quería decirle que antes me quedaba a la perfección, porque estaba seguro de que se preocuparía por mí. Pero él parecía tener poderes psíquicos o algo por el estilo.
—Deberías cuidar más de ti mismo —suspiró—. Si te enfermaste fue porque tenías las defensas bajas, y no digas que fue obra de la lluvia, porque yo pasé por lo mismo y no me resfrié. Si las cosas siguen así, terminarás encerrándote en un mundo sin salvación...
Sus palabras tenían razón. Toda persona que me decía cosas serias tenía razón. Recordé cuando Urata-san me dijo que podía perder a Junie, y me reí de mi propia desgracia.
—No es gracioso —replicó Araki-san, levantándose—. Sé de lo que te hablo...
Acto seguido, se marchó, dejándome solo una vez más.
♪ ˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗
Durante lo que restaba de clases, me dio una especie de recaída. No podía concentrarme en las clases porque me dolía mucho la cabeza, y sólo tenía ganas de quedarme dormido... Así que lo hice. Tuve suerte de que ningún profesor me despertara.
Sin embargo, cuando sonó la campana de salida, parece que Junie había ido con Soraru y volvieron para despertarme.
—Naru-chan —susurró ella.
—Déjalo, ya despertará —suspiró Soraru.
En parte esas palabras me llenaron de rabia. Yo ya estaba consciente, mas no me sentía con la fuerza necesaria como para levantar mi cabeza y decirles que estaba bien. Tardé unos minutos en poder hacerlo.
—Pueden irse, estoy bien —dije, seco.
Parece que Junie se dio cuenta que mis mejillas estaban rojas por la fiebre, porque colocó su mano en una de ellas.
—Estas ardiendo —murmuró—. ¿Seguro que estás bien?
—Sí, vete...
Me levanté como pude, tomé mis cosas, e hice lo posible por llegar hasta la salida. Mi cuerpo no daba para más, así que me enfoqué en llegar rápido a casa, en donde mamá me cuidaría.
Sí, siempre fui un niño de mamá en ciertos sentidos. Cuando ella no me gritaba que era un inútil, claro.
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