Niyame se había ido ya, pero la otra princesa apareció justo al día siguiente. Esta tenía un aura diferente, y también era muy distinta en apariencia. Su piel era exquisítamente pálida, y su cabello azabache se veía suave. En verdad se distinguía la realeza que tenía el Reino Norte, siendo este uno de los más grandes.

Ichizu parecía muy delicada, pero Itou se dio cuenta de que esto no era así con tan sólo observarla un par de horas. Quien también la observó fue Mandii, sólo que ésta fue más desconfiada.

Ella, sin dudas, fue la primera que se opuso a que esa muchacha se casase con su preciado Kashi.

—Ten cuidado con ella —le dijo.

—No te preocupes, tú eres la única que ocupó, ocupa y ocupará mi corazón.

—Ya veremos —murmuró Ichizu, afuera.

Con suma elegancia, se dirigió al rey. Le preguntó si podía volver a su reino unos días para tomar una decisión y, además, buscar un par de cosas. Éste asintió, diciéndole que podía hacer lo que sea, de hecho.

Itou, al enterarse de esto, le pidió permiso a su padre para ir al reino de su amigo durante el mismo periodo de tiempo. El rey accedió sabiendo que no tenía más opción.

—Me llevaré a Mandii también —dijo, antes de irse.

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—Zakuro, necesito tu ayuda —exclamó Ichizu, una vez llegó al lugar en donde habitaba su amiga aprendiz de magia.

— ¿Qué sucede?

—Necesito conquistar al príncipe con el que me voy a casar. Resulta que ya tiene una niñita a la que ama, y no quiero que intervenga —soltó.

—Hm... ¿Pero no podrías dejarlos ser? Es mejor que el amor fluya solo.

—Quiero casarme con él —repitió—. Necesito hacer que me preste atención sólo a mí.

La muchacha suspiró—. Está bien, pero sólo haré un hechizo. Si no resulta, no me vuelvas a pedir ayuda. Odio destruir relaciones de este tipo...

—Aun así sabes que buscaré a alguien más si no me sirves —espetó Ichizu—. Apúrate. Su corazón me pertenecerá, quiera o no.

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— ¡Eh, Mafu!

—Lo siento —rió—. Pero fue idea de Itou-kun.

Soraru posó su filosa mirada sobre el mencionado castaño, quien se mofaba de la broma que le habían hecho segundos atrás.

—No es gracioso —bufó el mayor.

—Ya, ya, calma, Sorarun —dijo June, también riendo.

—Ahora que lo pienso —habló Sou—, ¿cuándo va a nacer su hijo?

June se sonrojó y el otro frunció el ceño, puesto que se le hacía muy vergonzoso responder eso en tal momento.

—Eh... Quiero creer que nacerá pronto —murmuró la de ojos celestes.

— ¿Qué quieren que sea? —preguntó Mandii, de repente.

—Niño.

—Niña.

Dijeron esas dos cosas a la vez, lo cual fue gracioso.

—Quiero que sea niño para que salga tan hermoso como su padre —bromeó June—. Y él quiere que sea niña para sobreprotegerla~

— ¡Eh! No es cierto...

Todos rieron, porque era tierno verlos así.

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SoraJune para el alma :^)

(y más spoilers, lol)