Como June no tenía muchas ganas de hacer tareas o alguna cosa realmente productiva, aceptó la invitación que Soraru le hizo para ir a su casa a jugar Smash Bros con él y Mafu.

Una vez llegó al departamento, saludó al rubio, quien se encontraba en el sillón con un mando blanco en la mano. Lo curioso de éste, es que en una esquina tenía dibujada una carita un tanto adorable.*

— ¿Qué tal todo, June-san? —preguntó el chico cuyo cabello tenía una parte blanca.

—Bien. O eso creo. Eh... ¿te pintaste el cabello?

—Hai~ Tenía una presentación, y me gustó cómo quedó, así que lo dejé —explicó, sonriente—. Aunque es temporal...

—Ah... —La chica asintió y volteó para ver a Soraru.

Éste llevaba en sus manos un bol repleto de botanas, por si tenían hambre durante el juego. Después de dejarlo sobre la pequeña mesa, le tendió a la muchacha un mando azul.

—Es mi favorito —dijo—. Úsalo bien.

- . . . -

Después de un par de horas jugando, Mafumafu se había vuelto hiperactivo, Soraru estaba exhausto y tenía muchas ganas de dormir; y June sólo sonreía mientras el rubio le contaba una extraña historia en la que era pequeño y escapaba de la escuela.

—Y, entonces, mi papá apareció. Y me dijo: "Oye, ¿no deberías estar en la escuela?". Así que le expliqué lo que pasó y me llevó a tomar un helado~

—Vaya... ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué huiste de la escuela?

—Eso... Bueno... E-Es un secreto... ¿Soraru-san está dormido?

—Sí —susurró la chica, explorando con sus ojos el pálido rostro del azabache—. ¿Por qué?

—Te lo contaré... Es que, él no lo sabe y no quisiera preocuparlo... —murmuró—. Ése día... fue cuando descubrí que, todos quienes decían ser mis amigos, en realidad me odiaban. Me odiaban porque era bueno en todo lo que ellos no. Y, cuando me enteré de eso, salí corriendo. Estuve a punto de llorar, pero no lo hice. L-Lamento tener que contarte esta historia, June-san.

— ¿Cómo te enteraste de eso?

—Los escuché hablar de mí a mis espaldas. Regresaba al salón de clases y, antes de entrar por completo, los oí diciendo cosas como esas. Después, cuando aparecí, les pregunté si era cierto y... ya imaginarás lo que sucedió —suspiró.

—Qué triste... No sabía que sufriste algo como eso —musitó—. ¿Ya lo superaste?

—A decir verdad, sí y no. Trato de olvidarlo dejándolo plasmado en uno de mis escritos, así que la herida va sanando poco a poco. Aunque, no es la peor cosa que me ha pasado —aseguró.

- . . . -

Luego de esa tarde de videojuegos y revelaciones, June se vio obligada a retirarse a casa. Mafumafu le comentó que se quedaría allí hasta que el azabache despertase, así que no tuvo ninguna preocupación extra.

Sin dudas, cada día que pasaba junto a ellos aumentaba un poco sus ganas de vivir.

❁

*Like si sabías que era la carita de Teru (¿

La última oración queda a libre interpretación (?