Disco Verde
Empezaron a pasar los días y todo estaba como si nada, las chicas no volvieron a acercarse a los monigotes del capi, mientras estos decían que eran tonterías lo de la supuesta maldición. Después de haber cesado su enojo, le comentaron el truco que ambas habían planteado a Peter y este les dijo que habían cometido un grave error, recordándoles lo que había pasado el día en donde le llego la caja de discos a sus manos, el extraño movimiento de la misma y demás.
Ambos chicos seguían sin creer lo que realmente pasaba, ¿cómo van a morir a manos de un chico que está muerto? Era lo primero que pensaban... Pero esa noche todo cambio. Ambos iban de camino a una de las gustosas fiestas producidas por Peter, la cual era en una casa finca que este tenía gracias a sus descuidados y adinerados padres; transitando por la oscura carretera acompañados de un par de chicas, una figura de unos 1.70 de altura aproximadamente apareció en todo el frente del auto, a lo que tuvieron que detenerse de golpe para no llevarse a tal persona que aparentemente estaba de espaldas.
—¡Oiga pedazo de imbécil! ¿Qué hace a esta hora en la mitad de la calle a oscuras?
Bruce hacía sonar el claxon mientras maldecía y gritaba desde la ventana del auto, pero al no ver respuesta alguna, este decide bajar empujando a aquel sujeto que inmediatamente se desmoronó, dejando a su vista un cráneo lleno de gusanos el cual tenía en su mandíbula una nota.
—Bruce, que pasa, ¿qué es esto? -baja Erick mirando con sorpresa dicha aparición.
—No lo sé, pero si es una jodida broma, mataré a quien lo hizo.
Patea el cráneo mientras limpiaba el sobre sintiendo un escalofrío invadir su cuerpo. Al mismo tiempo, escuchó sus nombres en todo el ambiente como si fueran los susurros del viento. Les decían: “lean la nota”, “Bruce William”, “Erick Sanders”.
—Esto parece una jodida película de terror.
—Lee la nota y ya Erick, esto me está inquietando.
Nota.
Querido Bruce y Erick.
Me sorprende que ya haya pasado una semana y ustedes aún no deciden buscar a Scarlett para ver el video que les he dejado, me duele que no quiera escuchar mis últimas palabras, queridos amigos, o es así como me llamaban, aunque les gustara joderme la vida, ¿no?
Bien, no diré nada malo aquí, pero quiero decirles a ustedes dos par de imbéciles, es que los vigilo, todos los que tienen culpa de mi decisión son vigilados, porque si no se cumple aquella petición no podre descansar en paz. Soy un alma en pena con múltiples dotes como es el saber poseer un cuerpo humano, ahora, no crean que fue mi alma la que escribió esta carta, pero es mejor que hagan mi voluntad o yo mismo sacaré sus almas condenándolas en los fuegos del infierno, ese fue mi trato más significativo que pude hacer en vida.
Espero disfruten de la función, con cariño su nerd favorito, Jimyn Turner.
Fin de la nota.
—Esto debe ser una jodida broma Erick...
—Yo no sé tú... Pero yo iré ahora mismo a donde Scarlett.
—Espera tranquilo, no podemos ir así como así, la fiesta bro, las nenas, no las podemos dejar aquí tiradas.
—¿Acaso no te importa tu vida? Porque la mía sí, y estoy muy joven para ir al infierno.
—Dios contigo... Bien, viene un auto, embarquémoslas con cualquier excusa, se ve que van a la fiesta y nos vamos donde Scarlett.
—Bien... Eso me parece bien Bruce, al fin usas la cabeza.
Así se realizó tal acción, los chicos les dijeron a las señoritas que venían en su compañía que una emergencia les había ocurrido de imprevisto a lo que debían regresar a la ciudad, estas con desagradable acción simplemente les abofetearon y se subieron en el auto del par de jóvenes que iban en dirección a la fiesta del gran Peter Macoi. Con un semblante de seriedad, ambos chicos subieron y tomando camino de vuelta a la ciudad, maldecían una y mil veces la memoria del difunto Jimyn Turner, pero estaba claro que su miedo era mucho mayor que cualquier cosa.
Pasadas las diez de la noche, el claxon fuera de la casa de Scarlett se escuchó, dejando ver que la joven chica, quien ya se encontraba con pijama, se asomara desde su habitación. Aparentemente, sabia de su llegada que sin hacerles tantas preguntas les hizo pasar a su habitación dónde se encontraba la caja en la cama, y sentándose en el puf de la anterior vez les miro señalando el televisor con su pantalla azul a espera que coloquen el disco.
—¿Sabías que vendríamos Scarlett? Tienes todo preparado.
—Puedo comunicarme con Jimyn, por ello sabía que vendrían aquí, su miedo pudo más, pero no pierdan el tiempo haciendo preguntas innecesarias, mejor salgan del video que aún faltan varias personas para mostrárselo.
—Bien, aquí vamos de nuevo.
Bruce inserta el disco en el DVD dejando ver aquella pantalla verde de advertencia la cual durando un par de segundos a que salgan las letras en su totalidad, inmediatamente pasa a la reproducción de mostrar el rostro de Jimyn dejando a entender que el video iniciaría.
—Esto debe ser una jodida broma...
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