Disco Marrón
—Falcón Woolworth, psiquiatra, científico e investigador estadounidense con raíces alemanas, especializado en atender cualquier trastorno mental conocido y por conocerse. También dice que ha ayudado a distintos famosos y su consultorio principal es aquí en Miami.
—Deberíamos hacerle una visita a este tal Falcón para saber que es lo que pasaba con Jimyn.
—Este hombre es un psiquiatra codiciado, sus cifras según la página son bastante altas... ¿Cómo pagaba Jimyn esas consultas?
—Quién sabe Tyler, a lo mejor tenía un amante rico mientras estaba contigo.
—Ja, ja, ja, qué gracioso eres Bruce.
—Yo nunca escuche ni de amante, ni de que iba al psiquiatra, sus padres ya fueran hablado con mi madre frente de ello, además que no pagarían esas cifras.
—Entonces, fue algo en secreto, así que seguramente alguien le pagaba las sesiones a Jimyn, opino aún que sí podría ser un amante con dinero.
—Cállate mejor Bruce, no lo sabremos hasta que vayamos a su consultorio, Peter, tu apellido es importante seguro al ambicioso señor Falcón Woolworth le encantaría atenderte.
—¿Qué? No me digan que me van a hacer pasar por loco.
—A ti no, a tu apellido.
Scarlett anotaba el número en su celular para realizar la respectiva llamada de agendamiento de la consulta, tras quince minutos de espera por fin contesto la quien seguramente era la secretaria del señor Woolworth. Tomaron la cita para esa misma tarde donde todos tenían libre para ir, Tyler por ser el mayor tomaría las fases de representante legal de Peter, la charla que tendrían ellos dos en compañía de Coraline serviría un poco para saber qué ocurría mientras que llegara el momento para el disco el cual estaba listo para enseñarlo.
—Bien, ya el plan está definido y saben que hacer, ahora entren allí, nosotros estaremos aquí escuchando todo.
—Esperemos sea esto rápido.
—Yo no sé tu Tyler, pero a mí sí me da curiosidad saber esto. Se siente una adrenalina, además de expectativa de saber si Jimyn tenía o no amante.
—En serio, cállate, mejor entremos, no hay que ser impuntuales en la cita.
Comenta Tyler mientras se acomoda el micrófono oculto que tenía en su camiseta, los cuales compartirían lo que ocurría a través de una grabación en vivo para quienes quedaron en el auto pudiesen escuchar lo que acontecía. Los tres que iban como caballo de Troya se adentraron en el lugar, dándose paso al consultorio del importantísimo Falcón Woolworth de manera inmediata, al parecer no tenía nadie más para el día de hoy y el olor a billetes verdes con varios ceros como que se le antojó abriéndole el apetito por querer trabajar un viernes por la tarde.
—Buenas tardes jóvenes, es un placer conocerlos, tomen asiento por favor.
—Buenas tardes, es un placer para nosotros que nos reciba así de urgencia.
—Ni más faltaba, igual no tenía nada que hacer en la tarde.
—Está bien, antes que nada me presento. Apreciado Falcón, mi nombre es Tyler Johnson y venimos aquí para saber sobre qué paso con Jimyn Turner.
—Discúlpenme no entiendo, se supone que la cita era para el joven Macoi hasta donde me habían informado.
—Era la mejor excusa, yo menos mal estoy bastante cuerdo.
—Señor Woolworth, necesitamos saber el porqué el joven Turner estaba aquí, por eso pedimos la cita realmente, no se preocupe, le pagaremos si es necesario, pero necesitamos saber el porqué ese chico venía aquí, ya que nadie lo sabía.
—Lo siento jóvenes, no puedo decirlo, las consultas son confidenciales, no me es posible que se digan y menos cuando el chico no quería que supieran.
—No sé si usted lo sabe, pero Jimyn está muerto, así que estamos investigando y nos enteramos de que él venía a verlo, así que queremos que nos colabore con la información.
—Bien... Pero no quiero problemas judiciales, yo solo lo quería ayudar, puesto que él sufría de esquizofrenia aguda, estábamos en tratamiento, pero en vez de mejorar empeoraba.
El hombre relataba su versión sin ningún ánimo alguno de interés por lo que le pasaba a ese chico, resalto sobre sus maltratos o demás situaciones con las que convivían diariamente, evadiendo varias preguntas como las que se referían al costoso tratamiento que le implementaban al chico de diecisiete años, lo cual le daba un aire de duda sobre si lo que decía este hombre era o no verídico.
—Creo que esto ha demorado más de lo esperado, así que será mejor que se retiren.
—Claro que lo haremos, pero antes una última cosa, Jimyn le dejo este regalo a usted.
Coraline saco el disco de su mochila para poner el estuche en el escritorio del hombre de manera abierta que lograba verse su nombre; la manera en la que se encontraba seguramente sorprendió a este sujeto que lo tomo para detallarlo mejor.
—¿Y esto qué es?
—Jimyn al morir dejo un par de notas en videos, este es para usted, así que lo invitamos a que lo vea para darle las respectivas indicaciones al finalizar el video.
—¿Tengo que verlo con ustedes aquí? Es decir, no lo puedo ver a solas acaso, como sé que no es una broma.
—Si quiere salimos y usted lo ve solo, pero ya es su decisión, la verdad, nosotros tres ya pasamos por ello y no es tan agradable que digamos verlo solo.
—Bueno, quédense o nos meteremos en problema si esto es una broma, puesto que afuera no los podre ubicar.
Falcón se levantó de su confortable asiento para de una caja sacar un pequeño DVD y conectarlo al gran plasma que tenía en un costado del estudio donde estaban, enciende todo e insertar el disco con gran curiosidad, quedándose de pie junto al televisor.
El video empezó con la típica advertencia de color café que aparecía letra por letra en un fondo blanco, este empezaba a creer que en verdad era una broma, aunque conforme avanzaba su curiosidad se había quedado fija en la gran pantalla que solo el abrir de la puerta de parte de su secretaria le hizo apagar de golpe el monitor antes que saliera el mensaje completo.
—Cuantas veces te he dicho que debes tocar, no me gusta que interrumpan mis sesiones.
—Discúlpeme, señor, solo que como lo llamé al teléfono y estaba abierto, decidí entrar para informarle que el señor Steven llamo para cancelar su cita, ya no tiene prisa.
—Está bien, ahora vete que estamos ocupado.
Dijo con tal malhumor que la jovencita simplemente cerro la puerta con un semblante de nerviosismo, este sujeto daba entender por sus acciones que era de mala clase, ni un favor, ni un gracias salía de sí a menos que fuese para aparentar.
Reanudó el video con tal curiosidad de saber que vendría, efectivamente ahora si podemos confirmar que la función del nuevo disco ha comenzado, así que era mejor ponerse cómodos para lo que venía a continuación.
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