Gumi POV:

-Tu cuarto es un desastre. -mamá me regañó mientras ordenaba algunos libros en mi escritorio.

-¿Por qué me regañas solo a mí? Yuki también se duerme aquí. -le reclamé acostándome en la cama.

-No te estoy regañando. Te digo que ordenes tu cuarto, es todo.

Mamá salió de mi cuarto. Me quedé sola, mejor preferí sentarme a escuchar música y beber mi coca cola. No era muy de tarde, pero comparado con las cosas que debería estar haciendo, sí lo era.

Pronto serían mis exámenes finales para decidirme a que preparatoria podría aspirar. Como ya lo había decidido con mi familia, iba a aplicar para la prepa más cercana a mi casa. No tenía una en específico a la cual querer ir, pero como esa era la más cercana, era la mejor opción.

Como es normal, tenía muchas tareas y deberes pero en estos momentos no me sentía muy capáz o dispuesta para realizarlos. Tal vez me sentía deprimida porque sabía lo de la infidelidad de mi padre, o por el simple hecho de ser una adolescente.

En fin, razones no me faltaban, pero enserio se me hacía muy difícil continuar. Mi vida tomaba un rumbo que ya sabía como iba a terminar, y no estaba preparada mentalmente para asimilarlo: Mis padres se divorciarían tarde o temprano. Yo no lo evitaría, simplemente algún día mamá se enteraría de todo y el juego habría acabado.

Me preocupaba mi hermanita y los cambios que tontamente mi vida tomaría. Tal vez, inicien hasta un proceso legal, aunque creo que no será la más probable porque mamá siempre trata de resolver las cosas lo más tranquilas posibles, y en caso que me dieran a escoger, sin duda escogería a mamá.

She wanted to test her husband,
She knew exactly what to do.
A pseudonym
To fool im
She couldn't have made a worst move.

She sent him scented letters
And he received them with a strange delight
Just like
His wife
But how she was before the tears

And how she was before the years flew by
And how she was when she was beutiful
She sgined the letter

All yours
Babooshka babooshka, babboshka ja ja
All yours
Babooshka, babooshka, babooshka ja ja.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

-Las clases son un asco. -le dije a Oliver mientras intentaba recordar algunas de las respuestas a la tarea "súper sencilla".

-Claro que sí, pero al menos podrías esforzarte más.

-Hago lo que puedo.

-Últimamente no pones atención en clase y te quedas dormida. Si no fuera porque te despierto los maestros ya te habrían puesto una modestación.

-No creo que se molesten tanto. Además esas veces solo tenía algo de sueño, es todo.

-¿Pues qué haces para que te de sueño?

-Pues... Me desvelo estudiando.

-Sí, igual que yo me desvelo viendo las películas de Barbie mientras me masturbo fingiendo ser un cocodrilo.

-¿¡Qué!?

-Es sarcasmo.

-Ah, estuvo cerca..

-Pero de cualquier forma, no puedes seguir así. Tan solo mírate, tienes la cara toda pálida y unas ojeras que te hacen ver como un panda.

-Al menos los pandas son bonitos. -respondí en mi defensa.

-Si pero tu luces como uno a punto de morir.

Suspiré y me recargué en el respaldo de la silla.

-¿Algo malo ocurre en tu casa? -preguntó está vez poniéndose un poco más serio.

-No, nada ocurre. -mi voz sonó algo altanera, ¿captó la indirecta que mi tonta yo le dio?

-Sí tú lo dices. -hizo un gesto de aceptación con la mirada y se fue al otro rincón de su habitación.

Son unos estúpidos jejeje.

-¡Obvio que ocurre algo!

-Acabas de decir que no es así.

-¿No captas indirecctas?

-sí, claro que las capto. Capté muy bien la tuya pero si no quieres decirlo yo no te voy a forzar a que lo digas.

-Mi papá le fue infiel a mi mamá. -dije tratando severamente de que ninguna de mis emociones saliera a la luz.

-Pero-

-Lo vi con mis propios ojos. No estoy mintiendo.

-Tú nunca harías una broma tan de mal gusto como esa.

-... Mamá no lo sabe, ni nadie más en mi familia.

-¿Desde cuando lo sabes?

-Como desde hace un mes. -mis ojos estaban a punto de estallar en lágrimas y la garganta me ardía como nunca. Sin embargo, no planeaba hacer que Oliver tuviera que reconciliarme, porque cuando alguna de nuestro grupo de amigos lloraba, él siempre era el encargado de consolarnos- Es una mujer joven. Muy joven, tal vez de veinte años.

-Gumi...

-Todo este tiempo eh estado fingiendo que no sé nada, pero en realidad no sé como ocultarlo. -mis lágrimas traicioneras finalmente se escaparon de mis ojos- No sé ni siquiera cuántos secretos nos ocultamos entre nosotros.

Oliver se me acercó y me abrazó mientras acariciaba mi cabeza. Yo también lo abarcé y nos quedamos charlando así un rato más.

-Temo que nos tengamos que separar*.

-Eso no pasará, Gumi, ya verás que las cosas van a salir bien. Y si algo sale mal, siempre me tendrás a Iroha, Seeu y a mí contigo.

-¿Qué es lo que haría sin ustedes?

-Nosotros te amamos. Nunca te dejaremos, es por eso que somos amigos.

-Yo también los amo.

Al calmar mi llanto, recuperé un poco de mi buen humor y volvimos a retomar el estudio.

-¿Te quedas a cenar?

-No, mis abuelos se molestarían si llego tarde.

-Entonces será mejor que te acompañe.

-Puedo irme sola, no es necesario.

-De ninguna manera, a esta hora es peligroso estar solo.

-¿Me vas a proteger? -pregunté burlona.

-Claro que sí. -respondió orgulloso.

Salimos de la habitación y fuimos a despedirnos de su familia.

-Adiós señora, muchas gracias. -dije a la madre de Oliver.

-No agradezcas, que te vaya bien linda.

-Y también adiós señor. -me despedí del papá de Oliver.

-Cuídate mucho. Oliver, acompáñala hasta su casa.

-¡Sí señor!

-Y que no tenga ni un rasguño.

-Sí, claro, claro.

Afuera de la casa las calles ya empezaban a oscurecerse, y la gente comenzaba a cerrar las tiendas. Cuando era un poco más pequeña, no me daba cuenta de cuál era la situación económica de la familia de Oliver, hasta ahora. Su mamá estaba enferma de un cáncer de pulmones, y debido a esto tenía que recibir muchos tratamientos costosos, mas un tanque de oxígeno.

Y, contando que sólo tenían el trabajo de su papá, él tuvo que trabajar también. Por eso, lo admiraba. Contrario a mí, Oliver sabía el esfuerzo que se le dedicaba a poner el dinero en la casa, a diferencia mía, que lo único que hacía era esperar la llegada de mi padre.

-¿No te quedas a cenar a mi casa? -pregunté caminando a su lado.

-Bueno, estaría bien. Aunque no sé si me reciban tan bien.

-¿¡Qué dices!? Si le agradas a todos.

-A tu papá no le caigo tan bien jejeje. -respondió medio nervioso rascándose la nuca.

-Por él no te preocupes, va a llegar hasta después.

-~De todos modos algún día tendré que confrontarlo.~ -murmuró algo que no alcancé a oír bien- ¡De acuerdo!