Capítulo 4, parte 12, otoño
Después de años, Len POV:
-Ah... -suspiré.
A mi lado, recargada en mi hombro, se encontraba mi esposa dormida.
Todo el ambiente se sentía muy tenso. Papá no dejaba de llorar por mi madre, y lo único que podíamos hacer era intentar consolarlo. Mi hermana estaba a su lado intentando esto, al igual que su novio.
Kaito se había ido a su casa con las niñas, junto a Miku. Nos quedamos a dormir en el hospital y ellas debían ir a la escuela.
Lentamente sentí como la cabeza en mi hombro se levantaba.
-Ah... Perdón.
-No te disculpes.
-¿Me quedé dormida mucho tiempo?
-Sólo te dormiste como 15 minutos. Duerme un poco más, estás cansada.
-No quiero. Debo estar al pendiente por las noticias. Voy a ir por un café. ¿Quieres uno?
-Sí. También traele uno a mi papá.
-Voy a traer para todos.
-Por favor.
Rin se fue a la cafetería, dejándonos solos a los antes mencionados.
-¿Familiares de Lily Kagamine?
-Somos nosotros. -todos nos levantamos al instante.
-La paciente está fuera de peligro.
Internamente me llené de alivio. Mi mamá estaba bien, y eso me alegraba mucho. Mi papá inmediatamente esbozó una sonrisa al igual que mi hermana y Rinto.
-Podrán llevársela en unas horas.
-¿Está despierta?
-Sí. Pasen a verla.
Entramos en la habitación. Ahí estaba mamá, recostada en la camilla con una cánula en la nariz. Papá corrió a abrazarla.
-Estás bien cariño... -le dijo mientras la besaba.
-Estoy bien, estoy bien.
-No nos vuelvas a dar ese susto. -le dije. Mi hermana también estaba llorando pero de felicidad.
-Oh, por eso no te preocupes Len. Tendrás madre por muchos años más. -mamá sonrió. Fui a abrazarla sintiendo su cálido cuerpo.
-Mamá, qué bien que estés bien. -mi hermana también abrazó a mi mamá- No sabría qué hacer sin ti.
-No digas esas tonterías Lenka. Puedes hacer muchas cosas con o sin mí. Puedes empezar por casarte ya.
-¡Me refiero a otras cosas!
-Pues deberían empezar a considerarlo porque puede que la próxima vez ya no alcanze a conocer a mis otros nietos.
-¡Mamá!
Rinto se puso todo rojo, al igual que mi hermana, quien se veía estaba a punto de estallar.
-Señora. -Rin entró a la habitación y se acercó al lado de mi mamá.
-Mi hermosa Rin, tranquila, estoy bien, ¿ya ves?
-Perdón.
Rin lloraba mientras apretaba la mano de mi mamá.
-Es que usted es como si fuera mi mamá. Por favor, no nos asute de esa manera otra vez.
-No lo haré. Al menos lo intentaré. Y... ¿Dónde están mis nietas?
-Están en casa de Kaito.
-Ah, ¿y Kaito está bien?
-Estuvo muy preocupado por ti mamá. -mencioné.
-Lo bueno es que voy a poder regresar a casa. ¡Qué bien! Me dieron ganas de comer una torta cubana.
-Jeje tendrás que cuidar tu alimentación mamá. -dijo mi hermana.
-Bueno, al menos prepárame una tarta de manzana.
-Sí, mamá.
Seguimos platicando y riendo, todos bastante animados.
-Len. -me habló Rin.
-Mande.
-Háblale a Kaito, ya no tengo saldo.
-.. Sí.
Saqué mi celular y marqué el número de Kaito.
-¿Len?
-Kaito, mi mamá ya despertó.
-Qué alivio...
-Llegamos en una hora para mi casa, ¿quieres llevar a las niñas o paso por ellas?
-Yo las llevo. Sólo me voy a esperar a que lleguen de la escuela, todavía no es la hora de salida.
-Ok. Te esperamos allá.
-Bien. Entonces nos vemos. Ah, y dile a tu mamá de mi parte que me alegra que se encuentre bien, y diles a los demás que cuiden de ella.
-Yo le digo. Adiós.
-Adiós.
Colgué el celular y lo guardé en mi bolso del pantalón.
Al salir del hospital, todos nos subimos en el auto de mi papá (como pudimos) y nos dirigimos a casa.
La verdad creo que en mucho tiempo nunca había sentido un alivio tan grande como hasta ahora, porque en estos últimos días no había tenido nada de paz mental.
Y sobre todo, perder a mi mamá me daba mucho miedo.
-¡Ah, extrañaba la casa! -exclamó mamá al llegar- ¡Lenka, prepara la comida que tengo hambre!
-Ok, ok mamá. Pero ni creas que voy a cocinar tortas.
-Ya qué...
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