Rin POV:

Sentada, esperando el regreso de mi marido, recibí una llamada de parte de mi hermana.

-Hola, Neru, ¿pasa algo?

-Esto, Rin... ¿Podemos hablar?

-¿Tiene que ser ahora mismo? Estoy algo ocupada.

-Es importante. ¿En qué estás ocupada?

-Espero a Len en casa.

-¿Las niñas están contigo?

-Están con sus abuelos.

-Pasaré por ti. Es algo muy importante.

-De acuerdo... Te espero.

-Ok. Adiós hermana.

Colgué el teléfono y le di de nuevo un sorbo a mi té. Me puse en pie y arreglé la mesa, lavé los trastes y volví a poner todo en orden.

Volví a tomar el teléfono y marqué el número de Len.

El número que usted marcó está fuera del área de servicio. Para dejar un mensaje de voz marque...

-Len, voy a salir. Llegaré tarde. Hay comida en la nevera.

Colgué la llamada y me alisté para salir. Me puse un abrigo, tomé mi bolso y me senté a esperar la llegada de mi hermana.

-Ya estoy aquí hermana.

Tocó la puerta, la abrí y ambas salimos.

-¿Algo pasó con mamá?

-No, está bien. Sólo tengo que decirte algo que sé...

-... De acuerdo...

Bajamos del edificio al estacionamiento y ahí estaba Nero, el novio de mi hermana sentado en el asiento del piloto. Lo saludé y los tres subimos al auto.

-¿De qué querías hablar entonces?

-Te lo diré cuando lleguemos.

A la misteriosa actitud de mi hermana, preferí no hablar o preguntar más. Al acabo de unos minutos, se detuvo el auto y todos decendimos de el.

Estábamos en la casa de mi hermana. Entramos en ella y procedimos a sentarnos en un sillón.

-¿Cuál es el asunto?

-Hermana... -agachó la cabeza, triste por algo que yo no sabía- Sabes que Nero trabaja en un bar ¿verdad?

-Sí, me lo contaste el otro día.

-Eh...

-Mi trabajo es de mesero. -interrumpió a mi hermana Nero, con una voz neutral- Pero en ese mismo establecimiento trabajan mujeres... De compañía.

-¿Prostitutas? -pregunté, a lo que él asintió y continuó hablando.

-Un día vi a... Una de mis compañeras... Con...

El chico se mostraba cada vez más nervioso. Se notaba el sudor resbalarse de su frente, y sus manos temblaban.

-¿Tu marido... Len... ¿Es éste?

Neru me mostró en su celular una foto de Len.

-Es él..

-Yo... -habló de nuevo Nero- Yo vi a esa persona hablando y coqueteando con ella...

Al oír eso no actué de manera anormal.

Yo ya sabía que Len me engañaba. Desde hacía un tiempo todo su amor se había esfumado. No era difícil de adivinar lo que estaba sucediendo con él.

-Lo siento mucho Rin... -Nero se disculpó, bajando la cabeza. Voltee a ver a mi hermana y ella se veía incluso peor que su novio, con los ojos acuosos y tragando saliva constantemente.

-¿¡Pero estás seguro de que era a él al que viste!? ¡No era Len, estoy segura! ¡Él nunca haría algo como eso! -mi hermana salió a intentar repararlo todo, gritando de manera histérica a su pobre novio, convencida de que tal vez se había equivocado.

Pero yo sabía que no estaba equivocado.

-Lo vi más de una vez, claro que lo era.

Mientras ellos discutían si la información era verdadera, yo sólo me quedé quieta, con una cara seria.

Lo único en lo que pensaba, era en qué comería hoy para la cena.

-Hermana... Lo lamento mucho, yo-

-No te preocupes Neru... Está bien. Gracias por hoy. Nos vemos después, me voy. -me levanté del sillón y caminé a la puerta.

-¡Espera! ¡Deja que te lleve a casa!

-No está lejos de aquí. Puedo caminar sola de regreso.

Sin escuchar más sus palabras, salí de su casa y caminé en dirección a la mía.

Yo lo sabía desde mucho tiempo atrás. Pero por el deseo de no romper mi familia, no dije nada. Aunque también, creo que fue más por el sentido de que yo estaba locamente enamorada de Len... De hecho, aún lo amo.

Ahora, ya sabía que desición tomar. Continuar con la farsa de nuestro matrimonio ya no tenía sentido.

Él ya no sentía nada de amor por mí. Lo que una vez fue, ya no volverá a ser, no importaba cuanto la anhelara. Por mucho que lo amara, ya nada se podía arreglar. Él ya no cambiaría.

Desde un principio, las cosas entre nosotros no fueron del todo bien. Más bien, era como un amor de verano. Pero como ninguno de los dos nos cuidamos, terminé embarazada. Me sentí culpable en el momento porque acababa de derrumbar cualquier sueño en la vida que tuviera.

A pesar de todo, yo creía que me amaba, porque se notaba en su cara y en sus muestras de afecto. Ambos nos apoyabamos mutuamente y éramos los mejores amigos. Aunque, dejó de amarme.

Pienso, que, tal vez, sí llegó a amarme, pero yo era "un amor", no "el amor" de su vida....

Ya no me dolía tanto. En su momento, tardé en asimilarlo, y, ahora estoy un poco más tranquila. Sin embargo, ya no me quedaba mucho por lo qué luchar.

Pasé a la tienda a comprar ingredientes para hacer la cena, después de todo, hoy iba a ser nuestra "última cena". Llamé a casa de los abuelos de mis hijas, y les dije que no podía pasar por ellas a casa, que si se podían quedar con ellos esa noche. Me dijeron que sí.

Luego pasé a hablar con una chica peli aqua, a su lugar de trabajo. Como no estaba, me dijeron que, al parecer, ahora trabajaba en otro establecimiento. La encontré y charlamos un rato. Ella, se veía apenada por la situación, y, aún así, yo no traté de hacerla sentir mal, por lo mucho que se mereciera ser tratada así.

Le pedí que se encargara de cuidar de Len, porque después de todo, no me quedaba mucho tiempo...

Llegando a casa, hice la cena algo especial, acomode la mesa, y, como siempre, me senté a esperarlo.

Al cabo de un rato, la puerta se abrió, y reveló a un hombre rubio; mi esposo. Saludó como siempre, dejó sus cosas en el perchero, quitó su corbata, y... Esta vez dijo algo diferente.

-¿Y las niñas?

-Se quedaron con sus abuelos.

-... Ya veo... ¿Estuviste sola esta tarde?

-Hice algunas cosas...

-Ah...

-Y... -hice una pausa momentánea, poniéndome en pie, y sentándome en el sofá- Nosotros tenemos que hablar.