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Capítulo 3, parte 10, otoño

Kaito POV:

-Es terrible... Simplemente no quiero un bebé... No tengo nada que darle...

Sus sollozos eran ensordecedores e incontrolables. Yo, por mi parte, permanecía en silencio.

Quería decirle que no, que no estaba embarazada, y que no abría problema, pero decir eso era como asumir que las cosas serán fáciles cuando no sería así. Ni siquiera podía consolarla.

En casa, ella subió rápidamente a su cuarto y se encerró en el. En mi caso decidí mejor tomarme una ducha y dormir. El día fue realmente agotador, tanto física como mentalmente. Me di el baño y me vestí. Arreglé las colchas y me acosté en la cama, esperando poder dormir.

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-Miku... No has dicho ni una palabra desde hace dos días, por favor, di algo. -intentaba convencerla. Desde que habían confirmado su embarazo dejaba de hablar.

-...

-Por favor.

-...

Me ignoraba por completo, perdiendo su mirada en el suelo y jugando con sus manos.

-Quiero que sepas que independientemente de que si tengas o no un hijo... Yo te apoyaré. Eres mi amiga ahora, ya no estás sola.

Dejó de jugar con las manos, me miró a los ojos, y derramó una lágrima.

-Es que tengo mucho miedo... No sé como enfrentar esto. Temo... Temo ser una mala madre, o temo que el o ella viva sin una figura paterna. Tengo miedo de no darle lo que se merece.

-Como dije antes, voy a apoyarte. Si te preocupas por no poder darle una buena vida, yo cuidaré de ambos. Lo de una figura paterna, yo puedo actuar como una.

-Pero hace unos días dijiste que no sabías cómo ser papá.

-Ningún padre sabe como ser padre sin serlo. Eso se gana con el tiempo y la experiencia.

-... ¿Por qué eres tan amable conmigo?

-Porque tu necesitas ayuda... Yo ya no tengo nada que perder, así que por eso decidí ayudarte.

-Muchas gracias por todo.

Agradeció secándose las lágrimas y poninedo una sonrisa. Yo sonreí igual y le tomé la mano.

-Bueno, pero ahora tenemos cosas que hacer.

-¿Qué cosas? -preguntó levantando una ceja.

-Bueno, primero necesitamos comprar comida. Debemos tener un refrigerador surtido para ti. Y debemos llevarte con un ginecólogo también, comprar ropa de embarazada, una cuna, ropa de bebé y... Me estoy adelantada mucho. -me detuve al notar la confusión en la cara de Miku, que se rió al detenerme.

-Con la comida basta por ahora jeje.

-Bueno. ¿Vámos?

-Si, está bien.

Ambos nos levantamos de los sillones y salimos a la cochera. Subimos al auto y lo conduje hasta el supermercado. En el camino teníamos una conversación un poco más animada, hablábamos sobre cosas divertidas de nuestra infancia.

Ella contaba anécdotas sobre sus compañeros de la primaria, y una que otra de su hermano. Siempre destacaba y hablaba de él como si estuviera muerto, y, a pesar de todo se veía feliz recordando momentos alegres, aunque fueran sobre la persona que más le había lastimado.

En el supermercado compramos comida, y objetos de higiene personal. Regresamos a casa con todas las compras, las ordenamos y cenamos. Igual, hablábamos y reíamos. Casi me olvidaba por completo de todos mis problemas, hasta que ella mencionó a alguien.

-¿Y esa mujer que vivía antes contigo era tu novia? Recuerdo que tu vecina dijo que se llamaba Meiko, ¿verdad?

-No, no era mi novia. Más bien era una amiga preciada para mí.

-¿Le ocurrió algo malo?

-Tuvimos un par de problemas... Ella me mentía regularmente.

-¿Te mentía?

-Si. Fingía estar loca... Perdió a su hija en un accidente, y desde entonces "padecía de la mente" pero me di cuenta de que todo era mentira suya.

-¿Lo confesó ella?

-No, bueno...

-Tal vez debiste esperar alguna explicación de ella. ¿Cómo está ahora?

-No tengo idea. Desde hace mucho que no la veo. No sé ni dónde vive.

-Deberías buscarla... ¿Ella tiene familia?

-No, su marido era un imbécil, y no mencionó nada de otros familiares.

-Es difícil para una persona sobrevivir sola.. Yo estuve viviendo casi dos mese en la calle... No comía casi nada y muchos de los que me querían ayudar solo era para intentar acosarme o violarme...

-¿Gakupo intentó abusar de ti?

-No. Podrá ser un borracho avaricioso, pero no es un pervertido. Él lo único que quería era una chica para su negocio, y yo no me negué.

-...

-Dijo que mi belleza era muy grande... Que debía explotarla en cuanto antes...

-Meiko... ¿Ella estará bien?

-No puedo saberlo, pero sólo espero que tu amiga no sufra lo que yo sufrí. Es... Muy doloroso.

Miku tenía razón. Me dejé llevar por un comentario sin esperar realmente una explicación de su parte. Lo que podía hacer ahora, era esperar a que ella estuviera a salvo. Yo, escuché la historia de Miku y la comprobé en carne propia. Había sido traicionada y usada por casi todas las personas que conocía, y no tenía una vida cómoda..

-¿Ninguna persona trató de ayudarte alguna vez?

-No todos fueron malos conmigo... Algunos si me quisieron ayudar, y me daban comida o cosas así. El panadero me regalaba el poco pan que le sobraba, y de vez en cuando me regalaba algunas cosas de su hija menor que no usaban. Pienso que algún día tengo que agradecerle por todo...

-Entonces no todas las personas fueron mierda contigo. Me alegro de eso.

-Pero como pensaba, la mayoría de las personas que me querían dañar eran ricas. Hombres de familias acomodadas, e incluso mujeres que participaban en el mercado negro. Eran unos hijos de puta. Lograron llevarse a muchos de mis amigos, y lo ultimo que supe de ellos fue que unos los vendieron a personas millonarias como esclavos sexuales, o otros fueron víctimas de sectas... Recuerdo a mi mejor amiga, Mariam. Ella era hermosa, tenía 15 años cuando nos conocimos. Recientemente sus padres habían muerto y los habían dejado solos a ella y su hermano menor. Vivíamos juntas y compartíamos comida o cosas así. Hasta que en un día, un hombre nos empezó a seguir. Corrimos, pero lamentablemente él era rápido. Llevábamos con nosotras a su hermanito también, así que en un descuido ella se detuvo porque se cayó. El hombre los logró atrapar... Estoy arrepentida de no poder haber hecho algo más por los dos...

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