OS basado en uno de los cinco sentidos 

Apenas logré pasar por la ventana rota instantes antes de que la luz pasara por allí y se siguiera de largo.

—Robots estúpidos —susurré mientras me internaba entre las sombras de aquel destruido edificio.

Desde que los robots y los androides habían tomado el control del planeta, la vida se había vuelto bastante difícil.

Pero con aquella memoria que había conseguido podría ayudarnos bastante, en mi grupo de supervivientes habías varios "hackers" que podrían utilizar la información que contenía para poder ocultarnos de ellos con mayor facilidad.

Claro, eso si lograba llevarles la información, y los robots que me perseguían estaban más que dispuestos a evitarlo y matarme para recuperar lo que había robado. Aquellas peligrosas armas andantes seguían rondando cerca, muy cerca.

Intenté adentrarme más entre las sombras pero con mi escasa vista terminé cayendo encima de un montón de escombros... o al menos yo pensé que lo eran, hasta que mi vista se enfocó un poco más, había caído justo encima de un androide y con el movimiento al parecer lo había encendido pues en ese momento abría los ojos y los clavaba en mí.

—¡Maldición! —al hacerme hacia atrás mi ropa terminó enredada con el metal roto en el pecho del otro.

Al final terminé sentado contra un montón de escombros con el androide castaño sobre mis piernas, aún mantenía sus ojos sobre los míos aunque a diferencia de la expresión fría de los otros, éste parecía más bien inocente, como si no supiera bien qué ocurría. "Vaya buen trabajo hicieron contigo." Pensé, pero lo más curioso era que aquella máquina de bella apariencia no había dado la alarma ni intentaba atacarme, solamente estaba allí mirándome.

Lentamente comenzó a mover su mano, acercándola a mi rostro. Antes de poder evitarlo tocó mi piel, pero para ese momento sentí un toque de electricidad gracias al contacto. No eran tan fuerte como para ser doloroso pero si molesto.

—¡Quita! —aleje su brazo de un manotazo o al menos lo intenté porque el androide era bastante fuerte.

Seguramente al día siguiente tendría un moretón en ese brazo, al menos había alejado la mano y la electricidad que portaba. El androide ladeó la cabeza, como si analizara lo que le había dicho pero su expresión inocente no cambió en lo más mínimo.

Iba a quitármelo de encima y salir de allí de inmediato, pero justo cuando lo tomé por los hombros pude escuchar una puerta abriéndose y parte del almacén abandonado se iluminó. Afortunadamente yo estaba oculto por los escombros, gracias a los cuales podía permanecer entre las sombras mientras escuchaba a los otros robots perseguidores entrar al lugar.

Solté una maldición mientras me arrellanaba de nuevo entre los escombros, ocultándome lo mejor que podía. Pero entonces el maldito robot sobre mis piernas volvió a tocarme, esta vez en le cuello y la pequeña descarga eléctrica me hizo estremecer.

El movimiento ocasionó algo de ruido y las luces de los otros pasaron justo por encima de mi cabeza.

Me tapé la boca con la mano izquierda mientras utilizaba la derecha para intentar inútilmente alejar la extremidad del bello androide castaño, pero con su fuerza y mi limitación de movimientos era imposible.

La otra mano robótica se coló de pronto debajo de mi playera ya rota, tuve que morder mi propia mano para evitar jadear, pues ambas manos seguían soltando descargas contra mi piel y conforme continuaban su camino descendente la sensación pasaba de ser molesta a ser algo más... intensa.

"¿Qué clase de programación te pusieron?" me pregunté viendo aquellos ojos oscuros que no se despegaban de los míos mientras sus manos seguían moviéndose de aquí para allá sobre mi piel... aunque pensándolo un poco estaba claro, sabía que cuando recién comenzaban a existir algunos humanos creaban androides para autosatisfacerse "Eso explica el que seas tan guapo..."

Aquellos pensamientos no ayudaban en lo más mínimo a detener el cosquilleo que estaba alimentando cierta parte de mi anatomía que no debía despertarse en un momento como aquel, en el que cualquier ruido podría hacer que me descubrieran y me acribillaran en un solo instante.

Tenía que pensar en ese peligro, tenía que pensar que era solo una maldita máquina la que me estaba tocando. Y una máquina defectuosa además, pues era probable que a pesar de que lo hicieron para dar placer, el cortocircuito que hacía que su piel diera toques había hecho que lo tiraran en aquel basurero.

"Pero qué desperdicio, si supieran lo bien que se siente eso... Maldición Wonsik, ¿ni siquiera en peligro de muerte puedes controlarte?"

Pero ¿cómo iba a controlarme en medio de aquellas excitantes descargas eléctricas cada vez más cercanas al centro de mi placer? ¿Y con aquellos ojos oscuros que no dejaban de estudiarme en medio de su expresión somnolienta?

Estaba completamente atrapado, eché la cabeza hacia atrás, aun mordiendo la parte carnosa de mi mano para contener los gemidos que pujaban por salir, todo mi cuerpo estaba tenso por mi intensión de no moverme más allá de los pequeños espasmos que la electricidad creaba.

Al final mis perseguidores salieron del edificio y todo volvió a quedar en penumbra, por un momento me relajé sintiéndome por fin a salvo; no fue tan buena idea porque esa relajación concluyó el trabajo que el androide defectuoso había comenzado y pude dejar que el placer explotara acompañado por fin con un grave jadeo de mi parte.

Dejé pasar un par de minutos mientras los robots malvados se alejaban y yo recuperaba el dominio de mí mismo, al hacerlo y luego de limpiarme un poco me quité de encima al robot castaño para levantarme pero antes de poder terminar de levantarme él me sujetó de la muñeca.

—¿Qué...? —hice varios intentos por liberarme pero de nuevo eran inútiles contra su fuerza—. Maldición, debo irme antes de que esos asesinos mecánicos me encuentren —gruñí.

Pero el androide no tenía la menor intención de soltarme, con su otra mano sacó de detrás de él un papel arrugado que me tendió. Tuve que utilizar la mano libre para acercarme bastante el papel y poder leerlo, era un muy antiguo recorte de algún periódico que anunciaba la boda del famoso inventor JaeHwan con su prometido, al que solo mencionaban bajo el seudónimo de "Leo". En la foto, a pesar del color borroso pude distinguir al androide castaño, aunque sin las rayas que su rostro portaba actualmente. Se veía realmente alegre abrazado al científico.

—No eres un robot... ¿Eres un cyborg?

En lugar de contestarme él se levantó junto a mí, me soltó solo para arrebatarme la foto y volver a guardarla entre sus ropas. Me le quedé mirando algunos instantes mientras pensaba, "Así que aquel inventor había experimentado con pareja y cuando salio mal solo lo dejó aquí... Wonsik, has visto demasiadas novelas".

Me dispuse a salir de aquel escondrijo por la misma ventana hasta que me di cuenta que el cyborg me seguía.

—Hey, vete... vete de aquí... —Me volvió a detener de la muñeca—. Anda, no tienes que venir conmigo... vete, puedes hacer lo que tu quieras.

Me empujó de pronto contra una de las paredes, colocando todo su cuerpo contra el mío; era más alto que yo así que quedé cubierto justo en el momento en que una de las luces pasaba sobre nosotros.

Apreté las manos contra el pecho desnudo de "Leo" a pesar de la electricidad que me pasaba, pero el rastreador siguió su camino como si no estuviéramos allí.

"Claro, solo distingue las partes mecánicas del cyborg, no me identificó detrás de él." Me mantuve inmóvil hasta que la otra máquina se alejó, pero aún así el cyborg no se hizo a un lado, me tomó de los hombros y se mantuvo completamente pegado a mí.

—Ya , ya, está bien. Te llevaré conmigo, tal vez Hyuk pueda arreglarte... pero debemos irnos ya, antes de que regresen aquellas máquinas asesinas.

Solo entonces Leo se alejó, pero me tomó de la mano con cierta suavidad aunque sin dejar de darme toques y así sujetos salimos de allí.

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Pequeña nota mental: ¿Será demasiado cliché para hacerlo un fanfic o una historia completa? No lo sé...

Actualización 09/06/2020: pues al final sí lo hice, si quieres leer la continuación de este fanfic pueden ir a mi perfil