Un objeto a tu derecha + tu estado de ánimo

Todo estaba demasiado oscuro, por mucho que intentaba afinar mi oído no podía escuchar sus pasos, estaría perdido si me encontraba primero.

Apreté con un poco más de fuerza mi arma, sabiendo que tendría que reaccionar con rapidez si es que él salía de entre las sombras, no tendría más que una sola oportunidad, él tenía demasiado buen tino.

Justo cuando pensaba eso escuché algunos pasos por el pasillo a mi derecha, "Ni creas que me atraparás tan fácilmente" pensé.

Iba a salir de mi escondite para poder tomarlo por sorpresa, pero no bien intenté apoyarme en un montón de cajas y chatarra estas cedieron ante mi peso de manera que tanto yo como las cosas terminamos desperdigados por el suelo luego de un tremendo estruendo.

Por mucho que me apresure pero fue demasiado tarde, en cuanto levanté la vista Leo estaba justo frente a mí, con el cañón de su arma apuntando directamente a mi rostro.

—Es suficiente Ravi, eres todo mío —susurró con voz grave.

Incluso me pareció ver cómo apretaba el gatillo lentamente, en cuanto se escuchó la detonación cerré los ojos, esperando sentir el dolor que en realidad nunca llegó. Abrí solamente un ojo con inseguridad.

Leo tenía la mirada clavada en un punto justo a mi izquierda, y a un lado de mi rostro estaba la enorme mancha de pintura azul. Suspiré, me había salvado por muy poco. Un maullido me demostró qué era aquello que había robado la atención de mi Leo aún en medio de nuestro "peligroso" juego de gotcha, una gata gorda pinta de tres colores diferentes lo miraba con la elegante indiferencia de los gatos.

Claro, era normal que eso pasara con él, tenía una debilidad muy marcada tanto por los animales como por los niños. No pude evitar la sonrisa boba y enternecida que me provocó su actitud. Pero no era el momento para ser blandos.

Preparé mi arma, apuntando cuidadosamente para darle justo en el cuerpo, pero cuando iba a disparar él se agachó para poder acariciar al pequeño animal.

Volví a apuntar aunque esta vez Leo previó mis movimientos, en cuanto disparé el proyectil de pintura roja Leo tomó al gato y rodó con él dando una marometa.

—Te salvé de ese malvado Ravi. —Dijo Leo levantando al gato contra su pecho.

Me sorprendió que, en lugar enojarse o arañarlo, el gato se arrebujó contra el pecho de mi Leo, podría jurar que le ronroneaba en ese momento.

—¡Hey! No soy malvado, y no iba a darle al gato, solo a ti.

—No dejaré que nos dañes a ninguno de nosotros. —Se levantó con el gato en el brazo izquierdo y apuntándome con el derecho, no pude evitar reír ante su teatralidad antes de seguir con su juego.

Me levanté y me sacudí el polvo, poniendo mi mejor pose de villano, apuntándo a ambos con una sonrisa malvada.

—Es demasiado tarde, entrégate a mí y dejaré a la pequeña huir.

—¡Jamás! No podrás obligarme a dejar a Misha sola.

—¿Misha?

—Así se llama, mira tiene una placa.

Leo se inclinó para mostrarme la placa, momento que aproveché para disparar, la mancha de pintura roja se esparció por toda su playera. Él saltó por el susto, lo que hizo que "Misha" saliera corriendo.

—Te lo advertí, nunca podrás ganarme. —intenté reír como un verdadero villano malvado, pero solo recibí tres impactos directamente en el pecho.

Solté un jadeo pues al ser tan directos los balazos de pintura llegaban a ser dolorosos, no en extremo pero sí lo suficiente para desestabilizarme; por unos momentos logré equilibrarme antes de que Leo se me echara encima y los dos termináramos en el suelo, él encima de mí.

—¡Eres malvado Ravi! Yo quería acariciar a la Misha un poco más.

—¡Ah! te advertí que sería inútil resistirte a mí...

—Eres un bobo, ya soy tuyo, no necesitabas atacarme.

—Pero si el más herida fui yo. —me quejé, estiré la playera vieja que nos habíamos puesto para la ocasión, mostrando los pequeños moretones allí donde las balas me habían golpeado.

—¡Ravi, dijiste que este juego no era peligroso! —De pronto me quitó la playera para poder revisar mejor las tres marcas en mi pecho.

—Bueno, no esperaba que me dispararas directamente a quemarropa. Pero tranquilo, estoy bien, te aseguro que no es nada, tú debes tener uno igual allí donde te di.

Pero él no pareció escucharme, pasó los dedos suavemente por mi piel, no dolía tanto en realidad. Iba a decírselo cuando se inclinó para posar los labios en el primero de los moretones, la sensación me erizó toda la piel.

—Leo... no deberias... —su segundo beso me hizo callar, o de lo contrario terminaría gimiendo en voz alta.

—Es mi manera de disculparme, Wonsikkie. —repitió la acción.

—¿No puedes esperar a que estemos en casa para hacerlo?

—¿En verdad puedes esperar tanto?

Me levanté un poco para besarlo en los labios y él me devolvió el beso con creciente ansiedad, para cuando nos separamos ambos teníamos la respiración agitada.

—Démonos prisa, por favor.

—Pero estoy herido, —puse mi mano en la frente y me hice hacia atrás, Leo no era el único buen actor en la pareja—. Aunque, si me cocinas, tal vez sane con prontitud,

—De acuerdo, esta noche yo cocinare, y luego te comeré...

Al darse cuenta de sus palabras enrojeció furiosamente, así se que levantó para darse la vuelta. Pude al fin terminar de incorporarme y ponerme la playera. Luego de lo cual lo abracé por la espalda y recargue mi barbilla en su hombro.

—Vamos amor, volvamos a casa.

—Volvamos a casa, —repitió él, dando la vuelta para poder abrazarme también.

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Bueno, ya sé que mi Misha no es un objeto tal cual, pero era lo que tenía a mi derecha y funcionó para la historia. 

Así esto termina el reto ¿Qué les pareció? Confieso que a mi me gustó mucho hacerlo y me dio muchas ideas, este último casi no sale el día de hoy, pero una inspiración de último minuto me salvó. No descarto la posibilidad de subir segundas partes de algunos que pudieran aplicarse, como "Error" o "Shangri-la", pero aún no estoy segura...

Si alguien quiere hacer este mismo reto, no duden en etiquetarme para poder leer los resultados, siempre es divertido hacerlo.

Hasta la siguiente historia ¡Sean felices!