28 de Febrero 2021

Este fin de semana se realizará la fiesta de bienvenida de la bebé de Mariand que viene en camino, en realidad ya no falta mucho tiempo para que llegue a este mundo, así que por ello se hará un baby shower.
Salí de trabajar y me dirigí a casa ya que Gerry aún se encontraba trabajando, mientras me alistaba él estaba en camino, decidimos vestirnos igual en esta ocasión como lo hacemos la mayoría de fiestas, el outfit elegido de hoy fue nuestro pantalón a cuadros y un suéter tejido por mi abuela con estambre blanco, casi estaba lista cuando él llegó.
  — Gerry la semana pasada no pude darte tu regalo del 14 de febrero pero hoy te lo daré
  — ¡Que casualidad! Yo también traigo tu regalo — Añadió sorprendido
Lo invite a pasar a mi habitación y ahí le entregue una playera con estampado militar, una para él y por supuesto compré una idéntica para mi
— ¡Genial! No puedo esperar para que las usemos, ahora cierra los ojos
Cerré los ojos ante su petición y en mis manos sentí una caja de regalo, abrí los ojos era una bellísima chamarra de mezclilla color azul que me fascinó.
  — ¡Gracias! Esta divina — Grite emocionada — Por su puesto me la pondré hoy.
Termine de arreglarme y lo primero que hicimos fue ir al centro a buscar el regalo para la nueva bebé, compramos un poco de ropa para recién nacidos, llegamos a la casa de Mariand, ahí ya se encontraban mis tíos y muchos otros invitados, cuando la sala estaba llena, la organizadora dio inicio a todo, fueron juegos muy divertidos, era graciosos ver a adultos beber de biberones llenos de tequila, a algunos otros cambiar pañales manchados de chocolate y a algunos actuar como bebés, era gracioso hasta que...
  — Gema, Gerry y Anita ¡¡su turno de participar!!
No hubo otra alternativa y los tres mencionados con anterioridad nos pusimos de pie para un juego nuevo en el cual tendríamos que gatear como un bebé que comienza a dar sus primeros pasos por la casa, era un reto, en ese momento Gerry y Anita eran mis contrincantes, nos tres nos pusimos a gatas en el suelo
  — A la cuenta de tres... 1... 2... 3... A gatear
Los tres despegamos el primer brazo y rodilla del suelo y gateamos a toda velocidad como nuestras piernas lo permitieras
  — Se va a romper mi pantalón — Grito Gerry y todos rieron
   — Pues retírate del juego — Respondí  ya que él llevaba la delantera y si renunciaba yo ganaría
  — Retirarme nunca, mejor cierren los ojos así si se rompe nadie ve mi ropa interior
Seguimos gateando velozmente hasta que el hombre del casi pantalón roto llegó a la meta, era obvio que ganaría, sus piernas miden mínimo 20 centímetros más que las mías y las de Anita.
  — Fue una carrera injusta — Agregué exhausta
  — No llore no llore — Respondió  el triunfador
— Imagina que te hubiera pasado lo que le sucedió apenas a una actriz en un programa de televisión y tu pantalón si se hubiera roto — Dijo mi tío Miguel
  — Si amigo, Justo a eso tenía miedo porque la tela es de vestir y con cualquier mal movimiento puede romperse.
Los juegos continuaron, había varios adultos con pañales gigantes concursando y algunos otros que los portaban como castigo por haber cruzado las piernas, los pañales se acabaron así que otro método de castigo fue beber un shot de tequila o probar la popo falsa de un pañal que para ser sincera se veía bastante real aunque solo fuera chocolate
  — ¡¡¡Gerry!!!! Haz cruzado las piernas — Grito Mariand desde su lugar y se acercó a él con un pañal lleno de chocolate
  — No no no pañal no — Rogó Gerry
  — Siiii — Insistió Mariand mientras todos los invitados gritaban "que lo coma" en repetidas ocaciones, su rostro de Gerry comenzó a ponerse más rojo que un jitomate y su pierna empezó a temblar de nervios
  — No Mariand, mejor un shot de tequila, lo bebo sin problemas pero pañal no, por favor...
Entre tanto rogar le entregaron un pequeño vaso con tequila y él lo bebió, todo con tal de no probar la falsa popo que al parecer le provocaba bastantes náuseas.
Al final de la celebración salimos todos con muchos dulces, premios y sobretodo un momento muy agradable.

Hemos llegado a la última semana del mes de Febrero y como cada final de mes desde que falleció la señora Julia en casa de mis tíos se realiza un rosario por la señora, al salir de trabajar Gerry ya me esperaba afuera pues había salido temprano de trabajar para llegar a tiempo, fuimos a casa de mis tíos, les ayudamos a la preparación de la comida que se daría al finalizar El Rosario el cual llevaría a cabo mi abuela Miriam.
— Llegó el momento de compartir los alimentos — Expresó doña Esperanza cuando El Rosario estaba por terminar
Enseguida Gerry se levantó de su lugar y se introdujo en la cocina, tomó lo necesario y salió con una enorme charola de mesero en la mano, decidí seguirlo y Anita hizo lo mismo, mientras algunos preparaban nosotros repartíamos
— ¡Otra orden! — Grito Gerry desde la puerta
— Shhhh — Lo silencio mi tía riendo
— Perdón Lupita, otra orden por favor, ya repartí todos — Dijo en voz más silenciosa
Anita y yo les poníamos los últimos ingredientes a los pambazos para que Gerry se los pudiera llevar
— Anaaaa no les pongas tanta comida para que nos alcance para nosotros — Expresó Gerry y los que nos encontrábamos en la cocina reímos.
Colocamos los platos sobre su charola y el mesero estrella salió para entregar a las personas que hacían falta de comida.
Todos terminaron de comer y se fueron, quedando solo los integrantes de la casa y bueno Gerry y yo "los adoptados" como nos llaman.
— Ahora si Ana vamos a preparar para nosotros — Comentó Gerry y se fue con Anita a la cocina, prepararon acompañados de doña Esperanza los suficientes para nosotros.

Al día siguiente teníamos una cita en mi casa la cual consistía en pasar el día entero viendo películas, algo que últimamente se había vuelto de nuestros planes favoritos, para esta cita necesitábamos la comodidad de nuestros pants color gris que habíamos comprado cuando el año finalizó y en conjunto con ellos nuestras playeras de estampado militar que habían sido el regalo del día de san Valentín, así que desde muy temprano llegó a mi casa con esa vestimenta que yo también utilizaba.
  — Gema te traje algo
Ante esas palabras sonreí y cerré mis ojos para recibir en mis manos una tarjeta, de inmediato abrí los ojos y pregunté que era eso
  — Es una tarjeta de crédito que está conectada a la mía, quiero que la uses para cualquier emergencia, las compras que realices con ella llegará el cargo a mi tarjeta, tómala.
  — Sabes que yo soy a la antigua y prefiero el efectivo, no te quiero llenar de deudas. — Respondí
  — Pero quiero que la tengas por si algún día la necesitas.
— Ok Jesús, prometo usarla con responsabilidad
  — Lo se, tú eres muy buena administradora de dinero, cosa que yo no sé hacer, por ello tú administras el dinero de ambos.
Guarde la tarjeta en mi cartera de ahorros de esa manera la utilizaría solo cuando fuera verdaderamente indispensables.
  — ¡Que emoción! Tengo muchas tarjetas, me siento un hombre importante — Bromeó Gerry
  — Déjame ver: wow tu identificación, tu licencia de conducir, tarjeta de débito, tarjeta de crédito, tarjeta de tienda comercial, tarjeta del cine, tarjeta del gym, tarjeta de futbol y credencial de la escuela. — Bien, no cabe ni una tarjeta más en tu cartera
— Pero si caben fotografías tuyas de niña — dijo mientras sacaba unas fotos mías de su cartera que guardaba ahí desde hace ya tiempo.
Además de la nueva tarjeta de crédito que tenía para mi trajo una enorme bolsa negra llena de todos los detalles, regalos y manualidades que yo le había obsequiado durante nuestro noviazgo, esto con el fin de que yo los guarde en mi habitación con el argumento de que en el lugar en dls e vive no tiene lugar seguro para colocarlos y seguramente nadie respetará su privacidad y leerán cada carta y todo lo que le he realizado.
  — Enserio Gema te agradecería que me guardaran todos estos detalles que me han encantado mucho — Pidió Gerry a lo cual accedí sin ningún problema, buscamos un espacio dentro de mi closet, una de las puertas estaría destinada a todos esos regalos, que en realidad si eran muchos pues ya saben a la futura maestra le encanta hacer manualidades con foami y todos los materiales que se pongan a su alcance, mientras organizábamos cada regalo en su respectivo lugar íbamos recordando el momento específico en que se lo entregue
  — ¿Sabes Gema? Me sorprende tanta creatividad que tienes de hacer cada detallo yo y sobretodo también cada carta que me has escrito ¡Me encanta la manera en que escribes!
Sonreí ante sus palabras
  — Hablando de escribir me quede pensando mucho en nuestra última plática sobre tu diario, recuerdo que me dijiste que tú más grande sueño es escribir un libro y quiero que lo cumplas, con tus poemas y cartas e sido testigo de lo bien que escribes y no dudaría que plasmaras de manera excelente tus pensamientos y emociones en ese cuaderno.
  — Si lo he pensado, de verdad sueño con que mi libro pueda ayudarle o servirle a alguien pero... — Respondí desanimada
  — Pero nada preciosa, no existe pero que valga, imagina esto... Yo algún día quiero ser famoso, famoso por cualquier cosa ya sea por el fútbol, por mi trabajo o la escuela pero por algo yo quiero ser famoso, imagina "El famoso futbolista Gerry aún lado de su famosa y reconocida escritora Gema" Suena muy bien ¿No lo crees? — Dijo con una enorme sonrisa mostrando sus blancos dientes dignos de comercial de pasta dental
  — Si, admito que suena genial, tal vez algún día me anime a hacerlo.
  — Bueno, por ahora no continuaré insistiendo pero en otro momento lo haré de nuevo hasta que te convenzas que escribes maravilloso y eso debes compartirlo con el mundo. — Agregó con voz motivacional
Realmente sonaba bastante convincente pero una inseguridad dentro de mí no me dejaba compartir todos aquellos escritos que me acompañaban desde mi niñez.

Al día siguiente al iniciar nuevamente una semana más, mientras dormía plácidamente mis últimos minutos antes de ir a trabajar como todos los días mi celular sonaba con insistencia, así que más dormida que despierta lo tomé, era Gerry
  — Buenos días mi Jesús — Dije en tono adormilado
  — Hola preciosa, ayer olvidé mis credenciales de trabajo en tu casa y sin ellas no pasó, puedes salir, estoy afuera de tu casa
Aquellas palabras tardaron algunos segundos dentro de mi cabeza antes de ser procesadas hasta que por fin lo comprendí y me paré de un solo salto, me puse mis zapatos, tomé las credenciales y salí corriendo hacia la puerta.
  — Hola hermosa ¡Buenos días! — Oye que bonita pijama — Dijo regalándome su bella sonrisa
Me mire hacia abajo y me di cuenta que en efecto estaba en pijama ¡Que vergüenza!
  — Tranquila preciosa, algún día te veré así todas las mañanas, ahora ve y date un baño, no quieres volver tarde al trabajo y yo tampoco quiero así que me voy — Dijo al mismo tiempo que se despedía con un beso en mi frente
No reaccione si no hasta que lo vi alejarse y solo pude gritar — Te veo el sábado ¡Suerte en tu trabajo!
Él me miro y solo sonrió para continuar su camino, tenía razón necesito un baño con urgencia, entre a mi casa me di un baño y lista para ir a trabajar.

Durante la semana comenzaron las vacunas para la enfermedad mundial a la que nos enfrentamos y el motivo por el cual las escuelas y lugares fueron cerradas, en mis planes no estaba vacunarme pues si en algo soy cobarde es en las agujas, pero claro que importaba mi opinión cuando mi tía dijo "Si te las vas a poner", realmente no había mucho que argumentar ante ello así que bien aquí estoy a media semana firmada en una enorme fila, en pleno calor con Mariand, su esposo Eduardo, Katia y Emily esperando llegar a nuestro turno, de hecho ya perdí la cuenta de cuánto tiempo llevamos aquí esperando, que importa, terminando esto vuelvo a mi trabajo y aquí no pasó nada, es solo un piquete que puede pasar.
Después de más minutos y minutos eternos dentro de la fila por fin llegó nuestro turno
— ¿Duele mucho señorita? — Pregunté a la enfermera con la aguja junto a mi.
— No, no duele, lo que duele son los síntomas después de aplicar.
— ¿Queeeee? Nadie me dijo que había síntom.....
demasiado tarde su aguja ya había dejado cada mililitro de su líquido sobre mi brazo adormecido.
Salimos de la vacuna, volví a trabajar y algunos compañeros de trabajo que se la habían puesto un día antes decían sentirse realmente mal lo cual por supuesto comenzó a preocuparme, el dolor físico no es lo mío, termine mi jornada laboral sin ningún dolor gracias al cielo, llegue a casa realice mis tareas y de pronto sentí mi brazo entumido, quise pensar que fue de tanto escribir pero el dolor comenzó a esparciese por todo mi cuerpo
— Esto ya no es normal me dije a mi misma.
Para olvidar dicho dolor y como todas mis tareas habían sido perfectamente terminadas decidí llamarle a mi querido novio para saber cómo le había ido a él con la vacuna, él parecía estar bastante bien, presentaba dolor pero era poco, nada grave como en mi caso así que yo misma me di ánimos que quizá estaba siendo paranoica.
— Date un baño y toma una pastilla — Sugirió pero realmente no me sentía bien para darme un baño así que fingí hacerle caso y en realidad sólo colgué la llamada y dormí, dormí profundamente hasta que el dolor en todo el cuerpo me despertó en medio de la madrugada, creo que debí hacerle caso respecto al baño y la pastilla, tal vez eso hizo él y por eso no se sentía mal y yo sentía morir.