Una nueva compañera (Día 1028)
18 de Junio 2021
Durante el trabajo aún lado de mi ahora mi nueva compañera la señora Lucy, un día tranquilo, lluvia afuera, pocas ventas, pocos clientes, una aburrida tarde friolenta comenzamos a platicar, ni siquiera recuerdo sobre qué tema, solo recuerdo que la plática surgió entre ambas tan natural, que por un momento me sentí cómoda y al parecer ella también conmigo.
Pasamos la tarde entera charlando hasta que llegó casi la hora de comenzar a hacer el conteo de ventas, lo cual realmente no nos llevaría casi nada de tiempo pues las ventas habías sido extremadamente bajas.
— Comencemos, mi querida Gema — Añadió mientras se levantaba de su asiento en dirección a la caja que contenía el dinero del día, yo le seguí el paso y me le uní.
Debo decir que el conteo no impidió que siguiéramos platicando como si lleváramos una amistad de muchos años.
A través de la ventana pudimos observar que don Luis se acercaba a la oficina.
— ¿Como estuvo la venta? — Preguntó el hombre que entraba por la puerta con una taza de café que a juzgar por el vapor emergiendo de ella se podía casi asegurar que estaba hirviendo.
— Sumamente baja — Respondimos al mismo tiempo mi ahora nueva amiga y yo.
— Creo que ha sido mal momento para hacer la contratación que una persona nueva para que les ayude, con el clima así no hay la suficiente venta.
— ¿Una persona nueva? — Luis ¿no recuerdas lo mal que nos ha ido con las nuevas contrataciones que has hecho últimamente? Gema y yo podemos sacar el trabajo perfectamente solas, no creo necesario que estemos aquí tres personas, por lo menos no desde mi punto de vista — Cuestionó doña Lucy
Me mantuve en completo silencio sin opinar nada al respecto pero digamos que las últimas elecciones de don Luis después de que su hijo Mateo se fue, no han sido las mejores, mientras ellos debatían acerca de el ingreso de una nueva persona me puse a recapitular los intentos fallidos que había tenido en su búsqueda por alguien que pudiera ayudarme a sostener el negocio antes de que doña Lucy llegara.
La primera era una mujer aproximadamente de 25 años que la mayoría del tiempo se la pasaba sentada navegando en redes sociales, seguramente viendo algún tipo de pagina de imágenes "graciosas" o conversando con alguien muy divertido porque todo el tiempo reía de manera casi podía decirse exagerada creo que olvidando que se encontraba en un trabajo.
La segunda al parecer no le explicaron en qué consistía el trabajo y quizá ella entendió algo de belleza o así, supongo, pues el 80% del turno se la pasaba maquillándose, aveces pintando sus uñas, sus labios, su rostro, pestañas o inclusive depilando sus cejas, no comprendía como como todos los días tenía algo por hacer, tampoco comprendía como podía pasar tantas horas pegada a la ventana de la oficina sosteniendo un pequeño espejo frente a ella mientras se hacía una y mil cosas en el rostro.
El último intento fue una chica que por su apariencia su edad rondaba cerca de los 20 años a quien al parecer tampoco le explicaron en qué consistía el trabajo, ella pasaba el día entero afuera, platicando con los chicos empleados mientras agitaba y acariciaba su cabello de manera seductora, sonreía de manera coqueta y platicaba con ellos con extrema confianza, en el día entero nunca se le veía en la oficina, solo afuera charlando, coqueteando y haciendo citas para el fin de semana de descanso.
En fin, él es el jefe y quienes somos nosotras para cuestionar sus desiciones.
Al día siguiente, tal como don Luis lo planteó, entró a la oficina una buen vestida mujer ya de un par de años comparada con las anteriores, entró y saludó amablemente a mi ahora amiga la señora Lucy y a mi.
— Me llamó Tere, trabajaré con ustedes — Se presentó estirando la mano amablemente.
Parecía ser agradable.
Tere tomó haciendo frente a la computadora y comencé a explicarle el sistema que trabajábamos, no parecía ser nada complicado por la experiencia que parecía tener, ella lo entendió de manera muy rápida y comenzó a trabajar.
Por la tarde, al salir del trabajo caminé los mismos diez minutos de todos los días, llegue a casa, me metí a mi habitación y comencé a navegar en redes sociales, pasados un par de minutos puse escuchar unos pasos afuera, supuse que era mi abuela, quizá ya había llegado de cualquier lugar en donde estuviera, no me asombraba pues regularmente nunca estaba en casa.
Confirme que estaba equivocada cuando se escuchó al otro lado de mi puerta, de una voz muy conocida — ¿Alguien vive aquí?
Eran mis tíos, habían venido de visita como lo hacían algunos días, llegaban por la tarde, cenaban conmigo y mi abuela si es que se encontraba y por la noche volvían a su casa.
De inmediato salí, los saludé a los tres y nos dirigimos a tomar asiento a los sillones frente a la televisión, platicamos algunos minutos de varias cosas sin mucho sentido hasta que mi tío añadió que quería platicar sobre algo verdaderamente importante, no sabía que podía ser ese algo pero comencé a escucharlo.
— Gema, se que tú sueño era entrar a la universidad de maestros, en su momento no se dio la oportunidad, pero debido a mis servicios como maestro me ofrecieron que presentaras el examen por protocolo, pero, me aseguraron que tenías un lugar ganado dentro de la institución.
Quede con la boca abierta ante sus palabras, una revolución de dudas y emociones habitaban dentro de mi, sabía que era una gran oportunidad pero de alguna manera ya llevaba la mitad de la carrera en la escuela de paga en la que entré, no podía solo abandonarla así como así. Entré en un verdadero conflicto interno entre lo que siempre había querido y lo que ya había comenzado a construir desde hacía un para de meses atrás. Todo esto ocurrió tan solo en mi mente mientras me quedaba seria observando a la nada y mis tíos esperaban una respuesta a la propuesta hecha con anterioridad.
— Entonces... ¿Que opinas? — Preguntaron ambos.
— No lo se, es una decisión difícil, voy a la mitad de la carrera y no podría abandonarla, no podría empezar de cero después de todo lo invertido aquí.
— Piénsalo, es una gran oportunidad, tienes el lugar asegurado, además de que por ser una escuela reconocida de maestros, se te facilitaría más el encontrar trabajo, en cuanto sepan de la escuela de la que provienes te contratarían sin dudarlo, además de que no es privada, te olvidarías por completo de las colegiaturas que pagas ahora.
Sus argumentos sonaron bastante convincentes pero no era una decisión que podía tomar en 20 minutos, necesitaba consultarlo con mi almohada, pensarlo y meditar que era lo que realmente quería.
— Solo piénsalo, no tienes mucho tiempo... — Añadió mi tío como comentario final, pues en ese momento llegó mi abuela y optamos por cambiar la conversación, más tarde fuimos al comedor, bebimos café y cuando no quedaba más luz de día mis tíos se fueron. Como cada noche antes de dormir me desvele algunas horas haciendo mis tareas, lo cual aveces hacía que me costara mucho levantarme por las mañanas, pues no había anda peor en esos instantes que escuchar la alarma sonar tras tan solo tres o cuatro horas de sueño.
Por fin llegó el tan esperado fin de semana, como siempre llegue a casa y espere a mi nada puntual novio, mientras esperaba recibí una llamada de mis tíos para preguntar si tardaríamos mucho en llegar pues era día de súper, es decir, de hacer las compras para el hogar, lo cual hacía feliz a la mujer de cuarenta años de edad que llevo dentro de mi, pues si algo me emociona es hacer compras por los pasillos del súper con un auto de mercado. Les informé que solo esperaría a Gerry para ir con ellos.
No pasó mucho tiempo cuando llegó el hombre que a pesar de nunca salir de casa sin un reloj parecía que no sabía la hora.
— Hola preciosa
— Hola impuntual
— Ese es mi segundo nombre — Respondió sarcástico y obtuvo de mí una mirada de madre enojada.
— Ya te dije que no dire nada, solo algún día cobrare venganza por todas estos minutos de espera que voy acumulando en cada llegada tarde desde que comenzamos a salir — Solté una risa burlona y tomé mi bolso mientras salía de casa — Ahora apresúrate, nos están esperando para hacer las compras.
Gerry sonrió ladeando la cabeza y de inmediato salió atrás de mi, tomo mi mano y agregó — Gema, la venganza nunca es buena ¿Lo sabías?
— La impuntualidad tampoco lo es...
Después de cambiar el tema sobre la importancia de ser una persona puntual recordamos que Mariand le haría una fiesta el próximo mes a su bebé, debido a que la bautizaría, así que comenzamos a platicar sobre la manera en que colaboraríamos para esa fiesta, tomamos varias opciones, lo platicamos, lo debatimos hasta que llegamos al común acuerdo que lo que nosotros queríamos aportar sería el pastel, ambos estuvimos de acuerdo así que sólo faltaba ofrecérselo a Mariand, quien estábamos completamente seguros que aceptaría con gusto.
Termino el trayecto y llegamos con mis tíos, quienes ya estaban a bordo de los autos, subimos y saludamos a todos, mi tío condujo hasta la casa de Mariand pues pasaríamos por ella para que nos acompañara a realizar las compras. Ella subió con su bebé de apenas 3 meses en brazos
— Hola chicos — Saludo mientras cargaba 10 maletas de maternidad
— Te ayudó — Se ofreció Gerry y tomó las mil bolsas que Mariand cargaba.
Mientras íbamos en camino Gerry fue el primero en soltar palabras en relación a la fiesta planeada para el siguiente mes
— Mariand, Gema y yo hemos platicado un poco lo del bautizo de tu niña y bueno aún no nos invitas oficialmente pero nosotros queremos asegurar nuestro lugar en esa fiesta así que para que nos invites, bueno por lo menos a mi, Gemma pues no importa si no así te pero yo si quiero venir a comer a tu casa ¿Te parece si nosotros compramos el pastel?
Todos comenzaron a reír ante sus palabras por la manera tan original en que ofreció portar algo para la próxima fiesta.
— Pueden solo venir a dejar el pastel y retirarse chicos, no es necesario que se queden, que traigan el pastel no garantiza que los invite. — Respondió Mariand riendo.
— ¡Nos ganó! — Comentó Gerry con rostro de decepción
Seguido de una risa escandalosa Mariand agradeció el gesto de ambos y concluyó con hacernos saber que siemroe seríamos bienvenidos, todo pareció bastante tierno así que quizá quería quitarle ese toque amoroso y culminó con "Siempre van a ser bienvenidos aunque no me caen bien"
Entre la plática, el camino de una hora se hizo bastante corto, llegamos al súper, sus papás de mi tía llegaron segundos después y entramos todos juntos, tomaron cerca de tres autos de supermercado y comenzaron las compras, parecía que íbamos a vacacionar o algo así de lo llenos que iban los carros, de hecho, ni siquiera noto nadie que ya habían pasado algunas horas desde que llegamos, de verdad ya era bastante tarde.
— Oigan... Alguien ya pensó en que llevamos todo el día en la calle y mientras llegamos a preparar para comer seguramente se hará muy tarde — Expresó doña Esperanza.
Enseguida la mayoría estuvo de acuerdo en que si esperaban a hacer la comida ya no sería comida, si no cena, así que alguien propuso comprar sopas instantáneas, de esas que solo hierves agua por un par de minutos, la agregas y ya está lista. Extrañamente todos estuvieron de acuerdo con la sugerencia y mientras algunos se quedaban en la fila para pagar con todo lo anteriormente comprado, mis tíos, Gerry y yo fuimos a buscar las sopas.
Una hora después llegamos a casa con el estimado hambriento todos, doña Esperanza colocó agua en la estufa mientras los demás buscaban platos y los ingrediente como salsa, Limón y un poco de sal. Fue cuestión de máximo 10 minutos cuando la sopa ya estaba lista, nos sentamos a comer y a punto de dar el primer sorbo al caldo de la sopa recordamos que no habíamos comprado nada para beber y acompañado de una picante sopa nadie bebería agua natural, así que Gerry y yo como encargados del refresco cada fin de semana nos levantamos de la mesa y salimos hacia la tienda, Anita desde la entrada grito que la esperáramos pues ella nos acompañaría.
Salimos de casa los tres a la tienda más cercana que estaba a tan sólo unos pasos de casa, en nuestro camino pasamos por un jardín de eventos el cual alquilan los fines de semana para fiestas familiares, la música ahí dentro sonaba fuerte y por el enorme zaguán que se encontraba abierto se observaba mucho movimiento, gente bailando, comiendo y platicando.
— Anita, Gema, tengo un reto para ustedes...
— ¿De que se trata? — Pregunto Anita
— Te retó a que entres a la fiesta y les digas que te inviten un taco de la comida que están sirviendo
Evidentemente ni Anita ni yo aceptamos ese vergonzoso reto, no entraríamos a la fiesta a pedir comida.
Gerry insistió que nos atreviéramos a hacerlo pero ambas somos lo suficientemente penosas para hacer algo así.
— ¡Que miedosas! — Dijo Gerry burlón
— Tu tampoco lo harías
— ¿Estás retándome ?
— Si.
No pensamos que fuera a hacerlo pero Gerry solo nos encargo sostener la botella de refresco y se dirigió hacia la fiesta, Anita y yo nos miramos asombradas pensando en que no lo haría pero si, si algo no tenía mi novio es vergüenza así que sólo lo vimos desde lejos cumplir el reto, tras unos minutos lo vimos volver hacia nosotros con un enorme plato bien servido de comida, sonriendo y levantando el dedo pulgar en señal de "Misión cumplida".
Cuando llegó hasta nosotras comenzamos a reír al pensar lo vergonzoso que debió de ver sido y Gerry advirtió que no los compartiría ni un poco por no habernos atrevido.
Al entrar a casa nos observaron de manera extraña hasta que alguien se animó a preguntar ¿Qué hacen con ese plato de comida?
Platicamos la historia de lo anteriormente ocurrido mientras servíamos el refresco en algunos vasos y disfrutábamos de nuestra sopa preparada en diez minutos como si del mejor menú se tratara.
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