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Recuerdos (Dia 1002)

22 de Mayo 2021.

Después de salir de trabajar temprano un sábado, llegue a casa, me di un baño y espere a que mi impuntual novio llegara a casa, como siempre, llegó varios minutos de retraso.
— Hola joven impuntual — Saludé
— ¿Me disculpas? — Beso mi mejilla
— Claro que si, te lo he dicho siempre, nunca me voy a enojar por tu impuntualidad, solo algún día me cobraré cada minuto que me has hecho esperar y ese será un día importante. — Amenacé
— No seas así Gema, la venganza no es buena, tu no seas una persona impuntual como yo.
Reí ante su comentario y lo invite a pasar a casa.
— ¿Que vamos a comer hoy preciosa? ¿Que se te antoja?
— ¿Que te parece si hoy no cocinamos y mejor salimos a la calle a comer comida engordante? — Propuse
— Me parece una idea fantástica pero antes... Cierra ojos

Sonreí enormemente, cerré los ojos y extendí las manos, en ellas pude percibir que colocó algo
— Ya puedes abrir los ojos
Obedecí a su petición y abrí los ojos, para encontrarme con un bello bolso color café con decoración de coloridas flores y una correa de cadena dorada.

— ¡Feliz Día del maestro, hermosa! Estoy seguro que vas a ser la mejor maestra y yo estaré a tu lado cuando eso ocurra.
Me arrojé a sus brazos y le llené el rostro de besos por el detalle tan bonito que acababa de tener.
— Ya no beses tanto porque me acabo — Bromeó
Le lance una mirada de odio acompañado de una sonrisa por su mal chiste.

— ¿Recuerdas ese bolso, Gema? En enero cuando no tenía trabajo y me llevaste a comprar mis zapatos para el bautizo de Santi lo observaste mucho, negaste que te había gustado pero yo sabía que si, solo que en ese momento no te lo pude comprar pero sabía que tenía que regalártelo así que fui a buscarlo.

Me lleno de ternura que ya habían pasado algunos meses y aún recordaba aquel momento, sobretodo que fuera tan observador de notar lo mucho que me había agradado el bolso.

— Ahora bien, ábrelo, adentro trae algunas cosas que sé que te gustarán — Añadió

Emocionada abrí el bolso y lo encontré repleto de mis chocolates favoritos, los cuales de inmediato saqué y comencé a destapar el primero para llevarlo a mi boca, también le compartí un par a Gerry para que los comiera conmigo.

— Preciosa, perdón que el paquete de chocolates venga un poco incompleto — Se disculpo
— Déjame adivinar, se te antojaron y te los comiste.
— No, no nada de eso, lo que ocurre es que cuando venía en el transporte destapé la bolsa con los dulces para meterlos a tu bolso y mientras eso ocurría subió un hombre al transporte, se sentó a mi lado y la verdad se miraba bastante cansado, se veía que venía de trabajar pues también traía las ropas un poco sucias y quise compartirlos con él y no sé quizá si tenía hijos para que llegara a casa con un detalle para sus niños, perdóname sé que no son mis dulces, son tuyos pero no pude evitar hacerlo.

— No te preocupes mi Jesús, sabes que no tengo ningún problema al contrario que bueno que lo hiciste, no es la primera vez qué haces algo así y conozco tu corazón tan noble, no me parece extraño que eso ocurra.

— Perdón Gema, después te compro más ¿De acuerdo?

— No te disculpes, por eso te amo, porque siempre te gusta ayudar a las personas — lo abrace llena de ternura.

Después de comer dulces salimos de casa en busca de comida, encontramos un puesto de comida callejera en el cual compramos y llevamos a casa para encerrarnos a comer en mi habitación mientras disfrutábamos de la casa entera para nosotros dos solos como ocurría la mayor parte del tiempo.

Después de la comida como siempre comenzamos nuestras acostumbradas platicas acerca de la vida o de nosotros mismos, el saco al tema un poco de su vida en Hidalgo cuando era Niño, plática que admito siempre era mi favorita pues su semblante cambiaba totalmente cuando me hablaba de aquella familia que lo adopto y crió, los ojos le brillaban cuando me platicaba cada una de sus historias y lo feliz que fue al crecer en aquel campo.
Sacó su celular y comenzó a mostrarme algunas fotografías de cómo era el lugar en donde creció, también me mostró a sus primas, padrinos y tías que lo apoyaron mientras estuvo ahí.

— Te platicaré una historia Gema, cuando iba en la primaria una de mis tías me dijo que si aumentaba mis calificaciones me llevaría a comer lo que yo quisiera, me esforcé tanto y obtuve un lugar en el cuadro de honor, esa tarde mi tía me llevó a comer unas enormes y deliciosas tortas.

— Que bonitos recuerdos tienes de todos ellos, te agradezco los compartas conmigo.

— Y te prometo que algún día no solo te platicaré, yo mismo té llevaré a conocer cada detalle del lugar en donde fui tan feliz, así como a las personas que aunque no son de mi sangre son mi familia, deja que termine la carrera porque el día que yo vuelva allá quiero llegar con algo en las manos para ofrecerles y pagarles aunque sea un poco de lo mucho que dieron en mi.

De igual manera me enseñó fotografías de los animalitos que cuidó y crió en su adorado pueblo, en especial de los caballos los cuales eran sus animales favoritos, me emocionó el nombre de la mayoría de los animales los cuales eran muy graciosos ya que algunos de ellos tenían nombres de Verduras, Artistas o personas, recuerdo en específico una Yegua que mencionó se llamaba "Cebolla" un nombre bastante original para un animal.

Si algo amo en esta vida es verlo así de feliz y emocionado, ansío el esperado momento en que él vuelva con su familia a quienes tuvo que dejar por seguir su sueño de estudiar la universidad, me emociona pensar que algún día volverá con ellos, a su mundo, a sus raíces, en donde es feliz y pleno.

Por la tarde escuchamos que alguien había llegado a casa pues después de escuchar la puerta comenzaron a sonar algunos pasos.
— ¿Quien llegó? — Preguntamos ambos en una sola voz a la cual mi abuela respondió y enseguida entró a la habitación para saludarnos.

— Doña Miriam ¿En donde estaba? Pura calle con usted.
— Vengo de trabajar y ya me voy de nuevo a trabajar, solo vine a darme un baño y a comer algo.

— Nosotros compramos comida, puede tomarla en el refrigerador — Ofreció Gerry

— ¿Ustedes a donde van a ir? — Pregunto mi abuela

— A ningún lado, nosotros estamos aquí relajados descansando — Respondió Gerry

— Ay niños, ustedes me dan flojera, salgan a una fiesta, a bailar, disfruten, hagan algo están jóvenes, yo tuviera su edad y un novio así de guapo como tú estaría de un lado a otro, se la pasan acostados.

— Ay no doña Miriam, toda la semana nos matamos trabajando, el fin de semana queremos descansar, además que vamos a andar en la calle en las fiestas a las horas de la noche ¿A que nos exponemos? Nosotros puras fiestas familiares con su hijo Miguel, no nos gusta andar en los bares tomando ni nada de eso.

— Ay niños — Expresó mi abuela y salió de la habitación, pocos minutos después cuando escuchamos que se encontraba en el comedor salimos a su compañía pues Gerry sugirió que no la dejáramos comer sola, así que nos sentamos a su lado.

— Señora tengo que pregúntale algo — Dijo Gerry en tono de voz serio.
— ¿Que pasó, hijo?
— Necesito que me responda la verdad.
— Si, dime de qué se trata...
— Quien es su nuera favorita Lupita o Gisellita?
Mi abuela se puso roja del rostro al escuchar esa pregunta
— Tu — Respondió entre risas
— No, yo no participo en esa clasificación, dije nueras, mujeres solo entre Lupita o Gisellita, dígame la verdad.
— Ay Niño, que preguntas haces.
— Ya doña Miriam dígame...

Mi abuela solo reía con esa pregunta pero Gerry tiene el don de molestar a la gente así que siguió insistiendo para obtener una respuesta, respuesta que no llegó pues mi abuela todo el tiempo evadió la pregunta hasta que llegó el momento de irse a su trabajo nocturno de los fines de semana.

Durante la semana, después de ambos llegar a casa al haber terminado nuestras jornadas laborales hicimos nuestras acostumbradas videollamadas.
— Gema, tengo que platicarte algo — Mencionó el emocionado hombre tras mi pantalla.
— Te escucho, habla ahora.
— Bueno, te he platicado que este trabajo no llena mis expectativas en su totalidad, si he aprendido pero creo que puedo aprender más de lo que lo hago aquí, además de que el sueldo no me encanta ni mucho menos me parece que me paguen mensualmente, así que esta semana en una aplicación de empleos, encontré uno increíble, fui a entrevista hace un par de días, la verdad no sabía si lo lograría debido a que los requisitos eran muchos e incluso ya te pedían la carrera terminada pero esta mañana me llamaron que les había gustado mucho la entrevista que hice y mis antecedentes así que pasarían por algo que la carrera estuviera en curso pues me aceptarían.

— ¡Que emoción! ¿Cuando empiezas? Me da mucho gusto que hayas encontrado un trabajo que llene tus expectativas y sobretodo en el que aprendas todo lo que buscas, eres muy necio, nunca te quedas quieto y  si te llega una nueva oportunidad la tomas, pero esa necedad te ha llevado hasta donde estas, estoy muy orgullosa de ti y sé que llegarás muy lejos.

— Gracias preciosa, firmó contrato el lunes, además de que el sueldo es muy de verdad muy bueno lo cual significa que te daré más de el doble de lo que te daba cada semana para nuestros ahorros del carro.

El sábado al llegar a casa de mis tíos ellos estaban de salida, de hecho solo nos estaban esperando pues saldríamos como antes de la contingencia que pasábamos el día entero fuera de casa, visitamos varias tiendas departamentales, algunos centros comerciales y mercados en busca de algunas cosas que mis tíos necesitaban. Cerca de más cuatro de l tarde a todos comenzó a darnos hambre así que buscamos un lugar para poder ir a comer, encontramos una muy buena opción en donde vendían comida de todo tipo.
— No se si pedir enchiladas verdes o rojas — Exprese
— Pide rojas, yo pido verdes y las compartimos — Sugirió Gerry.

La señorita tomó la orden de todos y casi enseguida llegó con cuatro enormes platos de comida y uno pequeño para el bebé Santi. Parecía imposible comer toda esa comida pues los platos apenas cabían sobre la mesa.

— Ya no puedo comer ni una cucharada más — Exprese a mitad de la comida.

— Claro que puedes campeona, ya te falta poco ¡Tu puedes! — Me ánimo Gerry.

— Por eso he engordado desde que estoy contigo.

— Y eso es bueno, eras demasiado delgada cuando te conocí y necesitas comer bien así que anda tú puedes come.

Sin pensarlo seguí disfrutando de mis deliciosas enchiladas hasta que no quedó rastro de ellas en el enorme plato.

— Gerry — Mencionó un joven qué pasó a nuestro lado con mucho entusiasmo
— Amigo ¿Como estas? — Respondió mi novio al hombre que caminaba
— Bien bien, que gusto verte, hacía mucho no sabía de ti.
— Lo que ocurre es que ya no vivo en Hidalgo.

Ambos se despidieron y el chico siguió su camino, Gerry me platicó que ese chico había sosos su compañero en la primaria cuando vivía en Hidalgo.
— Es curioso, con frecuencia me encuentro a personas que conocí allá.

Cuando todos terminamos de comer se acercó la señorita y dejó la cuenta total sobre la mesa, mis tíos sacaron algunos billetes de su cartera pero Gerry los detuvo.
— No chicos, esta comida yo la invito porque ¿Que creen? El lunes empiezo en mi nuevo trabajo.

Mis tíos lo felicitaron y agradecieron la comida para luego levantarnos de la mesa y seguir con nuestras compras.

Caminamos por varios lugares haciendo algunas compras, Gerry y yo extrañamente ese día no íbamos jugando pues íbamos tranquilos tomados de la mano.

— Es raro verlos tomados de la mano pues siempre van jugando como niños chiquitos — Expresó mi tío.
— Es que aunque no lo creas si lo quiero, poquito pero lo quiero — Respondí bromeado.
— Ha ha ha — ¡Que graciosa! — Expresó mi ofendido novio.

Al llegar a casa de mis tíos, ya casi por la noche después de las compras, los papás de mi tía Lupe no se encontraban en casa así que mientras mis tíos ordenaban sus compras, Aarón y su esposa Emily nos invitaron a jugar, Gerry y yo aceptamos jugar con ellos juegos de mesa, lo primero fueron cartas en lo cual admito no soy muy buena, o mejor dicho soy bastante mala así que por causa mía perdimos muchas monedas, pero en este juego Gerry si es bueno así que recupero cada centavo perdido a causa mía.
— ¿Y si jugamos basta? — Sugirió Emily
— Si, pero juguemos un basta extremo — Añadió Gerry
— ¿Como es un basta extremo — Preguntamos
— Con las clasificaciones, es decir no solo las siente comunes si no agreguemos más, como canciones, artistas, marcas, películas y todo lo que se nos ocurra.

A los tres nos pareció interesante su propuesta así que comenzamos a agregar muchas clasificaciones y categorías a nuestro juego hasta que se pasó de ser media hoja de papel a casi dls hojas enteras. Nos dedicamos a jugar por varias horas, algunas rondas las ganó Emily y Aarón y algunas otras Gerry y yo, fue un juego bastante divertido y original, hasta que llegó la noche y con ello los demás integrantes de casa, nuestro juego cambio al de canicas de cada semana, más tarde llegó la hora de dormir y cada quien fue a su respectiva cama.

Al día siguiente por la mañana después del desayuno en familia en casa de mis tíos decidimos salir al centro, esto debido a que gracias al nuevo empleo de Gerry había tomado la decisión de comparar cada fin de semana lo indispensable para preparar su propia comida la cual llevaría todos los días a trabajar, esto porque es mejor opción que comprar comida todos los días en su trabajo.

Llegamos al centro y nuestro recorrido comenzó, compramos mucha fruta, verdura, un poco de carne, huevo y pollo para que cocinara toda la semana, me alegraba verlo feliz comprar su comida pues su nuevo empleo le permitía comprar todo lo necesario para alimentarse durante toda la semana.

— Solo espero en casa de mis abuelos respeten mi comida porque los conozco y ellos si son capaces de esconderme su comida pero al mismo tiempo pienso que van a tomar la mía.

— ¿A que te refieres con que te esconden la comida? — Pregunté confundida.

— Si Gema, todas las mañanas y en las tardes que vuelvo de trabajar mi abuela oculta su comida para que yo no coma, por ello compro comida y desayuno todos los días en el trabajo porque ya sabes, son muy envidiosos, pero estoy feliz porque ahora puedo comprar todo lo que necesitare en la semana sin preocuparme si me alcanzará el dinero.

Aquel comentario partió mi corazón al imaginar lo difícil que es para él llegar a una casa en donde incluso la misma comida es negada, sabía un poco de lo no tan armables que son sus familiares pero no imaginé que llegaran a algo tan bajo como ocultar la comida, sin embargo a Gerry ni esa ni ninguna otra situación o comportamiento de su parte lo hacen sentir mal lo cual me sorprende mucho, me asombra y llena de admiración como a pesar de lo que vive puede ser siempre tan sonriente y alegre. Dejamos a un lado esa situación y continuamos comparando todo lo que necesitaría, se veía bastante feliz con sus enormes bolsas de comida.

Después de nuestras compras pasamos a comprar unos ricos helados y de ahí caminamos hacia mi casa, preparamos un poco de comida y comimos juntos en la soledad de mi casa pero la hermosa compañía de mi chico.

— Gema, quiero proponerte algo — Mencionó después de la comida.
— Claro, dime.
— En todas las fiestas que vamos con tus tíos con mucha frecuencia siempre bailamos pero no somos los mejores bailarines así que ¿Que te parece si el día de hoy ensayamos para mejorar nuestro baile y disfrutar aún más las fiestas?

Me pareció una idea increíble, así que entramos a mi habitación, colocamos música a todo volumen en la pantalla, vimos algunos videos de clases de baile de profesionales y comenzamos con las clases, recorrimos mi cama hacia la orilla para de esta manera tener más espacio y mi habitación se convirtió en una pista de baile.

Después de horas y horas de baile ya nos encontrábamos cansados así que decidimos cancelar las clases hasta la próxima semana, nos acostamos sobre la cama y comenzamos a navegar en las redes sociales viendo algunas imágenes y videos graciosos en su celular.

De pronto salió en Facebook la sugerencia de amistad de un hombre así que Gerry se metió a su perfil y me mostró una fotografía, desconcertada pregunté de quién se trataba.

— El es mi papá biológico, el señor Germán.

Quede helada ante aquellas palabras, pies en el tiempo que llevamos de novios había mencionado muy poco de su padre.

— Pocos años viví con él cuando era Niño, nos llevábamos muy bien, amaba estar con él, de pequeño yo era su completa adoración... No se en que momento deje de serlo... Después de que mis papás se separaron y yo me quede con mis padrinos el nunca volvió a buscarme, no volvió interesarse en mi, en su enano como él me decía de niño.

— Lo lamentó mucho mi Jesús, quizá el después de la separación con tu mamá no supo cómo acercarse a ti y por ello ya no te busco pero si fuiste su adoración, aseguró que te sigue amando, es solo que aveces como padres es difícil acercarse después de una separación.

— El que quiere hacer las cosas simplemente lo hace, si hubiera tenido la intención de acercarse a mí lo hubiera hecho, si no lo hizo fue porque no quizo, pero no te preocupes Gema, no me afecta, yo fui el más feliz con mis padrinos, mejor platícame lo que un día quedo pendiente de platicar.

— ¿Que fue lo que quedó pendiente? — Pregunté

— En tu último cumpleaños recibiste la llamada de un hombre quien me dijiste que por un tiempo fue como un padre para ti, si estás lista podemos platicarlo y si no es así lo podemos dejar para cuando gustes.

— Claro que te puedo platicar. Todo inicio cuando yo tenía ocho años de edad, mi mamá consiguió un novio un par de años más joven que ella, no recuerdo con exactitud cuántos pero aproximadamente unos tres años. Ese chico la visitaba con frecuencia, también la invitaba a salir, a comer, al cine y bueno a muchos otros lugares más.
Cuando ellos recién empezaron a ser novios mi mamá me lo oculto, ella todo el tiempo lo presento como un amigo, la verdad nunca le creí pero fingí hacerlo, hasta que un día descubrí la verdad debido a unos mensajes, al principio el chico llamado Alberto no era para nada de mi agrado, de hecho me caía bastante mal porque me robaba la atención de mi mamá, yo tenía miedo de que me quitara lo único que tenía es decir mi mamá así que me portaba bastante grosera con él, le hacía desfiguro a e incluso lo trataba mal, recuerdo mucho cuando invitaba a comer a mi mamá yo siempre le llevaba la contra respecto a lo que él quería comer y elegía comidas que al no le gustaban solo para hacerlo molestar, algunas otras veces cuando él visitaba a mi mamá yo le preguntaba él porque siempre estaba aquí, así fue por algún tiempo hasta que después de unos años comenzó a ganarse mi corazón, para ser exacta esto ocurrió cuando tenía trece años, cuando pasaba por la depresión y anorexia a esa edad, ya que siempre que me encontraba sola en casa él llegaba, me invitaba a comer mis comidas favoritas todo con tal de que comiera, me llevaba a comer helado, salíamos a dar paseos, iba por mi a la secundaria eh incluso todos los miércoles que él descansaba de su trabajo me llevaba al cine, pasábamos todos los miércoles enteros en el cine viendo películas para más tarde ir a comer en la calle, llegábamos por la noche a casa ya que en ese tiempo él ya vivía aquí con mi mamá. También algunos días cuando llegaba de la secundaria y el de trabajar traía muchas películas en mano las cuales veíamos la tarde entera en la habitación de mi mamá hasta que ella llegaba, eran tardes increíbles porque comíamos palomitas, papás y dulces.

Se convirtió en un padre para mí durante algunos años aunque nunca nos lo dijimos, ya que al igual que yo él tampoco demostraba sus sentimientos pero su compañía era increíble.

Cuando cumplí 16 años todo eso termino pues un día él y mamá discutieron, él tomó sus cosas y se fue de casa, recuerdo que los escuché desde mi habitación y cuando lo vi salir por la puerta lo seguí pero él llevaba la delantera así que desde la puerta grité su nombre hacia la calle, el volteo, me miró unos segundos y se dio la vuelta, no regresó.

Me dolió mucho la partida también de él porque ya le tenía mucho cariño y al igual que muchas personas se fue de mi lado sin si siquiera dar una explicación, como si la relación que tuvimos padre e hija no hubiera sido tan importante para él como lo fue para mi.

— Gema, cualquier persona que comparta de su tiempo contigo es afortunada, nunca tienes que sentirte como el problema, si él decidió irse fue por problemas con tu mamá no por culpa tuya, estoy seguro que también para el fue difícil alejarse de ti porque eres una niña adorable y la razón por la que la que no quizo despedirse fue porque existen despedidas tan difíciles que es mejor evitarlas.

— Gracias por tus palabras Gerry pero mejor hablemos de cosas felices, no hablemos de esto. Es más cierta ojitos, tengo algo para ti.

El cerro los ojos y coloque en sus manos un detalle que me llevó toda la semana crear.
Al abrir los ojos miro el detalle y quedó sorprendido y emocionado con el.

— Woow Gema, cada vez me sorprendes más, no entiendo como puedes ser tan creativa de hacer cosas tan bonitas.

Él miro cada rincón del detalle, lo abrió, lo observo y leyó cada parte de él, era un acordeón lleno de fotografías nuestras y notas de amor.

— Gerry ahora tengo una pregunta.
— A ver dime ¿De que se trata?
— Porque me quieres?
— ¿Mande? — Preguntó confundido
— Odio que siempre que te hago una pregunta la cual no quieres responder o no sabes que decir finges no escuchar para que vuelva a formular la pregunta y así tengas tiempo de pensar en que decir.
Una risa tímida y ahogada salió de él acompañado de unas mejillas rojas al haber sido descubierto
— Como es posible que me conozcas tan bien para que te des cuenta de todas mis manías.

Después de darme cada uno de los motivos de su cariño hacia mi, me pidió ponerme de pie, hice caso a su petición y colocó en la pantalla una bonita canción en la cual nos abrazamos y comenzamos a bailar de manera lenta como si de un vals se tratara.

— Te dedicó esa canción la cual vamos a bailar cuando nos casemos, te lo prometo preciosa.

Llegó el lunes y con ello volver al trabajo. Me lleve una sorpresa cuando entré a la oficina y no vi a Mateo sentado ahí en su lugar de siempre, pregunté a su papá por el, Don Luis me explico que le había surgido una propuesta de jugar fútbol fuera del país como antes lo hacía y se había ido, volvería en un par de meses, quizá al finalizar el año estaría de regreso.

— Necesito que busquemos alguien que trabaje contigo para que te ayude y no te quedes sola — Agregó don Luis.

Durante varios días buscamos a una persona para que trabajara conmigo pero todos nuestros intentos fueron fallidos pues no encontramos a alguien que pudiera ocupar el lugar de Mateo.

Un día llegó don Luis con su hermana, la señora Luz, una mujer que tiene cerca de 55 años, ella por casualidad tomó asiento en el lugar de Mateo y de ahí a don Luis le surgió la idea de que ella podía ser la persona que trabajaría a mi lado.

Trabajamos varios días juntas y para ser sincera me fue difícil adaptarnos pues nuestra relación no era del todo buena, ella era bastante perfeccionista y aveces teníamos diferencias pues ambas hacíamos las cosas de manera diferente, a decir verdad no creía que en algún momento nos pudiéramos poner de acuerdo en algo.

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