El dibujo (Dia 527)
1 de Febrero 2020
A principios del mes de febrero existe una festividad en donde se acostumbra a comer en familia y sobre todo a preparar tamales e ir a misa juntos, por desgracia justo ese sábado me tocaba trabajar en la nevería, no tenía otra opción más que perderme todo eso, llegue desde muy temprano y abrí la cortina como todas las mañanas.
Mis tíos quedaron de visitarme algunos minutos al finalizar la misa pues la nevería queda a tan sólo unos pasos, antes del medio día los vi entrar por la puerta pero no venían solos, venían acompañados de Gerry lo cual me sorprendió pues no comprendía que hacía aquí si yo me encontraría trabajando todo el día.
— ¿Que haces aquí joven? Pregunté dirigiéndome a Gerry con una sonrisa
Tío Miguel de inmediato contestó riendo — Ya vez como es de chismoso
Gerry solo achicó los ojos en dirección a mi tío
— Que grosero es, si no hubiera venido me hubieran extrañado.
— Venimos a verte antes de entrar a misa, mis papás aún no llegan dijo tía Lupe
Platicamos algunos minutos hasta que comenzó a hacerse tarde y tuvieron que irse.
— Vengo por ti para comer más tarde agregó Gerry
— Pero solo tengo una hora de comida, no me dará tiempo de ir a comer con ustedes pues de trayecto perderíamos veinte minutos.
— Entonces te traigo algo de comida y como aquí contigo.
— Te aviso a la hora que salga a comer
Vi a los tres retirarse y me dio un poco de tristeza no poder estar con ellos pero tenía que trabajar, así que deje de mirar la cortina y continué con mis labores, aún lado mío se encontraba Ericka, ella era la chica que trabajaba por las tardes cuando yo me iba a la escuela solo que el día de hoy el dueño de la nevería no asistiría y estaríamos ambas para poder con el negocio juntas, debo admitir que me aburría mucho estando con ella pues era muy seria y no hablaba, la mayoría del tiempo se la pasaba en su celular así que fue una mañana muy larga.
Después de un poco más de una hora volvieron las tres personas que me visitaron con anterioridad, venían riendo así que pregunté con curiosidad el motivo de su risa
Tía Lupe tomó la palabra y me explico lo que había sucedido
— Cuando nos reunimos con mis papás entramos a misa, tomamos asiento en las primeras filas y algunos minutos antes de comenzar la misa Gerry dijo que tenía sed e iría a la tienda por una botella de agua, nos pregunto a todos que si queríamos algo de la tienda pero todos dijimos "No gracias" excepto mi papá, él en forma de broma contestó "Una cerveza" pero al parecer todos entendimos la broma excepto Gerry que desapareció por algunos minutos mientras buscaba una tienda y a lo lejos lo vimos regresar, se acercó a mi papá y le entrego una lata de cerveza ¡Que vergüenza! solo comenzamos a reír pues estaba a punto de comenzar la misa y mi papá ahora tenía una cerveza en la mano.
— Yo no sabía que don Lucio estaba bromeando agregó Gerry entre risas.
El celular de tía Lupe comenzó a soñar y ella respondió, al finalizar la llamada ella comentó que eran sus papás que ya habían terminado de comprar lo necesario para la comida y ya los esperaban así que se despidieron y se fueron nuevamente.
Mientras me sentaba en uno de los bancos a pensar que quisiera estar con mi familia adoptiva disfrutando del día y observaba a Erika completamente distraída frente a la pantalla de su celular se me ocurrió una genial idea, solo faltaba proponérsela a la chica frente a mi.
Me levante del banco sigilosamente y me acerqué a ella
— Oye dije mientras tocaba su hombro con uno de mis dedos
Ella quito la mirada de su celular — ¿Que sucede?
— ¿En tu casa tu familia hace algo especial hoy?
— No contestó sería
— Entiendo, en la mía si y me gustaría comer con ellos pero una hora no es suficiente ¿No crees?
Su semblante cambio — Lo se, una hora es poco tiempo para llegar a casa y comer, por ello mi novio vendrá conmigo y comeremos por aquí cerca
— ¿Y no te gustaría tener más tiempo para comer con tu novio o para ir a tu casa? Pregunté sospechosa
— Pues si ¿Porque?
— Te propongo algo...
— ¿De que se trata? Pregunto mientras arqueaba una ceja
— ¿Y si me voy dos horas a comer y cuando vuelva tú te vas dos horas? Para poder disfrutar nuestro tiempo de comida y lo mantenemos en secreto.
— Me parece excelente, solo no digámosle nada al dueño
Ambos sacamos una sonrisa malévola y sellamos el trato dándonos la mano, de inmediato le mande un mensaje a Gerry haciéndole saber que si podría comer con ellos así que llegadas las tres de la tarde él ya se encontraba afuera de la nevería listo para ir por mí, cuando lo vi llegar le dije que me esperara algunos segundos y me metí a la bodega para cambiar mi uniforme, cuando salí ya no lo vi así que me acerqué a la puerta de la salida y me pude dar cuenta que se encontraba charlando con don Luis el suegro del dueño que era quien vivía ahí y rentaba los locales, don Luis se encontraba con una motosierra cortando una cortina cuando Gerry se acercó a el
— Señor, así no se agarra la motosierra, puede suceder un accidente, permítame mostrarle como dijo Gerry mientras acercaba sus manos para tomar dicha herramienta
Al ver eso decidí tomar asiento en la banqueta de la calle pues ya conocía a mi acomedido novio y esto llevaría unos minutos, Gerry le explico con el ejemplo como debía tomarla para cortar correctamente
— Gracias muchacho dijo don Luis
— De nada señor
Le dio la mano como despedida y se acercó a mi
— ¿Ya?
— Si Gemita, perdón, lo que sucede es que la estaba sosteniendo mal y si rebotaba podía cortarse
Sonreí llena de ternura — No te preocupes mi Jesús
Le tomé la mano y nos dirigimos a casa de mis tíos, a la mitad del camino recibí una llamada telefónica, era el dueño de la nevería.
— Hola Gema ¿Como va todo por allá?
— Todo muy bien, ya sabe lo que siempre, usted tranquilo.
— Gema solo quería pedirles algo a ti y a Erika
— ¿Que sucede?
— Para que no se queden solas en el negocio no tomen su hora de comida y mejor agarren dinero de la caja y pidan algo, coman juntas en la nevería por favor.
— Claro que si, usted no se preocupe comeremos ahí.
Colgué la llamada y me preocupe un poco pues las cámaras delatarían que si nos fuimos a comer y no sólo eso si no que también tomamos más tiempo pero ya estaba a medio camino y que podía pasar solo sería una vez, así que deje de preocuparme y continuamos nuestro camino.
Al llegar a casa de mis tíos desde la puerta pude observar que todos se encontraban afuera en el patio, con una mesa, varias sillas y mucha comida que doña esperanza preparaba afuera.
Entré y me alegre de verlos a todos ahí, le platiqué a tía Lupe acerca de él trato que habíamos hecho y que estaría dls horas con ellos, la música sonaba fuerte y todos se encontraban alegres.
— Listo la carne ya está terminada comentó doña Esperanza y todos nos sentamos, los adultos bebían un poco de cerveza, cantaban y platicaban.
— Aquí hay un poco de aguacate para tu comida ofreció tía Lupe a Gerry
— No me gusta el aguacate doña Lupita muchas gracias
— La salsa que estás comiendo y que comes aquí cada fin de semana lleva aguacate
— Lo que sucede es que el aguacate no me gusta pero la salsa de aguacate si
— ¡En fin la hipocresía! Dijo tía Lupe riendo
Al finalizar la comida Gerry ayudó a don lucio a meter la mesa dentro de la casa y todos formamos un círculo con nuestras sillas para convivir, las dos horas pasaron bastante rápido que sin darme cuenta faltaba pocos minutos para las cinco de la tarde y debía volver a mi trabajo así que nos levantamos y nos dirigimos hacia la puerta
— ¿Ya se van? Grito don Lucio desde su lugar
— No don Lucio como cree si la estoy pasando muy bien, nada más la voy a dejar a su trabajo y regreso
— A bueno no me quedes mal, te esperamos.
Al llegar a la nevería ahí se encontraba Ericka con su novio a punto de irse, entre y ella salió.
— ¿Quieres que me quede contigo toda la tarde hasta que salgas?
— No, vuelve con ellos que te deben estar esperando.
Gerry se quedó algunos minutos conmigo, ambos comimos un helado y más tarde él volvió a casa de mis tíos.
En la universidad existe una clase en donde nos revuelven con alumnos de otras carreras, ahí conocí un nuevo amigo llamado Edwin un chico sumamente alto de tez morena clara quien estudiaba ingeniería en sistemas, el y yo nos comenzamos a llevar bastante bien a los pocos días de conocernos.
En esa clase llamada Literatura y redacción la maestra Paty quien era psicóloga nos pidió realizar un dibujo de una mujer y al reverso de la hoja un hombre, Edwin y yo realizamos tal actividad resaltando que ninguno de los dos era gran dibujante, la maestra fue llamando uno a uno a su escritorio y mantenía una conversación bastante personal y alejada de todos según su dibujo, por cierto por mi apellido iniciar con la letra "R" ese día no me tocó pasar con ella, hasta dos días más tarde.
— Reynoso Gema mencionó la maestra desde su lugar
Levante la mano de manera sigilosa y ella me pidió pasar a su lado, me levante de mi lugar y me acerqué a ella
— Siéntate Gema dijo mientras señalaba la silla gris frente a ella
Primero observó fijamente el dibujo de la mujer y mencionó algunas cualidades mías así como inseguridades con mi cuerpo y en forma de ser, quede totalmente asombrada pues lo que decía era verdad, después dio la vuelta a la hoja y mencionó que a mi lado tenía un buen hombre quien también tenía una inseguridad, dijo algunos aspectos positivos de Gerry y de nuevo quede asombrada, no podía creer que me estuviera diciendo cosas de las cuales yo no le había mencionado, después de mencionarme varios aspectos de ambos dibujos bajo la hoja y la coloco en el escritorio, tomó un gran respiro y se puso seria
— Gema, pide notar algo en tu dibujo que llamo bastante mi atención.
— ¿De que se trata maestra?
Ella me miro fijamente a los ojos y me hizo una pregunta la cual sacaba a la luz mi más grande secreto que nadie más que mi madre sabía, ni si quiera Gerry ni mis tíos conocían eso de mi.
Ante sus palabras no pude contener mis lágrimas pues me sentía totalmente expuesta, no podía creer que tantos años lo oculté y en segundos una desconocida lo descubrió, me preguntaba que tanto lo reflejaba mi personalidad para que aún me afectara si aquel hecho llevaba más de 10 años escondido y según yo era algo que había quedado superado y olvidado, no respondí nada a su pregunta solo baje la mirada y sentí mi rostro caliente y seguramente color rojo
— Maestra ¿Me puedo ir a mi lugar?
Ella acarició mi mano con la de ella — Ve a tu lugar Gema, si gustas salir puedes hacerlo.
Seque mis lágrimas con mis dedos, tomé un respiro y volví a mi lugar junto a Edwin
— ¿Que te dijo la maestra Gema?
Sonreí y le platiqué la mayoría de cosas excepto lo último
— ¡Woow! Es como una especia de bruja ¿o algo así?
Reí ante tal comentario y blanqueé los ojos.
La maestra llamó a Edwin y él se acercó a ella, lo espere pacientemente y cuando volvió lo primero que dijo fue — Gema, si es como una bruja la maestra
Volví a reír y pregunté lo que le había dicho, él me platico algunas cosas y volví a asombrarme pues ella mencionó un futuro bebé y para la sorpresa su novia se encontraba embarazada de apenas pocos meses, charlamos un poco acerca de lo sucedido hasta que la clase finalizó y cada uno volvió a sus respectivos salones.
El día entero no paraba de pensar en lo que la maestra Paty me había dicho, la pase completa te sería durante las clases y en descanso decidí no salir a comer, no me sentía con él suficiente humor. En la última clase la de el Maestro Esau, mi profesor favorito con quien participaba en varias ocasiones me pidió salir del salón lo cual me sorprendió y me asusto pues me preguntaba que había hecho mal, me levanté de mi lugar y me dirigí hacia la puerta, pocos segundos después él salió tras de mi
— ¿Que sucede estudiante? Pregunto
— Nada profesor todo bien
— Te notó diferente el día de hoy, en clases pasadas eres participativa y hoy ni siquiera estas haciendo la actividad que pedí realizar
— Ahorita me apuro a hacer su actividad maestra dije con la mirada hacia el suelo
— No es por la actividad Gema, es por el hecho de que mi labor como docente no solo es proporcionar conocimiento también es detectar cuando algo no está bien y ofrecerme si es que desean platicarme lo que sucede, eres una buena estudiante y creo que algo está pasando contigo, si deseas hablar te escucho y si no es así puedes salir a comprar algo o a caminar un poco para despejarte.
Levante la mirada, lo vi a los ojos y me inspiró tanta confianza que quise platicarle lo que sucedía pero no podía hacerlo, nadie tenía que saber ese secreto así que le platiqué lo que había sucedido con mamá, le dije que me tenía sensible tal hecho.
Él me brindó algunas palabras de apoyo y después de ellas le pedí volviéramos a la clase.
— Si gustas puedes tomarte la clase y salir a caminar un poco, por la actividad de hoy no te preocupes.
— No se preocupe maestro, puedo continuar en el salón sin ningún problema
— ¿Estás segura?
Lo mire a los ojos y di un si con la cabeza
Entré al salón de clases nuevamente y a pesar de no haberle platicado lo que realmente sucedía sus palabras me ayudaron bastante a resolver uno de mis conflictos, el problema con mamá. De igual manera me motivo a él día que yo sea maestra observar a mis alumnos y no solo preocuparme por su aprendizaje si no también por su bienestar, desde ese día con mayor razón se volvió mi profesor favorito.
Cuando llegó la noche y llegue a casa cansada por la escuela y sentimental por todo lo que había pasado durante el día me acosté sobre mi cama olvidándome de toda tarea, le escribí a Gerry que dormiría temprano pues no me había ido del todo bien, de inmediato recibí una videollamada de él preguntando que hacía sucedido, por supuesto tampoco le podía decir así que sólo le expliqué que había sido un mal día
— Cena algo rico y descansa preciosa
— No tengo hambre
— No puedes ir a la cama sin comer
Lo que él no sabía es que la muchos días iba a la cama sin probar alimento pero su insistencia hizo que fuera a cenar con él en la pantalla de mi celular para corroborar que si me alimentara, al terminar fui a la cama con la idea de dormir lo cual no logré del todo pues no salían de mi cabeza las palabras de la maestra Paty.
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