🌙 13 🌙
╔──────¤◎¤──────╗
142cm De Dulzura
"La Doctora Bae y la profesora Park"
╚──────¤◎¤──────╝
La Doctora Bae había atendido a su último paciente del día. Ya eran las siete pasadas, y una tormenta estaba invadiendo la ciudad.
Bae caminaba con el paraguas directo a su coche. Había tenido un día de labor bastante estresante; no veía la hora de llegar a su casa y desplomarse en la cómoda cama.
Pero una mujer que estaba empapándose entre la lluvia, de brazos cruzados y una sonrisa amigable encima, se le acercó. Impidiéndole ir hacía el coche.
— Disculpe, ¿Usted es la Doctora Bae? — Preguntó la mujer.
Su-Ji sonrió. — Sí, ¿En que puedo ayudarla?
La mujer suspiró de alivio. — He preguntado a todas las mujeres que salieron de estos edificios por usted. Menos mal que la encontré... — Bae asintió, pero seguía sin entender el por qué preguntaba por ella, y por lo que se ve, con urgencia. Luego de unos segundos de silencio, la mujer se dignó a presentarse. —: Soy Park Soo-Young, profesora del secundario de Gangnam. A unos diez kilómetros de aquí.
Soo-Young estrechó su mano cómo una profesional, haciendo que Su-Ji se la estrechara.
— Un gusto... — La Doctora no era tonta. Sabía por quién estaría. Aun así, decidió preguntar. —: No puedo revelar datos personales de mis pacientes pero sé que uno va allí, ¿Es por ella que has venido?
— ¿Myoui Mina? Sí. — Bae maldecía por dentro. ¿Que habría hecho ahora la joven. — ¿Podemos hablar? Disculpe el horario y que estemos teniendo una conversación bajo la lluvia.
La psicóloga se dio cuenta que la profesora estaba empapándose aun más, así que decidió aceptar hablar con ella en un lugar donde haya un resguardo. — He terminado mi horario de labor pero... puede pasar a mi consultorio.
La contraria aceptó. Ambas entraron al edificio y fueron al décimo piso mediante el ascensor. Nuevamente Su-Ji colocó la clave del lugar y abrió la puerta para entrar.
— Bonito lugar. — Soltó al ver el entorno.
— ¿Desea un café?, lo siento, no tengo nada para que se pueda secar el cabello.
— No se preocupe. Y estoy bien, gracias.
La Doctora la ubicó en la zona donde tenía su escritorio. No lo usaba con sus pacientes, pues era un escritorio con dos sillas. Ahí nada más hablaría con los familiares de aquellos pacientes o con algún superior. — Tome asiento. — Le dijo, guiándola con la mano a la silla que se encontraba frente a ella, separadas por una mesa. — ¿Que ha pasado con Mina?, ¿Se ha metido en problemas?
— Esto ha pasado. — La mujer sacó de su bolso un papel. Lo desplegó y colocó en la mesa. — Tómelo y léalo.
Su-Ji se colocó los lentes de lectura y empezó a leer cada palabra de aquella hoja maltratada. Al terminar, se los sacó. —: ¿Mina lo hizo o se lo mandaron a ella? — Preguntó, aunque conocía perfectamente a sus pacientes. Estaba noventa por-ciento segura que fue ella quién lo escribió.
— Ella a su "novia".
— Entiendo... A Chae, ¿Correcto?
— ¿A usted le parece bien eso?
Bae sonrió, para transmitirle seguridad a la contraria. — Mina sufre de un trastorno. — Trató de explicar sin dar muchos detalles. — Es por ello que es dominante, cómo se demuestra aquí en el papel. Pero esa amenaza no termina siendo nada, solo es pura palabra.
— Mi pequeña alumna a recibido eso. Y no lo acepto.
— Cómo le dije, Mina solo es pura palabra... No lo hace con malas intenciones. Además, en el papel hay algo tachado, cómo un aliento para que su novia estudie. Pero su orgullo seguramente le venció y simplemente lo trató de borrar para parecer una chica ruda. — Dedujo. — Aun así, estoy agradecida que me lo hayas hecho saber. Hablaré con ella sobre esto.
— ¿Hablar?, ¿Solo eso?
La mujer la miró perpleja. — ¿A que se refiere?
— Esa chica está loca.
Rió. — No, no lo está. — Aseguró.
— Fue mi alumna hace dos años atrás. Me hizo la vida imposible, y ahora se lo está haciendo a una chica menor de edad. Y lo peor a todo esto, es que se ve que tú estás al tanto y no haces nada.
— Claro que lo hago. Tengo terapia con ella una vez por semana, y con eso basta. ¿Sino que es lo que tendría que hacer?
— Meterla en un loquero.
La mujer rió una vez más. No podía creer lo que estaba escuchando. Pero a la contraria no le parecía nada gracioso. Estaba completamente seria. Aquella sonrisa que hace un momento atrás sostenía se había borrado por completo. Ante la situación, Su-Ji decidió dejar de reír y proseguir. —: ¿No le parece demasiado meter a una joven por un papel amenazante en un loquero? Además, ¿Ha golpeado a Chae-Young? — La profesora negó con la cabeza. — Umh, sé que un futuro le daré el alta, y estaré orgullosa de ella. — Finalizó.
— ¿Orgullosa de ella? Hace la vida imposible a los demás ¿Y sientes fe en ella? Hace años está igual. No ha parecido cambiar en absolutamente nada.
Era suficiente. El sueño, hambre, y ahora el enojo, la estaban invadiendo. Se levantó de la silla y se dirigió hacía la salida. —: Por favor, profesora, retírese de mi consultorio. No voy a permitir que hables así de mi paciente. — Abrió la puerta, esperando a que ésta se vaya.
— Es gracioso, porque ella piensa que eres estúpida. — Comentó al también levantarse.
— ¿Disculpa?
— Oí que sus amigos lo dijeron. Que ha dejado de venir por meses porque le parecías estúpida.
Bae hizo una mueca de disgusto. Realmente le dolía saber que ella hacía lo posible para que sus pacientes salgan adelante, y que la tomen cómo estúpida. Aun así, decidió no darle mucha importancia a ello. Decidió responder cómo una profesional. — Ya veo... Pero retomó las terapias, y es lo importante. Por favor, le pido que se retire. — Miró el escritorio, donde estaba aquél papel olvidado. — Y llévese la nota. No la necesito.
— Esa chica matará a alguien y usted será la responsable por no ponerla en un loquero.
— Profesora Park, ha sido un gusto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro