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142cm De Dulzura
"¡Chae-sexual!"
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— Estás loca. — Le dijo con unas risitas de por medio. — Chae-Young ya vendrá y Mina se pondrá furiosa.
La joven que estaba sentada al lado suyo respondió. —: Eonnie, tú dijiste que no le tenga miedo a esa chica.
— Tampoco para que invites a su novia a una cita.
— Cita de amigas. — Aclaró. — No me gustan las mujeres.
— Ye-Ji, solo ten cuidado con Mina. No digo que le tengas miedo, solo que te cuides.
— Sé artes marciales. — Se trató de defender. — Además, ¿Acaso Chae-Young no puede tener amigas? Al final la loca no soy yo, es ella.
— Aun así, la quiero.
— ¿A Chae?
— ¡No! Bueno, sí. Pero me refería a Mina.
— Sana Eonnie, realmente te admiro. Yo no podría tener una amistad así de... tóxica.
— ¿Tóxica?, Pero Mina no está contaminada. — Río. — ¿Cuál es la definición de tóxica?
— Cero simpática, egocéntrica, negativa, posesiva, ¿Sigo?
— Me quedó en claro. No hace falta... — Dejó de mirar a su nueva amiga para prestarle atención a una silueta pequeña que se acercaba hacia ellas. — Mira, ahí viene Chae.
Ye-Ji miró a la jovencita que estaba caminando, echándole una sonrisa. —: ¡Chae! — La llamó, haciendo que la nombrada corriese para llegar más rápido.
— ¡Ho-hola chi-chicas!
— Chae, estás muy linda hoy. — Dijo Sana. — ¿Mina te ha hablado?
— Sí. D-dijo que tenía una sorpre-sorpresa para mí.
— Suerte con ello. — Bromeó. — Bueno chicas, me iré. Que tengan su tarde muy linda.
— ¡Adiós S-sana Eonnie!
Ye-Ji se levantó de aquél troco de madera caído, y empezó a caminar a la par de la menor. — ¿Vamos a la heladería que está a tres calles?
— Cla-claro. Es mi favorita.
"¡Chae-Young!, ¡Amor!"
Ambas chicas se echaron unas miradas de confusión y luego, notaron que una Myoui muy bien arreglada se les acercaba.
— Joder Chae, ¿Por qué no respondiste mi llamada?
— No insu-insultes. Eonnie, dijiste que ib-ibas a dejar de insultar.
Ye-Ji sonrió.
— ¿Y tú de que te ríes? — Hwang sonrió aun más. — Patética. — Gruñó. — Bien. ¿A donde iban a ir?
— A la he-heladería, Mina Eonnie.
— Bien. Vayamos. — La japonesa empezó a encaminar rumbo al local.
Las jóvenes siguieron sus pasos, estando un poco más atrás que la recién llegada. — ¿Es normal que se invite sola?
— Sí. Y-ya lo ha he-hecho varias ve-veces... — Contestó, cómo si fuera algo normal.
— Larga tarde tendremos, ¿Eh?
— ¡Y m-muy linda!
Caminaron las calles faltantes en cuestión de minutos. Ye-Ji y Chae-Young tenían conversación de todo tipo, mientras que Mina las escuchaba atentamente, caminando un poco más adelante que ellas dos.
Al llegar a la heladeria, Chae se puso de puntitas de pie para llegar a apoyarse en el mostrador. — Hola. ~
— Chae, ¡Hola! ¿Has venido con amigas? — Le respondió el señor, qué por lo que se ve, conocía a la joven. — ¿Qué van a pedir?
— Voy a pe-pedir... Umh...
— Elije Chae, yo lo pagaré. — Dijo Ye-Ji, haciendo que la nipona se le ponga los cabellos de punta.
— Claro que no, ojos raros. Chae, yo te pagaré el helado.
— Umh, está b-bien... Elegiré...
— Mientras Chae elije, yo quiero un cono con una bocha de vainilla y el otro de fresa. — Intervino Hwang.
Fresa
¡Chae amaba las fresas!, eso hizo que la menor estuviera decidida con su elección. — Qui-quiero dos bochas de f-fresa.
— ¿Las dos de fresa? — Preguntó Mina.
— S-sip, Eonnie. Amo las fre-fresas.
«¿Más que a mí?» Se preguntaba Myoui.
— Fre-fresas, fre-fresas~. — La jovencita se entusiasmó al ver ese cono delicioso de dos bochas en sus manos. — ¡Grac-gracias Mina Eonnie!
— ¿Y tú que vas a pedir, chica que se invita sola?
— Nada. — Se apoyó la mostrador para pagarle al señor. — Ten.
— Gracias. Que tengan una buena tarde.
Las jóvenes salieron del local, notando cómo un viento se colaba en sus abrigos.
— Creo que no fue buena elección pedir un helado hoy, hay mucho viento.
— ¿Acaso eres gallina? — Río la japonesa.
— No. No lo soy. — Le dio un mordisco a una de las bochas. — Lo decía por Chaeng. — De mientras, la menor temblaba. Esto hizo que Ye-Ji de inmediato se quite su abrigo. — Ten, ponte.
— De ninguna manera. — Mina se sacó el suyo. — Toma amor, ponte el mío que es más abrigado y de marca.
Chae miró a Ye-Ji. — Eonnie, ponte el abrigo que te enfermarás. ~ Mina es mi novia, y ella tiene que cuidarme.
— Así es. No te interpongas.
— No te preocupes, Mina. Solo soy amiga de Chae. — Trató de calmar las aguas, al ver que la nombrada estaba con el ceño fruncido.
Enarcó una ceja. — ¿Eres lesbiana?
— No. Si tú lo eres, me alegre pe-...
— No soy lesbiana.
Hwang pensó por dos segundos. — ¿Bisexual?
— Tampoco. Asco.
— Pero...
— Es Chae-sexual. — Soltó feliz Chae.
— ¿Qué?
— Sí. Soy Chae-sexual. Y espero que tú no seas lo mismo, imbécil.
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