
Gritos del silencio.
Día ocho.
Will estaba completamente intrigado por el semidiós detrás de aquellos hermosos poemas que le causaban mil y más cosas, así que decidió escribirle una respuesta y dejarla bajo la almohada de su cama ante de ir a desayunar.
“Me gustan mucho tus poemas; ¿Podría saber quién eres?”
Nico leyó la nota a la vez que dejaba la carta. Y tomó una lapicera de su bolsillo para agregar una posdata en respuesta a la pregunta del rubio.
“El color de tus ojos me hace acordar
Al cielo,
Y tú me haces amar
Como antes yo pedía a gritos de silencio con anhelo.
Posdata: No creo que sea una buena idea que lo sepas, no me verías con los mismos ojos. Lo siento, rayito de sol ;)
—N. D.A.”
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