Era un día soleado en la Escuela Primaria Fujimoto y el bullicio de los estudiantes llenaba el aire. Maki de 12 años con el cabello desordenado y una sonrisa siempre presente, se encontraba junto a su casillero, mirando de reojo hacia el pasillo.

—¿Estás listo, Maki? —preguntó su amigo Yuma, golpeándole el hombro con un aire de complicidad.

Maki asintió, respirando hondo.

—Sí, hoy es el día. Voy a dejarle la carta a Hiro.

Maki sacó la carta, escrita en un papel colorido, con su mejor caligrafía. Aunque había cometido varios errores ortográficos, estaba seguro de que su sentimiento sincero compensaría las imperfecciones. Caminó sigilosamente hacia el casillero de Hiro y deslizó la carta por la rendija.

—¡Ayúdame Kami misericordioso! —chilló el alfita asustando a varios que iban pasando. El niño suspiró y luego salió corriendo apresurado.

Horas más tarde, cuando el bullicio de la escuela comenzaba a calmarse, Hiro abrió su casillero y encontró la carta. Frunció el ceño, sacando el papel arrugado y comenzando a leer:

"Me gustas mucho. Eres el omega más increíble que he conocido. Me encanta como siempre estas leyendo y pareces tan inteligente. Kiero que fueras convertirte en mi novio.
Con cariño,
Maki"

Hiro suspiró, sacando un bolígrafo rojo de su bolsillo. Sentado en un banco cercano, comenzó a corregir las faltas de ortografía y los errores gramaticales con una precisión meticulosa.

—Bien, comencemos —murmuró para sí mismo mientras tachaba y reescribía "Kiero" y escribía "Quiero" en su lugar—. "Como" necesita un acento —murmuró mientras añadía una tilde sobre la o en "cómo"—. Y aquí... "estas" también necesita un acento —añadió, escribiendo sobre la a.

—No es necesario el "fueras" y "convertirte" está de más—dijo en voz baja, eliminando la redundancia en la frase.

Cuando terminó, la carta estaba cubierta de marcas rojas.

Hiro se dirigió hacia donde Maki y Yuma estaban jugando en el patio de la escuela. Maki lo vio acercarse y su corazón comenzó a latir con fuerza.

—Hola, Hiro —dijo Maki, tratando de sonar casual.

Hiro le entregó la carta, ahora corregida.

—Aquí tienes, Maki. Creo que deberías enfocarte más en tus estudios que en buscar un novio.

Maki se sonrojó, tomando la carta de vuelta.

—Oh... uh, gracias, Hiro. Lo tendré en cuenta.

Yuma incapaz de contenerse, estalló en carcajadas.

—¡No puedo creer que lo haya corregido todo! ¡Eres un bruto, Maki!

—Maki no es un bruto, solo debe prestar más atención a su ortografía —dijo Hiro molesto.

El omega lanzó una mirada indiferente antes de girar sobre sus talones y alejarse, sumergiéndose nuevamente en su libro.

Maki, aún sonrojado, miró la carta corregida.

—Bueno, al menos ahora sé que le importan las cosas bien hechas. No me rendiré tan fácilmente. ¡Además me defendió!

Y así, con la carta corregida en la mano, Maki decidió que estudiaría más duro, no solo para mejorar su ortografía, sino también para encontrar la manera de conquistar el corazón de Hiro.