Sexo (14)
- Al menos yo no voy mirándole el culo a los chicos en los vestuarios después de gimnasia mientras todos se duchan o van hacia las duchas. Paul, no creas que no te veo.
Bueno, tal vez eso no había salido como esperaba.
Había dicho de más.
Sip, lo había hecho, definitivamente lo había hecho.
Paul se le acercó con amenaza, aquella había sido la gota que colmó el vaso, el latinoamericano se había hartado de las tonterías que estaba soltando aunque fueran verdad y nada más quería fastidiarlo hasta el punto de que ya no supiera lo que estaba haciendo. Descontrolarse hasta tal punto que después de agarrarlo del borde de la chaqueta se hubiera quedado ciego y ahora mandase su masculinidad y su ego por encima de las acciones que estaba llevando a cabo. Sin arrepentimiento hasta que volviera a tomar consciencia de lo que estaba pasando, dar todos los golpes que fueran necesarios, las patadas que fueran necesarias, insultarlo tanto como fuera necesario, hasta quedarse satisfecho, hasta que su hombría se restaurase, hasta que fuese de nuevo un hombre respetable después de humillar a alguien con una masculinidad inferior a él, todo para poder ser aceptado por los demás seres masculinos de la sociedad. Sin darse cuenta de que estaba hiriendo a quien había sido su mejor amigo en un pasado tremendamente cercano.
Obviamente no se quedaron pasmados viendo la paliza, los golpes entre ellos empezaron de manera salvaje. Acabando en una piña de golpes que captó la atención de los maestros. Cada uno de ellos se llevó un castigo que consistía en tres horas de estar encerrados en la misma clase, sin hablar, sin levantarse, sin ir al baño, sin poder hacer nada más que mirarse entre ellos con odio. Obviamente después de haber recibido un fuerte golpe en las palmas de sus manos con la regla del maestro diablo, el profesor de historia (quien casualmente y para su mala suerte se encargaba de vigilar el patio aquel día).
¿Quién los vigilaba durante ese castigo?
El vigilante del instituto y quien era el encargado de cerrar las puertas de todo el colegio. Lo que podría considerarse un conserje pero con más responsabilidades y a alguien a quien se respetaba porque no tenía piedad en dar una bofetada a alguien. Lo bueno de ese hombre era que se quedaba dormido a la mínima que se quedaba quieto, por lo tanto lo único irritante que había en aquella habitación eran sus ronquidos, por todo lo demás, podían hacer lo que les daba la gana. Bull y Jara se fueron aprovechando esa somnolencia del hombre, Aleix era alguien legal, aunque estuviera de parte del grupo de los chicos malos del instituto sería honesto consigo mismo y cumpliría el castigo con honor. Paul y Luis les era indiferente, el segundo acercó su pupitre a Nico, lo mismo con Emir; y estos tres empezaron a hablar entre susurros.
Aleix y Paul estaban incómodos ante esa escenita.
Sobre todo al escuchar el tema de conversación.
Nico y Emir estaban orgullosos de Luis por cómo había actuado.
Aquello era asqueroso para los otros dos, y, no vamos a mentir, consideraban que entre esos tres había un lío extraño, tal vez fueran una relación asquerosa y morbosa de tres personas, pero no era así, solo eran meros ignorantes homófobos que no eran capaces de comprender que tres personas pueden ser homosexuales y ser amigos aún así. Eso era lo que en realidad eran. Nico y Emir si eran pareja, pero Luis era un amigo, un compañero, un chico con el pasaban sus viernes por las tardes en las máquinas, ya sea entre chistes buenos y malos, los tres se lo pasaban bien con charlas animadas y discutidas. No les importaba hablar de temas controversiales.
Luis se había acostumbrado rápido a eso.
Además, esos temas de conversación eran verdaderamente entretenidos, ósea, literalmente hablar de sexo libremente y en cualquier momento era una gozada, pero hablar de sexo con dos homosexuales era muchísimo mejor que cualquier cosa. La temática era mucho más variada y podían darle consejos si en algún momento se conseguía pareja. Sí, hablando con ellos de esos temas se había enterado de posturas y cosas que había hecho ellos en la cama, cosas que tal vez no le gustaría haber escuchado o imaginado, pero, hey, era experiencia teórica para su vida, y, siendo inexperto y lento con los chistes de doble sentido como era, al estar con ellos, que no se reían de él por ser un tío virgen e inocente, era lo mejor que tenía, lo agradecía.
- ¿Dónde están los dos que faltan?- nadie dio una respuesta.- ¿Por qué ustedes tres están tan juntos?
- Tres mariconas hablando, profe.
- Cállese señor López, no le he dado permiso para hablar.- Paul rechinó los dientes ante la risilla de Luis.
- Jara y Bull se escaparon mientras dormía.
Aleix respondió con suma tranquilidad mientras se levantaba de la silla y se ponía la mochila a la espalda. El maestro le agradeció por la amabilidad de contestarle y les dijo que se marchasen que tenía cosas que hacer.
Así lo hicieron.
- ¿Te vienes a dormir a mi casa el viernes en vez de ir a las recreativas por la tarde?
Los oídos de Paul zumbaron al escuchar aquella pregunta y se detuvo instintivamente para girar su cabeza y ver al trío marica, Nico había preguntado, Luis era el receptor de aquella pregunta. Lo vio vacilar, su tan conocida mueca nerviosa por el qué dirán sus padres, finalmente una sonrisa, aquella sonrisa boba que poseía, después asintió con la cabeza.
- Perfecto, quedamos en el parque a la misma hora de siempre, acuérdate del pijama.
Emir y Nico se fueron por su lado después de una muy corta despedida. Paul apretó los labios y sacudió la cabeza, alzó el labio con asco y sarcasmo al verlo acercarse y pasar por su lado, después de todo, ambos debían ir hacia el mismo lado para dirigirse a sus hogares.
- ¿Acaban de invitarte a una orgía gay o algo?
- En caso de que así sea, no tengo porque responderle a un imbécil homófobo como tú, podrías imaginarte cosas realmente asquerosas y desagradables y claro, tu masculinidad frágil no te permite tener ese tipo de imágenes mentales sin cuestionarte tu propia hombría, así que... No tengo por qué decirte nada de mí vida.
Aquella sonrisa con sorna que le dedicó nada más acabar de decir aquella tóxicas y desgarradoras palabras fue una llena de cinismo. Se sintió como una puñalada con una daga venenosa en el pecho, fue realmente dolorosa. Jamás había sentido un vacío así en su pecho como el que sintió en ese momento cuando vio aquella sonrisa. Nunca había visto a nadie sonreírle así y desde luego no era agradable. Mucho menos en Luis.
Sentía que estaba perdiendo a su mejor amigo.
Tal vez ya lo había perdido hace mucho tiempo.
Pero ahora era cuando realmente se dio cuenta.
Luis tenía nuevos amigos y tal vez ya lo había...
Tal vez ya lo había olvidado, ya no lo consideraba el amigo que antes era, el amigo especial al que le cuentas todo con la confianza de que no se lo dirá a nadie. El amigo especial con el que se cuenta toda la vida. Ese mismo amigo. Ese mismo amigo era el que acababa de darse cuenta que había perdido tal vez para siempre.
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Tranquilos, chicos, no, no hay sexo, no hay lemmon, no.
Solo era que hablan de sexo.
No se sobresalten xD
Aquí pueden matarme -------------->
Entiendo que puedan sentirse ofendidos en cierta parte/?
Ya dije que podía dedicar un extra a Nico y Emir, otro a la escena del baño cuando Paul le mira descaradamente el trasero después de deporte y podría dedicar un tercer extra para saciar las posibles ganas de ver a dos batos cogiendo en el 1997.
XD
Okay, ya paro con el sarcasmo <:
En fin...
Aquí las opiniones ---------------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo.
Bye~
By Ecchisforlife
[1421 Palabras]
P.d.: yo lo que quiero saber es: alguien está leyendo esto o son mis propias lecturas revisando los errores de la historia? Porque si es así me voy a sentir como la misma mierda <:
P.d.2.: realmente he llegado a plantearme muchas veces el hecho de crearme otra cuenta y publicar solamente historias de mis OCs, y al menos así SI sabré que la gente lo lee porque le gusta o lo lee por leer <:
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